Arte Muromachi

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Arte Muromachi
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Concepto:Halcones y garzas, donde se observa la influencia china del estilo de pintura monocromática. Sus delicadas composiciones paisajísticas y su pincelada espontánea reflejan el dominio de Sesshu del estilo chino Ma-Xia de la pintura paisajística.

El Arte Muromachi se desarrolló durante el periodo Muromachi (1333-1568), llamado también periodo Ashikaga por ser éste el nombre del clan militar gobernante, se operó un profundo cambio en la cultura japonesa. El clan se hizo cargo del sogunado y volvió a instalar la sede del gobierno en la capital, en el distrito de Muromachi de Kyoto, lo que significó el final de las tendencias populares del periodo Kamakura y la adopción de formas culturales de expresión más aristocráticas y elitistas. El budismo Zen, la secta Ch'an, que según la tradición fue fundada en China en el siglo VI, se introdujo en el Japón por segunda vez, y allí arraigó.

Pintura

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Con las expediciones seglares y las misiones comerciales a China organizadas por los templos Zen, se incrementó en el Japón la importación de pinturas y objetos de arte chinos, que ejercieron una profunda influencia sobre los artistas japoneses que trabajaban para los templos Zen y para el sogunado, no sólo en lo relativo a los temas, sino en el uso del color, que pasó de la brillantez del estilo Yamato-e a los tonos monocromos característicos de la escuela china. Un ejemplo típico de la pintura primitiva Muromachi es la obra del sacerdote-pintor Kao (activo a principios del siglo XV) en la que representa al legendario monje Kensu (Hsien-tzu en chino) en el momento de su iluminación. Este tipo de pintura se realizaba con pinceladas rápidas y un mínimo de detalles. La obra Un hombre cogiendo un pez-gato (principios del siglo XV, Taizo-in, Kioto), del sacerdote-pintor Josetsu (activo hacia 1400) marca un hito en la pintura Muromachi. Ilustra una paradoja Zen, o koan, y originalmente estaba concebida para un biombo, pero se ha vuelto a montar bajo la forma de rollo colgante, acompañado de inscripciones de personajes contemporáneos, una de las cuales se refiere al cuadro como de “nuevo estilo”. Representa, en primer término, a un hombre a la orilla de un río, con una pequeña calabaza en la mano, mirando a una resbaladiza anguila de gran tamaño; la niebla invade el fondo y las montañas aparecen lejanas, en un segundo plano. Se supone que el “nuevo estilo” de la obra, realizada hacia 1413, se refiere al sentido de profundidad que se observa en el plano del cuadro. Los artistas más destacados del periodo Muromachi fueron los sacerdotes-pintores [[Shubun[[ y Sesshu. En su obra Un sabio leyendo en una ermita en un bosque de bambúes (1446, Museo Nacional de Tokio) Shubun, monje en el Shokoku-ji de Kioto, crea un paisaje realista y una asombrosa sensación de profundidad. Sesshu, a diferencia de la mayoría de los artistas del periodo, pudo viajar a China y estudiar la pintura de ese país de las fuentes originales. Una de sus obras más notables es el Paisaje de las cuatro estaciones (Colección Mori, Yamaguchi) en la que representa un paisaje continuado a lo largo de las cuatro estaciones.

Arquitectura

Otra innovación importante de la época es la ceremonia del té y el lugar donde se celebraba; su finalidad era pasar el tiempo con los amigos amantes de las artes, liberando la mente de las preocupaciones de la vida cotidiana y tomar un té cuidadosamente preparado y servido con refinamiento y gusto exquisito en un precioso cuenco. Para las casas de té se adoptó la estética aparentemente simple de las viviendas rurales, dando preferencia a materiales naturales, como troncos de árboles para los muros exteriores y los tejidos de paja para las divisiones interiores.

Periodo Muromachi

Época de la historia de Japón transcurrida desde 1333 hasta 1568, que debe su nombre al distrito Muromachi de Kioto donde se encontraba el palacio sogunal. En 1333, Ashikaga Takauji, que había sido enviado por el bakufu (‘gobierno militar’) de la familia Hojo para negociar con los rebeldes que apoyaban al emperador Daigo II Tenno, se revolvió contra sus señores, lo que provocó el final del periodo Kamakura. Durante la restauración Kemmu que tuvo lugar entre 1333 y 1336, Daigo II Tenno intentó restablecer el poder del gobierno imperial, pero no consiguió su objetivo. Takauji asumió el poder e inició el bakufu Muromachi tras su nombramiento como sogún en 1338. Estableció la sede del gobierno en el distrito Muromachi de Kioto. Daigo II Tenno huyó hacia el sur hasta Yoshino, en 1336; fue reemplazado en el trono por un aristócrata designado por Takauji, pero el Emperador derrocado estableció una corte paralela en las fortalezas de Yoshino. La rivalidad entre las denominadas corte del Norte y corte del Sur fue motivo de preocupación para los primeros sogunes Ashikaga y esta situación no concluyó hasta que Ashikaga Yoshimitsu logró la unificación de las dos cortes en 1392. Aunque en esa época el bakufu Ashikaga gobernaba de forma efectiva en todo el país, no había conseguido establecer el control alcanzado por la familia Hojo durante su bakufu en el periodo Kamakura. Esto se debía a la existencia de numerosas y poderosas familias en las regiones provinciales cuyo poder militar representaba una amenaza real. Los jefes de estas familias eran los shugo (‘gobernadores provinciales’) y los primeros sogunes Ashikaga habían logrado mantenerlos bajo control (Yoshimitsu aplacó dos rebeliones de shugos). Sin embargo, esta situación concluyó en el siglo XV, cuando el despótico sogún Ashikaga Yoshinori (1394-1441; sogún desde 1429 hasta 1441) fue asesinado por un vasallo shugo. El sogún Ashikaga Yoshimasa (1436-1490; sogún desde 1449 hasta 1474) perdió aún más autoridad, y la guerra de Onin (1467-1477) acabó definitivamente con las posibilidades de establecer un gobierno central. El origen del conflicto parecía ser la sucesión del sogunado, pero el verdadero motivo eran las rivalidades territoriales de los shugo, que se habían convertido en jefes militares a los que se denominaba daimios. Las antiguas familias shugo desaparecieron a finales del siglo XV, cuando la nueva clase de los daimios transformó sus propiedades en haciendas mejor organizadas y capaces de resistir una nueva era de guerras de aniquilación mutua. Aunque los Ashikaga continuaron gobernando como sogunes, sólo tenían el control efectivo de las provincias próximas a Kioto. A partir de ese momento, Japón vivió un periodo de guerra civil al que se conoce como sengoku (‘periodo del estado en guerra’), durante el cual el país quedó dividido en diversos estados independientes. El bakufu Muromachi resistió hasta 1588, pero perdió todo su poder cuando Oda Nobunaga conquistó Kioto en 1568. Japón no volvió a unificarse hasta el periodo Azuchi-Momoyama. Fue durante el periodo Muromachi cuando se reanudaron las relaciones oficiales con China, interrumpidas en el siglo IX, al establecer Yoshimitsu una relación tributaria con la dinastía Ming. El comercio con China aumentó rápidamente y los monjes que viajaron a ese país regresaron a Japón con importantes textos del confucianismo e iniciaron el estudio del neoconfucianismo. El budismo zen se extendió gracias al respaldo de los Ashikaga, al igual que la ceremonia zen del té y las pinturas con tinta que tanta influencia tuvieron en el arte japonés. El pintor Sesshu viajó a China con una embajada Muromachi. También se entablaron relaciones con los europeos, en 1543, a causa del naufragio de tres barcos portugueses en las costas de Japón. Gracias a este incidente, los japoneses conocieron los mosquetes, un arma que tuvo una gran repercusión en las estrategias militares del periodo Azuchi-Momoyama, y entraron en contacto con el cristianismo tras la llegada de san Francisco Javier y las primeras misiones cristianas en 1549. A pesar del creciente desorden político, el comercio prosperó durante el periodo Muromachi debido a que los comerciantes se agruparon en gremios; Sakai, concretamente, se convirtió en una comunidad mercantil prácticamente independiente gracias a su monopolio sobre el comercio con China. El arte también desempeñó un papel importante: el teatro nō de Zeami (financiado personalmente por Yoshimitsu) y la tradición poética conocida como renga alcanzaron su plenitud en este periodo. La vida cultural se hallaba dominada por los monjes de la secta zen budista, que desarrollaron la ceremonia del té, el cuidado de los jardines y diversos estilos de la arquitectura china.

Fuentes

  • Sitio Web: Escuelapedia, información didáctica. Consultado el 12 de diciembre de 2017. Disponible en: [1]
  • Sitio Web: nipponario.abranera , Muromachi jida, el período Muromachi. Consultado el 12 de diciembre de 2017. Disponible en: [2]
  • Sitio Web: Arte oriental, Arte Japones. Consultado el 12 de diciembre de 2017. Disponible en: [3]