Al borde del abismo (película de 2012)
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El estreno en la dirección cinematográfica de Asger Leth se firma con Al borde del abismo, película conocida en su versión original bajo el título de Man on a ledge. Estrenada como un claro thriller con robo de por medio, la película da muestras de ser un drama en su inicio y acaba llevando al espectador a través de una serie de escenas más que interesantes. Si algo se puede decir de la película, más allá de su calidad, es que sorprende.
Sinopsis
Nick Cassidy parece que tiene muy bien pensado lo que está a punto de hacer. Tras registrarse en el hotel Roosevelt con un nombre falso va a lo más alto del edificio y sube a la cornisa, aparentemente con el objetivo de suicidarse. La gente se empieza a reunir en la calle y todo el mundo espera lo inevitable, que Cassidy salte y acabe con su vida. La policía llega a la escena y no tarda en producirse una reacción en cadena en la cual se irá descubriendo que el protagonista podría tener otras intenciones muy diferentes a saltar y suicidarse. En realidad, mientras él está en la cornisa, en otro lugar se está produciendo un acontecimiento con el cual Cassidy está vinculado, y que podría cambiar el rumbo de las cosas. El apoyo de la negociadora Lydia Mercer será fundamental para el desarrollo del plan en el que ha pensado Cassidy.
Crítica
Reparto
De Sam Worthington se han dicho muchas cosas a lo largo de los años y sobre todo a medida que ha aparecido en más y más superproducciones de Hollywood. El actor está luchando contra todos los críticos que apuntan a que no tiene expresividad y a que los papeles más emotivos le quedan grande. Le hemos visto repartir y convertirse en héroes de acción de peso, y ha conseguido dejar unas impresiones favorables, pero se le achaca falta de carisma y sentimiento. En Al borde del abismo la interpretación de Sam Worthington no deja lugar a dudas, consiguiendo unas buenas impresiones y manteniendo el peso de la película sin problemas. El papel que se le ha encomendado es, en términos relativos, muy plano. Le tenemos mirando hacia un lado con un pensamiento en la cabeza, y hacia el otro con otra idea distinta. La caracterización está falta de sentimiento, pero el film es un thriller y no un drama, por lo que tampoco se le pide más al trabajo que realiza el actor.
Elizabeth Banks hace un buen papel en lo referente a dar respuesta a Worthington en la mayor parte de las escenas, y cuenta con una buena intensidad en cada uno de sus movimientos. El resto de personajes conforman una buena selección de actores que se esfuerzan para darle credibilidad a la película y que el protagonista no tenga que soportar todo el peso de la historia. Nos encontramos con Jamie Bell, que no hace demasiado por destacar, y también aparece Génesis Rodríguez dispuesta a poner en funcionamiento a todos los espectadores. No menos relevante, el film cuenta con la participación de Ed Harris, que como de costumbre está en su línea, dándole a su personaje una gran intensidad.
Película
No es un drama aunque lo parezca en su inicio, que sufre de un ritmo más bien disperso hasta que todo se afianza en el núcleo argumental de la historia. La película soluciona muy bien su irregular comienzo, que deja más bien pocas emociones y esperanzas, y acaba, poco más tarde, poniendo rumbo hacia un thriller muy emocionante. Aunque la historia es más pausada de lo que podría parecer, sobre todo porque tenemos al personaje protagonista fijado en un mismo lugar sin poder dar marcha atrás, el film no termina haciéndose pesado ni aburrido. La forma en la cual el argumento está representado, apoyándose en una sólida combinación de cambios de tercio, cruzando varios personajes y puntos de vista, es suficiente como para que el guión cumpla con su objetivo.
El punto negativo del film, más allá del buen concepto en términos generales, se encuentra en lo mal llevado que está el desarrollo en lo vinculado con algunas de las partes de la historia. La policía, y todo lo que se encuentra vinculado con ella, pierde mucha capacidad, y sus personajes, que podrían estar mucho mejor presentados, quedan en un segundo plano muy desaprovechado. Se intenta que Worthington gane protagonismo de forma imprescindible, y ni siquiera las breves escenas de diálogos irrelevantes que comparten Jamie Bell y Génesis Rodríguez consiguen distraer en este aspecto al espectador. Hay muchos retazos y partes argumentales a trozos que parecen haber recibido mucha menos atención por parte del guionista Pablo Fenjves.
Aún con todo, Al borde del abismo es una película que hace pasar un buen rato, sobre todo haciendo una valoración en términos generales y a modo de la impresión que nos produce al final de la historia. Tras un inicio que como decimos no deja satisfechos, el ritmo mejora y aumenta con interés hacia un desenlace que no produce una mala sensación, cumpliendo con muchos de los estándares de los thrillers vinculados con esta temática. El equipo artístico se esfuerza, y no hay nadie que brille en especial, pero al menos Sam Worthington deja unas buenas sensaciones y huye ligeramente de esa imagen inexpresiva en la cual le hemos visto en otros trabajos. En definitiva, es una película que permite pasar un buen rato.
