Cine Teatro Suárez (Bauta)

Revisión del 11:41 30 jun 2011 de Jade04011artjc (discusión | contribuciones) (los hermanos Suárez quienes en el 1946 inauguraron el tercero de los cines de Bauta: Cine Teatro Suárez.)
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Inversión para su construcción

Aquilino Larrea ya tenía montada su fábrica de fósforos, y dedicó capital al comercio. Montó una bodega en lo que es hoy 251 y 150, y cedió el terreno a los hermanos Suárez quienes en el 1946 inauguraron el tercero de los cines de Bauta: Cine Teatro Suárez. Se dice que parte del capital para esta inversión fue entregado a ellos por el propio Aquilino.

Su inauguración

A la inauguración, asistió la afamada cantante y artista de cine, radio, teatro y TV, Rita Montaner.

Actividades que se realizaban

El cine, además de las películas que ofertaba, alquilaba el local para actividades varias como variedades musicales, obras de teatro, concursos de belleza o Mister feo, además de servir de tribuna a los empleados y obreros de la Textilera Ariguanabo cuando el Movimiento Sindical aún no había conseguido construir el magnifico edificio del Sindicato, que fue después hogar del proletariado de esa industria en nuestro pueblo, y que está donde actualmente se encuentra la CTC Municipal.

Características del Cine

Recordamos que la pantalla del Suárez- como le decíamos- era de dimensiones similares a los cines más destacados de la Capital en su época, y que tenía un mobiliario fuerte, de madera dura. La climatización venía dada por dos potentes ventiladores a ambos lados de la pantalla hacia el público, mientras que los servicios sanitarios quedaban aledaños al gigantesco screen: el de las damas a la izquierda- si mirábamos desde la entrada a la sala- y el de los caballeros a la derecha.

El cine tenía dos pisos; la parte de abajo era la LUNETA y la de arriba, la GUANAJERA, donde estaban, además de los asientos para el público, los equipos cinematográficos de alta tecnología entonces.

Por supuesto, los enamorados sin chaperona gustaban de la segunda planta, para dar rienda suelta a sus amoríos sin tantos testigos oculares.

Acomodadores del Cine

Quedan en nuestra memoria los acomodadores Mario y José; este último era un mulato fornido con porte militar y recio, queriendo siempre sacar del cine a quien se portara mal o hiciera una travesura. Claro, los niños de entonces hacían sus maldades también, en especial cuando fallaba la cinta y se le gritaba al camarógrafo: -“¡Cojo!, suelta la botella...”

Otra broma de mal gusto era pegar a los asientos chiclets para que el próximo en sentarse se quedara con la ropa pegada a él, pero la más graciosa y menos pudorosa era dejar en el asiento una tablilla con una liga torcida colocada con cuidado en la parte de la sentadera, de forma tal que cuando llegara alguien a posar sus glúteos, saltara la liga, y la tablilla al liberarse al contacto con el mueble, provocara un estruendo característico que sin lugar a dudas simulaba a la perfección a un sonoro efluvio, como el que dio fama a un tal Atanasio, que por cierto no era bautense. Pero lo más descarado y problemático era el uso de hojas del árbol Flor del Pedo ligada con agua...la pestilencia era insoportable y la gente salía despavorida del inmueble echándose a perder la función.

La guagüita Local

Para beneplácito de los amantes del cine, la guagüita local de Vitico esperaba a que terminara la tanda nocturna, y tras unos cornetazos de advertencia reanudaba su último viaje del día.

Noche de Damas

Los miércoles era Noche de Damas, para que los jóvenes novios pudieran lucirse con la suegra, y poder traer por el precio de 10 centavos a la novia y una chaperona, pues ese día las damas no pagaban. Por lo general, esa noche exhibían películas mexicanas.

Tandas y demás servicios que ofertaba

El cine daba dos películas por el precio de una en sus días normales, y se podía salir a la cafetería que quedaba en el mismo local del cine en lo que fuera su portal; allí también estaba la Vidriera de Homero, donde se compraban caramelos, chiclets, cigarros, y otras golosinas. La memoria nos lleva a los dulces como el pie de frutas y aquel rico chocolate que venía en pomo de boca ancha, semejando al pomo grande de leche, pero pequeño, conocido como Zambo, cuyo precio era de 10 centavos, una cifra alta entonces. Se podía entrar al cine con refrescos, dulces, etc.. Lo importante era que cuando cerraba la tanda, los empleados de los Suárez dejaban limpiecito el local.

Cucho el manicero, era el único que podía entrar a vender maní dentro del cine.

Spots que se anunciaban

Antes de empezar las películas, las Fuerzas Vivas del pueblo se anunciaban en spots rudimentarios, como La Sastrería Arturo, La Casa Ruiz, y otros. Para estos anuncios publicitarios, se comenzaba a entonar el instrumental del Cha-cha-chá “La engañadora”.

Propangadas

El cine en sí se promovía en carteles donde exponía los títulos de las películas por días de presentación, contando además con un boletín pequeño que se tiraba en imprenta donde se propagandizaban los filmes de la semana. Los encargados de dibujar los carteles eran Francisco Candelaria Viña Chuti y Libio quienes utilizaban un pasillo- entre el cine y la Quincalla de los Cinco- que servía igualmente para la salida del público al terminar las funciones. De hecho, otra salida estaba por la actual calle 150. Lo que quizás no sabían los Suárez, era que un grupo de muchachos se colaban por la parte trasera del cine donde había una reja que daba directamente al respiradero del baño de los caballeros. En ocasiones hasta el mismo hijo de uno de los Suárez lo hacia con sus amiguitos.

La celula Revolucionaria

En ese baño se colocó por una Célula Revolucionaria antibatistiana un petardo, con el fin de demostrar la pujanza de estos grupos llamando al pueblo a no sumarse a la mascarada que Batista imponía para hacer creer al mundo que en Cuba no pasaba nada. El apoyo a la consigna revolucionaria de los tres ceros , promulgada incluso por la TV a través de una engañifa orientada por el MR-26-7, burlándose de las autoridades del medio de divulgación y las gubernamentales que pensaban que se trataba de un producto comercial llamado 3-0- T (cero teatro, cero tiendas y cero tiranía), que abogaba porque la gente no asistiera a cabarets, fiestas, cine, etc. mostraba al mundo el luto de nuestro pueblo por las matanzas de sus mejores hijos, por lo que nos negábamos a la diversión o distracción. Cuba y su pueblo no estaban en calma.

Otros Cines

Para fines de la década del 50, se habló de hacer un nuevo cine por otras personas, pero la estrategia de los Suárez fue promulgar la creación de una filial del Suárez al lado de la casa de Aquilino Larrea, hoy Base de Taxis, con lo que desestimularían cualquier pretensión foránea, porque tres cines eran mucho para un solo pueblo. La acción dio resultado.

Eventos del Cine

Al principio del triunfo de la Revolución, el Cine Suárez fue testigo de innumerables eventos de los trabajadores y organizaciones de diversas tendencias. Todavía se mantenía el hábito de dar Tandas Infantiles gratis para los niños el Día de los Reyes Magos. Aún después de su intervención, el cine–teatro siguió llamándose como inicialmente lo fue. Con el tiempo, la incompetencia de algunos dirigentes trajo consigo la perdida paulatina de la pantalla- que se llevó a reparar a La Habana para nunca más volver- lo mismo que los equipos y el mobiliario de madera dura, cambiado por muebles de mala calidad y confort. Así se fue cayendo en el remolino de la destrucción del edificio que con el tiempo devino en inmueble no apto para el uso a que estaba destinado, perdiéndose el legado de tantos años- todavía en el lobby se ve la fecha 1946- que incluía la premier de películas antes que se mostraran en la Capital, pues el Suárez era categorizadoCine de Estreno. Todavía quedan en algunas entidades de Bauta los antiguos asientos de madera dura del cine, como en el Sector Militar del MINFAR de nuestro pueblo.

Primer Cine silente

Insistimos en que el primer cine, de carácter silente, fue el Lira, casi frente al actual edificio de la CTC Municipal. Su dueño era el alemán-mexicano Alfonso Kramer, quien aprendió a tocar piano para amenizar sus películas silentes. Construido el Círculo de Instrucción y Recreo, se pasaban filmes allí a cargo de Champagne o Champán.

Fuente

Tomado del Catauro Bautense