Manuel de Quesada y Loynaz
Sumario
Manuel de Quesada Loynaz (1833-1884)
Mayor general que nació en Puerto Príncipe, Camagüey, el 29 de marzo de 1830. Fue miembro de la organización secreta independentista Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe. En julio de 1851 se dispuso a secundar el alzamiento de Joaquín Agüero; pero desistió al conocer que éste había caído prisionero de los españoles. Posteriormente se vio obligado a vivir semioculto hasta que abandonó la Isla en una goleta, el 31 de julio de 1855.
Principales acciones en el exilio
Desde Nueva York se trasladó a México en cuyo ejército ingresó con grado de alférez. En la llamada Guerra de Reforma (1857-1861), donde alcanzó el grado de Coronel combatiendo al lado de los liberales. Dirigió el primer combate contra los invasores franceses en La Rinconada, al desembarcar estos en Veracruz, en 1862. Organizó el cuerpo de caballería Lanceros de Quesada, con el cual libró en poco tiempo múltiples combates y se destacó en la defensa de Puebla. Ocupó varios cargos importantes, entre ellos el de gobernador militar del estado de Durango, con grado de General de División. Concluida la guerra contra la ocupación francesa, en junio de 1867, marchó hacia Nueva York con el propósito de trabajar en interés de la independencia de Cuba.
El 1 de septiembre de 1868 llegó a Nuevitas, desde Nassau, con el objetivo de conocer si estaban creadas las condiciones para un alzamiento. Logró entrevistarse con Napoleón Arango, uno de los principales conspiradores de Camagüey, quien lo desinformó. Regresó a Nueva York, donde le sorprendió el alzamiento de los orientales. De inmediato se dio a la tarea de organizar una expedición en la goleta Galvanic, con la cual desembarcó al frente de unos 60 hombres por el estero Piloto, en la costa norte de Camagüey, el 27 de diciembre de 1868, siendo ésta la primera expedición de las guerras independentistas.
Participación en la Guerra del 68
El 1 de enero de 1869 el Comité Revolucionario del Centro lo designó General en Jefe de las fuerzas camagüeyanas. Planeó el ataque a una gruesa columna española que bajo el mando del brigadier Lezca, había desembarcado por la playa Guanaja, en la costa norte de Camagüey, el 18 de febrero de 1869. El 23 los camagüeyanos le ocasionaron grandes pérdidas en el paso de la Sierra de Cubitas; pero no impidieron que llegara a Puerto Príncipe, como era su propósito. Quesada no participó personalmente en esta acción por encontrarse enfermo.
Asistió a la Asamblea Constituyente de Guáimaro, aunque no en calidad de representante. Allí fue nombrado General en Jefe del Ejército Libertador el 11 de abril de 1869. En ese cargo demostró su capacidad organizativa en la reestructuración de las tropas, el establecimiento de fábricas de pólvora y talleres de talabartería, el fomento de zonas de cultivo y salinas, y la creación de un sistema para el aseguramiento logístico. El 13 de junio de 1869 atacó el fuerte de La Llanada, cerca de Puerto Príncipe, y poco después derrotó a la guarnición de Sabana Nueva. Para el ataque a Las Tunas, el 16 de agosto de 1869, concentró gran número de fuerzas e invitó al gobierno y a los miembros de la Cámara de Representantes. El fracaso de esta acción hizo decrecer su prestigio como jefe, fundamentalmente entre los representantes. Quesada planteó que el desempeño de sus funciones se veía constantemente limitada por la intervención de los poderes civiles, lo que creó un estado de tirantez entre él y los miembros de la Cámara, agudizado durante el segundo semestre de 1869. El 15 de diciembre de 1869 concentró a gran cantidad de jefes en Horcón de Najasa para una reunión a la que también invitó a los representantes. Ese día en acertada arenga, solicitó mayor independencia para los mandos militares, lo cual recibió el beneplácito de los jefes. Pero al siguiente día, en una segunda reunión, demandó la centralización del mando militar, considerado por muchos como un intento de implantar una dictadura militar. Un día después, 17 de diciembre, se vio precisado a renunciar pero ya la Cámara había acordado su destitución.
Actividad en el exilio
El 3 de enero de 1870, el presidente Carlos Manuel de Céspedes lo nombró agente especial del gobierno cubano en el extranjero, con la misión de adquirir recursos para la guerra. El 28 de ese mes salió hacia Nueva York. Fomentó la organización de varias expediciones, como la de la goleta J. Adams, desembarcada el 17 de enero de 1871, y las del vapor Virginius, el cual adquirió, y que en su tercer y último viaje, el 31 de octubre de 1873, fueron capturados todos los expedicionarios. En este hecho fue fusilado su hijo Herminio. El despliegue de su actividad contrastó con la pasividad mostrada por Miguel Aldama, agente general de Cuba. Los seguidores de éste acusaban a Quesada de mantener una actitud insolente y llevar un tren de vida fastuoso. Esto originó que gran parte de la emigración cubana se dividiera en dos bandos: aldamistas y quesadistas. En 1872 Céspedes suprimió la Agencia General en Nueva York y nombró a Quesada agente confidencial. Después de la deposición de Céspedes el 27 de octubre de 1873, el gobierno de Salvador Cisneros lo destituyó. No obstante, continuó viajando por varios países con iguales fines.
Al firmarse el Pacto del Zanjón el 10 de febrero de 1878, se radicó en Costa Rica, donde ocupó el cargo de superintendente de los ferrocarriles. Su trabajo influyó notablemente en la construcción de la importante vía férrea entre San José y el océano Pacífico, obra vital para la economía de ese país. Murió de pulmonía, en San José de Costa Rica el 30 de enero de 1884.
Fuente
Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera Parte (1510-1898). Tomo I. Biografías, Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2004