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Nunca faltan los pesimistas, ni los que hacen pronósticos poco esperanzadores cuando otros asumen grandes retos. Contra malos pronósticos y pesimismos arremetió este fin de semana en el Teatro Guaso de esta ciudad un enjambre de pequeñas abejas.
Con solo tres meses de largas jornadas de montaje, preparación artística y ensayos debutó en el más importante escenario del territorio La Colmenita de Guantánamo, una iniciativa que agrupa a 40 niños de todos los barrios de la ciudad.
No hubo pruebas de aptitud ni casting especial, para Xiomara Solis, la directora y el grupo de instructores de arte que la acompaña, todos los niños tienen oportunidades en el teatro y ese es el mérito.
Pequeños actores entre tres y once años de edad dieron vida a la Cucarachita Martina y otros personajes del cuento, que en la obra se acoplan a otras situaciones, ritmos y sonoridades propias de la isla.
Según su directora esta obra debe ser la que inicie el repertorio de las colmenas que se abren en las diferentes provincias del país, asesoradas por la Colmena Central que dirige Carlos Alberto Cremata en La Habana.
No obstante la nuestra hace sus propios aportes al incluir nuevas situaciones, temas musicales y bailes propios de esta zona oriental, lo cual demuestra a todas luces la intención de crear un estilo propio en la agrupación.
Las ejecuciones de instrumentos, el baile y el canto de los jóvenes actores exhiben un intenso trabajo de formación desde que el pasado 14 de mayo se creara el colectivo con sede en el teatro de la Biblioteca Provincial Policarpo Pineda.
El Centro Provincial de Casa de Cultura, institución que acompaña al movimiento de artistas aficionados tiene un marcado protagonismo en la consolidación de la propuesta, al incluir a artistas de la plástica en el diseño de vestuario y escenográfico y a especialistas de danza y música en el adiestramiento de la colmena.
Pero los mayores aplausos son sin duda alguna para estos niños y sus familias que no pudieron disfrutar del verano y las vacaciones al dedicar este tiempo a la concepción de un espectáculo que demostró el talento que se esconde en nuestro barrios, expresado en una limpieza y sincronía en la ejecución de los movimientos, capacidad de afinación en el canto y ejecución de instrumentos en vivo, versatilidad y proyección escénica.
Enhorabuena entonces para la Colmenita de Guantánamo, sin dudas una propuesta necesaria para la escena en el territorio, un colectivo que anima a los más pequeños, y deviene una herramienta esencial en el desarrollo estético e intelectual del niño.
Por Roylán Pardo Cabrera
