Catacumbas de San Calixto

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Catacumbas de San Calixto
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Concepto:Las catacumbas son antiguos cementerios subterráneos formadas por galerías subterráneas, que parecen verdaderos laberintos y cuya longitud es de varios kilómetros. Los cuales los primitivos cristianos, especialmente en Roma, enterraban a sus muertos y practicaban las ceremonias del culto

<divalign="justify">'Las catacumbas de San Calixto'Es un conjunto de cementeriodesignado a principios del siglo III por el Papa Ceferino como administrador del cementerioque se encuentran al oeste de la ViaAppiaAntica, después de la iglesia del "Quo Vadis" y la Basílica de S. Sebastián.

Origen

Las Catacumbas de San Calixto empezaron a existir hacia la mitad del siglo II y forman parte de un complejo que ocupa una extensión de 15 hectáreas, con una red de galerías de casi 20 km. en distintos pisos, y alcanzan una profundidad superior a los 20 metros. Reciben su nombre del diácono San Calixto, designado a principios del siglo III por el Papa Ceferino como administrador del cementerio. De ese modo, las catacumbas de San Calixto se convirtieron en el cementerio oficial de la Iglesia de Roma.

Historia

La historia de las catacumbas de San Calixto se remonta a fines del siglo II después de Cristo, cuando la Iglesia de Roma inició la excavación de cementerios propios, reservados a los cristianos. Entre las más de sesenta catacumbas que rodean a Roma, las catacumbas de San Calixto revisten una importancia primaria por la extensión y la profundidad de las excavaciones, por el gran número de tumbas, por la variedad y riqueza de las inscripciones y de las pinturas; por la cripta de los papas y otras criptas de mártires. Aunque a comienzos del siglo V la Iglesia volvió a sepultar a los muertos en superficie, las catacumbas, que habían llegado a ser los verdaderos santuarios de los mártires, durante siglos continuaron siendo visitadas por los fieles, que acudían a rezar sobre la tumba de los mártires y a renovar ahí su fe. La invasión de los godos en el siglo VI y de los longobardos en el siglo VIII dañaron gravemente las catacumbas y obligaron a los papas a trasladar los cuerpos de los mártires y de los santos a las iglesias de la ciudad, por razones de seguridad. Y así las catacumbas fueron gradualmente abandonadas. Al transcurrir el tiempo losdesmoronamientos del terreno y el crecimiento de la vegetación obstruyeron y ocultaron el ingreso a las catacumbas, de suerte que se perdió hasta el vestigio de la mayor parte de las mismas. En la tarda Edad Media ni siquiera se sabía dónde se encontraban. Una parte fue descubierta tan solo unos siglos después por el gran arqueólogo Maltés Antonio Bocio 1575-1629, pero las catacumbas de San Calixto fueron descubiertas, exploradas y documentadas solamente en 1852, gracias a los esfuerzos de Giovanni Battista de Rossi, que es considerado el Padre y Fundador de la Arqueología cristiana.

Ubicación

A pocos centenares de metros más allá de la moderna y muy frecuentada Vía Cristoforo Colombo que lleva al EUR, es dable sumergirse en un lugar de la Roma de hace 2000 años, la Roma imperial y la Roma de la Iglesia primitiva. Basta recorrer la vía Apia Antigua, saliendo de la puerta de San Sebastián y se encuentran las iglesias del Dómine quo vadis , las catacumbas de Pretextato, las catacumbas de San Sebastián, las ruinas del circo de Majencio y la tumba de Cecilia Metela. Justamente en el centro de estas antiguas glorias, encerrada entre la vía Apia Antigua, la Ardeatina y el callejón de las Siete Iglesias, hay una isla verde, que custodia en sus entrañas un cofre de testimonios antiguos: las Catacumbas de San Calixto, que en los años oscuros y luminosos de las persecuciones hospedaron las tumbas de los papas y de tantos cristianos mártires y no mártires. Desde 1930 el papa Pío XI ha confiado este tesoro a los Hijos de Don Bosco, para que lo conserven celosamente y lo señalen a la admiración de los fieles. Se trata de alrededor de treinta hectáreas de terreno, de las que unas quince están ocupadas por las catacumbas. Las galerías del complejo calixtiano distribuidas a veces en cuatro planos, alcanzan una longitud de aproximadamente veinte kilómetros. Numerosísimas las tumbas, tal vez medio millón. El complejo resulta formado por varios núcleos cementeriales que se extendieron con el tiempo: las Criptas de Lucina, el Cementerio de San Calixto, el Cementerio de Santa Sotera, el Cementerio de los santos Marcos, Marceliano y Dámaso, llamado también de Basileo, y el Cementerio de Balbina. Entre los cementerios subterráneos de la Iglesia primitiva, el de San Calixto tiene un lugar de honor, porque fue el primer cementerio oficial de la comunidad cristiana de Roma. En la vasta zona comprendida actualmente bajo tal denominación fue sepultada una multitud de santos y mártires: 16 papas, de los cuales 9 en la célebre Cripta de los Papas, donde se conservan todavía cinco inscripciones originales en griego juntamente con un espléndido poema de Dámaso. Al lado de la Cripta de los Papas está la no menos famosa Cripta de Santa Cecilia, donde ella permaneció sepultada durante siglos. Criptas igualmente importantes son las de San Cornelio, San Eusebio y San Cayo. Se sabe además que en la superficie a flor de tierra de este cementerio, en una pequeña basílica, era venerado San Tarcisio, el joven protomártir de la Eucaristía.

Fuentes

http://www.catacombe.roma.it/es/catacombe.php https://es.wikipedia.org/wiki/Catacumbas_de_San_Calixto http://www.mercaba.org/FICHAS/catacombe/16_historia_de_las_catacumbas.htm