Paludismo

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Paludismo
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Clasificación:No transmisible
Agente transmisor:Mosquitos del género Anophe
Forma de propagación:Por la Picadura del Mosquito
El término malaria (paludismo) proviene del italiano medieval "mala aria" (mal aire), y en castellano se le llama también paludismo, del latín "palus" (pantano). Es una enfermedad producida por parásitos del género Plasmodium. Es la primera en importancia de entre las enfermedades debilitantes, con más de 210 (actualmente) millones de casos cada año en todo el mundo.

Un poco de Historia

El paludismo es una enfermedad conocida desde tiempos muy remotos. Sus gentes causales son esporozoarios del género Plasmodium cuyas especies principales que afectan al hombre son Plasmodium vivax y Plasmodium falciparum, aunque también existen otras 2 especies de importancia regional, que provocan afectaciones humanas en menor escala: Plasmodium ovale y Plasmodium malariae. Los parásitos son transmitidos por la picadura de hembras de mosquitos del género Anopheles. Esta infección constituye una grave amenaza para la salud mundial por su elevada morbilidad y mortalidad y su amplia distribución, que afecta a millones de personas que viven en América Latina, Asia o África.

En estos continentes, la enfermedad tiene grandes repercusiones socioeconómicas. El paludismo se ha convertido en una enfermedad reemergente a partir de la década de los años 80, de ahí la importancia capital que reviste en la actualidad; entre los factores que han contribuido a este hecho se encuentran la resistencia de su agente transmisor a los distintos plaguicidas y los efectos secundarios de estos productos químicos sobre el medio y las personas; la aparición de cepas de Plasmodium falciparum resistentes a los medicamentos antipalúdicos; la falta de financiamiento para mantener los programas de control y el encarecimiento de los elementos imprescindibles para luchar contra el vector, entre otros: plaguicidas, equipos y estudios entomológicos en los laboratorios (Valdés L. Enfermedades emergentes y reemergentes. Ciudad de La Habana: Ministerio de Salud Pública. 1998).5-6 Además, en esto también influye la infraestructura y la formación de recursos humanos.
Mosquitos de género Anophe

En los últimos 40 años ha cambiado considerablemente la situación mundial del paludismo y su percepción por parte de las autoridades sanitarias, la comunidad científica internacional, así como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), lo cual ha motivado nuevas estrategias de lucha contra esta dramática enfermedad.7 Sin embargo, para su diagnóstico continúa como regla de oro el método de la gota gruesa, por su sencillez, especificidad, y seguridad, a pesar de que cada día se estandarizan nuevas pruebas con resultados alentadores.8-10 En Cuba, antes de 1959, a pesar de que la notificación era deficiente, se conocían miles de casos de paludismo, sobre todo en la región oriental, considerada zona endémica de la enfermedad. A partir de ese año, en que triunfa la Revolución, se establecieron nuevas condiciones sociales, económicas, sanitarias y políticas en el país. Era rígido y exhaustivo el seguimiento de los casos.

El programa de erradicación de la malaria en Cuba se llevó a cabo con gran éxito debido a la estrategia estatal de priorizar la salud pública con un sentido humanista y no económico, además de unificar la participación de la población de forma intersectorial en aras de un fin social común. Por esto, luego de presentarse el último caso autóctono de paludismo en junio de 1967, la OPS/OMS certificó a Cuba como “país libre de malaria” en el año 1972, presentándose desde entonces solamente casos importados.11 El control de la calidad en el diagnóstico de las enfermedades parasitarias, de manera general, se realiza en pocos países del mundo; en Cuba, se han llevado a cabo varios trabajos de este tipo fundamentalmente en el campo de los parásitos intestinales. Sin embargo, la actividad del Laboratorio Nacional de Referencia como apoyo al Sistema de Vigilancia Epidemiológica en Cuba incluye entre sus objetivos fundamentales, el diagnóstico oportuno de casos con paludismo en toda la red de salud, y evita así la reintroducción de esta enfermedad. Por tal motivo, los autores de este trabajo se trazaron la meta de realizar una comprobación de las habilidades que tenían los laboratoristas en la provincia de Cienfuegos para detectar e informar sobre la presencia de esta parasitosis.

Tratamiento:

Estudiosos franceses demostraron que el parásito Plasmodium falciparum, responsable de graves formas de paludismo, puede inhibir la acción de la artemisinina (ART) y sus derivados, medicamentos claves para tratar esta enfermedad.

En un comunicado, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) recuerda que fármacos mezclados con la ART, una combinación denominada ACT (Artemisinin based Combination Terapias) constituyen en la actualidad el tratamiento más eficaz contra el paludismo, con un porcentaje de curación del 95%.

Sin embargo, a finales de 2009 se observaron indicios de resistencia al artesunato (uno de los derivados de la artemisinina) en el sureste de Asia, ya que los pacientes seguían con parásitos después del tercer día del tratamiento, tiempo en el cual debían desaparecer los síntomas.

Los científicos probaron que una cepa de Plasmodium falciparum resistente a la ART obtenida in vitro fue capaz de sobrevivir a una dosis del medicamento siete mil veces más elevada que la aplicada a las cepas sensibles.

Los examinadores identificaron y caracterizaron un nuevo modo de comportamiento del parásito al constatar que para frustrar la acción de la ART, el Plasmodium falciparum adopta un estado de pausa o adormecimiento y después retorna lentamente hasta eliminar el medicamento.
Un análisis, realizado en paralelo con un equipo del National Institute of Health de Estados Unidos, sugirió que la expresión de ciertas proteínas implicadas en el ciclo del parásito sería modificada en el seno de las cepas resistentes.

El CNRS destacó que estos estudios constituyen una herramienta importante para comprender mejor los mecanismos de resistencia a los medicamentos contra el paludismo, lo que permite probar nuevas estrategias terapéuticas. Los resultados de la pesquisa efectuada por centros de investigación franceses y del National Institutes of Health serán publicados en la edición de mayo de la revista Antimicrobial agents and chemotherapy, indicó el CNRS.

Fuentes:

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  • Llop A, Valdés-Dapena M, Zuaso JL. Microbiología y Parasitología Médicas. 1ra ed. t3. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2001.
  • World Health Organization. A global strategy for malaria control. Geneva 1993.
  • —————. World Malaria Situation in 1994. Part II The Americas. Wly Epidemiol Rec 1997;72(37).
  • Benenson A. El control de las enfermedades transmisibles en el hombre. 15ª ed. Washington DC. Organización Panamericana de la Salud; 1992.(Publicación Científica; 538)
  • OPS. Enfermedades nuevas, emergentes y reemergentes. Bol Epidemiol 1998;16(3).
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  • Barrero M, Velázquez B, Ginorio DE. Malaria importada: Un año de experiencia. Rev Latinoam Microbiol 2002;44(4).
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  • OMS-OPS. Informe para la certificación y registro de la erradicación de la Malaria en Cuba. Documento oficial. Washington, DC; 1972.
  • Ginorio DE, Tejera N de la, Matamoros M. Vigilancia de Paludismo importado. Nueve años de experiencia. Bolipk 1999;9(34).
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  • Cantelar N, Cabrera N, Ginorio DE. Vídeo científico.
  • http://bvs.sld.cu/revistas/his/his%2095/hist1895.htm
  • http://bvs.sld.cu/revistas/mtr/vol56_1_04/mtr07104.pdf
  • http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0375-07602002000200007http://www.visiontunera.icrt.cu/cultura/cuba%20es%20ejemplo.htm