Arma química

Las Armas Químicas

Su empleo

Las sustancias químicas se han venido utilizando como herramientas bélicas durante miles de años (a modo de flechas envenenadas, alquitrán al rojo vivo, humo arsénico y gases nocivos, etc.), la guerra química como se conoce hoy en día tiene su origen en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Durante la Primera Guerra Mundial, en los lugares de batalla se lanzaron cartuchos con gases de cloro y fosgeno que el viento dispersaba. A principios de siglo, estas sustancias químicas se fabricaban en grandes cantidades y su uso como armas se extendió durante el prolongado periodo de la guerra de trincheras. El primer ataque a gran escala con gas de cloro tuvo lugar el 22 de abril de 1915 en Ypres (Bélgica). El empleo de varios tipos de armas químicas, incluido el gas mostaza (iperita), provocó la muerte de 90.000 personas y más de un millón de bajas durante la guerra. Al término de la Primera Guerra Mundial, se habían usado 124.000 toneladas de agentes químicos. Tras haber presenciado los efectos de estas armas en la Primera Guerra Mundial, fueron pocos los países dispuestos a ser los primeros en prodigar en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial armas químicas mortales de incluso mayor intensidad. No obstante, muchos países se prepararon para responder con la misma moneda a posibles ataques químicos en caso de guerra. Así, la Primera y la Segunda Guerras Mundiales sembraron a gran escala, en casi todos sus escenarios, armas químicas que, a modo de legado, siguen constituyendo un problema en muchos países por ser hoy en día antiguas armas químicas y armas químicas abandonadas. Durante la Guerra Fría, los Estados Unidos de América y la Unión Soviética conservaron arsenales ingentes de armas químicas, en cantidades iguales a decenas de miles de toneladas suficientes por sí solas para destruir casi en su totalidad toda vida humana y animal en el planeta. Durante la guerra que Irán e Iraq mantuvieron en los años ochenta, Iraq empleó armas q uímicas en Irán y, en 1988, contra la población kurda de Halabja, al norte de Iraq, este país empleó asimismo gas mostaza y agentes neurotóxicos. Las imágenes de las víctimas de Halabja conmocionaron al mundo entero durante las negociaciones en torno a la Convención sobre las Armas Químicas celebradas en Ginebra. Los dos ejemplos más recientes de empleo de armas químicas han sido en 1994, en Japón, con el envenenamiento con sarín de Matsumoto, un área residencial, y en 1995, en el metro de Tokyo, con el ataque con sarín perpetrado por la secta del día del Juicio Final, Aum Shinrikyu. Estos ataques hicieron que la atención internacional se dirigiera hacia el empleo potencial de las armas químicas por parte de terroristas y hacia los peligros inherentes a estas armas.

Conceptos de arma química

Las armas químicas son aquellas cuyos efectos, basados en el empleo de las propiedades tóxicas de las sustancias químicas, contenidas en un medio de lanzamiento, como bombas o granadas. Apuntan contra los hombres, los animales y la vegetación; la biosfera en general.

La Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción (también denominada Convención sobre las Armas Químicas o CAQ) (La Convención) define las armas químicas de forma mucho más amplia. El término arma química se aplica a cualquier sustancia química tóxica, o a sus precursores, que puede causar la muerte, heridas, incapacidad temporal o irritación sensorial por su acción química. También se consideran armas las municiones o dispositivos destinados al lanzamiento de armas químicas, con carga o sin ella.

Su clasificación

Las sustancias químicas tóxicas empleadas como armas químicas, o concebidas para su empleo como tales, pueden clasificarse como agentes asfixiantes, vesicantes, hemotóxicos o neurotóxicos. Dentro de cada tipo de agente, los más conocidos son: entre los agentes asfixiantes, el cloro y el fosgeno; entre los agentes vesicantes, la mostaza y la lewisita; entre los agentes hemotóxicos, el cianuro de hidrógeno; y entre los agentes neurotóxicos, el sarín, el somán y el agente VX. Como es sabido, algunas sustancias químicas tóxicas o sus precursores tienen usos industriales en todo el mundo. Las sustancias químicas tóxicas se emplean, por ejemplo, como materia prima básica, como agentes antineoplásicos, que previenes la multiplicación de las células; o como productos fumigantes y herbicidas o insecticidas. Por tanto, dichas sustancias químicas sólo se consideran armas químicas cuando se producen o almacenan en cantidades superiores a las establecidas para aquellos fines que no prohíbe la Convención. La Convención tiene por objeto garantizar que las sustancias químicas tóxicas sólo se desarrollen y produzcan con fines ajenos a las armas químicas. La tecnología química no debe tener un uso nocivo. Por ello, se ha encomendado a la OPAQ vigilar a la industria química para que así sea. Para ayudar a la OPAQ en su empeño, la Convención agrupa en tres Listas las sustancias químicas tóxicas y los precursores que podrían ser empleados como armas químicas o bien usados en la fabricación de armas químicas. Las sustancias químicas de la Lista 1 son las que ya han sido empleadas en el pasado como armas químicas o bien tienen muy pocos usos pacíficos o incluso ninguno. Por tanto, son las que representan una amenaza más directa para la Convención. Las sustancias químicas de la Lista 2 son primordialmente precursores de las sustancias químicas de la Lista 1 y la mayoría tienen algunos usos industriales. Las sustancias químicas de la Lista 3 se producen en grandes cantidades con fines comer ciales, pero en algunos casos se han empleado como agentes de guerra química y pueden servir de precursores de las sustancias químicas de las Listas 1 y 2. Las instalaciones de producción de muchas sustancias químicas orgánicas calificadas como sustancias químicas orgánicas definidas también están sujetas a los requisitos de las declaraciones y a las actividades de verificación. Para facilitar los procesos de destrucción y de verificación, las armas químicas se dividen formalmente en tres Categorías. En la Categoría 1 se incluyen los agentes químicos de la Lista 1 y las municiones con carga de agentes de la Lista 1. La Categoría 2 se refiere a las municiones con carga de otras sustancias químicas tóxicas y a todo agente químico utilizado como arma, distinto de los incluidos en la Lista 1. Las demás municiones y dispositivos sin carga, así como cualquier otro equipo especialmente concebido para facilitar el uso de armas químicas entran dentro de la Categoría 3. La Convención establece así los plazos de destrucción para estas tres Categorías de armas químicas.

Fuente:

http://www.multilingualarchive.com/ma/enwiki/es/Binary_chemical_weapon ibros: Armas quimicas la ciencia en manos del mal. http://www.cinu.org.mx/temas/desarme/acue_des.htmhttp://www.opcw.org/sp/ http://www.opcw.org/sp/novedades-y-publicaciones/publicaciones/fundamentos/ Colectivo de autores Joven club 2012