Calabazar (Boyeros)

Plantilla:Territorio

 Desde mi llegada a esta comunidad de San Juan Bautista de Calabazar de la Habana quise informarme sobre su historia y siendo esta una parroquia antigua pensé encontrar información en su archivo parroquial y cual no sería mi sorpresa al descubrir que no aparecía nada que pudiera ilustrar mi ignorancia excepto una página en el libro primero de bautismos de españoles que hacía referencia al decreto de creación de la parroquia. De inmediato me di a la tarea de averiguar con mis feligreses sobre la posibilidad de conseguir algún escrito sobre la historia de este pueblo. Así lo primero que apareció fue un breve resumen de la historia de Calabazar que estaba en manos del Sr. Mario Baeza, que gentilmente me lo prestó, estos primeros apuntes me sirvieron para entrar en contacto con el Lic. Eduardo Milían Bernal Alonso, historiador de Calabazar, de quien habían sido resumidos estos apuntes y quien me facilitó alguna documentación adicional como sus efemérides de Calabazar, un recorte de periódico con el relato del Macheteo de Calabazar y un pequeño folleto de su autoría por el 150 aniversario del natalicio del Generalísimo Máximo Gómez. De manos del Sr. Carlos Núñez Morales recibí también un folleto bastante voluminoso con un desarrollo mayor de los apuntes de la Historia de Calabazar del Lic. Eduardo Milían Bernal Alonso, historiador de Calabazar. Además el Sr. Lic. José Herrera Díaz, licenciado en Filología, maestro y actor jubilado, quien me ofreció algunos datos sobre René Nepomuceno Lafriu Alonso, destacado hombre de letras y sobre Martín Morúa Delgado, insigne Cubano de quien existe un busto en el parque de Calabazar. Continué no obstante en mi investigación y así una feligresa me facilitó unas hojas volantes publicadas por el P. Juan Méndez en 1996 y que contenían algunos apuntes sobre la historia de la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de Calabazar y sobre la Iglesia auxiliar de San Antonio de Padua de Arroyo Naranjo. Posteriormente el P. Juan Méndez me hizo llegar los apuntes completos sobre el tema. De algunos vecinos y amigos he conseguido algún que otro material relacionado con diferentes aspectos de esta historia, es de mencionar los apuntes extraídos de un trabajo investigativo hecho por el Sr. Mario Martínez Herrera sobre la fundación y vida de la Iglesia Bautista Bethel de Calabazar y que me fueron facilitados por el Sr. Raúl Mesa Collazo, Técnico en Diseño Mecánico, quien además me facilitó algunos datos y precisiones sobre las industrias de Calabazar y la Logia Dr. Carlos J. Finlay # 48 La Sra. Gloria Chapoteen me ayudó a completar algunos datos sobre la educación en calabazar y algo sobre las reparaciones del templo. En los archivos de la Cancillería del Arzobispado de la Habana encontré algunos datos, bastante escasos sobre la Iglesia de Calabazar, Arroyo Naranjo y Barrio Azul (Arroyo Apolo). Y en los libros parroquiales encontré la lista de los sacerdotes que han atendido esta Iglesia desde 1861 en que fue creada parroquia. Todos estos datos aquí reflejados me han ayudado a construir con bastante amplitud este libro que trata de facilitar la visión de esta localidad a los que como yo estén interesados en el tema de la historia y quieran comprender y amar esta tierra.


Presentación de la localidad

Saliendo de la Habana por la Calzada de Bejucal, añeja y accidentada y a la altura del Km. 12 se pasa a través de un pequeño poblado, situado junto al río Almendares y unido a dos populosos barrios: Las Cañas y Berenguer. Este poblado de más de 173 años es Calabazar de la Habana. La hospitalaria población, que fuera muy pintoresca y lugar de atracción turística es hoy uno de los tantos pueblos que forman la periferia de la Ciudad de la Habana y que no difieren mucho entre si, aunque mantiene en su memoria el recuerdo del esplendor pasado. Desde el 3 de julio de 1976 en la Ley 1230 que establece la nueva distribución política administrativa del país, se crea el Municipio Boyeros. Calabazar y sus barrios colindantes quedan incluidos en los límites del naciente Municipio de Rancho Boyeros de la provincia Ciudad de La Habana. Pero es centro de un importante micro distrito en desarrollo, que por su extensión y densidad de población podría desempeñar un papel más relevante en la geografía capitalina. Su territorio tiene una extensión de 26, 44 Km. cuadrados y una población ascendente a 20,069 habitantes distribuidas en diferentes repartos, zonas suburbanas y rurales. La densidad de población ha alcanzado 775 habitantes por kilómetro cuadrado. Limita al Norte y Este con el Municipio Arroyo Naranjo al Oeste con Wajay y Capdevila y al Sur con Rancho Boyeros, Calabazar micro distrito incluye los repartos el Globo, Berenguer, Jíbaro, América, las cañas, García, Trébol, Parajón, Cuervo y El Trigal. En este territorio se inauguró el 22 de abril de 1972 el Parque "Lenin" y el 17 de julio de 1985 se abre al público el Parque Zoológico Nacional, abarca 26 caballerías y el 4 de enero de 1988 se inaugura el Centro Nacional de Exposiciones "Expo Cuba" Entre sus recursos naturales cuenta con ricos manantiales y algunas canteras de barro y piedras que resultan muy importantes para la industria de la construcción. La vegetación está formada por Guásimas (Casi en extinción), Palma Real, Ceibas y otros arbustos. Crecen también árboles frutales como el mango, el mamoncillo, aguacate y guayaba. Gran parte de la tierra estuvo dedicada al cultivo del café y áreas de pastos. Entre sus manifestaciones hidrográficas se destacan dos corrientes fluviales; El Río Almendares y el Arroyo Jíbaro, además de algunos riachuelos, todos de poco caudal en la actualidad. Su clima es cálido y muy agradable. La temperatura promedio máximo este 29°C y promedio mínimo de 19°C que se catalogan de medios y altos. Las meses de lluvia están comprendidos entre mayo y octubre y los de seca de noviembre hasta abril. Al mencionar su nombre, siempre surge la lógica curiosidad histórica sobre el origen del mismo. Para poder aclarar toda duda posible, es necesario una retrospectiva a la primera mitad del siglo 16, período que se hicieron las primeras concesiones de tierra en calidad de mercedes en la jurisdicción habanera. La aparición de un verdadero mosaico de hatos y corrales en la profundidad de territorio y la explotación progresiva de la tierra destinada a la cría de ganado así como una incipiente producción de vegetales y otros frutos menores para el autoconsumo y posteriormente para abastecimiento de la capital, proporcionó, a partir de 1550, un naciente movimiento comercial desde el interior hacia San Cristóbal de la Habana, utilizando para ello los caminos abiertos durante la fase de conquista y ocupación de la isla. Durante estos años aparecieron los nombres y denominaciones que identificaron los puntos principales en el trayecto de los viajes, en su mayor parte dado por determinados accidentes geográficos, nombres aborígenes y otros. Existe una versión que la tradición oral ha transmitido hasta nuestros días, que le atribuye el nombre “Calabazar” al hecho de que, durante una de las frecuentes crecida del río hubieran de detenerse en sus proximidades algunas carretas que conducían frutos menores al mercado de la Habana. Como la crecida duró días y aún no se había construido el puente, los carreteros tuvieron que permanecer en el lugar hasta que bajara el río por lo que se vieron obligados a preparar alimentos cuyo residuos y semillas fueron arrojados en sus orillas, que al encontrar tierras fértiles crecieron rápidamente; fue precisamente la calabaza la que más se extendió debido a su adaptación a la humedad, así el lugar se convirtió en un espeso calabazar. A partir de entonces a este sitio se le identificó como "Río del Calabazar" o "Paso del Calabazar" a causa de la abundancia de este fruto en el tramo atravesado por el camino a Batabanó, actual calzada de Bejucal. Los Boyeros en sus viajes comerciales desde el interior hasta la capital se encargaron de divulgar la expresión que la fuerza de la costumbre convirtió en denominación para esta parte del río y para el primitivo Ingenio azucarero erigido en sus cercanías. Años más tarde el nombre se extendió al pequeño caserío surgido en su ribera, que desde un principio comenzó a llamarse "Aldea del calabazar", o simplemente Calabazar, como se conoce actualmente. El lugar adquiere importancia histórica a partir del 20 de febrero de 1723, durante la tercera sublevación de los Vegueros, protesta organizada en justa rebeldía contra la metrópolis colonial por el establecimiento del estanco del tabaco. Éste sitio fue escenario de la heroica manifestación de rebeldía, al constituir el punto de reunión de los campesinos vegueros, procedente de diferentes lugares de la Habana. Durante los siglos XVI y XVII la población de la comarca fue ínfima y poco estable, resultado de los cambios propios de una etapa de expansión colonial. No fue hasta el siglo XVIII que aparecen los primeros colonos firmemente establecidos-aunque dispersos en diferentes estancias y sitios de labor-pero el caserío de calabazar no apareció como tal hasta principios del siglo XIX como resultado de una espontánea agrupación de viviendas junto al río. De este modo comenzó a crecer una comunidad.

Huellas precolombinas

Como resultado de investigaciones realizadas en los últimos años, se supone que las actuales provincias habaneras fueron tierras habitadas por indo-cubanos de la cultura siboney, porque los restos arqueológicos encontrados hasta hoy en algunas residuarias primitivas no han podido definir totalmente si existía otro grupo indígena o sólo los siboney. Los restos más valiosos que podían aclarar esa incógnita han desaparecido como resultado de la intensa actividad agrícola desde los primeros años de la colonización. Por otra parte, los cronistas que vinieron en la conquista no dejaron ningún documento que pudiera prestar ayuda a estas investigaciones. Revelando solamente que existieron numerosos pueblos y caseríos en la región indígena de la Habana, pero sin llegar a determinar su carácter y ubicación. Un ejemplo de información al respecto lo podemos encontrar en el Archivo Parroquial de Nuestra Señora de los Remedios y San Isidro Labrador de Managua donde existe el libro de asiento de bautismos de Indios, muestra evidente de la existencia de nativos en esa zona. A pesar de no haberse descubierto hasta el presente, asiento indígena alguno que constituya la prueba de que grupos indo cubanos vivieron en el territorio que hoy ocupa Calabazar, existen evidencias de su presencia en el territorio que actualmente ocupa el municipio Boyeros y otros limítrofes. La toponimia geográfica ha conservado nombres aborígenes usados por los colonizadores y sus descendientes hasta nuestros días, ejemplo de la anterior lo constituyen vocablos tales como, Casiguagua que identifica al río Almendares y Managuano, nombre primitivo de territorio y poblado de Managua, próximo a esta localidad. Otros vocablos con la raíz primitiva gua o jua lo constituyeron: Wajay, perteneciente también a este municipio. Hace algunos años un grupo de investigadores encontró un hacha petalcide en el punto conocido por Paso Seco, en áreas del actual Parque Lenin, instrumento que se conserva en el Museo Montané de la Universidad de la Habana. Recientemente, un grupo de aficionados a la arqueología halló en la cueva "El Indio" del Reparto el Globo, en Calabazar; una falange de la mano de un niño aborigen, enterramiento que data desde antes de la ocupación de la isla aunque no se ha podido precisar con certeza su fecha por la imposibilidad de estos aficionados de acceder al uso de técnicas como el carbono XIV que ayudaría a precisar este detalle; estos elementos pueden tomarse en cuenta a la hora de plantear los indicios de la presencia aborigen en esta zona. "Una razón válida para considerar la posibilidad de asentamientos de indo cubanos en la zona lo constituyen las favorables condiciones geográficas, con sus tierras fértiles, altas y con una fuente abundante de agua potable, próxima a las costas y con fácil acceso a ellas, características buscadas por los primitivos caseríos indios. Si a ello se agrega que el río proporcionada una fuente segura de pesca y que los milenarios bosques de tupida vegetación, así como la existencia de algunas cuevas y abrigos rocosos naturales proporcionaban casa y resguardo, se logra completar el cuadro de estos parajes, apropiados para satisfacer la exigencia de esas comunidades". Estos argumentos demuestran en el territorio donde se encuentra esta localidad hubo vida aborigen, exterminada por los conquistadores a los pocos años de la conquista, pero de este tema se puede hablar poco por la ya mencionada escasez de documentación y de elementos arqueológicos.


Conquista y ocupación de Cuba 

En una fecha que se sitúa hacia el verano de 1510 pasaron los peninsulares a Cuba procedentes de La Española, comenzando la conquista y ocupación de la isla como remate del descubrimiento. La presencia de los colonizadores europeos en esta región parece indudable que se sintió desde los primeros momentos de su arribo a la isla. Estando el primitivo asiento de San Cristóbal de la Habana en la costa meridional y convertida en punto de penetración al interior, uno de los primeros caminos hacia la costa norte si abrió desde Batabanó hasta el puerto de Carenas, por ser el tramo más estrecho de costa y el menos difícil de atravesar. Ese camino cruzó por estos contornos y serviría como vía fundamental de comunicación por mucho tiempo. Cuando la Habana quedó establecida muy pronto en el puerto de Carenas la comunicación desde Santiago de Cuba, Bayamo, Sancti Spíritus y Trinidad con la Habana y viceversa, fue más fácil por el Surgidero de Batabanó. Ese frecuente trasiego de europeos por la región permitió conocer la ubicación de las mejores tierras para cultivos y crianza de Ganados, por lo que no se duda que algunos quedaron aquí asentados desde un principio. Las adjudicaciones se hacían imponiendo la obligación de suministrar un número determinado de reses para el consumo público, y se penaba con la pérdida de la Merced a quienes no cumplieran las reglamentaciones establecidas. Las concesiones eran de dos tipos, los Hatos o Haciendas, para la cría de ganado caballar o vacuno, las que eran de forma circular, como un radio de dos leguas; y los Corrales para la cría de ganado menor, como un radio de una legua. El área total de un Hato, calculado de acuerdo con el sistema internacional de medidas es de 201 kilómetro cuadrado, y la de un Corral, de 50 kilómetros cuadrados aproximadamente. El proceso de división territorial, siguiendo los moldes establecidos se manifestó tempranamente en la jurisdicción, por ser el Cabildo de San Cristóbal de la Habana uno de los primeros facultados para ceder tierras en calidad de Merced a diferentes personas que así le solicitaron. De esta manera, el 8 de noviembre de 1577 se registró la Merced del Corral de Calabazar, concedido al Regidor y Tesorero Real Juan Bautista de Rojas, miembro de una de las familias de mayor rango y poder económico de la capital. En el acta del cabildo habanero celebrado ese día aparece dicha solicitud en los términos siguientes: "... viose y leyose una de las dichas peticiones que dice y pide el dicho Juan Bautista de Rojas, tesorero que en términos de esta villa, cuatro leguas de ella, está un pedazo de tierra en que se puede poner un corral de ganado menor, que llaman Calabazar, legua y media del Corral de Alonso de Rojas, y una legua y mediana del corral de Pineda. Suplico a su señoría sean servidos de hacer merced de dicho sitio para que ponga y pueble el dicho corral; a que en ello recibirá merced de más de beneficio que se hace a esta isla..." (1) El otorgamiento se hizo "sin perjuicio de tercero" para la cría de ganado vacuno y porcino y con la obligación de poblarlas en un términos de ocho meses. El centro de la merced quedó situada en la margen derecha del río, en el camino de Batabanó, donde actualmente se encuentra el Reparto las Cañas. Hacia el Este linda con el corral de Sotolongo, por el Sur se extendía hasta más allá de Rancho Boyeros al Este con la Chorrera y al Norte el sitio nombrado Corralillo. Quedaban por tanto incluidas dentro del círculo, las tierras en las cuales se fundó más de dos siglos después el pueblo de Calabazar. A partir de esa época se establecieron en la zona los primeros pobladores, monteros y peones, utilizados como fuerza de trabajo para acorralar el ganado que debía enviar hacia la ciudad. Al igual que en el resto de las haciendas de la isla, se constituyó en el centro del Corral la caza del viajero, provistas siempre de agua en línea para uso de quienes pasase por el añejo Camino Real. Cada Corral tenía algunas instalaciones; el bohío del mayoral, un establecimiento para albergar un pequeño grupo de esclavos y un área destinada cultivos de subsistencia necesarios para la alimentación de aquel reducido núcleo humano. La historia de estos terrenos fue muy accidentada desde su distribución inicial. La precipitación en estos repartos, que a veces, se hacía difícil localizarlos, la inexactitud de medidas, o la ausencia de reconocimiento oficial dio origen a numerosos y complicados pleitos por cuestión de límites; tal sucedió en el litigio mantenido entre Alonso de Rojas y Juan Gutiérrez, por el dominio de ambas márgenes del río Almendares. Las ordenanzas dictadas en 1574 por el magistrado de la Audiencia de Santo Domingo, Alonso de Cáceres constituyó un intento por resolver los problemas agrarios originados por la irregular distribución de la tierra, pero marcó también el inicio del desarrollo de la agricultura al estimular el fomento de estancias y sitios de labor en la demarcación de los hatos y corrales, destinados al cultivos de frutos menores para asegurar el abastecimiento de villas y ciudades, lo que sentó las bases para el futuro fraccionamiento de las extensas haciendas. De este análisis se deduce que la cría de ganado mayor y menor, y el cultivo de frutos menores fueron, en una etapa inicial, las actividades económicas practicadas por los europeos asentados en la comarca.

El vínculo de Meireles

Muchas interrogantes han surgido sobre el origen de la estancia "El Vínculo de Meireles", de Calabazar, lo que ha provocado no pocas especulaciones y erróneas interpretaciones como resultado del desconocimiento sobre la accidentada historia de éstas tierras. Las tierras pertenecientes a la estancia que sirvió de asiento a la localidad, pertenecieron a Manuela de Meireles y Bravo, propietaria también de los corrales de "Río Grande", "Majana" y "San Marcos" en la región de Artemisa, Manuela falleció el 19 de diciembre de 1769; antes, el 12 de diciembre de 1765 dispuso la creación de dos vínculos. Según las cláusulas de su testamento, mandó que a su muerte, los cinco corrales que poseía en la región de San Marcos integraran el vínculo de Río Grande de Meireles, para su sobrina Rosa de Arango; y con los bienes que poseía en las tierras del Bejucal, las de Santa Ana de Aguiar para su sobrina María de Gertrudis y Aguiar. De acuerdo con la voluntad de la fundadora, quedaron constituidos ambos vínculos; en tanto sus propiedades junto al río Calabazar se convirtió en una obra pía adscrita al vínculo de Río Grande de Meireles, razón que le permitió identificarse también con esa denominación. 24 de agosto de 1799 el Rey Carlos IV por Real Cedula alteró la Cláusula del Testamento de Manuela de Meireles y Bravo y autorizó la demolición y venta de los terrenos del "Vínculo de Meireles". La demolición de dicha hacienda fue una de las primeras autorizadas en Cuba. Los propietarios de las estancias "El Vínculo de Meireles" comprendiendo las ventajas que había de proporcionales de la población y venta de sus tierras, dieron la aprobación a la empresa. Así se dio inicio a la mesura y clasificación de los terrenos que serviría para la ampliación del caserío.


Formación del pueblo

La célula embrionaria del Calabazar la constituyó un pequeño caserío surgido mucho antes de su fundación oficial por el Cabildo de Santiago de las Vegas. El pequeño poblado surgió como una consecuencia del río, porque a principios de siglo XIX se estableció junto al puente, una casa de baños públicos a la que acudían muchos visitantes en los meses de calor, a disfrutar de sus frescas y saludables aguas que tenían fama de medicinales por su alta composición de nitro y magnesio, que las hacían muy apropiadas para curar ciertos males. La pureza de sus manantiales, su deliciosa temperatura, la belleza de sus campos, el murmullo del Almendares y su cercanía a la capital lo convertían en el lugar propicio para pasar el verano cuando aún no constituía una costumbre tomar baños de mar. Bastaba simplemente un viaje a caballo o en volante sin que la lejanía resultara excesiva. Este factor fue de considerable peso en el resurgimiento de la nueva localidad. Próximo a ese primer establecimiento para bañistas, se erigieron comercios que ofertaban víveres, comestibles y hospedaje que, además de garantizar la permanencia de los temporadistas, servía para el descanso de los viajeros y de sus cabalgaduras, así como para abrevar los animales de carga y de quienes transitaban por el polvoriento camino. Otro factor no menos importante lo constituyó el fomento de numerosas Estancias y Fincas en sus contornos, incentivo económico que favoreció el asentamiento de familias procedentes de la Habana y Santiago de las Vegas, con el propósito de trabajar la tierra y tomar los baños del río durante el verano. Entre sus primeros pobladores se pueden citar a Carlos Cervantes, Félix Suárez e Ignacio Zangronis. Las primeras edificaciones fueron casas rústicas edificadas sin integrar una población, pero su ventajosa situación geográfica y las perspectivas de progreso del lugar proporcionaron el natural agrupamiento y posterior aumento del número de vecinos, proceso semejante a lo ocurrido en la formación de la mayoría de las poblaciones de Cuba. En septiembre de 1776 se realiza el primer padrón municipal y de acuerdo a las estadísticas de este existía en Calabazar 60 potreros y sitios de labor, un ingenio azucarero (Ingenio Calabazar) 7 estancias de labor, 707 habitantes y 93 casas dispersas en los campos sin integrar aún poblado alguno. La fundación del pueblo no se formalizó hasta la década del 30 del siglo XIX, al aumentar el número de nuevas construcciones y manifestarse su característica común. Para pasar temporadas.

Puentes con historia

Las fuertes crecida del río Almendares mantenían interrumpidas las comunicaciones con el sur de la provincia lo que se convirtió durante muchos años, en un importante obstáculo natural que afectaba el transporte de mercancías para el abastecimiento de la capital y perjudicaba también la estabilidad y desarrollo de las nuevas comunidades surgidas en la fértil planicie. Es por ello que el 4 de septiembre de 1774 la administración colonial ordenó la construcción de un puente en el tramo conocido por Paso del Calabazar, atravesado por el Camino Real del Sur. El primer puente sobre el río, fue edificado con gruesos pilares de madera dura, sobre los que se levantaba el armazón de su vestidura de madera, cubiertos a su vez por el terraplén del piso protegido por altas barandas a fin de evitar posibles accidentes de bestias y carretas. Corta fue la vida de est[[Image:]]a obra. Del 21 al 22 de junio de 1791 por espacio de dos días el territorio sufre las consecuencias del "Temporal de los Puentes".

La fuerte crecida del río destruyó el primitivo puente de madera, arrancó las casas cercanas a sus orillas y ahogó a algunas personas y animales. Este fenómeno se considera el primer desastre natural de la historia local. ..."siendo más penoso el estrago que hizo desde el paso que llaman de Soto, hasta el tumbadero de Armendáriz, pues arrancó de raíz los montes de árboles que poblaban dichas orillas dejando el terreno árido, lleno de profundos socavones y descubriendo enormes peñascos que nadie había visto antes..." Reunido el cabildo de Santiago de las Vegas, el 6 de julio del propio año de 1791, para analizar las consecuencias del desastre, hubo de informarse lo siguiente:(5) "... el río de Calabazar, con formidables crecidas, subió como unas 12 varas sobre el puente recién construido, recibiendo éste el daño de sus contornos y suelo de su tránsito quedando arrasado..." (5a) Valorando la importancia de esta vía que constituía una de las arterias principales de comunicación con el centro y sur de La Habana y la necesidad de hacer una construcción resistente a las grandes crecidas las autoridades coloniales aprobaron la construcción de un nuevo puente en esta ocasión de piedra que garantizará el tránsito y el comercio entre las ciudades de La Habana y Santiago de las Vegas. De manera simultánea se iniciaron los trabajos para levantar otro sobre el arroyo Jíbaro, en el camino a Rancho Boyeros, en sustitución de unos troncos de madera que descansaban sobre bases de canto que hacían peligroso el camino en este sitio. Para construir esta obra hubo necesidad de seleccionar el lugar más cómodo hacia el Oeste, por lo que fue necesario hacer la calzada que había de empatar el puente al camino, por el norte y sur. Está es la razón del desvío que aún se conserva en las rutas de dicha Calzada al llegar a Calabazar No es casual que en su inauguración el 23 de enero de 1793, asistieran el propio Gobernador General Don Luis de las Casas, acompañado de una corte de altos funcionarios, entre ellos; Alejandro Ramírez, el presbítero José Agustín Caballero, el tesorero José María de Soto, y el administrador de correos de La Habana, Francisco Salas. Con la creación de estas obras fueron solucionados los mayores obstáculos que impedían la comunicación regular de la capital con las villas y ciudades importantes del sur del territorio, lo que constituyó también, un significativo medio de recaudación de impuestos de tránsito que se cobró durante años a todo el que por allí cruzaba. Poco tiempo después, como resultado de su deficiente construcción, el cruce de las carretas cargadas de azúcar, café, etc. ... y las fuertes crecidas, el puente sobre el arroyo Jíbaro se vino abajo. La Junta Económica del Real Consulado y el propio Luis de las Casas, encomendaron el proyecto de su reconstrucción al ingeniero Antonio Trevejo, que a su vez se asesoró de Juan Villarin, Maestro Mayor de la Ciudad de la Habana. Se convocó a subasta pública por medio de cédulas divulgadas por un pregonero, (el negro libre José Criollo), presentándose un solo postor, Juan Antonio Pozos, quien prometió fabricarlo con solidez, puntualidad y duración, compromiso que cumplió adecuadamente. Desde su construcción, el puente sobre río Almendares y él arroyo Jíbaro han sufrido varias reconstrucciones y reparaciones que modificaron su estilo original. Durante el huracán de 1846 que azotó gran parte del occidente de la isla y causó enormes destrozos en el territorio quedaron en mal estado.

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Fueron reparados al año siguiente por la Real Junta de Fomento de la Isla de Cuba. Las fuertes crecidas del 23 de agosto de 1852 provocaron también serías afectaciones al puente sobre río, que tuvo que ser reconstruido nuevamente. En 1856 se realizaron excavaciones para el ensanche del curso y desagüe con un movimiento de 1.856,448 metros de tierra. ... El día 12 de mayo de 1890 las aguas del río Almendares y del arrollo Jíbaro se salieron de sus cauces y quedó gran parte del pueblo bajo sus aguas, quedaron familias sin sus casas, los vecinos que lo necesitaron fueron evacuados a través del puente del ferrocarril, única forma esta de salir del pueblo, evitándose así males mayores. Dos años después se reparó y pintó nuevamente, para quedar hacia 1910 con una estructura similar a la que posee actualmente.

Fundación oficial

A finales de la década del 1820 del siglo XIX el caserío había alcanzado un relativo crecimiento. Por estos años se construyeron las primeras casas de mampostería y tejas propiedad de Manuel Venerio, Francisco Magín y Ramón Agustín Cervantes, este último Teniente Coronel y Agrimensor Legal. La importancia que va tomando el lugar, determinó su fundación oficial. En una reunión del cabildo celebrada el 15 de octubre de 1830, en la Ciudad de Santiago de las Vegas, y según aparece en el libro de actas de esa institución, se tomó el acuerdo siguiente: "... se dio lectura a una representación del caballero síndico procurador general por la cual promueve el fomento de una nueva población a orillas del río Calabazar y que se denomina Santa Cristina de la Nueva Palmira..." (6) Como se aprecia en este fragmento del documento, la nueva población se fundó con el nombre de Santa Cristina de la Nueva Palmira y no el de Calabazar como era conocido desde su surgimiento. Con ésa denominación el Cabildo saludaba las nupcias de la Reina María Cristina de Borbón. Esta fue una costumbre muy generalizada entre las autoridades coloniales en ocasión de algún acontecimiento importante para obtener el beneplácito y favor de los monarcas españoles. A pesar de ése acuerdo, el nombre propuesto sólo aparece en los documentos oficiales y planos originales, pero nunca llegó a imponerse. De hecho el tradicional nombre del tramo del río se había generalizado y se seguía aplicando al pequeño poblado. Esta comunidad apareció en la escena nacional años antes que algunos pueblos y ciudades cubanas tales como Ciego de Ávila (1840), Yaguajay (1844), Las Tunas (1847), Puerto Padre (1851), Cruces (1853) y Jagüey Grande (1859). Las que fueron fundadas tardíamente, en la última etapa de la penetración interior, como resultado de las exigencias de los núcleos ya constituidos o del efecto de crecimiento poblacional asociado a la cercanía del ferrocarril, que a su vez, respondía a la distribución de la Industria Azucarera. Surgió también antes que otras importantes barriadas capitalinas, entre las que pueden citarse, por ejemplo: el Cerro, Concha, Santos Suárez, Arroyo Naranjo y la Víbora fundados entre las década del 50 y el 60 del siglo XIX. Existen discrepancias respecto al verdadero fundador del primitivo caserío. El historiador Jacobo de la Plazuela le señala este mérito a Juan de Ilias, dueño de la primera casa de baños existente en el lugar. Francisco Fina, historiador Santiaguero, discrepa sobre lo planteado, expresando que este nombre no aparece registrado en los libros del Cabildo. De acuerdo al más exacto rigor histórico avalado con las fuentes documentales consultadas, el primer colono establecido en Calabazar fue Juan de Ilias, propietario de la casa de baños y de otras tres parcelas adquiridas de la estancia "El Vínculo de Meireles" con el objetivo de edificarlas para los bañistas y casa de viviendas de su familia. En torno a esa primera vivienda comenzó a crecer el caserío en su parte más antigua. Con la fundación oficial en 1830 se produce el ensanche y trazado de la población a cargo del agrimensor Cristóbal Gallegos quien también había participado años atrás en la clasificación y valoración de los terrenos del vínculo de Río Grande de Meireles en Artemisa. En acta del Cabildo de Santiago de la Vegas, con fecha 13 de octubre de 1832 aparece una mención honrosa al referido agrimensor en los términos siguientes: "... el diario de la Habana del 4 de septiembre de este año publicó el grado de Alférez de Caballería en que su majestad el Rey se brinda premiar los buenos oficios que el agrimensor Cristóbal Gallegos había hecho en la formación del nuevo pueblo titulado Cristina, lindante al río y pueblo del Calabazar perteneciente a esta jurisdicción que no solamente inscritos a la administración del vínculo de Meireles a que partiera a aquellos terrenos, y a la mayor parte de los colonos a que nos edificaran y poblarán, sino que ha desempeñado la delineación y repartición de las calles y solares de tierra con el mayor desinterés, que de tal concepto... de la manera más ostensible... (Continúa más adelante) pide que en acta del Cabildo se haga una mención honrosa al referido Alférez y se reconocerá el nombramiento de Agrimensor Perpetuo de esta ciudad y su jurisdicción..." (7) Lo expuesto en este documento aclara el papel desempeñado por Cristóbal Gallegos, quien a pesar de no ser el primer individuo en establecerse en el lugar, desempeñó un rol fundamental en la creación de la nueva población por lo que se puede considerar entre sus fundadores. Los propietarios de las estancias “El vínculo de Meireles” comprendiendo las ventajas que había de proporcionarles de la población y venta de sus tierras, dieron la aprobación de la empresa. Así se dio inicio a la mesura y clasificación de los terrenos que servirían para la ampliación del caserío.

El trazado de la población

Las primeras callejuelas que tuvo Calabazar eran estrechas y polvorientas, pero bien trazadas. Pequeños puentes de maderas servían para qué carruajes y transeúntes pudieran cruzar las zanjas de los desagües que existían en el interior de la población. Uno de estos pequeños puentes se encontraba en la calle Meireles y San Antonio (hoy dolores García), otro en Vínculo y el camino a las Güásimas. La primera calle fue Fundación, nombre que recibió porque a lo largo de ellas se situaron las primeras vivienda y bodegas junto al río; Vínculo, así denominada por vincular los caminos de Santiago y las Güásimas; Meireles por ser ése el apellido de la propietaria de la estancia donde se asentó el primer grupo de colonos; Término, lugar donde terminaba ese primitivo núcleo de la población; y de forma transversal estaban en los inicios la calle Arango, por ser el apellido de la administradora de estos terrenos; Espada, calle que conducía al cuartel; San Antonio, que cruza por el frente de la Iglesia Principal, (actual José Martí) por ser la calle principal del pueblo; Santa Rosa. Cuando se llevó a cabo el trazado de la población se dio el nombre siguiente; de norte a sur: fundación del Vínculo de Meireles del territorio de la Habana, ya que las viviendas se erigieron sobre la estancia del Vínculo de Meireles. Estas calles han cambiado muchas veces su denominación pero los pobladores continúan identificándolas con los nombres de origen. Pronto aparecieron nuevas calles Estrella, Quezada, Habana, Morales, Figueroa, Fiscal, Cristina, Horno, San Juan y Ultima, así aparecen nombradas en un plano del pueblo de Cristina de 1873

Inicios del crecimiento económico y familiar

Con la disolución del corral de Calabazar y la aparición de un verdadero mosaico de estancias, potreros y sitios de labor, se produce un aumento demográfico significativo pero sin originar un poblado todavía. La propia estructura económica de minifundio constituía un fuerte obstáculo que impedía su aparición. En la medida en que se produce el desarrollo económico demográfico de la región habanera y con ello el aumento del valor de estas tierras, la creación de una población representaba un hecho económico impostergable. La apertura de la primera casa de baños, el seguimiento del caserío y la ulterior fundación oficial del pueblo fue el resultado de un proceso que se repitió en otros puntos de la Habana. Por esta razón, el de Calabazar no puede considerarse un caso singular dentro del fenómeno que se experimenta en la época. Su peculiaridad consiste únicamente en constituir, desde un principio un sitio de temporada que atrajo a familias de Santiago de Las Vegas y de la Habana a construir casa de verano para disfrutar de los deliciosos baños de río. En contraste con esas residencias de verano se levantaron algunos bohíos que sirvieron de morada a humildes campesinos blancos y negros libres que carecían de propiedad sobre la tierra. Simultáneamente aparecieron los primeros establecimientos propiedades de comerciantes residentes en la capital que se trasladaban al poblado, durante la temporada de calor, atraídos por las ventajosas actividades comerciales. Esto determinó la existencia de una población "flotante" que sólo residía aquí en la época de los baños quedando el resto del año reducido a vecindario de un corto número de personas en su mayor parte pobres labradores. Esta característica tuvo su reflejo más directo en el lento crecimiento poblacional que se manifestó durante las dos primeras décadas de su existencia. A pesar de las objeciones que se puedan hacer a las estadísticas coloniales, que en ocasiones se limitaban a enumerar solo la población urbana, o que la integran con los datos de la jurisdicción en su conjunto lo que imposibilita establecer secuencias comparativas prolongadas, se utilizaron las cifras más esclarecedoras para argumentar la tendencia al crecimiento de la localidad. El cuadro estadístico de 1846 ofrece una imagen de la población a mediados del siglo 19. Según esos datos contaba con 10 casas de mampostería y tejas y 3 de güano y tabla, dos tiendas mixtas, una fonda hospedaje, una panadería, un café Villar, una zapatería y una tabaquería. Su población ascendía a 99 habitantes, de los cuales 67 eran blancos, 11 libres de color y 21 esclavos. La población negra representaba el 32% de sus habitantes quienes estaban dedicados a las labores más diversas. Antes de transcurrir el primer cuarto de siglo de su fundación en 1854, se manifestó un discreto crecimiento demográfico urbano. Se llegó a los 165 habitantes, pero con tendencia al aumento. Las causas hay que buscarlas en los cambios económicos que se producían por ese tiempo. Debido a la naturaleza de su suelo, a partir de ese año comenzó a desarrollarse la Industria Alfarera con la edificación del primer Tejar dedicado a la producción de ladrillos, tejas, porrones, y otros utensilios de barro fabricados de forma artesanal, pero muy solicitados en esa época. Esa naciente industria era favorecida por el desarrollo de las nuevas construcciones del lugar y su demanda en ingenios y cafetales de la jurisdicción y lugares cercanos. A partir de entonces la vida económica de esta población quedó vinculada también al desarrollo de la industria del barro. Al observar las estadísticas de ese año de 1854, se destaca que el poblado consta en esa fecha con 4 casas de mampostería y tejas en la calle Vínculo; 4 en fundación, 1 de ellas de dos plantas ocupada por una tiendas mixtas, fonda y hospedaje nombrada "La Equidad", propiedad de Ángel Morales; y 1 en calle Espada. Existían también 6 casas de tabla y tejas en la calle Fundación; 4 en la calle Real y 2 en Calzada Real del Sur. Además se encontraban 1 casa de tabla y güano en la calle Real, 3 en Vínculo, 6 en Fundación, 1 en Espada y 7 en calle Real y 8 en Calzada Real del Sur, Se reitera además 1 tejar, 1 panadería, 1 zapatería y 1 tabaquería. En las inmediaciones del pequeño poblado aparecen 4 estancias agrícolas; "El Vínculo de Meireles", propiedad de Rafael de Quesada, "Toledo", de Ignacio Zayas, "Los Mangos", en tierras del demolido ingenio de Calabazar, propiedad de Melchor Salazar, y "La Máquina", propiedad de Manuel E. Campos. Contaba además con 17 potreros, 26 sitios de labor y un caserío con 10 casas nombrado Rancho Boyeros. Una mirada a éstas cifras es suficiente para comprender que, a diferencia del censo anterior, el número mayor de viviendas correspondía a casas rústicas de güano y tabla, lo que evidencia la existencia de una mayoritaria población humilde, jornaleros blancos y pardos libres ocupados en la agricultura, alfarería y elaboración de tabaco torcido, única fuente de sustento en aquel tiempo. Según el siguiente cuadro estadístico eran vecinos de calabazar los siguientes individuos: En la Calle Real: Francisco Barreal, Dolores Pérez, Domingo Lima, Antonio Navarro, Francisco Hernández, José Pestana, José Hernández, Manuel Estrada. En Calle Fundación: Crispín Morcira, Manuel Delgado, Antonio González, Félix Suárez, Ángel Morales, Martín Gener, Simón Hernández, Antonio Felipe, Lucas Padrón, José Herrera, Olayo Felipe, Vicente Torres Dionisio Roig (hermano de Juan Ilías). En Calle Vínculo: Francisco Gallardo, Ángel Morales, Bartolomé Batista, Juan Baguer, Bernardo Matamoros, Francisco Guzmán, Juan Castro, María Francisca, Agustín Cervantes, Andrés Vismara. En Calle Espada: Ramón Soto, José Falcón. En Calzada Real: José Díaz (Heredero) de Juan de Ilías, Juan Hernández, José de Jesús González, Juan Conrena, Martín Bernal, Antonio González, Gabriel Parra, Josefa González En Calzada Real del Sur: Gabriel Parra, Josefa Hernández, Magín Corominas, José Isabel Díaz, Francisco Zaldivar, José de la Luz Perdomo, Martín Contreras, José E. Xenes, Francisco Brito, José Nicasio Roque, María Mejías. Los datos de estas calles, sólo reflejan parte de la población residente en el poblado, no incluye a los campesinos de las cercanías. Se omite también a los temporadistas que no tienen residencia permanente. Sin duda, desde su fundación hasta mediados del siglo 19, el desarrollo de la comunidad es discreto pero sostenido. Sin embargo, el año 1854 ha quedado inscrito como el momento que marcó el inicio de un desarrollo mayor con la aparición de los renglones básicos de su economía. En el corto período de dos años se construyen 41 casas más, la mayor parte de mampostería y tejas, además de la Iglesia Parroquial, se crea la primera Escuela de Enseñanza Elemental, dos nuevos establecimientos de víveres, fonda y hospedaje y una tabaquería, así como los recreos indispensables de un pueblo de temporadas; Villar, valla de gallos y una glorieta. La mayor parte de los propietarios más grandes vivían y tenían sus principales negocios en la capital. Este cordón umbilical económico social con la capital fue aprovechado hábilmente por esos propietarios para crear un estado de opinión cuyo objetivo era incorporar a Calabazar a la jurisdicción de La Habana como una capitanía de partido. En los documentos consultados aparece en detalle los argumentos utilizados, todos de índole económica jurídica, elevados al Gobierno y al Capitán General. No obstante esa solicitud fue desaprobada por carecer de fundamento. Dos acontecimientos de extraordinaria importancia contribuyeron a la evolución económica de la localidad, el trazado de la Calzada Real del Sur y la conclusión del Ferrocarril del Oeste. Con mejores vías de comunicación y transporte diario, el enlace con la capital y pueblos del interior de la provincia mejoró notablemente; facilito no sólo el rápido traslado de los productos locales al mercado habanero, sino también que una numerosa concurrencia de personas llegaran a tomar los baños del río en verano. Las nuevas condiciones muy apreciadas en la época, fueron incentivos que estimularon a varias familias acaudaladas de la capital que durante los meses de verano abandonaban sus ocupaciones para retirarse a descansar, construyeran aquí sus residencias de temporadas para disfrutar de las deliciosas vacaciones y obtener el reposo que les ofrecía tan halagüeño rincón. Estos temporadistas venían acompañados de algunos invitados capitalinos, con ellos trasladaban también sus esclavos domésticos que en ocasiones quedaban al cuidado de las propiedades todo el año, lo que contribuyó al incremento de la población negra. De esos hombres y mujeres proceden los apellidos Castillo, Moreno, Pereira, Salvador y otros tantos que hoy llevan con orgullo sus descendientes. Cercanos al poblado se crearon otros baños conocidos como baños del Cacahual, situados en la confluencia del arroyo de ese nombre y el río Almendares, en territorio de la jurisdicción de Arroyo Naranjo, a unos 300 metros del puente del ferrocarril y cuyos restos pueden ser apreciados todavía. Sus aguas eran famosas por su contenido en sales marinas, yeso e hidroclorato de magnesio y otras sustancias medicinales. Careciendo de localidad y alojamiento, los bañistas que visitarán este sitio tenían que hospedarse en Calabazar que era la población más próxima. Los frescos manantiales de aguas cristalinas que borboteaban junto al río, fueron también estímulo para el asentamiento de otras familias habaneras que abandonaban la capital huyendo de las contaminaciones del agua de la Zanja Real. La Sala Capitular escribió numerosas solicitudes para el asentamiento de nuevos vecinos, entre los que se pueden mencionar a Juan Valerio, José Perlacia, Joaquín Castro Palomino, Andrés Vismara, Dionisio Roig, Pedro Torres y otros, lo que determinó que el número de habitantes y nuevas construcciones aumentará considerablemente. En las márgenes del río se edificaron algunos comercios y hoteles para veraneantes. En 1860 se concluyó el hotel "Las Brisas", edificio de dos plantas ubicado en la calle Meireles y San Antonio, propiedad en sus primeros tiempos de Juan y Manuel Sariol. "La Equidad" y "El Morro", ambos dedicados a fonda y hospedaje en la calle Fundación. "Moctezuma", tienda mixta y billar, de Antonio Navarro, la panadería "San Juan", propiedad de Juan Baguer y la tienda "La Cabaña". Los progresos económicos se materializaron en determinados índices estructurales, como ejemplo de ello se pueden mencionar la construcción de la Iglesia Parroquial en 1854, la creación de varios cargos administrativos locales y el establecimiento de una capitanía de partido que anteriormente estaba en Wajay, con el evidente fin de garantizar un mejor control del territorio y de las finanzas que crecían a ritmo acelerado. En sus memorias con fecha 30 de junio de 1870 el capitán Pedáneo del Partido, José S. Barrera manifestaba lo siguiente: "...El superior gobierno en 1860, tuvo a bien que fuera trasladada mi residencia a Calabazar por ser esta población de fomento moderno con 173 casas, entre ellas algunas que pueden competir con las mejores de la Capital, además posee línea-paradero del ferrocarril del Oeste, cuenta con estación telegráfica, una calzada que desde la Habana conduce a Bejucal y atraviesa por el medio del poblado. Además un cuartel de la Guardia Civil, una administración de correos, la Iglesia Parroquial, médico y botica, y dos escuelas de niños para ambos sexos; y el caudaloso río Almendares cuya corriente hace límite a la Calle Fundación, dando en general un aspecto agradable a la población". Este documento es sin duda una prueba de gran valor histórico, por cuanto muestra el desarrollo de la localidad en la segunda mitad del siglo; periodo este en que se consolidó su característica como "Pueblo Balneario" y punto de temporadas para bañistas hasta principios del siglo XX. Paralelamente, se desarrolló el sector de la pequeña industria artesanal, además de aparecer nuevos comercios, y talleres que tenían en sus inicios, un carácter local, de autoconsumo y de prestación de servicios. En la calle Meireles # 15, Tomás, abrió una herrería para herrar a fuego y cuidar animales. En la calle Principal, Venancio Méndez estableció una tienda de ropa y Ramón Pérez, una peletería y sombrerería. Cristina Hernández abrió una tienda mixta, se inuagurado además una zapatería propiedad de Gregorio López, una tienda mixta, fonda y tabaquería (todo bajo el mismo techo) propiedad de Marcos Fernández. Una fonda Villar de Valentín blanco; se abrió la primera farmacia perteneciente a Diego Mora y en la calle Fundación, se erigieron los baños propiedad de Antonio Estrada. (El 11 de noviembre de 1910, Aurelio Suárez, vecino de la ciudad de La Habana, solicitó devolución de estos baños que pertenecieron a su familia y que Antonio Estrada a título de ciudadano español, se apropió de ellos). Antonio Figueroa cedió 1608 varas planas, en terrenos del Vínculo, para una plaza de mercado; y Remigio delgado, abrió la primera carnicería. El desarrollo experimentado incidió también en la agricultura. Aparecieron nuevas fincas enteras que sobresalían por su florecimiento "El Progreso", propiedad de Ignacio Zangronis; "Río" de Rosario Román; "Arroyo Jíbaro", de Teresa C. Molina, "Paso Seco", de Francisco Gómez Masa, la estancia de "Ponce" y los potreros "Marín", "Sotolongo", "La Esperanza" y otros. Esas propiedades cambiaron muchas veces de nombre y propietario, pero aún se conserva el recuerdo de algunos. Estos datos son de gran importancia puesto que dan la medida de la evolución económica del lugar, especialmente del fortalecimiento del comercio y junto con ello de los comerciantes, que se hicieron más fuertes en la vida económica del poblado con su reflejo más directo en lo social y político. De acuerdo con las estadísticas de 1862, la comunidad experimentó un aumento significativo en el número de habitantes (657), de los cuales 410 eran blancos, 90 negros libres y 132 esclavos. Ésta última cifra, suponemos incluye un reducido grupo de asiáticos y yucatecos, aunque el referido padrón, inexplicablemente, no los clasifican por su nacionalidad de origen. En éstos datos se percibe no sólo un crecimiento cuantitativo importante, sino también un tardío pero notable aumento numérico de la población esclava con relación a años anteriores, resultado de los cambios económicos que se venían produciendo. Esta población negra estaba vinculada a la construcción de nuevas casas de temporada, el desarrollo de la alfarería y la apertura de una cantera de piedra junto al Arroyo Jíbaro. De esta forma, la base social de la localidad sufrió un crecimiento demográfico notable. A partir de 1870, el poblado constituido en cabeza de partido, con vías de comunicación a través de una calzada y por ferrocarril, a sólo dos kilómetros de La Habana, presentaba una economía próspera, constituyendo de hecho el partido de mayor actividad mercantil después de la cabecera jurisdiccional. Entre las décadas del 1870 y de 1890 del siglo XIX aparecieron nuevos comercios, talleres y pequeñas y medianas industrias que alcanzaron fama regional, provincial y nacional que estaban favorecidos por determinadas concesiones municipales. En 1871 la sociedad Stafani y Cía, construyó un alambique de mieles en la finca "El Molino". Nemesio Gante pidió autorización para poner a funcionar una fábrica de almidón junto al Río y construir una represa con el objetivo de mover la referida industria. En la Calle Vínculo # 1 se instaló la fábrica de fósforos "La Defensa" propiedad de Julio Guichard. También se abrieron dos nuevos tejares. En 1894, el catalán Pablo Bregolat Rosell adquirió la finca "Los Mangos", inmediata al poblado para erigir una fábrica de materiales de construcción: "El Tejar".Bregolat” luego el pionero de la Industria Alfarera Nacional que nace con el anuncio de seguir y triunfar en la implantación de una industria artística que en Cuba se desarrollaba primitiva y artesanalmente. En 1882 la población de la comunidad ascendía a: 1898 habitantes, siete años después, en 1889, contaba con 2654, índice demostrativo del crecimiento demográfico experimentado, procesos sólo interrumpido por el bando de reconcentración dictado por Valeriano Weyler en 1897 que provocó el éxodo de algunos habitantes hacia las ciudades de Santiago de las Vegas y la Habana que ofrecían mayores seguridades para sus intereses.

Tradiciones, cultura, costumbres y entretenimiento

Lo que constituía el encanto de los temporadistas y de los bañistas de la ciudad eran los paseos a caballos por la pintoresca campiña, los juegos, bailes de sociedad, de las representaciones teatrales, lidias de gallos finos y otras diversiones propias de la época. Para ellos el verano se convertía en un episodio de fiestas y alegrías y el pequeño poblado adquiría una extraordinaria actividad en la que apenas alcanzaban las tabernas, las fondas y hospedajes para albergar tantos forasteros. La diversión favorita de los vecinos eran las peleas de gallos que cada temporada se realizaba en una valla de la calle principal, próxima a los baños del río. Una de las primeras lidias de gallos de que se tiene noticia se efectuó entre junio y octubre de 1859 con el objetivo de recaudar fondos para construir unos baños públicos. Pero la fiesta principal igual que en otros pueblos de Cuba, era de tipo religioso. Se celebraba todos los 24 de junio, en honor de "San Juan Bautista" santo patrón del pueblo, tradición nacida de la devoción religiosa. Las fiestas patronales incluían verbenas y diferentes actividades recreativas. Después de los rituales en la parroquia se hacía una procesión con el patrón por las calles acompañada de una multitud de curiosos y fieles que portaban a San Juan en hombros. Estas fiestas tenían gran brillantez por sus competencias de caballería realizadas en la plaza de la iglesia o en un improvisado hipódromo existente en la finca "Los Mangos", lo que constituía un atractivo para los veraneantes y campesinos de la cercanía. El pueblo se llenaba de jóvenes de pueblos vecinos que venían en romería buscando alguna distracción. Un valioso testimonio de estas fiestas lo ofrece el Dr. Tomás Roig en junio de 1894 cuando abandona su casa de Santiago de las Vegas camino a la emigración: “… casi me ahogaba la emoción al pasar por Calabazar, donde se celebraban bulliciosamente, entre farolitos de colores y viva música, los festejos tradicionales del San Juan.” (Simón, Valdés, Francisco. Semblanza de Juan T. Roig, Poblaciones del Municipio. Santiago de las Vegas, 1953, pag 18) Los bailes daban fin al espectáculo. Los había para la gente del campo y para los visitantes de la ciudad. Eran noches de tómbolas, cohetes explosivos y de algarabía aldeana. Entre plegarias y bailes, durante tres o cuatro días, se realizaban estos festejos. También hubo fiestas en otras ocasiones porque los aficionados al baile constituían la mayoría. Los que no podían entrar en las sociedades existentes por carecer de recursos o por el color de su piel, se dirigían a la calle Fundación y Calzada Real del Sur, lugar donde existía desde 1854 una glorieta con un piso de tablas y techo de güano que se utilizaba para ofrecer los famosos güateques de Calabazar con güiro, guitarra y tambor, así como bailes públicos Para asegurar la distracción de los visitantes se crearon varias instituciones de recreo que ofrecían bailes, juegos y representaciones teatrales. La Sociedad “Santa Teresa” fue fundada el 24 de julio de 1871, era propiedad de Narciso Mestre, y por muchos años constituyo el principal centro de instrucción y recreo de la comunidad. Fue uno de los primeros de su tipo en la jurisdicción y estaba situado en la esquina de Meireles y Arango, era un edificio de madera y primero fue una sociedad de bailes de blancos y cuando se constituyo La Asociación de Propietarios y Vecinos en el año 1922, pasó a ser la sociedad de bailes para la gente de color, más tarde pasó a ser un edificio de vivienda distribuido en varios apartamentos. En 1873, se abrió la sociedad popular de Calabazar y el 30 de mayo de 1891 quedó constituida la sociedad "Hipódromo de Calabazar". Esta última estaba formada por individuos de ciertos recursos económicos, comerciantes, propietarios, profesionales, etc.; con el objetivo de dedicarse a la cría de caballos de raza, y la construcción de un Hipódromo para carreras de caballos y otros espectáculos. En la década de 1890 funcionó también la "Sociedad de Socorros Mutuos" Nuestra Señora del Buen Suceso. Esta sociedad estaba situada en la Calle Vínculo esquina a San Antonio y agrupaba a los jornaleros y artesanos del ramo del tabaco. Funcionaron también el "Circulo de Calabazar" y el "Circulo Popular de Calabazar" que fue creado en 1893. Ellos eran de instrucción y recreo. En esos años surgieron otras sociedades de recreo, pero de corta existencia. Las más famosas desaparecieron durante la guerra de 1895. 16 de octubre de 1901 se crea la Sociedad Socorros Mutuos "La Fraternidad" con sede en Calle Meireles # 15. Su primer presidente se nombró Manuel Gutiérrez. Era una asociación eminentemente obrera y se ocupa de la ayuda mutua de los trabajadores tabacaleros. En el año 1902, Calabazar contaba con las Sociedades "La Independencia" y "Santa Teresa" ambas eran de instrucción y recreo. Años más tarde se creó la Delegación del Centro Asturiano y el club "Pro Zayas".

La Sociedad “Asociación de Propietarios, Industriales y Vecinos de Calabazar” (APIV).

El 28 de mayo de 1922, se creó la APIV. De Calabazar (Asociación de Propietarios, Industriales y Vecinos de Calabazar) que estaba ubicada en calle Meireles y Santa Rosa, con la directiva siguiente: Manuel Luces (Presidente), Manuel Lastra (Secretario), Dr. Matamoros (secretario), Dr. Recio (Tesorero) y Domingo García (Vocal). Lugar este donde se celebraban excelentes bailes, como el del Patrón San Juan todos los 24 de junio de cada año. También se efectuaba un baile conocido como el "Baile de las Flores de mayo" y las matinés dominicales, que atraía a mucha gente de la capital y pueblos cercanos. Todavía se recuerdan las excursiones del tranvía eléctrico que con ocho o diez carros conducían los fines de semana a numerosos habaneros a disfrutar de la fiestas y a tomar los bañitos del río en los manantiales de agua cristalina. Esta costumbre duró hasta la tercera década del siglo XX.

Como al aumentar el número de visitantes significaba un mayor aporte a la economía local, estos bailes se anunciaban en la prensa habanera, presentando las orquestas, los artistas y los juegos de que podían disfrutar los excursionistas.Archivo:Sociedad propietarios industriales.jpg

Este local albergaba una sala de Cine que fue propiedad del español Manuel Luces y posteriormente era propiedad del maestro Mariano Fina. Se exhibían películas, espectáculos de Teatro, etc. También se daban matinés infantiles dominicales y existía una caseta con un timbre para llamar a los asistentes en los altos de la Sociedad. En esta Sociedad habían: juegos de Ping Pon, lugar de lecturas, local de baile, campo de Volli - boall, etc. Y reunía una buena parte de la juventud calabazareña. Con frecuencia se ofrecían en la APIV y en el Gremio de los Tabaqueros conocida por Centro Obrero, representaciones teatrales de compañías traídas de la Habana, Calabazar pudo disfrutar por entonces de las actuaciones del cuadro de declamaciones "La Pastora". Este cuadro fue constituido a iniciativas de Gumersindo de la Cerda. La Compañía estaba integrada por muchos jóvenes de nuestro pueblo. En su repertorio se exhibían obras de contenido social entre las que se recuerdan; Él Abrazo Eterno", "La Careta Verde", "No Puedo", "Ultimo Adiós", "Mi Tampa". En la segunda década del siglo XX los vecinos de Calabazar pudieron ver las primeras películas del Cine en el local de enfrente a la Iglesia parroquial que era el antiguo Hotel Las Brisas conocido posteriormente como El Bodegón, local este ubicado en la esquina de Meireles y San Antonio. Este primer cine de Calabazar era propiedad de Juan Perera, también hubo de proyectarse algunas películas en el local del Centro Obrero cito en Vínculo casi esquina de San Antonio; en los salones de la Sociedad Santa Teresa, hasta que años después el cine se trasladó a los salones de la A.P.I.V. En 1930 El Centro Obrero cito en Vínculo casi esquina de San Antonio (Dolores García) creado con el aporte económico de los trabajadores. Inicialmente agrupaba a los gremios de tabaqueros y despalilladores. Su primera directiva estuvo formada por Yordano Chávez como presidente y Faustino Pedroso como Vicepresidente. Por iniciativa del Maestro Albo Barra funcionó también como escuela para afiliados adultos. En los clasificados del fin de semana se destacaban los atractivos de que podían disfrutar nuestros padres. Era el tiempo del típico sombrero de pajilla y el blanco traje de dril; no faltaban en estas fiestas de la última moda femenina: el sombrero tipo francés y el largo vestido. En época de Gerardo Machado se establecieron tres garitos de juego en la calle Meireles, donde se jugaba al silo y el monte criollo hasta las 7:30 y también se jugaba al póquer. Después de 1959 el Consejo Municipal de Cultura creó en Calabazar una delegación. Esta institución permitió que se crearan numerosos grupos de teatro, danza y canto, así como a muchos aficionados a diferentes ramas del arte. Con el apoyo del ICAIC los equipos de cine funcionaron en los distintos repartos y campos aledaños a Calabazar. La Antigua Sociedad se convirtió en un concurrido Círculo Social Obrero en el que se realizaban actividades culturales, recreativas y políticas. Actualmente esta antigua sociedad está totalmente destruida. En la década de 1970 se abrió una biblioteca escolar y una librería. 

Personajes ilustres de Calabazar

En los primeros años de la República comenzó a destacarse en el campo de las letras René Nepomuceno Lufriu Alonso (16/5/1889 – 5/3/1943), Cursó el bachillerato, con mucha irregularidad, en los institutos de la Habana, Pinar del Río y Camagüey. Dejó inconclusos estudios de Filosofía y Letras. Fue secretario de Alfredo Zayas. Por varios años ejerció el magisterio en colegios privados, a la vez que colaboraba en publicaciones periódicas nacionales, como "La Opinión"(1917), "Nuestro Siglo" (1921), "Cuba y América, Smart (1922), Cuba ilustrada, Heraldo de Cuba, La Lucha, La Noche, Diario de la Marina y el Fígaro, de la que fue jefe de redacción primero (1921) y subdirector después (1925). Dirigió el colegio Habana (1921-1931), premiado por su calidad pedagógica, hasta que fue clausurado bajo la dictadura de Machado y él mismo encarcelado. A la caída del dictador ocupó un cargo de diplomático en República Dominicana. Miembro de la academia de la Historia de Cuba desde 1923, fue su secretario a partir de 1929. De regreso en Cuba (1933) fundó el partido centrista, que fracasó electoralmente en 1936. En ese mismo año pasó a dirigir la sección de archivo diplomático de la biblioteca y de relaciones culturales del Ministerio de Estado. Perteneció además al Ateneo de la Habana y a varias instituciones extranjeras. Participó en diversos congresos nacionales y ofreció numerosas conferencias. Compiló y prologó trabajos de Manuel Márquez Sterling en Doctrina de la República (1937). Utilizó el seudónimo de Taki Mori. Sus Obras: Carlos Manuel de céspedes. Redentor de los esclavos y Padre de la Patria cubana. Pórtico de Carlos Manuel de Céspedes [y Quesada]. La Habana, Imp. Y Librería La Propagandista, 1915. Elogio del Dr. Antonio de la Piedra. Leído en sesión solemne de la Logia Minerva. Palabras iniciales por José María López. La Habana, Imp. El Fígaro 1922. [La epopeya de esa mañana. Dies de octubre de 1968], discursos leídos en la recepción pública del señor [.] la noche del 28 de mayo de 1923; contesta en nombre de la corporación el Dr. Tomás Jústiz del Valle, La Habana, Imp. El siglo XX 1923 (Academia de la Historia de Cuba). El hijo del Libertador. Carlos Manuel de Céspedes. Esbozo biográfico. La Habana, Editorial Fígaro, 1923. Ensayos de divulgación histórica. Prólogo de Manuel Márquez Sterling. La Habana. Librería José Albela, 1924. Letras y nacinalismo. La Habana, Librería de José Albela, 1925. Manuel Sanguily. La Habana, Imp. De El Fígaro, 1925. El Impulso inicial. Estudio histórico de los tiempos modernos en Cuba. I. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1930. Francisco Lufriú, héroe y mártir. Discurso leido por el académico de número (.) en la sesión solemne celebrada el 10 de octubre de 1931. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1931 (Academia de la Historia de Cuba). El secreto de Gambetta. Novelas de la Historia. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1932. Manuel Márquez Sterling, escritor y ciudadano. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1938.Adios a Carlos Manuel de Céspedes. Discurso pronunciado al despedir el duelo del insigne cubano, en la Necrópolis de Colón, el 29 de marzo de 1939. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1939. En la década del 1920, comenzó a desarrollar una intensa labor periodística y poética José Manuel Acosta. A su pluma se deben muchos artículos publicados en la prensa obrera de la época, especialmente en los órganos periodísticos del sector tabacalero, donde laboró como reportero por muchos años. Es de destacar también la figura de la maestra Avelina Acevedo, excelente pintora a quien se deben los cuadros "Vista de la antigua Represa sobre el Río Calabazar", "Claro de Luna", "Aves Acuáticas", "Santa Fe", "Frutas cubanas" y gran cantidad de paisajes y retratos. En la calle Vínculo No.1 donde antes existió una fábrica de fósforos y después fue comedor de la Fundición, vivió el destacado pintor José A. Bencomo y Mena, Pintor de bien ganada reputa­ción, de estilo sugerente y técnica original; creador de mul­titud de obras de temas diversos acogidas favorablemente por la crítica nacional y extranjera; profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes "San Alejandro", nació en Re­medios, Las Villas, el 19 de agosto de 1890. Cursó la primera y segun­da enseñanza en su pueblo natal y los estudios de pintura y dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes "San Alejandro", con las más altas calificaciones. Obtuvo por oposición la primera beca del Estado cubano para ampliar sus conocimientos en Europa, los que cursó en Italia por espacio de 8 años, regresando a Cuba en 1927. En Italia se radicó primeramente en la ciudad de Florencia, donde cursó estudios de Aguafuerte y Xilografía con profesores particulares. Estudió después procedimientos mu­rales en el Instituto de Artes De­corativas, asistiendo al mismo tiem­po a las conferencias superiores de Historia del Arte de la Universidad y a las lecciones de anatomía directa del cadáver en el Hospital de la mencionada ciudad. En la Escuela de Encáustica de Roma cursó proce­dimiento y procesos pompeyanos, vi­sitando museos y otros centros de arte y siendo asiduo concurrente a cuantas conferencias, exposiciones y lecciones fuesen de alguna utilidad al enriquecimiento de su cultura artística. Durante su permanencia en Ita­lia exhibió; con éxito de crítica, en las Exposiciones Marinera de Roma; Muestra de Arte Florentino, en la ciudad de Florencia, Circulo de Be­llas Artes, Concurso Stibert y otras. A su regreso a Cuba, celebró una exposición personal de sus obras en el salón del diario de la Marina (1928), incorporándose en esa fecha al Claustro de Profesores de “San Alejandro”, donde ha venido presentando sus servicios en calidad de profesor auxiliar hasta la fecha. Premios obtenidos: Medalla de Oro, Exposición Ibero-Americana de Sevilla, 1930, y Medalla de Oro y Medalla de Plata en Salones Anuales del Círculo de Bellas Artes de la Habana. Ha cultivado la figura, composición, retratos, cabezas de estudios, paisaje, estáticas, marinas, estudios y apuntes, etc. Ha presentado sus cuadros en casi todas las exposiciones importantes de Cuba y algunas del extranjero.

Muere el 27 de octubre de 1962 en este su pueblo de adopción. 

Nestor Sardiñas Zamora, miembro de una destacada familia de patriotas nace en este pueblo el 26 de enero de 1869. Durante la guerra de 1895 alcanzó el grado de Capitán del ejercito libertador. En esa contienda se incorporan también al ejercito sus hermanos el Capitán Emilio Sardiñas y el Coronel Eulogio Sardiñas, todos nacidos en Calabazar. Muere el 17 de septiembre de 1897 en el combate de "Loma del Hambre" José Silvestre Pérez de la Hera Nace en San Antonio Abad (de los Baños), graduado muy joven de bachiller en filosofía y letras y licenciado en farmacia, según expediente No. 10708, de la Pontificia Universidad de la Habana. Fue notable patriota y médico de cuerpo y alma. Dirigió el levantamiento de 1851 en San Antonio y Ceiba del Agua para ayudar a Narciso López. En la década del 1860 reside en Calabazar, donde desempeñó un rol fundamental en la conspiración independentista aquí descubierta en 1869. Sufrió prisión en los castillos del Morro y La Cabaña, después es deportado a la Isla de Fernando Po, donde murió. Fue el primer médico radicado en la localidad. Pbro. Rafael Francisco Agüero Sal y Lima, fue el primer sacerdote independentista en la historia de Calabazar, nace en la Habana el 5 de febrero de 1832. Fue bautizado en la Iglesia del Espíritu Santo, en Cuba y Acosta, el 20 de febrero de 1832 según consta en el libro 33, folio 19, No 123 de los archivos de dicha parroquia. Fueron sus padres Don Pedro Agüero y Benita Sal y Lima. El 14 de junio de 1851, con solo 19 años pide una beca para estudiar en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Al terminar sus estudios es nombrado para la ciudad de Moron. El 13 de octubre de 1859, renuncia a la cátedra de latinidad de mayores de la parroquia de Morón, desempeñandose como cura interino hasta que en 1864 es designado a la parroquia de Calabazar como cura beneficiado Por la rectitud y pureza de su conducta, su amor por la verdad y la justicia y su carácter bondadoso y caritativo, tuvo la más alta consideración y el cariño de sus feligreses. En 1869 se incorpora al movimiento conspirativo que por la independencia se desarrolla en esta localidad y en toda la jurisdicción. En unión del médico Silvestre Pérez de la Hera, Francisco Lufriú y el hacendado Felipe Valerio y otros vecinos conspira por la causa. El 22 de febrero de 1869, cuando sólo contaba 27 años de edad, es arrestado en unión de otros conspiradores locales y conducido al castillo del Morro para ser juzgado por infidente. A Pesar de las solicitudes y gestiones personales que realizara el Señor Obispo de la Habana, el sacerdote Sal y Lima sin haber sufrido juicio alguno es condenado a ser deportado a Fernando Po, en Africa. El 21 de mayo de 1869 salió del puerto de la Habana el vapor San Francisco de Borja, en ese barco cargado con cientos de desterrados, va Rafael Sal y Lima junto con tres sacerdotes que también han sido deportados: José Miguel de Hoyos, Cándido Valdés y Cecilio de Santa Cruz. El Padre Rafael Sal y Lima nunca regresó del destierro, murió en Fernando Po. Antonio Estenoz, nace en 1864 Calabazar. Luchador en las guerras de independencia. Participa de las expediciones de los coroneles José R. Castillo, Carlos Roloff y Serafín Sánchez el 24 de julio de 1895. Combatió en la región de Sancti Spiritus. Por sus méritos obtuvo el grado de Capitán del Ejercito Libertador. Durante los años que duró la contienda dio frecuentes viajes en bote a Cayo Hueso, transportando correspondencia, alimentos y nuevos combatientes.

Deportes

En enero de 1886 se registra en la historia del deporte en el actual Municipio Boyeros, el dato de algunos vecinos de Calabazar que integran el equipo de base ball del Centro de Instrucción y Recreo de Santiago de las Vegas. El 30 de mayo de 1891 se crea la sociedad “Hipódromo de Calabazar”, en la finca “Los Mangos”, presidida por José G. Del Castillo. El propósito de esta sociedad es la cria de caballos y la construcción de un hipódromo para carreras deportivas de caballos y otros espectáculos públicos para la distracción de los temporadistas. El base ball era uno de los entretenimientos favoritos de los vecinos de Calabazar. Por esta razón de los años 1910 se constituyó la primera novena con el nombre de La Estrella, por Mario Romero, jefe de la estación de ferrocarril, que agrupaba a numerosos jóvenes que se destacaban en este deporte en la categoría de mayores. En mayo de 1920 se forma el equipo de Base Ball juvenil “Casiguaguas”, constituido por el maestro Manuel de la Lastra. Su mentor fue Julio Serra. En el participaron destacados jugadores de la localidad. En abril de 1935 se funda el “Conjunto Deportivo de Calabazar”, constituido por Ramón Crespo (Mongo) y Heriberto González. Esta agrupación permitió a los aficionados disfrutar de tardes emocionantes. Fue considerada coimo la mejor de su categoría por las victorias que alcanzó en los enfrentamientos amistosos con equipos semiprofesionales. Este equipo estuvo activo hasta 1939 aproximadamente. En 1940 se crea el equipo de Base Ball de la A.P.I.V. Dirigido por Manuel de la Cerda. Paralelamente se constituyó el equipo de Bregolat, que tuvo como mentor a Jorge Marrero.. De las novenas creadas en Calabazar salieron equipos de peloteros que jugaron en muchos equipos de aficionados, otros integraron las filas de la pelota profesional. Entre los jugadores más destacados se pueden mencionar a Jorge Luis López, Orestes López, Manuel Temes, Roberto Salcido, Gaspar Romero, Lindbergh Chappoten, Francisco Páez, Apeles Peñalver, Rolando Pastor, Rolando Viñas, Ramón Crespo, Eloy Pedroso y otros muchos. El 14 de abril de 1954 se inauguró el campo deportivo “Mario Romero”. Los amantes del Base Ball, ese día tuvieron el privilegio de disfrutar del enfrentamiento fraternal entre el equipo “La Aviación”, de las fuerzas armadas dirigido por Enrique Cruz, conjuntamente con otros como Santiago Ulrich, Menocal, Dunas y Salcido. La novena de calabazar luciendo sus vistosos trajes salió a batirse con un contrario tan fuerte como la novena de la aviación. El partido fue amenizado por la banda de música de la marina y la banda juvenil de Calabazar. Este campo deportivo se inscribe en el registro de Asociaciones de la República de Cuba el 25 de octubre de 1955 y estaba situado en calle Vínculo No. 63, es decir en la finca Carrillo, junto a las paralelas del ferrocarril era el lugar donde grandes y chicos, aficionados todos a la pelota, podían disfrutar de los encuentros semanales. Al edificarse en el terreno de Mario Romero la Fundición, el campo de pelota pasa a los terrenos delanteros de la Finca América, hasta que ocurre la parcelación que da lugar a la creación del Reparto Ampliación de Calabazar, actualmente se juega en lo que se ha dado en llamar el terreno del río, lugar de promesas no cumplidas. El 8 de mayo de 1986 se crea el primer círculo de abuelos de la localidad. Inicialmente se inscriben 35 ancianos dispuestos a mejorar su salud por los ejercicio físicos. En el periódico Tribuna de la Habana del 18 de marzo de 2007 aparece este artículo que reproduzco a continuación. Joya en Calabazar Los vecinos de Calabazar en Boyeros -territorio de gran tradición beisbolera, al sureste de la capital-, acaban de inaugurar su estadio, ubicado en las inme­diaciones del Río Almendares, al fondo del busto a las madres. Para convertir un viejo ensueño en esta joya, pesó la labor voluntaria de cederistas, federadas, campesinos, miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, niños, jóvenes y veteranos que ya disfrutan de un parque con medidas oficiales destinado al pasatiempo nacional: 320 pies por ambos laterales y 400 por el jardín central, una cabina de transmisión, dos dogouts, y graderías por el ala izquierda y la derecha, montadas en vigas de acero. Construcción segu­ra, confortable y hermosa. Glorias del deporte como Pedro Chávez y Armando Capiró ofrecieron gran apoyo; Elio González, director de Deportes de Boyeros, fue constante en su seguimiento. Se contó con la solidaridad de trabajadores y estudiantes de Lander, en la ciudad canadiense de Vancouver, que donaron más de 40 mil dólares para dicha construcción. Raúl Ruiz, presidente del Consejo Popular de Calabazar, y Oasis Bandera, dele­gado de una de sus circunscripciones, quien estuvo al frente de la obra, destaca­ron que la instalación es un modesto homenaje a calabazareños como Julio Trigo y René Bedia quienes lucharon por la felicidad del pueblo cubano y dieron su vida por ella. Peloteros destacados del municipio y más allá: Jorge Joe López, Bolo López, Ramón Pulín, Víctor Domínguez, Fidel Herrera... andan más que dichosos con esta edificación de categoría. Jorge Andrade, presidente de la Peña de la Calabaza, dijo a Tribuna de La Habana: "Es un premio que hemos alcanzado. Niños, jóvenes, adolescentes y adultos ya juegan pelota aquí y cuentan con un profesor que los atiende. Es un sueño que hemos convertido en realidad con los esfuerzos del pueblo de Calabazar". Lo tan ansiado ya está en nuestras manos y demuestra una vez más que sí se puede. JULIO GÓMEZ LLUCIÁ

Estampas del pasado

Entre las viejas estampas del pasado encontramos el aguador; personaje este muy pintoresco que recorría las calles del pueblo vendiendo agua de manantial a las casas que carecían de cisternas o aljibes. La alta estima de esas aguas determinó la llegada de nuevos vecinos procedentes de la Capital y de otros pueblos, como El Cano, Las Güásimas, El Calvario, Arroyo Naranjo, etc.; lo que dio lugar a una frase que ha llegado hasta nuestros días: "El que toma el agua de Calabazar se queda", frace que es común a otras localidades; en Jaruco se dice “Quien toma agua de los chorritos se queda”; en Bejucal “Quien toma agua del ojito se queda” y en Managua “Quien toma agua se queda”. También era habitual ver por las calles el carro de la carne tirado en sus primeros tiempos por un buey, y más tarde por un mulo. En esos tiempos el matadero estaba situado donde cierra la Calle Meireles con el arroyo "Jíbaro". Desde la construcción del ferrocarril, la estación ferroviaria de calabazar era un lugar muy frecuentado por vecinos de los contornos. Se convirtió en el sitio de reunión para juventud, que esperaba el paso del tren de Batabanó como un gran acontecimiento. El viejo caserón de madera y tejas, ubicado al final de la calle Meireles era uno de los principales centros donde se aglomeraban los viajeros, vendedores de confituras y curiosos, en espera del arribo del tren. Las actividades comerciales cesaban con las primeras horas de la noche. Los que salían por alguna razón después de esas horas tenían que llevar alguna luz porque aún no existía alumbrado público, se podía observar el ir y venir de los farolitos portados por los jóvenes en busca de alguna distracción nocturna. EL CEMENTERIO DE CALABAZAR

Archivo:Vista cementerio.jpg

En los inicios del pueblo y mucho tiempo después se carecía de cementerio, pero se supone que hubo algunos enterramientos de soldados de España en el patio del primer cuartel que estaba situado al final de la Calle Espada junto al Río, donde después hubo un tejar y actualmente existe un vivero de plantas ornamentales, pero lo cierto es que el cementerio de Arroyo Naranjo fue usado hasta el año 1882 por los pobladores de Calabazar. Desde 1875, se hicieron las gestiones para construir el cementerio local pero no fue hasta el 11 de septiembre de 1876, que se constituyó una junta parroquial presidida por el sacerdote Sebastián Herrera que en unión de las autoridades municipales comenzó a gestionar algún terreno cercano con ese fin. Se realizaron colectas públicas y fiestas que permitieron recaudar $ 14 500 oro para adquirir un tramo del potrero Sotolongo, propiedad del Regidor Baltasar Sotolongo en el camino a Santiago de las Vegas. La ubicación exacta de los terrenos dedicados al cementerio es la siguiente: Carretera Habana a Bejucal entre el Km. 12 y 13, algo más de medio Km. Del primero, en la cerca de piedra del potrero conocido como de Sotolongo, orilla Oeste de esta carretera, por las inmediaciones de un jagüey que en ella existe. ¼ caballería 33543 m2 (Extención del cementerio incluyendo los muros 10,027 m2 ) declinación 50 20' NE. (9). En agosto de 1882, fue inaugurado oficialmente el cementerio de Calabazar. A partir de entonces se convirtió en una costumbre habitual el traslado de los fallecidos en hombros desde el pueblo hasta la necrópolis local. En este lugar existen muy pocas tumbas y mausoleos suntuosos, es bastante pequeño para la localidad y existen muchos enterramientos en tierra y los osarios se encuentran amontonados en las capillas de la entrada, donde conviven con los trabajadores. Actualmente lleva el nombre de “Necrología de Calabazar” y ya no se pueden llevar los fallecidos en hombros por decretos administrativos.

Calabazar y las sublevaciones de Los Vegueros .

En la historia nacional está considerada como la primera muestra de rebeldía criolla frente a los españoles la Sublevación de los Vegueros, acontecimiento estrechamente vinculado a la historia de esta región. Dentro de la sociedad cubana los vegueros fueron desde el inicio del cultivo mercantil del tabaco, ya productores libres o sometidos a alguna forma de servidumbre. En la misma medida en que se acrecienta todo el interés en el comercio interior del tabaco y se emprendió años más tarde su explotación, la metrópoli comenzó a ver desde el inicio de la explotación del producto una nueva fuente de ingresos para sus arcas. Decretaron así lo que se llamó el Estanco del Tabaco, que consistía en el acaparamiento por parte del gobierno español de toda la producción de la isla. La situación creada, trajo como resultado el malestar de los vegueros especialmente los de las provincias de La Habana. Del malestar se pasó a la protesta verbal y de esta a la activa. Muchos ciudadanos de la capital manifestaron abiertamente su repulsa contra la extorsionante disposición, así como hacia los funcionarios encargados de su aplicación. En los campos, los cosecheros de tabaco se alentaban para revelarse contra el monopolio que los convertía, de hecho, en unos verdaderos esclavos. El resultado final lo constituyó la sublevación de los vegueros. Con una solidaridad poco común para la época, los campesinos vegueros se revelaron en tres ocasiones (1717, 1720 y 1723). Pero, son las dos últimas, las que se relacionan directamente con este territorio de Calabazar. Si bien es cierto que durante la primera sublevación, el modesto poblado de Jesús del Monte fue el punto de reunión de los vegueros que protestaban contra el Estanco del Tabaco, durante la segunda y tercera, las convulsas e irritadas masas campesinas se reunieron en un recodo del río Almendares en Calabazar. En ese histórico sitio se acordó unánimemente destruir las cosechas de los propietarios estanqueros que habían quebrantado los acuerdos de no vender el tabaco en efectivo, al precio de la tarifa oficial, no hacer nuevas siembras y además arrancar el tabaco sembrado sin dejar una sola mata en pie. La historia tradicional, al analizar este hecho limitada por las escasas y en ocasiones confusas fuentes documentales existentes ha considerado que durante las dos últimas sublevaciones, los cosecheros de tabaco de Santiago de las Vegas y Bejucal incumplieron los acuerdos tomados por los amotinados y traicionaron al movimiento. Contrariamente a esta óptica de análisis, las últimas investigaciones realizadas por el Museo y la Comisión de Historia del Municipio de Boyeros, arrojan numerosas situaciones contradictorias en la relación de estos hechos y abre nuevas interrogantes que deberán ser despejadas en un futuro cercano. Un acontecimiento confirmado, que no admite dudas, es que calabazar fue el punto de reunión de los campesinos rebeldes durante la tercera sublevación. Prueba de que esta concentración de vegueros en el lugar que hoy ocupa esta población, lo es la propia sentencia de muerte que contra los vegueros prisioneros dictó, el 21 de febrero de 1723, Gregorio Suazo Calderón, Gobernador y Capitán General de la Isla de Cuba y que en una de sus partes dice textualmente: "... a cuyo fin se juntaron en el río Calabazar, una legua distante de dicho partido de Santiago..." Contra los vegueros se envió un ejército de 200 hombres escogidos, al frente del cual marchaba el Capitán Ignacio F. Barrutia. El 28 de febrero de 1723, este ejército entró en Santiago de las Vegas donde tuvo noticia de que los sediciosos, se hallaban acampados a una legua de allí, junto al río Calabazar, supo también que un grupo numeroso intentaba acercarse a Santiago y a Bejucal. De inmediato situó en lugares estratégicos la infantería; a la caballería la dividió en dos alas, ordenándoles que se ocultaran en un platanar. Al llegar los vegueros a un punto no determinado aún, ubicado entre Calabazar y el lugar donde actualmente se encuentra Rancho Boyeros, fueron sorprendidos por la emboscada que los recibió con una descarga cerrada. Cargó sobre ellos la caballería, en las filas campesinas armadas de machete y algunos rifles, pero carentes de organización y experiencia militar, cundió el pánico y la confusión. Un veguero cayó muerto, varios fueron heridos y 11 resultaron prisioneros; el resto se disperso internándose en los espesos montes. En la madrugada del 21 de febrero caían, bajo las descargas del pelotón de fusilamiento los prisioneros. Entre éstos; Pedro González y Blas Martín vecinos de Santiago de las Vegas. En la iglesia parroquial de esa ciudad contra la partida de bautismo del primero y la de matrimonios del segundo. Los cuerpos de los campesinos fueron colocados en los árboles del camino de Jesús del Monte y permanecieron allí más de 40 horas hasta que fueron enterrados en el lugar. Como ya se indicó antes estos acontecimientos no están bien precisados por los historiadores en cuanto a lugar exacto y tanto es así que podemos hacer referencia a tres relatos de dicho acontecimiento histórico en tres libros de historia publicados en 1948, 1986 y 2002 La primera referencia corresponde al libro de tercer grado: “Historia local de la Habana” del Dr. F. Armando Muñoz y que dice textualmente:

<< ... Pero más tarde, en 1723, gobernando Guazo Calderón, la protesta se hizo más intensa. 800 vegueros se reunieron en el cercano Calabazar, amenazando con destruir las vegas. Guazo mandó tropas contra los rebeldes, los dispersó y les hizo doce prisioneros, que fueron colgados en terrenos del ya mencionado ingenio.>> (2)

De esta afirmación se deduce que el lugar del combate es Calabazar y el lugar de la ejecución sería en los mangos de Bregolat, es decir donde se bifurcan las líneas del ferrocarril a Bejucal y las del ferrocarril del Parque Lenin. La segunda referencia la encontramos en el libro “La Fidelísima Habana” de Gustavo Eguren y que recoge los datos del acontecimiento en cuestión señalando: <<A principios de febrero de 1723 algunos especuladores, lastimados de no haber sido admitido su tabaco en los Galeones de Guevara que otra vez regresaron a España, divulgaron la dañina especie de haberse decretado nuevamente el estanco absoluto de aquel género. Unida esta falsedad al mal efecto causado en los vegueros por alguna que otra compra baja a los más necesitados, fácilmente trocaron en abierta rebelión su descontento los de San Miguel, Guanabacoa y Jesús del Monte, concertándose de antemano para desechar toda proposición de compra que no fuera superior, o cuando menos igual al precio señalado en las tarifas. Unos 500, casi todos montados y con armas, acudieron el 18 a destruir las sementeras de Santiago y Bejucal, cuyos labradores más menesterosos habían vendido a bajo precio sus manojos. Un estanciero llamado Nicolás Rodríguez, dio cuenta al gobernador de estas violencias, añadiéndole que los sediciosos pasaban ya de mil, distribuidos desde el puente de Calabazar hasta Santiago, con miras de marchar sobre la plaza. Resuelto Guazo a anonadar la sedición de un solo golpe no permitió esta vez que la aplacaran con pláticas ni condiciones. Dispuso que a las 9 de la noche del día veinte de febrero de 1723, el capitán de caballos D. Ignacio Barrutia con su fuerza montada y dos compañías de infantería, marcharan sobre Santiago silenciosamente y por veredas desusadas, debiendo caer al aclarar sobre los sublevados. Barrutia cumplió sus instrucciones con vigor y diligencia. Al amanecer del 24, así que descubrió junto a Santiago a la chusma que, sin ordenamiento ni concierto, se disponía a marchar para la Habana, se adelantó con algunos jinetes a intimidar a los sediciosos que en el acto y sin condiciones regresaron a sus casas, entregando sus arcabuces y escopetas. Contestáronle con una descarga a quemarropa que sólo le mató un caballo e hirió a un hombre; y en el acto salieron de la emboscada los demás jinetes a caer espada en mano sobre el paisanaje mucho antes de que llegaran los infantes...>> (3) La tercera referencia corresponde al libro de Historia de Cuba, “Formación y liberación de la Nación” de Eduardo Torres-Cuevas y Oscar Loyola Vega y dice así: << ... Un primer movimiento en el que se asociaron la Oligarquía y la Iglesia a los Vegueros, obligó al gobernador Vicente Rojas a marchar a España. Su sustituto Gregorio Guazo Calderón arrestó y deportó a regidores del Cabildo de la Habana bajo la acusación de promover las revueltas. En 1720 el gobernador tuvo que pactar con los vegueros que nuevamente se habían amotinado, porque las tropas también se habían declarado en rebeldía a causa de no haber recibido su paga... Tres años después, los vegueros efectuaron la mayor de todas las insurrecciones, ahora tanto contra la corona como contra la oligarquía. Esta vez el cabildo habanero contempló en silencio. Los vegueros avanzaron contra la capital y se enfrentaron al ejercito. En el encuentro de Calabazar murieron varios. El 23 de enero de 1723 fueron ahorcados en Jesús del Monte doce prisioneros...>> (4) De este fragmento se desprende que los vegueros no iban para Santiago de las Vegas sino para la Habana y el combate ocurre en Calabazar pero los prisioneros no fueron ahorcados en Calabazar sino en Jesús del Monte. De todas formas lo que si parece ser cierto es que se reunieron junto al Almendares en Calabazar y que en las inmediaciones de Calabazar ocurrió el combate. A pesar del revés, los vegueros lograron su objetivo, pues, el rey suspendió el estanco por algunos años al conocer la intensidad de la protesta. El Macheteo de Calabazar

A raíz de la implantación de la "Reconcentración", el Coronel Juan Delgado, jefe del Regimiento Santiago de las Vegas, perteneciente a la segunda zona de operaciones del ejercito libertador en la provincia, encargó a todos los colaboradores y simpatizantes con la causa emancipadora en las poblaciones ubicadas en su zona de operaciones que se mantuvieran alertas y lo tuvieran al tanto de los movimientos de las tropas españolas. A mediados de septiembre de 1896, es informado de que las fuerzas de los batallones "San Quintín" y "La Reina", estaban estacionados en el pueblo de Calabazar y que se disponían a recoger todo el ganado de los alrededores, con el objetivo de cortarle los abastecimientos y todos los medios de alimentación a las fuerzas libertadoras. Enterados de que una de las columnas de soldados reforzada con la guerrilla de Calabazar llegaría a las cercanías de la finca "La Cuchilla" (próximo al actual reparto "El Globo") se dispuso sólo con 36 hombres a atacar a la columna española compuesta por 112 soldados bien armados, al mando de un capitán de regulares de la Habana. El 20 de septiembre de 1896, las fuerzas cubanas dirigidas por el coronel Juan Delgado se dispuso a hacerle frente a la columna enemiga. El coronel Dionisio Arencibia, segundo jefe del destacamento cubano se dispuso a recibir la orden superior de atacar con parte de sus hombres en la finca "La Cuchilla" a los españoles, pues ellos habían quemado la casa de vivienda, mientras Juan Delgado y el capitán José Miguel Hernández cargarían al machete por el callejón del Patrón. Fue tan oportuno el movimiento y tan simultáneo el ataque que las tropas españolas se creyeron copadas y haciendo fuego se fueron retirando por el callejón de la "Pica Pica"; pero la carga de los cubanos fue tan rápida y el macheteo tan efectivo que le hicieron al enemigo 79 bajas. Los mambises lamentaron por su parte la muerte del sargento Tomás Negrín combatiente este muy querido de la comarca. Al notar Juan Delgado que el capitán español acababa de matar a Negrín le tiró un machetazo que le separó la cabeza del cuerpo. Derrotados y en presencia de la muerte de su jefe la tropa española se retiró después de haber sufrido una vergonzosa derrota militar. Horas después del combate, la Guardia Civil y los Voluntarios utilizando la amenaza y el terror ordenaban a los vecinos de Calabazar a que se mantuvieran en sus casas con las puertas y ventanas cerradas, para que no vieran pasar por las calles del poblado las carretas que contenían los cadáveres de los soldados españoles, que tenían como destino una fosa común en el cementerio local. Al día siguiente la prensa al servicio de la metrópoli publicaba un parte militar del Estado Mayor español que expresaba así: "Una concentración de fuerzas insurrectas de más de mil hombres, al mando de varios cabecillas, sorprendieron en las cercanías de Calabazar a un pequeño grupo de soldados causándoles varias bajas, pero sufriendo los rebeldes un verdadero descalabro con la pérdida de más de 45 hombres". "El macheteo de Calabazar" realizado sólo a dos meses del arribo de la invasión a la Habana demostró la fortaleza de la revolución en este territorio. Otros acontecimientos

El 28 de agosto de 1896, se produjo un enfrentamiento en la finca "Galera" ubicada entre Managua y Calabazar llevado a cabo por topas de Juan Delgado y las fuerzas del Regimiento "Pizarro", al mando del coronel español Diego de Figueroa.

El 7 de agosto de 1897 en la finca de "San Antonio de Patrón" el coronel Dionisio Arencibia sostuvo un encuentro con el Regimiento de Infantería "San Quintín", produciéndose bajas por ambas partes.

12 de diciembre de 1898 las fuerzas del Regimiento de Caballería "Mayía Rodríguez", entran victoriosas en esta población. En diciembre de 1898, tomó posesión el primer alcalde que tuvo Calabazar después del dominio colonial y fue Rafael Díaz Hernández que ejerció sus funciones hasta el advenimiento de la República.

Máximo Gómez en Calabazar

Ejemplo.jpgEl 1 de agosto de 1900 Máximo Gómez, heroico combatiente y estratega, después de los tristes acontecimientos de la disolución de las Instituciones Representativas de la Revolución Cubana y su destitución como General en Jefe, establece su hogar en la pequeña localidad de Calabazar de la Habana, actual municipio Boyeros. Vino a vivir a la casa que se encuentra en Meireles esquina a Espada, estaba marcada en aquella época con el # 19. Buscaba un lugar de descanso lejos del bullicio de los hombres. En la última habitación de la vieja casona ubicó sus libros y las cajas donde guardaba su archivo personal que lo acompañó durante las dos contiendas independentistas. Al final del patio colonial estaba la caballeriza donde guardaba su caballo, el mismo que lo acompañó en la última guerra. Desde entonces esta casa quinta se convierte en el centro de atención de todo el país. En ella recibe a los buenos amigos, a los veteranos de la manigua, a los patriotas sinceros. Durante este retiro se dedica a repasar el panorama de su vida dedicada durante más de tres décadas, a la lucha de liberación del pueblo cubano. Estas reflexiones se reflejaron en su correspondencia de esa época en Calabazar: ".Nunca, ni cuando combatimos a Weyler con sus más de 250,000 soldados, corrió mayores peligros la patria como en estos momentos. Tenemos al extranjero metido en la casa." (10a) Durante este tiempo también se dedicó a confeccionar el listado de los combatientes del ejercito mambí, escribir a las amistades y a ordenar su archivo. Era la época de los preparativos para elegir la Asamblea Constituyente y de una poderosa corriente que pretendía convertirlo en candidato para Presidente de la Nueva República, después de consultarlo con su familia, con gran humildad rechaza tal propuesta. Después de instaurada la República y viviendo en este pueblo rechaza la proposición de recibir una pensión igual a la del sueldo del Presidente de Cuba, por considerarla innecesaria, injusta y excesiva. Durante su estancia en Calabazar, muchos lugareños conocieron al Generalísimo del Ejercito Libertador, al hombre de carácter firme, ademanes corteses y amoroso con los niños y por mucho tiempo se recordó a aquel hombre delgado, de alta estatura, de barba y bigotes blancos, de ojos negros y pequeños que con frecuencia visitaba la casa escuela de la calle Arango (donde en 1902 impartía clases a los ciudadanos negros de este pueblo), actual centro escolar Rafael M. Mendive. Por estos años las crisis de asma nunca lo abandonan y en cualquier momento se producían y sólo el aire de la manigua lo aliviaba, de esto nos cuenta Pedro Máximo Vargas hijo de Margarita Gómez Toro "A cualquier hora de la noche se producía la falta de aire. Entonces le pedía a Morón, su último asistente que le ensillara a Zaino, y salía a jinetear muchas veces hasta la Víbora en extensos galopes contra la enfermedad. Al regreso al poblado ya tenía el pecho disipado". (10b) Todos los sábados por la mañana el General, ensillaba su brioso caballo y con trote firme se encaminaba por el polvoriento Camino Real del Sur (actual Calzada de Bejucal), rumbo al Cacahual, lugar donde se guardan celosamente los restos del General Antonio Maceo y de Panchito Gómez Toro, su hijo, y en el camino hacía un alto para refrescar algo y solía conversar con un comerciante que tenía su comercio por la zona de la Cruz Verde en Santiago de las Vegas, también conversaba algo con los vecinos de esa zona. El 31 de octubre de 1902 se mudó para la Ciudad de la Habana para residir en la Calle Galiano # 45. (11)

Comunicaciones de Calabazar

Desde los primeros años de la ocupación de la isla se abrió el camino, que desde Batabanó, conducía a la costa norte cruzando por esta zona. Con el andar del tiempo esa primitiva vía se convirtió en el camino real del sur, intransitable en épocas de lluvia, frecuentado solamente por bueyes y arrías de mulos empleados para transportar a la capital los productos agrícolas, los tercios del tabaco y las cajas de azúcar. En tales condiciones el costo del transporte desde el interior hasta el mercado habanero resultaba muy elevado, lo que en más de una ocasión hizo pensar en la construcción de un canal que partiendo de Güines, pudiera utilizarse para transportar los productos agrícolas hasta la Habana. Pero ese proyecto nunca se ejecutó. También se pensó utilizar "La Madre de la Chorrera o río Almendares”, desde Calabazar hasta el Husillo y después de la Zanjas Real; no solamente para que llevaran los barcos hasta el centro de los arrabales de la Ciudad de la Habana, sino también para suministrar agua a las fuentes de la que carecen durante tres meses al año. Pero estas ideas fueron abandonadas con la aparición del ferrocarril que resultaba más económico y ventajoso. El Camino Real del Sur atravesaba una rica zona campesina, pasando por pueblos tan importantes como Santiago de las Vegas, Bejucal, Quivicán y otros, lo cual le daba gran significación económica por su clasificación de primer orden. Hasta 1844, la historia de las comunicaciones en esta zona, se limita a inseguros caminos y veredas infectados de malhechores en espera de la mejor presa para desvalijarlo de sus prendas personales. Precisamente en ese año se inició la construcción de la Calzada Real del Sur (Calzada de Bejucal), que partía desde Jesús del monte con un ancho de ocho a 12 varas, 32 puentes y portazgos y una extensión de 26 kilómetros, (Durante el trazado de esta calzada se plantaron los árboles: Algarrobos, Framboyanes, Jagüeyes, etc), llegando a Calabazar entre 1844 y 1847 constituyendo su primer gran tramo, extendiéndose hasta Santiago el 29 de agosto de 1852. Al concluirse los trabajos, el itinerario de esa vía era el siguiente: Jesús del Monte-Portazgo de la Víbora-caserío de Arroyo Apolo-taberna La Portuguesa-Arroyo Naranjo-aldea de Calabazar-Ciudad de Santiago de las Vegas-Rincón-Ciudad de Bejucal. A partir de entonces estuvo servida por dos empresas de berlinas, que salían diariamente de la calle Amistad en la Habana. Dos de esos carruajes permanecían en la población para casos de necesidad. Con el establecimiento de la línea de diligencias, la población se convirtió en sitio de parada de ese transporte lo que estimuló la construcción de nuevas viviendas y comercios así como el acceso de numerosos bañistas.

Archivo:Paradero.jpg En el año 1858 la Empresa Ferrocarriles del Oeste construyó el puente sobre el río Almendares y se trazaron los primeros 13 Kilómetros de paralelas hasta la población facilitando las comunicaciones y el acceso de un número mayor de visitantes a tomar los baños del Río. Este tramo fue inaugurado el 30 de junio de 1860, día histórico y festivo en que arribó la primera locomotora cubriendo el itinerario desde Cristina hasta Calabazar. Junto con el ferrocarril apareció la Administración de Correos de 4ta clase y la estación telegráfica que comunicaba con la Capital. A partir de la década de 1870 se establecen los carruajes públicos entre las poblaciones y diferentes localidades de la jurisdicción utilizando los siguientes precios o tarifas: desde Santiago a Boyeros o de Calabazar a Boyeros 40 centavos si no pasaban de dos personas y 10 centavos, por cada uno más. El mismo viaje de ida y vuelta, con media hora de espera, 60 y 20 centavos. De Santiago a Calabazar 80 centavos ida con una o dos personas. Entre Calabazar y Mazorra un peso con uno o dos viajeros y 20 centavos más por cada viajero adicional, de Calabazar al Bejucal, ida con uno lo personas un peso y 30 centavos más por cada viajero adicional. El mismo viaje con una hora de espera 2,50 pesos con una o dos personas y 50 centavos por cada uno más. También existía el camino de las Güásimas quien entroncaba este último con el camino que iba a Batabanó. Esta vía fue clausurada el 12 de noviembre de 1917, por solicitud de los propietarios de las fincas, pues lo consideraban como refugio de rateros y asaltantes de camino. Al año siguiente (1918), el Presidente de la República suspendió el acuerdo municipal y de nuevo se abrió el estrecho camino que servía para comunicar a Calabazar con los pueblos del Calvario y Managua. Durante los primeros años del siglo veinte, el pueblo sigue siendo punto de parada de carromatos y guaguas de Caballos. Por estos tiempos la Calzada de Bejucal era la única vía de comunicación terrestre con pueblos y ciudades del interior de la provincia, como Santiago de las Vegas, Rincón, Bejucal y otros. Cuando estos carros venían de La Habana pasaban por el edificio o comercio conocido como "El Morro", a la entrada del poblado. Cuando venían de Santiago de las Vegas pasaban por el comercio conocido como "La Cabaña". Cuando paraban, daban de beber a sus bestias y en ocasiones se reparaban sus carros y los pasajeros se bajaban refrescar algo en los comercios. En 1904, José Mújica Carratalá (vecino de Arroyo Naranjo), estableció una línea de guaguas tirada por caballos, con dos vehículos de 10 asientos cada uno. Su trayectoria era desde el paradero de la Víbora hasta el poblado de Calabazar. Posteriormente, amplió el servicio con una nueva línea desde Calabazar a Santiago de las Vegas y viceversa. Archivo:Puente Ferrocarril.jpg El día 4 de julio de 1906, el Ciudadano Pedro Silva que era vecino de Calabazar solicita al ayuntamiento santiaguero el explotar una línea de guaguas tirada por caballos desde Calabazar al paradero de la Víbora. Cobraba por el referido tramo 10 centavos por pasajero. Éstas guaguas tenían suma dificultad para subir la loma de San Juan (loma del sanatorio) pues en épocas de lluvia los caballos resbalaban en esa inclinada cuesta. El cruce sobre estrecho puente del Jíbaro era considerado como otro de los grandes riesgos de esta Calzada, hasta que fue reparado en el año 1918. A lo largo de todo este camino había grandes algarrobos que servían de sombra para las bestias, también a los carruajes y viajeros. La rotulación y numeración de las calles y viviendas se realizó en 1910. Se sustituyó en nombre de la calle Principal por el de José Martí; Meireles, se llamaría en adelante Máximo Gómez; Término, se llamaría a América Arias; la calle Fundación, tomó en nombre de Alfredo Zayas; la calle Vínculos se llamó José M. Espinosa, aunque el pueblo continuo nombrando las por los nombres originales. No fue hasta 1938, después de múltiples solicitudes del vecindario, que se realizaron primeros trabajos de pavimentación de algunas calles y la construcción de aceras. Posteriormente comenzaron a circular las guaguas de motor con su entrada por la parte trasera. Este transporte fue cambiando en su estructura a medida que avanzaba el siglo. Posteriormente se estableció la línea Víbora - Santiago que cruzaba por Calabazar y era conocida como "La Especial", o popularmente la Verde, pues eran ómnibus chicos de madera y lata y pintados de ese color. Esta ruta era propiedad de un ciudadano nombrado Zamalea. En 1913, se inició la electrificación del ferrocarril del oeste para el funcionamiento de los tranvías que realizaba la travesía de La Habana al Rincón. Sus coches se distinguieron por su comodidad y seguridad, utilizándose también para paseos dominicales. En las principales publicaciones de la capital los clasificados anunciaban estos paseos ideales. Estos tranvías eléctricos salían de la Estación Central cada media hora desde las 5:15 AM. hasta las 7:15 PM. y cobraban las tarifas siguientes: de la Estación Central a Arroyo Naranjo 12 centavos de la Estación Central a Calabazar 13 centavos de la Estación Central a Rancho Boyeros 19 centavos de la Estación Central a Santiago de las Vegas 25 centavos de la Estación Central al Rincón 30 centavos Con el de cursar de los años se instaló el telégrafo del estado en las oficinas de correos del poblado, así como los teléfonos privados. Posteriormente se brindó el servicio de larga distancia. Después de 1959 la antigua y estrecha Calzada de Bejucal que enlaza Calabazar con la ciudad de La Habana y Santiago de las Vegas ya no es la única del territorio. Se han abierto nuevas carreteras y habían reparado y pavimentado otras. Así el antiguo camino que conducía las Güásimas fue pavimentado y es una importante vía de comunicación que entroncaba con la carretera de Batabanó facilitando el acceso a los poblados de Managua, San Antonio de las Vegas y otros del sur de La Habana. Partiendo del poblado de Arroyo Naranjo sale la calzada Varona que se extiende de este hasta entroncar con la doble vía de Boyeros. Esta carretera en los últimos tiempos, como parte del plan del mejoramiento vial de La Habana ha sido reparada y ampliada. En las inmediaciones de Calabazar, se pavimentó el camino del Jíbaro. Convertido en carretera, que permite ahora el rápido traslado desde esta localidad hasta el Reparto Río Verde, acortando el camino de los vehículos que se dirigen a Fontanar, Capdevila y Wajay. También se reparó la carretera del Rocío que conduce al Jardín Botánico Nacional y al Instituto Revolución. Calabazar es paso obligado de la ruta de ómnibus # 31 que cubre el tramo Santiago de las Vegas a la Víbora. Además por aquí pasan las rutas 473 que cubre el tramo de la Víbora a las Güásimas, cruzando por el complejo de Piscinas del Parque Lenin ubicado en las proximidades de Calabazar. La ruta 177 comunicaba lo repartos Trébol, García, Parajón, Arroyo Naranjo y el pueblo de Calabazar con Rancho Boyeros y Santiago de las Vegas. La ruta 85 comunica Santiago de las Vegas con las Cañas. Ya no.

Servicios de salud pública.

En el ámbito de la salud la situación de Calabazar al final de la época colonial y comienzo de la década de 1900, era bien precaria. Las condiciones higiénicas de Calabazar en esta época eran pésimas. Pestilentes zanjas conteniendo el agua de los desagües atravesaban el pequeño poblado, en las calles pastaban los animales, el cementerio no recibe mantenimiento y las basuras se depositan en los patios de las casas, por no existir un sistema de recogida a domicilio. No es hasta 1900 que se comienza a realizar la limpieza pública dos veces por semana encargada a un contratado por un salario ascendente a siete pesos mensuales. Calabazar conoció de servicios médicos propios en el año 1896, antes los necesitados de estos servicios debían ser conducidos a los hospitales de Santiago y la Habana, únicamente en caso de azote de epidemias venía el médico municipal a la localidad. En el año 1896 durante la reconcentración aplicada por Valeriano Weyler hubo una epidemia de viruelas y a consecuencia de ella murieron muchos soldados españoles y personal civil. En noviembre de ese año se estableció un hospital de campaña perteneciente al regimiento de Villavisosa y se decidió que el médico municipal, el doctor Eduardo Cortés, prestara asistencia a la población contagiada por ese mal. En esa época se estableció la primera farmacia que tuvo Calabazar y era propiedad del licenciado Diego Mora y estaba ubicada en la Calle Meireles, el citado licenciado era propietario también de otros establecimientos de este tipo en Santiago de las Vegas. Al finalizar la guerra de independencia y a principios del siglo XX, fue retirada la enfermería militar y quedó el doctor Eduardo Cortés en su consultorio particular de la Calle Meireles # 13. En el año 1900 la población no se ha recuperado de las calamidades de la última contienda emancipadora, agudizada por la crecida del río Almendares en 1901 y la epidemia de escarlatina que se desarrolla en 1904.

En el año 1910, en ocasión de las afectaciones debidas al ciclón que azotó la isla, se reforzó el desastroso servicio médico cuando enviaron al médico del municipio, a visitar el poblado de Calabazar una vez por semana para atender a los pobres del pueblo. Por el año 1913, a raíz de la construcción del primer acueducto, en el lugar conocido por Ojito de Agua, junto a la Calzada de Bejucal, el pueblo sufrió una epidemia de tifoidea, provocada por la contaminación de las aguas subterráneas cuando los vecinos comenzaron a utilizar los antiguos pozos como fosas y esta enfermedad causó varios fallecimientos, por tal razón con el tiempo fue necesario trasladar el acueducto río abajo, lejano de la población. Una de las enfermedades más frecuentes en la tuberculosis, propagada con mucha fuerza entre los obreros tabacaleros.

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Otras enfermedades frecuentes eran el parasitismo, la fiebre amarilla y la desnutrición especialmente entre la población infantil. También el año de 1913 la Cámara Municipal recibió la primera solicitud de los vecinos para que se abriera una Casa de Socorros. El doctor Eduardo Cortés ofreció gratuitamente su casa para el funcionamiento de esa institución. La gestión quedó en el olvido. Durante la segunda década del siglo veinte el doctor Eduardo Montes Ríos que era vecino de la calle Arango, abrió una consulta privada en la calle Principal, tiempo después estableció su residencia en el Reparto las Cañas precisamente donde hoy se encuentra la escuela Machaco Ameijeiras. También residió en el Reparto las Cañas un doctor llamado Ángel Arturo Aballí.. No es hasta el año 1926, y en los momentos en que la población era azotada por una nueva epidemia de fiebre tifoidea cuando se logró que los médicos municipales vinieran a dar consultas médicas gratuitas dos veces por semana. El 24 de junio de 1937, se abrió la primera Casa de Socorros de Calabazar y estaba situada en un pequeño local (que era la cochera) de la casa en que residió Máximo Gómez, cita está en la calle Meireles esquina Espada. Este local por un acuerdo del Ayuntamiento Santiaguero se denominó doctor Bernardo Gallol Campos. En él prestaba servicio solamente un médico y un enfermero. Alrededor del año 1940 se establecieron en la localidad varias consultas particulares, en cierta medida suplieron la ausencia de un adecuado servicio médico costeado por el estado. En 24 junio de 1956, esta casa de socorro fue trasladada para un pequeño local donado por Terina Campa, este se encuentra en la esquina de Espada y Término y hoy es el Banco Popular de Ahorro. Este centro contó con los servicios de los doctores siguientes: Oscar Rojas, Mario Martínez de la Cerda, Eduardo Palacios Vega. Laboraba como enfermero Ibrahim Villazon. Éstos médicos laboraron alternadamente durante varios años. Esta Casa de Socorro fue trasladada en 1963 (ya denominada Policlínico de Calabazar) para la casa donde vivió el Sr. Pepe Juelles, (que era el dueño de las Canteras de Juelles en el Globo), y que en la actualidad es la Estación de Policía o sea en Principal entre Término y Habana; que era dirigido por el Dr. Carballo. Contaba este Policlínico con los médicos siguientes, entre otros: el Dr. Félix Pujada Hidalgo, Dr. Mario Martínez Soler, Dra. Medina, Dra. Grooninig, Dra. Menéndez Valonga y otros. Entre los enfermeros se contaban: Eduardo Cagigas, Eladio Márquez y otros. El salón de Odontología era atendido por los dentistas: Dr. Ponce de León y su esposa la Dra. Zenia Núñez y otros. En 5 de octubre de 1988 El presidente Fidel Castro Rúz inauguró el Policlínico docente denominado "Mártires de Calabazar". Este Policlínico se encuentra en la Calle Habana entre Espada y San Antonio (llámese Dolores García o calle 108). Como médicos con consultorios privados por los años 50, se pueden nombrar: Waldo Laurencio, residente en Principal entre Meireles y Vínculo; el doctor Eduardo Palacio Vega con consultorio - laboratorio en Arango entre Meireles y Término; el doctor René de Juan Sust con consultorio en la calle Arango entre Término y Habana; el doctor Manuel Pérez Perlacia que residía en Meireles entre Espada y San Antonio y era Jefe Provincial de Salubridad de la Habana y candidato a Representante por el Partido Auténtico. También consultaba particular el doctor Manuel Cortiñas que tenía su consultorio en la calle Arango y Término. Archivo:Policlinico calabazar.jpg Entre los dentistas con consulta particular podían contarse a: Dr. Segura Godales, Dr. Manuel Abreu Iturbide, Dr. Sacasas y otro dentista (Dr. Otazo) que consultaba en Meireles entre Arango y Espada. Al inicio de la República residió en Calabazar, en la Calle Meireles # 43 el sabio Botánico Don Tomás Roig a decir del Dr. Juan Bilanosa Díaz investigador y escritor de cuyas manos salieron importantes apuntes de esta especialidad de la botánica. Durante el periodo revolucionario se logró erradicar terribles enfermedades que hasta la fecha azotaban con frecuencia la localidad entre las que se encuentran la tuberculosis, la fiebre tifoidea, el tétanos, el paludismo y otras que han sido eliminada con los programas preventivos (también se han obtenido significativos avances en el sistema de vacunación y de inmunización de la población. Se ha logrado inmunizar al nacer a la población infantil contra el tétanos, la difteria y la tosferina) y la atención dispensada por el Ministerio de Salud Pública. Asimismo las campañas de vacunación antipolio y antivariólica garantizan que las futuras generaciones crezcan fuertes y saludables. En la actualidad además del policlínico docente existen más de 33 consultorios del médico de la familia. El policlínico está siendo ampliado en el momento presente para poder brindar los servicios de un hospital de urgencias.

La educación

Uno de los primeros barrios de la Jurisdicción que tuvo escuela para varones fue Calabazar. En 20 de enero de 1858, contaba con una matrícula de 11 alumnos y este centro estaba situado en los primeros tiempos en la casa propiedad del moreno libre Alfredo Baltasar; trasladándose más tarde para la Calle Principal esquina a Término. La escuela de niñas fue abierta el 22 de enero de 1863, a solicitud de los vecinos del pueblo, siendo nombrada como preceptora la Sra. Matilde Álvarez, nuestra titular presidenta y residente en la localidad. Se encontraban también entre los primeros maestros de Calabazar: Domingo Lopotegui, Ramón de Soto y Castro, Ramón Morales, Juan Crespo Gupera, Casanso de Luna, José María Riquelmes, Gabriel Pedrero, Agustín Ayala, Agustín Labó. Estos maestros eran pertenecientes a la escuela de niñas encontrándose entre uno de sus directores Ricardo Zañig. También eran maestros por esa época Matilde Álvarez, Francisco Herrera y Dolores Frezinol. Se creó una Junta Local de Instrucción Pública y estaba formada por el alcalde de barrio, el cura párroco, cuatro vocales y un secretario y ellos eran los encargados de supervisar el desarrollo de la educación y el cumplimiento de los objetivos. En 1880 se abre la escuela municipal para varones con una matrícula reducida por la necesidad que tenían los niños de trabajar para ayudar al sustento de su familia. En la etapa comprendida entre esta fecha y finales del siglo no se reflejan cambios significativos en la educación en Calabazar; se mantiene la Escuela Municipal creada y surge en 1894 por el entusiasmo e iniciativa de Zenaida Álvarez una escuelita privada de niños con sesiones para cada sexo, en la calle Meireles # 40, la que varios años funcionó. En esta escuelita estudiaron hijas de vecinos y pobladores que al paso del tiempo se formaron como maestros y educadores de nivel destacado. Durante los primeros años del siglo veinte, calabazar contó con dos escuelas y éstas estaban situadas en la calle Arango y en la calle Habana. Poco después se fundó la escuela pública situada en la calle principal y que impartía enseñanza primaria. En 5 de septiembre de 1900 inicia el primer curso la Casa Escuela de Calabazar construida en el terreno que el Ayuntamiento tenía reservada para plaza de mercado (Escuela Pública de Calabazar) y estaba situada en Habana y Arango. Allí se construyó una casa de madera y tejas del tipo "bungalow" con sótano y piso de madera, la cual contaba con dos aulas grandes para grados múltiples; estando éstas atendidas por dos maestros: Eduardo Paulino Dihins (para varones) y María Ana Huertas Bruzón (para las niñas). Esta escuela fue trasladada más tarde para una casona en la calle Vínculo esquina a Cerrada del Oeste por deterioro de la misma. Al ser construido el Centro Escolar, esta Escuela Pública pasa para allá funcionando en la sesión de la mañana para varones con el nombre de “Rafael María de Mendive” y en la sesión de la tarde para hembras con el nombre de “Ignacio Agramante”. Al triunfo de la Revolución se fusionan estas escuelas como escuela mixta y toma el nombre de “Rafael María de Mendive” Existió también la escuela de Dolores García, sita en calle San Antonio esquina a Término, más conocida por la escuela de “Dolorita”, años después pasa a la calle Principal y Término. En un homenaje que se le hace a dicha educadora se le cambia el nombre a la calle San Antonio y se le pone el de Dolores García, hoy 108 En septiembre de 1902, un corresponsal local del periódico de la Marina, señala que fueron aprobadas maestras de primaria tres hijas de este pueblo: Carmen Zenaida Álvarez, América Amable y Ernestina de Cárdenas. En 1908 las maestras de primaria de la Escuela Pública #12 situada en calle Principal entre Meireles y Término, organizaron por el fin de curso, una velada cultural en la Sociedad Independencia, con entrega de premios a los alumnos destacados, recitación de poemas y puesta en escena de varias obras de teatro que fueron bien acogidas por los asistentes. En 1909, en notas del reportero de Calabazar, se señala que merecieron premios María Josefa Barajagua y Amada Acevedo Vismara, que obtuvieron certificados de segundo grado en los exámenes de aspirantes al magisterio. Ese mismo año y con la participación del Inspector del Distrito Escolar, el Sr. Pedro P. Navarro, se ponen en escena por fin de curso, varias obras de teatro escenificadas por los niños de la Escuela Pública # 12 y bajo la dirección de Zenaida Álvarez, entre las obras representadas se pueden mencionar “El juguete Cómico” de Eduardo Pulgarón y “E Sitio de Liborio” de Adolfo Cortada, siendo muy elogiadas por la crítica local. Al entrar la segunda década del siglo se crean nuevos asentamientos poblacionales: Rpto América, Las Cañas y El Globo que influenciarían grandemente en el desarrollo de la Educación en Calabazar con la creación de nuevas aulas y escuelas. Por estas fechas Calabazar contaba con un buen número de maestros vecinos de la localidad que ejercen o están en disposición de ejercer tanto en el pueblo como en todo el Distrito Escolar. Además de los ya mencionados se pueden añadir: José Manuel Sánchez (Que en el año 1944 llevaba 32 años de labor en la localidad) Emelina Acevedo Vismara, Carmen Alonso, Manuel de la Lastra, María Cadalso, Ana María Delgado, María Teresa Blanco y Ezequiel Rodríguez. E la década del 20, se traslada la escuela pública #12 de niñas ubicada en la calle Principal, para la calle Vínculo 21-A entre Principal y San Antonio. Nuevos traslados se producirán en este periodo; de aquí para la calle Fundación, esquina a Espada, donde vivió María Luisa Supervielle, hermana del Alcalde de la Habana, y posteriormente para la calle Vínculo esquina a Estrella, donde residió el destacado abogado y notario Dr. Mario Recio Foros, nativo de este pueblo y connotado dignatario de la masonería. También y procedente de Quivicán vino a residir a Calabazar con sus familiares, en los años 20, el Dr. Jorge García Galló, realizando con su habitual modestia su oficio de tabaquero mientras estudiaba Pedagogía y Filosofía en la Universidad de la Habana. Antes de graduarse a finales de esta década y comenzando la crisis política y económica del país, abrió una escuela nocturna a la que concurrían estudiantes de nivel medio y trabajadores, la cual tuvo muy buena acogida, funcionando breves años en la calle Santa Rosa entre Fundación y Vínculo. Al inaugurarse en el año 1924 el Reparto Berenguer favoreció años más tarde la creación de una nueva escuela que benefició a los vecinos del lugar, la escuela pública # 14, que estuvo situada primero en calle Santa Isabel entre Cruz Muñoz y Albacete. Más tarde se trasladó para la calle Albacete entre Coronel Sardiñas y Fernando Berenguer, estos dos sitios fueron humildes escuela de madera pero que impartían clases de kindergarten hasta sexto grado y era atendida por prestigiosos maestros como Ofelia Piat, Elsa Castaño y Florentina, hasta que en septiembre de 1962 se inaugura la actual escuela “Armando Gamboa” situada en calle Coronel Sardiñas entre Cruz Muñoz y Albacete. Residió también en el Reparto Berenguer, por temporadas, con su familia, el General Enrique Loynás del Castillo, en la Calle Dolores Rubio, entre Coronel Sardiñas y Fernando Berenguer En 1927 se creó la Escuela Pública # 41(antes había sido # 13) que estaba situada en calle Santa Rosa e/ Cienfuegos y San Rafael. A esta escuela asistió el mártir de la Revolución Julio Trigo López. El kindergarten de dicha escuela funcionaba en una vivienda frente al Tejar América, hoy Fulton. Iniciada la crisis política al llegar los años 30 se producen acontecimientos relevantes que influyen en la situación general del país, la escuela No. 12 se traslada para la calle Meireles esquina a Arango, llamada entonces la Casa Blanca, donde residiera María Josefa Izaguirre, esposa de un hijo del Generalísimo Máximo Gómez. Los frecuentes traslados de la citada escuela de niñas se debe a la falta del cumplimiento de pagos del alquiler de los inmuebles que ocupaba, en tanto que la escuela de varones se mantiene estable por estar construida en terrenos de propiedad del Estado. En 1945, se autorizó la apertura de la primera escuela nocturna que comenzó a funcionar el 26 de septiembre de 1946, se impartirán clases de idioma inglés así también la apertura del escuela número 14 del reparto Berenguer y la número 20 del reparto el globo. Corrían los años 40, y había también escuela pública de hembras y varones y durante el gobierno de Grau San Martín se edificó el centro escolar de calabazar, así como el kindergarten ubicado anexo a los terrenos del antes mencionado centro escolar. Posteriormente en los años cincuenta fueron creadas escuelas o academias privadas por ejemplo: la escuela Amador propiedad del maestro Pedro Amador y Lily Laurencio, también hubo de fundarse la academia "Richard's propiedad de Ricardo Álvarez Alonso. En 1954 José Herrera puso una escuela particular. En ella enseñaba todos los grados primarios. En vacaciones preparaba estudiantes para el examen de ingreso al Instituto de la Víbora y en la Escuela de Artes y Oficios. También enseñaba mecanografía. La escuela estaba situada en calle Vínculo # 61, hasta que en 1961 cerro sus puertas para dedicarse a tiempo completo al teatro en el que ya venía incursionando en sus ratos libres. Por esta época y en la misma calle Vínculo hacia calle Quesada existió también la escuela “La Rosa Blanca” que tenía como maestra a la Sra. Gloria Chappoten. Y en la misma calle cerca del ferrocarril funcionaba una escuela de mecanografía. Después del año 1959, se abrieron numerosas escuelas para la población infantil en aquellos lugares donde no existía y en la casa que habitaba el Generalísimo Máximo Gómez, comenzó a funcionar la primera escuela secundaria básica urbana, llamada "Raúl González Diego". El 28 de enero de 1961, comenzó oficialmente la campaña de alfabetización en Calabazar. Esta campaña término en diciembre de 1961 cuando fue declarado del pueblo de Calabazar como territorio libre de analfabetismo.

Calabazar y sus ampliaciones a partir de 1902

En la cesión del Cabildo de fecha 26 de mayo de 1902, se establecieron oficialmente los limites del barrio de Calabazar, quedando de la forma siguiente: Al Norte limitaba con el Río Almendares, desde Vento hasta la Chorrera de Managua, por el Sur con el camino ancho de Batabanó siguiendo los linderos de la finca "San Isidro" continuando por el camino de Pancho Pérez y los linderos de Baluarte y Jíbaro, hasta el Potrero Ferro. Por el Este, el camino de Managua que va de Calabazar a Las Güásimas. En un periódico de la Habana que firma un tal Solón aparece el siguiente artículo: Cuando la fiebre precursora de las llamadas Vacas Gordas, muchos terrateniente se deshacían de sus tierras que con avidez compraban las compañías azucareras extranjeras, un reporter oriental, alto, enjuto, magro, nervioso, de pocas palabras y ferrea voluntad publicaba un folleto titulado “Nacionalización del suelo”, editaba un boletín de “fomento urbano”, y mediante una curiosa operación ideada por él, hizo miles de pequeños propietarios y de fincas rusticas aledañas a la capital, creó cinco repartos que aún existen, vendiéndolas parcela a parcela, de 150 metros cada una por la ridícula cuota de $ 3.00 mensuales. Este fue Fernando Berenguer y González. Suobra está en los planos de la Gran Habana, con los nombres de Mameyes de San Juan, a la salida de la Víbora, Tejar de Toledo en Mantilla y las Cañas en Calabazar , El Morro en Luyanó. Gracias al Plan Berenguer, que vendía parcelas de 5 metros de frente por 30 de fondo en $ 300.00 a pagar en cuotas de $3.00 mensuales y con una amortización mensual por cada 100 solares vendidos, lo que hacía posible adquirir el lote por sólo $3.00… y esta obra se hacía en 1915… Berenguer que saltó del periodismo a los negocios, tuvo compradores de solares en toda la República. Las anotaciones que aparecen en el registro de fincas correspondiente a 1903 recoge 24 fincas con una extensión que oscila entre ¼ y hasta 5 ½ caballerías. Entre las propiedades rurales de mayor extensión se recuerdan entre otras: "Paso Seco", "Artillería", "Grande", "Potrero Marín", "Finca América", "La Esperanza", "Rancho Simón", "Potrero Menocal", "Catalina", "Jíbaro", "La Divina Pastora" y "Los Mangos". En el año 1910, el presidente José Miguel Gómez estableció su residencia en la finca "América" que era de su propiedad. Tomó este nombre de su esposa América Arias. En los años del gobierno de Grau, la finca América era un feudo más del ministro de educación del gobierno de Grau San Martín, el Sr. José Manuel Alemán. La Finca América se extendía desde la entrada de la finca “Los Mangos” (Fabrica de Bregolat) por el norte hasta la Finca “Doña Juana” (Actual Lugardita en Rancho Boyeros) y desde la Finca San Rafael por el Oeste y hasta “El Globo por el Este. Dentro de ese inmenso territorio existía un lugar de recreo, un mirador, tierras de labor, Montes con todo tipo de árboles y animales, viviendas señoriales, etc y todo circundado por una cerca de piedra y alambre. ” La finca Los Mangos pertenecía al catalán Pedro Bregolat que en ella construyó "La Industria Alfarera Cubana". Estas antes mencionadas fincas eran las únicas que poseían regadío propio; para ello utilizaban un dunker que extraía las aguas del río Almendares y las repartía a través de tuberías. En 1911 José Miguel Gómez y Pedro Bregolat de mutuo acuerdo construyeron una represa sobre el río para aprovechar sus aguas. Las estadísticas aquí relacionadas ofrecen datos útiles y confiables para valorar el cuadro agrario de la comarca y según estas cifras Calabazar contaba con 22 fincas dedicadas al cultivo de tabaco para un total de 7 ½ caballerías, 15 fincas dedicadas a cultivos menores para un total de 37 ½ caballerías y 10 fincas dedicadas a potreros y pastos para un total de 65 caballerías. Algunas fincas desaparecieron posteriormente como resultado de la ampliación del pueblo y su correspondiente parcelación, con el fin de erigir nuevos repartos. Como parte del Plan Berenguer, este adquiere y parcela la finca “El Asiento de las Cañas” en 1914 y se forma entonces el Reparto Las Cañas. Así ocurrió también el 12 de marzo de 1915 el Gobierno Municipal autoriza la venta y parcelación de la Finca "San Rafael" en Calabazar con el propósito de crear el Reparto "América,” aunque este reparto se puede identificar casi con el surgimiento de Calabazar pues desde el trazado inicial del Pueblo de Santa Cristina de la Nueva Palmira ya existía al menos en los planos, aunque se comenzó a poblar a principios del Siglo XX; Fue el Señor Antonio Peraza Medina quien en 1916 se hizo inscribir a su nombre las tierras pertenecientes a la finca San Rafael y las parceló y vendió. La más antigua construcción de este Reparto fue el Chalet del capitán del Ejercito de la guerra Peñalver cuyas tierras limitaban con la finca América, la calle Cienfuegos y San Rafael con las entradas principales por la calle Santa Rosa, frente a este edificio se construyó la escuela del reparto que ostentaba una arquitectura típica de la época colonial, siendo así que estas dos edificaciones fueron las más significativas del entorno arquitectónico del reparto. Este Reparto América alcanzó en poco tiempo el ser la comunidad más importante y próspera de Calabazar por el aumento de la población, número de viviendas y el valioso aumento en la industria y comercio nacional: la industria de la alfarería con fábricas de tubos, ladrillos, lozas y artesanía en general. Además de la Fábrica de Jabón “El Toro” muy conocida a nivel nacional por su calidad. También la industria del calzado estuvo presente en el Reparto. La escuela (pública # 13 y después #41) acogía niños para cursar hasta el 6to grado. Era gratuita y obligatoria, además en ella se enseñaba artesanía, trabajos manuales y música. Funcionaba media sesión y se daba desayuno y merienda gratuita que elaboraba la misma escuela. La escuela del Reparto junto a la de Calabazar, el Berenguer y El Globo formaba un conjunto competitivo en celebraciones de festivales culturales, fiestas cívicas, patrióticas, sociales en las que realizaban desfiles, paradas, excursiones y representaciones en teatros públicos en días de fiestas o acontecimientos solemnes. Mayo de 1920 Fernando Berenguer González adquiere los terrenos de la Finca “Jíbaro”, próxima al arroyo Jíbaro con el propósito de fomentar un reparto que se denominó "Reparto Berenguer", los límites de este Reparto son por el Norte Calabazar, por el Sureste La Finca América, por el Oeste Río Verde y por el Suroeste Rancho Boyeros. Berenguer dividió el terreno en parcelas construyó calles de piedras que con la venta de las parcelas dio lugar al Reparto que poco a poco se fue poblando, se arreglaron las calles, se construyeron fábricas, bodegas, carnicerías, panadería y dulcería, farmacia y parque infantil hasta llegar a nuestros días con una población aproximada de 2400 habitantes.. El 15 de octubre de 1926 se autoriza la formación del Reparto "Bella Vista", conocido como Reparto "El Globo", en terrenos de la finca "Lagunas de Castro y Campanario", propiedad de la Compañía "El Globo. S. A.". "La Esperanza" que dio origen al reparto Porta (hoy la Esperanza). "El Potrero Sotolongo" lugar donde se construyó el Reparto Nazareno. El proceso de la creación de nuevos repartos se extendió hasta la década de 1940. En esta época aparecieron junto a las márgenes del río y próximas al pueblo de Calabazar, amplias siembras de hortalizas y otros vegetales los cuales eran cultivados por labriegos chinos y criollos. La finca “La Eugenia“ comprendida dentro del inmenso territorio de la finca “América” es parcelada en 1953 dando origen al Reparto ampliación de Calabazar El plano que aparece a continuación corresponde a Calabazar y sus barrios aledaños como se encuentra en el año 1985

Monumentos, tarjas y parques de Calabazar.

El Parque Máximo Gómez o parque central de Calabazar fue inaugurado el 9 de julio de 1937. Está situado en torno a la Iglesia Parroquial y cuenta con un pequeño parque infantil en el extremo que da a la esquina de San Antonio y Término.. No es atractivo ni bello, pero si es el lugar más concurrido del pueblo. Frente a la Calle Meireles se yergue el obelisco en memoria de Máximo Gómez, de tal sencillez que hay que esforzarse para reconocerlo como tal y que tiene una tarja que dice textualmente: Del pueblo revolucionario del Municipio Boyeros al Generalísimo Máximo Gómez Baez En el sesquicentenario de su natalicio En el parque que lleva su nombre.

                                 Calabazar. Nov. 18 de 1986
                                   Año del XXX aniversario del
                            Desembarco del Granma
También frente a esta calle y entra la Iglesia y la Glorieta está situado un pequeño busto blanco del Apóstol Nacional José Marté que tiene una pequeña tarja con un pensamiento que ya no es lejible por su mal estado. Por el sur, al fondo del parque infantil el pequeño monumento con el busto a Martín Morua Delgado fue erigido por la Logia Masónica y tiene una tarja que dice:

MARTÍN MORUA DELGADO A. L. V. H. "LA MASONERÍA CUBANA POR INICIATIVA DE LA RESP. LOGIA QUE SE HONRA LLEVANDO SU NOMBRE DEL INSIGNE PATRIOTA Y LA COMISIÓN DEL CENTENARIO CONSAGRA ESTE BUSTO A LA MEMORIA DEL TENAZ VOCERO DEL INTEGRALISMO EN NUESTRA PATRIA" FEBREO 16 DE 1958 Es el mejor tributo al recuerdo de este insigne patriota, escritor y político que supo enfrentarse a una época y a hombres sin escrúpulos con sólo su inteligencia como arma. Nace el 11 de noviembre de 1857 en la calle San Fco. # 92 Pueblo Nuevo, Matanzas. De padre vizcaino de nombre Francisco y por ende blanco y su madre inés de origen africano, negra. De varios hermanos es el único que estudia. Aprende el oficio de tonelero.. Pronto se convierte en lider donde trabaja. Activo propagandista y luchador por la libertad de Cuba es mal visto por las autoridades y tiene que emigrar a Estados Unidos. En el exilio aprende Ingles y Francés y se gana la vida como lector de tabaquería. Es nombrado vocal del comité revolucionario en Nueva York y comienza a hacer periodismo político. En Cuba colaboró en periódicos y revistas: "Habana Elegante", "El Pais", "Las Avispas", etc.Director del semanario la "Nueva Era". Afiliado al Partido Republicano cuyo jefe era el General josé Miguel Gómez y dento del cual es nombrado delegado a la Asamblea Constituyente el 5 de noviembre de 1900 por la provincia de Las Villas. En 1902 al ser electo presidente de la República Tomás Estrada Palma, Morua es elegido Senador por la provincia de las Villas y más tarde presidente del senado. Al terminar el tiempo establecido por la ley para ejercer como senador entonces es designado Secretario de Agricultura, Tabajo y Comercio, pero ya una grave enfermedad lo minaba y entonces es trasladado a la Estación Esperimental Agronómica en Santiago de las Vegas donde fallece el 28 de abril de 1910 Su bibliografía comprende: "Colección de artículos", Key West, 1881; "Dos apuntes"(Biografia de dos langostas que parecen hombres), N.Y. 1882; "Recordación", novela de H. Conway (traducción), Key West,1888; "Cosas de mi tierra: Sofía", novela, 1891; "Impresiones literarias: las novelas del señor Villaverde", 1892; "Cosas de mi tierra: La Familia Unzúazu", novela 1901; "La Ley electoral en el senado", La Habana 1910; "El Hombre del Día" , Periódico "El Mundo", La Habana, junio 28 de 1909."Ideario" en el año de su centenario. La Habana 1957 (12) El Parque—monumento a las madres, se inaugura el 10 de mayo de 1942 y se le puso por nombre Antonia González y es un homenaje de los habitantes del pueblo a las madres. Resultó ser el primero de su tipo en Cuba. Está situado en la entrada del pueblo en la esquina de Fundación y Principal, junto al Rio Almendares. La Casa Vismara, está situada esta en la calle Vínculo, al cruzar la línea del ferrocarril, a la izquieda cuando uno sale hacia el Parque Lrenin, era propiedad de Andrés Vismara Ré, natural de Suisa, ebanista, casado en la Habana en 1858, en la Iglesia de la Guadalupe hoy Santuario de Nuestra Señora de la Caridad con Mariana Calvat Messine natural de Francia, maestra de francés. Vismara llegó a Cuba en 1850 y en 1852 compraron la casa que ya existía, allí tuvieron 4 hijos; Guillermo, Enrique, Luisa y Cristina, estas últimas siempre fueron solteras hasta su muerte. La casa es heredada y habitada de padres a hijos siendo así que un hijo de Guillermo, llamado también Guillermo Vismara Clavar es el padre de Enrique Vismara Cisnero y de Ana Luisa Vismara Cisnero actual propietaria de la casa. Durante la Guerra del 1895 la casa fue usada por los mambises para dormir y descansar en la enorme sala donde también la familia les ofertaba algo de comer. Actualmente esta casa está en un deplorable estado y parte de ella ha sido dividida en otras pequeñas casas y el portal de enormes columnas de piedra es hoy sólo un recuerdo de lo que fuera una hermosa manción colonial. La Casa Quinta que habitó Máximo Gómez marcada con el # 12 en la calle Meireles esquina a Espada fue construida en los años de 1800 y era propiedad de unos españolrd que emigraron al comenzar la república, fue adquirida por el Generalísimo en el año 1900 y llega a ella el 1 de agosto de 1900.Durante el tiempo que la habitó la acomodó a su gusto y comodidad, siendo así que al fondo del espléndido patio colonial construye una cuadra cochera para lo que tiene que adquirir el terreno que esta ocuparía y que compró. El 31 de octubre de 1902 el anciano guerrero se muda para Galiano # 45 en Centro Habana y queda la vieja casona en manos de un apopderado. Por algunos años se utilizó la cochera y el patio como depósito de hielo y el 24 de junio de 1937 se comienza a utilizar la cochera como la primera casa de socorro que existió en el pueblo. En los anos de 1930 adquiere la propiedad de la casa la familia Salazar que la habitan 20 años, tiempo durante el cual su sala señorial sirvió como local para que los feligreses de la vesina Iglesia parroquial, que a la sazonm estaba en reparación, pudieran celebrar en ella la Santa Misa, siendo párroco el Pbro. Ceferino García. En los años 50 fue comprada esta casa por Pedro Amador quien la convierte en una escuela conocida de todos como Colegio "Amador" y en la que se impartía enseñanza primaria. Despues de 1961 y una vez nacionalizada la casa escuela es convertida en la Secundaria Básica Urbana "Raúl González Diego". Fue colocada una tarja conmemorativa que dice:

EL MAYOR GRAL. MÁXIMO GOMEZ

VIVIÓ EN ESTA CASA DESDE EL 1 DE AGOSTO DE 1900 HASTA EL 31 DE OCTUBRE DEL AÑO 1902. EL PUEBLO DE CALABAZAR LE CONSAGRA ESTE RECUERDO. Durante toda su historia esta casa ha recibido innumerables reparaciones y transformaciones pero aún hoy conserva algo del antiguo esplendor revelador de una época en que aún se pensaba en construir para ganarle la batalla al tiempo. La casa en que murió el Croronel Arencibia, está situada en la esquina de Espada y Meireles, aunque construida en tiempos de la colonia de tejas y taredes de cal y cantos se conserva en bastante buen estado en su exterior, mientras que en su interior desde tiempos de la República, la habitan varias familias como casa de apartamentos múltiples. Por la parte del frente, la que da a la calle Meireles fue colocada una placa conmememorativa que dice: EN ESTA CASA FALLECIÓ EL 19 DE MAYO DE 1947, EL COR. DEL E. LIBERTADOR DIONISIO ARENCIBIA PÉREZ. "FIERO EN LA GUERRA, NOBLE EN LA PAZ". POR INICIATIVA DE LA RESP. LOGIA "DR. CARLOS J. FINLAY No 48" DE LA O. CAB. DE LA LUZ, INC. SE COLOCA ESTA PLACA EL 7 DE DIC. DE 1947. El Castillito de Calabazar en sus inicios fue una pequeña casa ubicada en la esquina de Término y San Antonio, comprada por la familia del ministro de gobierno Angel de la Campa con todos los terrenos que ocupan hoy la manzana comprendida entre las calles San Antonio, Habana, Espada y Término. Fueron transformando la casa la que hoy se ve como un castillito. En sus terrenos aledaños rodeados por muros y cercas de piedra guardaban un buen numero de caballos de pura sangre. El 1 de enero de 1959 es ocupada por por el pueblo y el 12 de ese mismo mes y año pasa a ser custodiada por la Policia Nacional Revolucionaria. Actualmente es el circulo infantil "Sonrisa de la victoria".que mantiene su forma de castillo dejando entrever, a pesar del paso de los años, la belleza que lo hizo insignia de este pueblo.

Logia Dr. Carlos J. Finlay # 48 del Pueblo de Calabazar. Orden Caballero de la Luz. (15)

La Logia Dr. Carlos J. Finlay # 48 Constituyente de la Gran Logia del Estado de la República de Cuba, Orden Caballero de la Luz, incorporada al Estado de la Florida. Se funda en General Peraza (Rancho Boyeros), término municipal de Santiago de las Vegas. El 7 de julio de 1937, se reúnen los hermanos: Pedro Rocha; Gran Luminar Pasado, Aldo Poey; Gran Luminar de la Gran Logia Orden Caballero de la Luz en el Estado de Cuba, Ladislao Sánchez; Gran Vice Luminar, Lázaro Ferrás, Porfirio Velasco, Luis González, Jacobo Cebada, Mario Santa Cruz, Raúl Romero, Juan Manrique, Aldo González, R. Valdés, Angelino G. Rizo, Mario Martínez Lara, Luis Mederos, J. Verano Suárez, Miguel Ángel Mestre, José R. Pita, Alfredo Díaz, A. Pérez y otros; para establecer en este barrio una Logia bajo la obediencia de la Gran Logia del Estado de la República de Cuba constituyente de la Orden Caballero de la Luz. Se acordó que la nueva logia se llamara Dr. Carlos J. Finlay # 48 y el sello que dice: Respetable Logia Dr. Carlos J. Finlay # 48 General Peraza Orden Caballero de la Luz. En el centro un triángulo con las letras D. H. L. dos plumas cruzadas y donde converge una estrella de cinco puntas. Seguidamente se dispone sea elegida la directiva u oficialidad que regirá los destinos de la misma, la que se hace por votación secreta que resultó de esta forma: Luis González (Luminar), Jacobo Cebada (Vice Luminar), Mario Santa Cruz (Patriarca), Angelino García (Secretario de actas), Raúl Romero (Vise secretario), Juan Manrique (Tesorero), Adolfo González (Sec. Finanzas), R. Valdés Seguí (Experto), Mario Martínez (Maestro de ceremonias), Luis Maderos (Guardia interior), J. Varona Suárez (Guardia exterior) y Miguel Ángel (Porta estandarte). El primer hermano iniciado después de la fundación fue Basilio Nogueras, el día 14 de julio de 1937 y la primera expulsión de un hermano tiene lugar el 7 de agosto de 1937. El primer Gran Diputado con carácter Especial lo fue el hermano Liberato Castillo. El primer hermano afiliado con Carta de Pase fue José Estévez León procedente de la Logia Optimismo # 10. El 6 de julio de 1940 se consagra el primer matrimonio en esta Logia, ese sábado la ceremonia fue efectuada por la oficialidad de la Logia Optimismo # 10 y los contrayentes fueron el hermano Miguel A. Mestre y la Señorita Onelia Delgado. El 17 de octubre de 1941 se acordó elevar una propuesta a la Comisión de Transporte sobre el abusivo aumento de precio del pasaje de las rutas 31 y 76. El día 7 de noviembre de 1941 se recibió una comunicación de la Asociación de Ayuda a La Unión Soviética, solicitando que se contribuyera con fondos para enviar azúcar a Rusia. El día 29 de julio de 1942 plantea el hermano Isidro Contreras su interés en construir una casa para el templo y se estudia la posibilidad de trasladar la Logia para Calabazar ya que la mayoría de la membresía es de dicha localidad. El día 6 de octubre de 1942 se dio una función de cine en Calabazar a beneficio de la Logia. El día 5 de diciembre de 1945 se da lectura por primera vez a un trabajo biográfico sobre el Dr. Carlos J. Finlay presentado por el hermano Julio Llanes. El 6 de febrero de 1946 el hermano Juan Jaime informa que pronto se podrá disponer de un local para la Logia en Calabazar por $ 11.00 de alquiler. El día 20 de noviembre de 1946 (acta 386), se acordó el traslado de la Logia para Calabazar, traslado que se efectuó el día 3 de diciembre de 1946, para calle Fundación e/ calle Real y San Antonio. El 5 de marzo de 1950 después de enormes sacrificios los hermanos ven materializados sus sueños con la inauguración de la Casa Templo ubicada en calle San Antonio # 204 (Mas tarde Dolores García y 108 # 28704) El 8 de marzo de 1950 se celebró la primera sesión en el nuevo templo y fue una sesión conjunta con la Logia General Juan Delgado. El primer iniciado en el nuevo templo fue el hermano José

Evolución económica social

Al comienzo del siglo veinte coincidiendo con el surgimiento de la República, Calabazar quedó sumido en una profunda miseria heredada de la colonia, y de la que sólo lentamente y con mucho esfuerzo se va saliendo con la entrada del siglo. En el aspecto político administrativo continuó formando parte del municipio de Santiago Las Vegas, como un extenso barrio rural que comprendía por el este, desde los límites término municipal de San José de las Lajas hasta mañana por el oeste. Sus tierras fértiles, propias para el cultivo de diversos productos, estaban ocupadas por 33 fincas de diferentes extensiones. Las anotaciones que aparecen en el registro de fincas correspondiente a 1903, permiten realizar algunas comparaciones que ayudan a valorar la situación económica rural. En ese año existían 24 fincas con una extensión que oscila entre, un cuarto hasta 5 y media caballerías, siete fincas entre 6 y 10 caballerías y sólo dos con más de 15 caballerías. De acuerdo con esas estadísticas, predominó la pequeña y mediana propiedad agraria que originó en lo social la existencia de un campesinado pobre y medio. Entre las propiedades rurales de mayor extensión se recuerdan, entre otras, Paso Seco, Artillería, Grande, Potrero Marín, América, La Esperanza, Rancho Simón, Potrero Menocal, Catalina, Jíbaro, La Divina Pastora y Los Mangos. El campesinado de calabazar se dedicó principalmente, a la siembra de frutos menores y al desarrollo de la ganadería, ese tipo de economía incluyó en lo relativo aislamiento en que permaneció por muchos años. Las mejores tierras serán explotadas por los propietarios más poderosos que aplicaban ellas las técnicas más avanzadas. Este es el caso, por ejemplo, de la Finca América y Los Mangos. La primera propiedad de José Miguel Gómez, presidente de la república en el periodo de 1909 a 1903, la segunda pertenecía al catalán Pablo Bregolat, dueño también del Tejar de su propio nombre. Estas fincas eran las únicas que poseía en regadío propio; para ello utilizaban Dunkey que extraía el agua del río Almendares y la repartía a través de cañerías. En 1911, ambos propietarios, de mutuo acuerdo, construyeron una represa sobre él río para aprovechar mejor esas aguas. Especial interés en dicha empresa demostró Bregolat, que tenía interés en producir de esa manera energía eléctrica para mover su industria de cerámica. Las estadísticas correspondientes a 1911 ofrecen datos útiles y confiables para valorar el cuadro agrario de la comarca. Según estas cifras calabazar contaba en esa fecha con: 22 fincas dedicadas al cultivo de tabaco para un aproximado de siete caballerías y media; 15 fincas dedicadas a cultivos menores para un promedio de 37 caballerías y media y 10 fincas dedicadas a potreros de pastos para un promedio de 65 caballerías. Por ésta fecha existían 759 cabezas de ganado vacuno, 105 caballos y 59 asnos. El análisis de estos datos demuestra el peso que por ese tiempo tenía la ganadería comercial y la agricultura minifundaria, muestra también una reducción en el número de fincas debido al proceso de absorción de la primera década del siglo veinte. Algunas fincas desaparecen, como resultado de la ampliación del poblado y su parcelación para levantar nuevos repartos. Así ocurrió con la Finca América que sede parte de sus tierras a lo que después fue el Reparto Ampliación de Calabazar, Lagunas de Castro y Campanario, parcelada por la compañía el Globo; la finca Jíbaro parcelada para levantar el reparto Berenguer; La Esperanza que dio origen al reparto Porta (hoy La Esperanza) y Potrero Sotolongo lugar donde se crearon el Cementerio y el Repato Nazareno. El proceso de surgimiento de nuevos repartos se extendió hasta la década de 1940. En este periodo aparecieron junto a las márgenes del río, próximo al poblado de Calabazar, amplias siembras de hortalizas y otros vegetales cultivados por labriegos chinos y algunos cubanos. Otros cultivos fundamentales de importancia económica eran el maíz, malanga, frijoles, plátanos, piñas, etc.... todos de amplias demandas en el mercado habanero. A partir del año 1911 se nota un lento restablecimiento del florecimiento económico de la localidad, aunque propiamente se puede hablar con exactitud de evolución económica a partir de 1920.

Industrias

En 1854, debido a la naturaleza del suelo de Calabazar, aparece el primer tejar iniciándose así el desarrollo de la Industria del Barro, que a partir de entonces se hace famosa por la elaboración de tejas, porrones, cazuelas, tinajones y otros artículos, todos de gran calidad. En 1871 la sociedad Stafani y Cía, construyó un alambique de mieles en la finca "El Molino". Nemesio Gante pidió autorización para poner a funcionar una fábrica de almidón junto al Río y construir una represa con el objetivo de mover la referida industria. En la Calle Vínculo # 1 se instaló la fábrica de fósforos "La Defensa" propiedad de Julio Guichard. También se abrieron dos nuevos tejares. En el cuadro censal del año de 1911 Calabazar contaba con 3 fábricas de tabaco, 3 tejares, 1 fábrica de calzado, 1 cantera de piedra, 1 fábrica de fósforos, 1 despalillo de tabaco, 1 fábrica de almidón, 2 panaderías, 7 comercios. En las estadísticas se aprecia, en primer lugar, un ligero predominio de la industria sobre el comercio. En segundo lugar, resaltan como industrias principales la Tabacalera y la Alfarera que constituyen los dos renglones económicos fundamentales en la localidad hasta la crisis económica de los años 1930.

Industria tabacalera

La tradición tabacalera continúa desarrollándose durante los primeros años de la República. Por ese tiempo siguió funcionando la fábrica de tabaco propiedad del Trust Norteamericano Havana Comercial Company y algunos pequeños talleres donde laboraban numerosos obreros dedicados a diversas tareas del proceso industrial de la aromática hoja. El Havana Comercial Company cerró sus puertas el primero de octubre de 1902 para trasladarse a San Antonio de los baños lugar que le eran más favorable. Este acontecimiento ocasionó el desempleo de unos 100 obreros y quedaron desamparadas unas 70 familias. Ante la grave situación provocada por el cierre de esta fábrica el ayuntamiento santiaguero siguió el ejemplo de otras localidades otorgando asimismo atractivos beneficios para los inversionistas, esta decisión estuvo apoyada por los comerciantes y propietarios que veían en peligro sus negocios y que estaban dispuestos a facilitar el establecimiento de nuevas industrias. Al calor de esa política de puertas abiertas aparecieron nuevas industrias como abanderadas de la producción en la localidad. Las primeras en abrir fueron dos nuevas tabaquerías: "La Vencedora" y "Flor de La Habana" en la calle Meireles, propiedad de Henry Clay and Bock y co. por su parte, la Cuban Land and Leaf Tabaco Company estableció el primer despalillo en el edificio del antiguo hotel las brisas. Coincidiendo con apertura de las nuevas tabaquerías de propietarios extranjeros, se eligieron otras de propietarios independientes. Entre ellas, se destacan, "La Antigüedad" de Álvarez. M. C. y Cia. Y una fábrica de tabaco de partido (al por menor) de Antonio Torres López. Fabrica de cigarros Alas de Oro, cito en Meireles e/ D. García y Martí. Ya entrado el siglo se estableció en esta población la fábrica de tabaco H. Upmann en un edificio de tres plantas ubicado en calle Meireles y Principal. Esta industria de fama internacional se convirtió, a partir de entonces, en el principal centro fabril de la localidad llegando a trabajar en ella unos 300 obreros de tabaco entre ellos algunos procedentes de La Habana y de otras localidades cercanas. La industria tabacalera permaneció como uno de los rubros productivos fundamentales de la comunidad hasta 1932, cuando los propietarios decidieron trasladar sus fábricas a otros municipios habaneros. Así se inició la desaparición de esta industria en el escenario local, quedando únicamente un taller nombrado "El Baire" en la calle Meireles número 11 y algunos pequeños chinchales que años más tarde corrieron la misma suerte. Con la desaparición paulatina de las tabaquerías y despalillos, quedó como renglón económico vital de la comunidad la industrias del barro que constituyó en adelante una de las principales opciones de trabajo en el pueblo.

La industria de la alfarería

Paralelamente al crecimiento de la industria tabacalera se restableció la industria del barro que durante la colonia había despuntado como uno de los principales rubros económicos. El Tejar de Bregolat:( Casa Industrial Alfarera Cubana) Ubicada en Término y Línea del Ferrocarril. su fundador fue Pablo Bregolat Rosell. De quien dijera un diario de la época: <<Pedro Bregolat Rusell, vino a Cuba, procedente de España en el año de 1892. Previamente había asistido a la Gran Feria Exposición de Chicago de carácter internacional, en la que apreció de cerca la multiplicidad de artículos que US producía en la Industria Alfarera y de Cerámica, gran parte de ellos absorbidos por nuestro mercado. Esto y su deseo de radicar en nuestro país, basándose en sus conocimientos técnicos, y pensando, con acierto, que una industria de esta índole tendría de hecho una parte importante del mercado cubano, lo estimuló a crearla INDUSTRIA ALFARERA CUBANA, S. A., imprimiéndole un sello de seriedad, superación y cumplimiento. Al morir Pedro Bregolat Rosell, su hijo, Pedro Bregolat Colell, se hizo cargo de la industria, siguiendo las mismas normas de su ilustre padre. Tiene a su lado valiosos colaboradores, entre otros y en cargos de gran responsabilidad, a los ingenieros Armando Basarrate, Leopoldo Rebollar y el Dr. Ramón G. Antón, quienes con sus conocimientos técnicos y la gran capacidad de trabajo que les caracteriza han colaborado eficazmente en el ritmo de superación y eficiencia que se observa en la misma. Sus hijos María Amelia y Pedro han seguido las normas tradicionales de esta gran familia, colaborando junto a su padre. Podemos afirmar, sin incurrir en el plano de las exageraciones, que más de doscientas cincuenta familias cubanas obtienen su sustento en esta gran industria; así mismo podemos expresar que la mayoría de los arquitectos e ingenieros, así como innumerables sectores de la Industria y el Comercio de nuestra República, utilizan preferentemente, los productos BREGOLAT. (13) Se funda en 1892 y Producía material refractario, Tubos de barro vitrificados, losas, tejas y ladrillos huecos. Inscrito en el Registro de la Propiedad de Bejucal en la escritura # 293 de enero de 1894. Bastante afectada en el período de la guerra de independencia. Durante los meses finales de la intervención norteamericana a inicios de la república, el Tejar Bregolat es reconstruido y puesto nuevamente en producción contando ahora con amplias edificaciones y un equipamiento técnico más moderno. Su línea productiva consiste en la fabricación de tejas, ladrillos, macetas y porrones eran elaborados utilizando como materia prima el barro extraído de las márgenes del río Almendares que cruza próximo a la industria y más tarde haciendo venir por ferrocarril el barro desde regiones lejanas. Para poner en funcionamiento a ese gigante del barro fue necesario incorporar un número considerable de trabajadores, muchos convertidos en corto tiempo en verdaderos maestros de arcilla. En esta época se producía allí ladrillos refractarios muy solicitados en el mercado nacional. También se producía tejas planas conocidas también como tejas francesas que eran de alta calidad, y gozaban de gran demanda en el mercado. Por esta razón en 1907, la firma francesas Dussan y Compañía, competidora en este renglón de producción firmó un acuerdo con Bregolat para que no fabricara tejas planas en Cuba hasta 1911 y se comprometió a la subversión de esa industria durante esos años. A partir de 1910, se observa un crecimiento de la industria del barro en Calabazar. En ese año apareció un nuevo tejar denominado " Tejar América (Fulton)", situado en Martí y Final, propiedad de Bartolomé Noguera, que pronto se convirtió en una competitiva industria que Bregolat trató en vano de asfixiar. Se abrió también la Cantera Jíbaro, de José Fernández así como algunos hornos de cal, lo que demostró que la industria de materiales de construcción se iba fortaleciendo en la localidad. Durante los años de la Primera Guerra Mundial esta industria experimentó un desarrollo considerable. Ello constituyó un fuerte estímulo para el incremento de la producción de diversos artículos de barro y cerámica. Durante esos años careció extraordinariamente la demanda de losas de azoteas destinadas a la edificación de las casas del Vedado y Miramar. La producción de esos renglones en el tejar de Bregolat alcanzó en esos años los 10 millones anuales, lo que representaba una respetable cifra para ése período. De igual forma aumentó la producción de ladrillos refractarios destinados a la construcción de los nuevos ingenios erigidos durante la gran expansión azucarera, así como la fabricación de utensilios de cocina que tenían alta demanda en el mercado. Al calor de este auge de la industria del barro surgió un nuevo tejar en la finca Jíbaro perteneciente a Ángel Villate. El Tejar la Estrella: situado en Estrella y Final, propiedad del español Antonio Sureda y producía tubos sanitarios y tejas de soladura. Esta antes mencionada alfarería se trasladó para Estrella y Barro (junto al río Almendares) en el año 1955. El Tejar de los Chinos: situado en Fundación y Quesada, propietarios Camilo y Florentino Salazar y producía tejas criollas. El Tejar Bandín: situado en Meireles e/ Estrella y Quesada, pertenecía a Alfredo Bandín y producía tubos sanitarios. El Tejar Jaume: Fundación e/ Arango y Espada, propiedad de Juan Jaume, y producía tubos sanitarios. Actualmente existe en estos terrenos el vivero de plantas ornamentales "La Mariposa". El Tejar Pérez, situado en Dolores García y Final, pertenecía a Antonio Pérez y producía tejas de soladuras y tejas criollas. El Tejar de Artigas: propiedad de Sergio Artigas. El Tejar de Maximino: situado en Martí y Línea del Ferrocarril, propietario Maximino Álvarez. El Tejar Quetglas: en Carretera del Globo, pertenecía a Miguel Quetglas y producía tejas criollas y tejas de soladuras. El Tejar Esperanza: Carretera del Globo, Propiedad de Santa Eugenia y producía tejas criollas y tejas de soladuras. El Tejar Attas: Carretera del Globo que producía losas de azotea. El Tejar de Evaristo: situado en Tres Columnas y Calle B, propiedad de Evaristo López. El Tejar Dalmau: Pertenecía a Juan Dalmau y producía tubos sanitarios y artesanías, en el Reparto "El Globo". El Tejar de los Carreras: situado en Carretera del Globo y 315, pertenecía a Pedro Carreras y hermanos, que producía losas de azotea. El Tejar de Subizarreta: calle D (hoy 315). En el Reparto "Las Cañas", los hermanos Ravelo fundaron un pequeño taller cerámico. Todos estos tejares han desaparecido total o parcialmente de la geografía de la zona. La aparición de los nuevos tejares no impidió que la Industria Alfarera Cubana. S. A. continuará ocupando el primer lugar en la producción de la localidad. Sin embargo, a partir de la década de 1940, sus propietarios se vieron obligados a solicitar un préstamo hipotecario ascendiente 150.000 pesos concertado con la empresa bancaria "The Trust Co of Cuba" ofreciendo en garantía la propia fábrica. El período de 1949 a 1959 la situación financiera de esta industria había cambiado poco; con un nuevo empréstito salía de la hipoteca anterior y volvía a endeudarse con una nueva entidad. El último de estos préstamos ascendió a las cifra de 325.000 pesos. A finales de la década de 1950 la firma norteamericana "México Refractarios Company" del estado de Missouri entró en negociaciones con Bregolat (hijo) para sustituir las viejas maquinarias del tejar por una planta más moderna. Rápidamente comenzaron a instalarse los nuevos equipos suministrados por esta firma que acariciaba la idea de apoderarse de esta propiedad. La resistencia de los Bregolat que temían por sus intereses, determinó el rompimiento de las negociaciones con el monopolio norteamericano, quien a partir de entonces comenzó una feroz competencia con la Industria Alfarera Cubana, sacando al mercado de importación un ladrillo de calidad similar al producido por esta industria. Así continuaron las cosas con más o menos florecimiento económico hasta el triunfo de la Revolución en 1959 cuando que fue intervenida Pedro Bregolat hijo (Perucho) tenía buena reputación entre sus trabajadores excepto los de tendencia partidista que le hicieron la vida bastante desagradable. Murió en 1964 en su casa de Miramar. Su hijo Pedrito y demás familiares viven actualmente en Miami. Hoy en día no hay ni producción ni competencia, Bregolat está desactivado totalmente.

Zona industrial

Desde 1910 calabazar había comenzado a cambiar su típica fisonomía del pueblo de temporadas para convertirse a partir de la década del 20 en una zona de incipiente importancia industrial. No obstante, fue en los años 30 y 40 cuando se estableció en número fundamental de sus centros fabriles. Las causas de esta metamorfosis se encuentran en las ventajas económicas que los gobiernos de la época ofrecen a los empresarios y dueños de capital para sus inversiones en los términos municipales cercanos a La Habana. Los libros del subsidio industrial del municipio Santiago Las Vegas brinda una copiosa información de ese fenómeno económico. De esa fuente extraemos los siguientes datos correspondientes a 1930 año en que se inicia este proceso. En este año de 1930 Calabazar contaba con una Fábrica de Jabón, una Fábrica de Conservas, una Fábrica de Losetas, tres Fábricas de Tejas, una Industria Alfarera, una Fábrica de Calzado, una Fábrica de Tubos de barro, un Despalillo, una Fábrica de Ladrillos, una Embotelladora de Agua Mineral, tres Fábricas de Tabaco, una Fábrica de Escobas y una Cervecería. La reseña del cuadro estadístico anterior, nos muestra que aún la industria Tabacalera y Alfarera constituyen los dos renglones básicos de la economía de Calabazar. Aparece en esta época la Fabrica de Guayabas "Pavo Real" situada en terrenos de Bregolat dedicada a la fabricación de dulces de guayaba, fue destruida por la explosión de una caldera en 1936.Como elemento novedoso aparece la apertura de la fábrica de conservas "El Segundo Pavo Real", propiedad de la Compañía Nacional de Conservas, una industria de aguas minerales propiedad de Otto Road en la calle San Antonio Núm. 42, una Cervecería de la Compañía Nacional Cervecera. S. A. N. Arango Núm. 19, la Fábrica de Jabón "El Toro" en el reparto América y una Fábrica de Escobas propiedad de Tomás Corrales en la calle Principal y calle Vínculo. A partir de esta última fecha del ayuntamiento recibió numerosas solicitudes para erigir otras industrias en Calabazar lo cual trajo aparejado el crecimiento de la pequeña y mediana industria manufacturera. A este respecto las estadísticas de 1935 y 1937 resultaron ilustradoras. En 1935 Calabazar contaba con 3 fábricas de calzado, 5 fábricas de tejas, 1 fábrica de losetas, 2 Industrias Alfareras, 1 fábrica de tubos de barro, 1 fábrica de tejas y ladrillos, 1 embotelladora de agua mineral, 1 fábrica de jabón, 1 fábrica de tabacos, 1 industria de explosivos y una industria de conservas. En 1936 Fábrica de pintura "Dos Leones" que se encontraba en el edificio de tres plantas de la calle Meireles y Principal, donde antes estuvo la Fabrica H. Upman, perteneciente a una compañía inglesa en manos de Tomás Hubbuck. S. Lented, en ella trabajaban más de 40 obreros. Era un edificio de mampostería de tres plantas y que posteriormente se incendió destruyéndose totalmente ( 14 de febrero de 1948), dedicada a la fabricación de pinturas y esmaltes. En 1936 aparece la Fabrica de Jabón "Toro", situada en Martí y Final y dedicada a fabricar jabón de lavar. En el año 1937 Calabazar contaba con tres fábricas de calzado, dos fábricas de cazuelas, dos fábricas de losetas, 5 fábricas de tejas, 2 industrias Alfareras, una fábrica de tubos de barro, una fábrica de jabón, una fábrica de tabaco, tres fábricas de tinajas, una embotelladora de agua mineral, una industria de explosivos, dos fábricas de dulces en conservas y una fábrica de tejidos de puntos. La comparación de ambos cuadros permite comprobar que hacia finales de la década de 1930 ha desaparecido la industria tabacalera, representada ahora solamente por una pequeña fábrica de partido (al por menor) que al correr del tiempo tuvo la misma suerte. Se observa de igual forma, el ascenso de la industria del barro que ya en ese momento ocupa un lugar preponderante, con independencia de la línea de producción a la que se dedique. Entre las nuevas industrias instaladas aparece la fábrica de tejidos de puntos de Enrique Bigelman y Simon Train, autorizada el 8 de octubre de 1937 y situada en Vínculo entre Estrella y Quesada, En nuestros días no existe, se fabrican colchones; una fábrica de explosivos erigida por la industria nacional de explosivos en terrenos de las fincas "los mangos" y la segunda fábrica de conservas de la firma Reinaldo y Jones. Dichas industrias difieren por su volumen de producción pero en lo fundamental, están ubicadas en las categorías de pequeñas y medianas industrias, que funcionan generalmente con una técnica sencilla en la elaboración de mercancías para abastecer el mercado metropolitano. El crecimiento de la industria manufacturera local alcanzó un clima más acelerado durante la década del 40, lo que estuvo íntimamente unido a la situación internacional. Durante los años la Segunda Guerra Mundial, las dificultades de abastecimiento desde el exterior y la necesidad de crear industrias proveedoras de artículos para avituallamiento del ejército, proporcionó una coyuntura favorable para impulsar la actividad del sector manufacturero en el país. Se trataba de la apertura de industrias que no entraban en conflicto con las grandes empresas norteamericana, sino que complementaban sus intereses. En ese marco histórico, calabazar experimentó un crecimiento, algunos llegaron para establecerse: algunas industrias productoras de bienes de consumo, calzado, jabón, conservas, materiales de construcción, textiles, etc. ... En el año 1940 se crearon las siguientes industrias: una planta de fabricación de oxígeno en la calle vínculo Núm. 8, Fabrica de conservas "Carratalá" situada en Meireles e/ D. García (San Antonio) y Martí dedicada a la producción de dulces de guayabas. También en 1940 se inició la construcción de la industria de Tejidos Planos "Telares de Calabazar" conocida por Tedeca, (2 de julio de 1973 se le cambia el nombre por el de "Julio Trigo López" por resolución # 7389 de la Industria Ligera) situada esta en los terrenos de la finca "La Esperanza" Carretera de el Globo y que era propiedad de los hermanos Primitivo, Rafael y Jesús Suárez y posteriormente fue su propietario principal el italiano Orestes Barard. Esta Sociedad fue inscrita al Folio 189 del libro 16 de Sociedades, hoja 1399 del Registro Mercantil Segundo de la Habana e inscrita también como contribuyente en la Zona Fiscal de Bejucal con la patente única # 25-445. Sus operaciones comerciales comenzaron en 1941 con la producción de telas y sábanas para el ejercito. Hoy está cerradaTambién inició su actividad la fábrica de cuchillas de afeitar "Tip-Top" que estaba situada en el reparto Berenguer. En 1944 se construyó la papelera "Río Verde" conocida por entonces como "Cartonera Medina S.A." y que era dirigida por Alberto Carral y Alfredo Wilgan. Posteriormente su propietario lo fue Jesús Asqueta, el cual la convirtió en la única fabrica productora de papel Bond en Cuba. Esta construcción se encuentra ubicada en Fundación esquina Espada, actualmente sólo fabrica bandejas de celulosa para huevos. La Fabrica de Colchas "Marrero", situada en Vínculo e/ Real y San Antonio, pertenecía a Servando Marrero y Fabio y producía colchas de piso. Posteriormente se hubo de construir una nave monolítica para esta fábrica de frazadas en la calle Término esquina a Quezada, que más tarde fue fábrica de motas y después de confecciones y otras especialidades y en la actualidad es la ampliación de las aulas de la secundaria básica “Raúl González Diego”. En 1946 la Fabrica “Colana” situada en Carretera del Globo dedicada a tejidos planos y desaparecida actualmente. Lo cierto es que al finalizar la contienda bélica, calabazar constituye una localidad de floreciente crecimiento industrial. Cuenta en esa época con algunos centros fabriles de importancia nacional que desempeñan un importante papel en la vida económica del país. En la década de 1950 las industrias más importantes eran: la Industria Alfarera Nacional. S.A., la Compañía Cawy del Oeste. S. A. Que fabricaba y embotellaba refresco y que estaba situada en las inmediaciones de Tedeca y que más tarde se traslada para Rancho Boyeros quedando la instalación como embotelladora de Agua “El Cisne” al cerrar esta se convierte en almacenes de Tedeca; la fábrica de tejidos de Simón Atrain y cia, la fábrica de conservas Carratalá, la fábrica de jabón El Toro, la fábrica de cuchillas de afeitar Tip-Top, la fábrica de calzado "Otero" que se encontraba en la calle San Antonio frente a la Iglesia y que producía para la firma “Anali”, Telares de Calabazar. S. A., la papelera Río Verde, la fábrica de confecciones García, la fábrica de frazadas Marrero, así como los tejares América, Jaume, Sureda y Bandín y cia entre otras. Existieron además numerosos establecimientos comerciales que daba la impresión de un progreso económico impetuoso al calor del crecimiento industrial. En 1955 se inaugura la Fundición Nacional del Acero, creada por Manuel E. Castillo, ubicada en Vínculo y Refugio, dedicada a la fundición de acero por arco eléctrico. Esta Fabrica es la primera en Cuba en fundir acero de esta forma y los primeros fundidores fueron los hermanos Florentino y Maximino Pérez. Su producción consistía en la construcción de implementos agrícolas, arados, gradas, aporcadoras de caña, etc. ..., suministrando también piezas de acero con destino a la industria azucarera, ferroviaria y a la fábrica de cemento y posteriormente a la Industria Pesquera, Actualmente desactivada totalmente.

Acueducto

Varios fueron los proyectos que se hicieron desde finales del siglo XIX para abastecer de agua Calabazar y a Santiago de las Vegas. Uno de los primeros proyectos fue el elaborado por el ingeniero José Primelles, que nunca se pudo llevar a vías de hecho. Es por ello que nuestros antepasados estaban obligados a utilizar las magníficas aguas de los pozos construidos en algunas de las viejas casona de los temporadistas o esperar al aguador, que con su pipa recorría las calles de la población vendiendo el cristalino líquido. En enero de 1903, algunos vecinos de la localidad solicitaron al ingeniero jefe de obras públicas se les suministra agua del acueducto propiedad del estado, construido en el barrio de Arroyo Naranjo. Ésta solicitud fue denegada por la secretaría de obras públicas, manifestando la imposibilidad de conectar las cañerías del referido acueducto para surtir de agua calabazar, pues sería preciso instalar nuevas bombas y realizar otros trabajos cuyo costo total sería de 3500 pesos. A mediados del año 1907 y después de múltiples gestiones del concejal José Alberro, y con el apoyo del Coronel Dionisio Arencibia que era a la sazón el Alcalde de Santiago de las Vegas, el ayuntamientos Santiaguero apoyó del proyecto de Inocencio Ayala y este proyecto era conocido por "Ojito de agua" para que se abastecieran todos los pueblos de la jurisdicción de agua potable. Dichos trabajos se iniciaron el 4 de mayo de 1911 por la compañía "La Constancia Cubana" y su inauguración se produjo en la fecha 6 de enero de 1913 y por acuerdo municipal se denominó acueducto "José Alberro" en honor al Concejal de igual nombre). Estaba situado al fondo del actual parque de las Madres. A raíz de la construcción del primer acueducto, el pueblo sufrió una epidemia de Tifus, provocada por la contaminación de las aguas subterráneas cuando los vecinos comenzaron a utilizar los antiguos pozos como fosas y esta enfermedad causó varios fallecimientos, por tal razón con el tiempo fue necesario trasladar el acueducto río abajo, alejándolo de la población.

Alumbrado

El primer sistema de alumbrado fue establecido en épocas de la colonia con objetivos militares, y estaba formado por algunos faroles ubicados en puntos estratégicos de la población. El 7 de enero de 1900, el ayuntamiento Santiaguero ordenó comenzar los trabajos para restablecer el alumbrado público. Se instalaron 50 faroles de gasolina en diferente esquinas, a cuyo cuidado se encontraba un personaje muy popular, el farolero. Un interesante testimonio lo ofrece Carmelina de la Lastra, descendiente de una de las antiguas familias de Calabazar. "Yo recuerdo que uno de los últimos faroleros de este pueblo se llamó Juan Mojena - todos los días a la caída de la noche recorría las calles provisto de un largo mechón que introducía por la parte inferior del farol. Era un tiempo en que se pasaba mucho trabajo con el alumbrado y todas las casas se iluminaban con lámparas de petróleo". A finales de 1912, se inauguró oficialmente el alumbrado eléctrico y este servicio era suministrado por la sociedad anónima "Planta Eléctrica de Batabanó"; que daba también electricidad a Rancho Boyeros y a Santiago de las Vegas. De hecho la localidad recibió este servicio mucho antes que los poblados de Arroyo Apolo y Arroyo Naranjo ambos pertenecientes al Municipio de La Habana. El alumbrado que ofrecía está planta era deficiente y limitado por lo que sucedía que a veces el poblado se quedaba sin luz durante varios días. La construcción del acueducto y la instalación del servicio eléctrico contribuyó al crecimiento demográfico así, el restablecimiento económico de la localidad, estimulando la apertura de nuevas industrias y talleres procedentes de pueblos cercanos.


Algunas fechas importantes

En 1861 el Obispo Félix y Solans erigió la Iglesia de Calabazar en Parroquia de Ingreso. • 24 de junio de 1862 primeras fiestas patronales y populares en torno al Patrón San Juan Bautista. • 30 de mayo de 1891 se crea la Sociedad "Hipódromo de Calabazar", en la finca "Los Mangos", • 23 de enero de 1893 se crea el Circulo Popular de Calabazar • En 1892, el catalán Pablo Bregolat y Rosell adquirió la finca “Los Mangos” y construyó un tejar. • En diciembre de 1898, tomó posesión el primer alcalde que tuvo Calabazar • 1 de agosto de 1900 el Generalísimo Máximo Gómez establece su residencia en la casa quinta Meireles 19. • 5 de septiembre de 1900 inicia el primer curso la casa escuela de Calabazar • 16 de octubre de 1901 se crea la Sociedad Socorros Mutuos "La Fraternidad" con sede en Calle Meireles # 15. • En el año 1910, el presidente José Miguel Gómez estableció su residencia en la finca "América" • 12 de marzo de 1915 el Gobierno Municipal autoriza la venta y parcelación de la Finca "San Rafael" en Calabazar con el propósito de crear el Reparto "América". • Mayo de 1920 Fernando Berenguer González adquiere los terrenos de la Finca San Rafael, próxima al arroyo Jíbaro con el propósito de fomentar un reparto que se denominó “Reparto Berenguer” con la venta de parcelas. • El 15 de octubre de 1926 se autoriza la formación del Reparto “Bella Vista”, conocido como Reparto “El Globo”, en terrenos de la finca “Lagunas de Castro y Campanario”, propiedad de la Compañía “El Globo” • 20 de octubre de 1926 el territorio es azotado por el huracán "del 26" que produjo fuertes vientos y torrenciales lluvias que dejó sin hogar a decenas de familias. • 30 de agosto de 1933 huelga de los trabajadores del tejar Bregolat que después de varios meses va a ser la primera victoria de los trabajadores contra los patronos. • El 9 de julio de 1937 fue inaugurado parque de calabazar, según acuerdo # 3589 del Ayuntamiento Municipal y se nombró "Máximo Gómez". • El 10 de mayo de 1942, se construyó el parque "Antonia González" dedicado a homenajear a las madres, primero de su tipo en Cuba. Estaba ubicado en la esquina de Fundación y Principal, a orillas del río Almendares. • 18 de octubre de 1944 un fuerte huracán azota todo el occidente del país, el río Almendares se sale de su curso y sus furiosas aguas llegan hasta el edificio de la Sociedad. El Reparto "El Globo" queda incomunicado durante una semana. • 1 de septiembre de 1945 se abren las escuelas públicas # 14 del Reparto Berenguer y # 20 de "El Globo". • 13 de mayo de 1946 se aprueba una Resolución que declaraba a la Industria "Telares de Calabazar S.A. como industria de Guerra. • 2 de septiembre de 1947 se inaugura el Centro Escolar "Rafael María de Mendive construido en el mismo lugar donde funcionó la Casa Escuela de Calabazar • 30 de julio de 1949 un brote de fiebre tifoidea causa la muerte de varios vecinos • 28 de enero de 1952 el Dr. Fidel Castro Ruz denuncia la apropiación ilícita y por la fuerza del desalojo de una cadena de fincas que van desde Calabazar hasta más allá de Managua que pasan a manos del Presidente Carlos Prío Socarrás. • 28 de mayo de 1952 se inscribe en el Registro de asociaciones el Cuerpo de Bomberos del Comercio de Calabazar con sede en Calle Fundación # 6 • 23 de agosto de 1952, en la madrugada de ese día una fuerte crecida del río Almendares sorprendió al vecindario. Las enfurecidas aguas destruyeron el puente. • 4 de diciembre de 1953 se inscribe en el Registro de Asociaciones de la República de Cuba, el "Departamento de Incendios" del Reparto Berenguer con su local en Calzada de Bejucal. • 26 de noviembre de 1954 se inscribe en el Registro de Asociaciones de la República de Cuba la "Sociedad de Propietarios y Comerciantes del Reparto Berenguer" con su local en Calle Dolores Rubio esquina a Santa Isabel en el propio Reparto. • 14 de marzo de 1956 fundación e inscripción en el Registro de Asociaciones de la Logia "Dolorita García # 35" en su local situado en Calle San Antonio (Dolores García) 204. • 3 de febrero de 1959 huelga de los trabajadores de la Papelera "Río Verde" • En 1960 se fundan las Milicias Populares "René Badías" • 1 de diciembre de 1960 se funda la Federación de Mujeres Cubanas en Calabazar. Paralelamente surgió la Asociación de Jóvenes Rebeldes que en 1962 se transforma en UJC. • 28 de enero de 1961 inicio de la Campaña de Alfabetización en el pueblo y barrios adyacentes. • 22 de abril de 1972 inauguración del Parque "Lenin" • 3 de julio de 1976 en la Ley 1230 que establece la nueva distribución político administrativa del país, crea el Municipio Boyeros y Calabazar y sus barrios colindantes quedan incluidos en los límites del naciente municipio. • 15 de octubre de 1983 por primera vez en la historia local se celebra oficialmente la fundación de Calabazar en el aniversario 153 y desde ese momento se convierte en tradición celebrar la fundación en esta fecha. • 17 de julio de 1985 Apertura del Parque Zoológico Nacional en Calabazar, abarca 26 caballerías. • 29 de noviembre de 1988 se constituye el Consejo Popular de Calabazar en acto celebrado en el Parque Máximo Gómez de esta localidad. • 8 de agosto de 2004 se inaugura el local del Club de Computación situado en calle Principal esquina a Habana, justo al lado de la PNR y frente a la Funeraria.

Mártires de Calabazar

René Bodía Morales: también conocido como "Larita" era pintor de brocha gorda. Estuvo preso con la generación de centenario en el Presidio Modelo de la Isla de Pinos. Posteriormente, vino como expedicionario del yate "Granma" y murió durante el combate de "Alegría de Pío" el día 7 de diciembre de 1956, en Pozo Empalado. Armando Gamboa Mauriz: fue miembro de la cédula de acción y sabotaje. Participó en el robo de armas de la finca "San Antonio" propiedad de los ferreteros Feito y Cabezón. Este joven pereció en combate contra la policía batistiana el 5 de septiembre de 1957, en la calle Ayestaran. Julio Trigo López: este joven era miembro del 26 de julio y pertenecía a la juventud del centenario. Pereció en el hospital "Saturnino Lora" de Santiago de Cuba, después de combatir hasta la última bala. Fue asesinado el 26 de julio de 1953 al ser delatado en dicho hospital. Junto a él muere también asesinado el doctor Mario Muñoz. Raúl González Diego: muerto a balazos, cuando se disponía a incendiar los ómnibus de la estación de Santiago Las Vegas. Juan Ochoa: este joven de Calabazar, murió en un combate en la Sierra Maestra. Lourdes Eizmendy, que era guía de pioneros y pereció en funciones de trabajo de un accidente de aviación. Idael Ravelo, joven este que falleció producto del esfuerzo en la caminata de los 62 Km. De la milicia nacional revolucionaria. Fernando Álvarez, que era piloto de un IL-18 de cubana de aviación, fue asesinado por Betancourt cuando trataba de desviar esa nave. Álvarez era vecinos del reparto Berenguer. Lázaro Orgaz Reyes constructor que murió cuando las tropas Norteamericanas asaltaron el aeropuerto de Granada. Enrique Figueredo del Valle de sólo 15 años de edad. Era deportista y pereció en el DC-10 de cubana de aviación al ser volado en las costas de Barbados en un sabotaje.

Apuntes demográficos de Calabazar.

El censo levantado por el gobierno interventor norteamericano en 1899 arrojó que la población de la localidad era de 1233 habitantes. Si se compara ésta cifra con los datos de la enumeración ejecutada a finales del tiempo de la colonia que arrojaba las cifra de 2654 habitantes se nota una sensible reducción de la población producido por la guerra de independencia y las muertes ocurridas durante el periodo de la reconcentración. En los primeros años de la república con el restablecimiento de la producción de los tejares y las tabaquerías y la relativa seguridad económica para los negocios se inició un rápido crecimiento de la población. Así en 1907 Calabazar contaba ya con 1711 habitantes. En el censo de 1919 la población de Calabazar ascendía a los 1866 habitantes. En 1931 la población de Calabazar alcanzaba los 3221 habitantes, este aumento tan considerable de personas coincide con el asentamiento de las primeras industrias y comercios de importancia que sirven de fuente de trabajo a un número considerable de hombres y mujeres, situación que contribuyó a la asentamiento de numerosas familias obreras así como la creación de nuevos repartos. Entre los censos de 1931 y 1943 se experimenta un fenómeno peculiar en Calabazar, pues mientras en todo el país el crecimiento demográfico parece que se hace lento en Calabazar se produce un importante crecimiento poblacional. El cuadro estadístico de 1943 arrojó como resultado 4652 habitantes que comparativamente con el realizado en 1931, representa un ascenso equivalente a 1431 habitantes, con el 42,2 por ciento de crecimiento. Dos elementos contribuyeron a este crecimiento: en primer lugar, durante este periodo Calabazar se está convirtiendo en una localidad con un peso significativo en la industria manufacturera. En ocasiones esas industrias proceden de otras poblaciones y traen consigo a sus antiguos obreros que se establecieron aquí de forma permanente. En segundo lugar, el hecho de que el ferrocarril del noreste y la carretera de bejucal eran las vías principales que enlazaba la Urbe capitalina con el aeropuerto internacional de rancho Boyeros, propició un intenso tráfico muy atractivo para la apertura de numerosos comercios. Elementos que fueron propiciadores de la migración local. El último censo realizado durante las república se ejecutó en 1953, señalando la Calabazar una población ascendente 6056 habitantes con un porcentaje de crecimiento de un 23,18%. En ese año, la población es superior a la de otros barrios de la propia jurisdicción, ocupando el tercer lugar como núcleo urbano en el término municipal.