Papel moneda en China
{{Definición
Durante siglos muchos inventos y realizaciones propios del genio científico y técnico de los chinos permanecieron sumidos en el olvido o en la oscuridad de la ignorancia. Por fortuna en los últimos años se ha tenido una idea clara y precisa de esa formidable inventiva.
El papel moneda en China
En un comienzo se llamaba “dinero volador”, pues pesaba tan poco que se podía escapar fácilmente de las manos. En sentido estricto, los primeros billetes eran una especie de letra de cambio más que dinero real. Un comerciante podía depositar dinero en efectivo en la capital, por ejemplo, y recibir a cambio un certificado de papel que después cambiaba por dinero en efectivo nuevamente en cualquier provincia. En el año 812 el gobierno chino adoptó este sistema del comercio privado y lo aplicó al envío de impuestos e ingresos a la capital. También se empleaban “certificados de cambio” de papel, que eran expedidos por funcionarios gubernamentales en la capital y se cobraban en otros lugares en especies como sal y té. Parece ser que el papel moneda empezó a emplearse como medio de cambio respaldado por una cantidad determinada de dinero en efectivo a principios del siglo X en la provincia meridional de Sichuán como sistema privado. A principios del siglo XI el gobierno dio a dieciséis “bancos” privados autorización para que emitieran billetes de cambio; pero en 1023 se apropió de ese privilegio y creó un organismo oficial que emitía billetes con diversos valores respaldados por depósitos de dinero en efectivo. El dinero que emitía este banco del estado llevaba impresa la advertencia de que únicamente tenía validez por tres años y especificaba las fechas de emisión y de retirada. En 1107 los billetes se imprimían con moldes múltiples y en no menos de seis colores. La cantidad le papel moneda que emitió el gobierno chino llegó a adquirir proporciones verdaderamente gigantescas. En 1126 se pusieron en circulación oficialmente setenta millones de cuerdas (cada cuerda equivalía a mil piezas en “metálico”). Como había enormes cantidades de papel moneda sin respaldo de un depósito, el resultado fue una inflación galopante. En China se planteó rápidamente otro problema, el de la falsificación. Como cualquier persona puede imprimir un billete en un trozo de papel, la autoridad tiene que complicar de tal forma el proceso de fabricación que no pueda reproducirse con exactitud. De ahí que se utilizaran desde el principio complejos secretos de fabricación, como por ejemplo los colores múltiples, los dibujos sumamente complicados y el empleo de una determinada mezcla de fibras para la fabricación del papel. El material básico del papel de los billetes era la corteza de moral, a la que a veces se añadía seda. Se podían cambiar los billetes gastados o sucios, pero había que pagar una pequeña cantidad por imprimir los billetes nuevos. Cuando los mongoles tomaron el poder en China, emitieron una singular forma de papel moneda llamada “billetes de seda”. Los depósitos que respaldaban este papel moneda no eran metales preciosos sino madejas de hilo de seda. En 1249 los billetes de seda chinos circulaban por lugares tan distantes como Persia. En 1965 unos arqueólogos descubrieron dos ejemplares de “billetes de seda”. Bajo la dinastía Ming el papel moneda perdió una parte de su eficacia. Esta dinastía emitió en 1375 un billete nuevo llamado “billete precioso del Gran Ming”. Se emitió con un solo valor durante los doscientos años en que fue moneda de curso legal, circunstancia que no favorecía en absoluto al comercio, aunque se permitió la circulación de monedas de cobre, para poder disponer de las pequeñas cantidades de dinero que se necesitan en la vida cotidiana. Debido a la inflación, “el billete precioso” fue perdiendo poco a poco su valor, sustituyéndolo las monedas de plata. A mediados del siglo XVII los Ming intentaron restablecer el papel moneda tras un lapso de unos dos siglos, pero la cosa se hizo tan mal que el resultado fue una gran inflación.
Fuente
El correo de la UNESCO. Octubre de 1988. EL GENIO CIENTIFICO DE CHINA.

