Circular 4 del Presidio Modelo

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Circular 4 del Presidio Modelo
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La circular 4 de Presidio Modelo.

Recinto en el que se cometieron atropellos y vejaciones a los presos que allí se encontraban.

Uso del lugar

A partir del 15 de enero de 1957, se comenzó a utilizar la Circular 4 del Presidio Modelo para encerrar a los sancionados políticos que aquí llegaban. Más de 30 presos políticos fueron trasladados desde los pabellones del hospital donde se encontraban recluidos a dicha instalación y ubicados en las celdas con rejas del primer piso, incomunicados unos de otros. Con la sustitución del comandante Juan M. Capote por el Coronel Manuel B. Ugalde Carrillo se recrudece el maltrato a los presos políticos.

Los presos políticos eran ubicados en el primer y tercer piso de esta circular mientras que en el segundo
permanecían los sancio¬nados comunes encargados de mantener el orden interior y los servicios generales.

Proceso de investigación contra el Coronel Ugalde

Durante los primeros tres meses del año 57, el atropello y las vejaciones a los presos fueron de tal magnitud que llegó al conocimiento de los revolucionarios que se encontraban encarcelados en el Castillo del Príncipe así como a sus familiares, provocando esto una protesta ante la Organización de Instituciones Civicas y particularmente ante el Tribunal Supremo, lo que repercutió en la opinión pública nacional desfavorablemente y motivó que en los primeros días del mes de mayo se iniciara un proceso de investigación contra el coronel Ugalde Carrillo y sus colaboradores por abusos y violación de los derechos individuales. El magistrado Dr. Antonio Barreras y Martínez Malo encabezó la investigación y después de entrevistarse con más de 200 presos inició proceso contra la dirección del Penal.

La alta jerarquía militar del país transfirió la causa a la jurisdicción militar absolviendo de toda culpa
los transgresores. 

Encarcelamiento de jóvenes revolucionarios

Un día antes de comenzar dicho proceso judicial por la causa 28\957 llegaron a Presidio Modelo 22 expedicionarios del Granma y 18 sancionados por el levantamiento del 30 de noviembre.

A los expedicionarios Jesús Montané Oropesa, José Ponce Díaz, Enrique Cámara y Reynaldo Benítez como 
habían estado presos con anterioridad en este penal por los sucesos del Moncada, los enviaron a las peores 
celdas de castigo del pabellón No. 2, igual suerte corrió, con  Norberto  Collado, que en 1954 había 
permanecido en esta misma prisión como sancionado por la ocupación de armas en el Country Club.
Allí estuvieron hasta finales de  mayo cuando fueron ubicados en el primer piso de la circular cuatro.

Los expedicionarios del Granma encarcelados fueron: Alonso Guillén Zelaya, José Ponce Díaz, Roberto Roque Núñez, Jesús Montané Oropesa, Enrique Cámara, Arnaldo Pérez, Norberto Abilio Collado Abreu, Norberto Godoy de Rojas, Máximo Francisco Chicola Casano¬va, Gilberto García Alonso, Reinaldo Benítez Nápoles, Antonio Darío López García, Evaristo Evelio Montes de Oca Rodriguez, Mario Hidalgo Barrios, Mario Fuentes Alfonso, Pablo Arquímides Hurtado, José Fernando Fuentes Alfonso, Jaime Costa Chávez, César Gómez Hernández, Rolando Santana Reyes, Arturo Chaumont Portoca¬rrero y Manuel Hecheverría, condenados a seis años de prisión. Los abusos y atropellos recibidos por los presos políticos del Presidio Modelo, fueron rápidamente conocidos por los revolucionarios que se encontraban en el Castillo del Príncipe, los que en solidaridad con aquellos compañeros realizaron, el 28 de junio, una asamblea general con la participación de delegados de distintas galeras. Por la No. 1 participó Luis López, por la 3, Faustino Pérez, por la 4, Arístides Viera y por la 21, Lauro Blanco.

A pro¬puesta  de Arístides Viera se acordó organizar una huelga de ham¬bre.

Huelga de hambre

El 16 de julio comenzó la huelga de hambre que duraría 16 días y en la cual participaron más de cien revolucionarios de distintos penales del país, convirtiéndose en la más masiva y prolongada. Para iniciarla fueron escogidos por la Comisión de Huelga los 30 compañeros que presentaban las mejores condiciones físicas, el resto de los que deseaban participar se dejaron como reserva para suplir las bajas que se produjeran por otorgamiento de libertad condicional u otros motivos, se unieron a esta huelga compañeras que se encontraban en el Vivac de mujeres de Mantilla, ejemplo de ello lo fue la revolucionaria Nilda Ravelo, quién se abstuvo de consumir alimentos, a pesar del estado crítico que presentaba su salud.

A esta protesta se unió un grupo de estudiantes de la Escuela de Comercio  de La Habana, declarándose en
ayuno total.

La prensa de entonces desplegó amplios detalles de aquel hecho revolucionario.

Las Fuerzas Cívicas y  de  Resistencia  representadas por las mujeres realizaron manifestaciones en la 
capital y otras ciudades del país.

Luego de la muerte de Frank País, el movimiento decidió suspender la huelga de hambre ante la necesidad de acopiar fuerzas para continuar la lucha. De los participantes en aquel hecho histórico se convirtieron posteriormente, en mártires de la lucha contra Batista, Sergio González,(El Curita),Arístides Viera,(Mingolo), Gustavo y Angel Amejeiras, Rogelio Perea, Pedro Noriega y Gregorio Arle "Maña¬lich". La huelga constituyó una importante vía de los combatientes para influir significativamente en la opinión pública desde la cárcel. Ante la situación creada, al Presidente de la República no le quedó más opción que la aprobación del Decreto Presidencial No 2126 del 3 de agosto de ese mismo año, el cual resolvía relevar de su cargo al sanguinario Coronel Ugalde Carrillo y en su lugar nombrar al Coronel Dámaso Sogo Hernández. En el breve tiempo de mandato de este último muy pocas veces se le vio por el penal, fue sustituido por el Decreto Presidencial No 2599 del 23 de septiembre por el Comandante José Juárez Rueda, quien se mantuvo en el cargo hasta el 4 de enero de 1958, cuando por el Decreto Presidencial No 16 lo sustituye el Teniente coronel Joaquín R. Casillas Lumpuy, tristemente conocido por el asesinato del líder del movimiento obrero cubano Jesús Menéndez.

Representación de todo el país

Para el año 1958 los presos políticos que se encontraban en la Circular 4, llegaron a ser más de 400.

Aquí estaban representadas todas las organizaciones que se enfrentaban, de una u otra forma, al régimen
de Batista, como fueron el Partido Socialista Popular (PSP) al que pertenecían Leonel Soto Prieto, Rufino
Alfonso, Emilio Delacheaux y otros, jóvenes revolucionarios militantes del Directorio Revolucionario (DR) 
como Manuel Stolik Novigrod, Joaquín Más Martínez y Enrique Enriquez.
La representación más amplia fue la de de los miembros del M.R.26 de Julio.
De Santiago de Cuba estaban Castro Amador Fernández, Roberto Grillo Correa, Alberto Hechevarría González, 
George Nuibó Mancebo, Mario Ramírez Riveri, Rafael Armiñon Figueredo y Carlos Iglesias Fonseca.

De Palma Soriano, Carlos Chain Soler y Roberto Oliva García. Del Central Ermita, en Guantánamo: Heriberto Iribá Bárzaga, Eliseo Luis Moro, Freddy Catá Rodríguez, Reynaldo Morris Cortes y José Fito Bárzaga. De Camaguey: Félix Aramís Alvarez Leyva, Homero Rivero Rivero y Sigfredo Primelles. De la provincia de Las Villas se hallaban Quintín Pino Machado, José Julio Rivas Herrera, Francisco Ramos Alvarez, Antonio Labarde Silva, Domingo Valladares Martínez, Rogoberto García Antúnez,Heriberto Sabina Pérez, Sebastián Arcos Bergnes, Gustavo Caballero, Osbein Basnuevo, Rigoberto Valladares, Reynaldo Erice Borges, y Aldo Santamaria Cuadrado. Los miembros del M.R.26 7 de Matanzas que guardaban prisión en la Circular 4 por entonces fueron: Juvenal Blanco, Clemente Domínguez Doris, Luis Martínez Bello, Eliseo Vera Alfonso, Rolando Hernández Roque. De La Habana: Salvador Ameijeiras, Manuel Bernardo, Juan Borrel, Carlos Regueiro, Gerardo Rodríguez Bodel, Pedro Francisco Ramí¬rez, Reinaldo Mesa, Raúl Romay, Obdulio Velázquez, Jesús Lemes. Por Pinar del Río se encontraban Ramón Mordache Miranda, José Rivero Perera y Roberto Fontanella. En este año llegaron para cumplir sanción un grupo de militares que, dirigidos por el M.R. 26 7, participaron en el levantamien¬to de Cienfuegos el 5 de septiembre. Entre ellos se encontraban pilotos de aviación, oficiales de la marina, clases y soldados. Entre los pilotos se hallaban: Enrique Carrera, el Teniente Alvaro Luis Prendes Quintana, el Teniente Lázaro Rey Noriña, los médicos Capitán Ferbaldo Cuervo y el Capitán José Manuel Vidal Yedra, el Comandante Andrés González Lines, de la Marina de Guerra, los primeros tenientes Caiñas Sierra y José Monteagudo.

Los tenientes Tirso Birgos, Emigdio Báez Vigo, Abelardo Miranda, Hermes Carballo, Justo Hernández Sosa, 
Rolando Cossio, Martín Klein Schiller, Aurelio Martínez Leiro, Isidro Contreras Pérez, Orlando Fernández 
Saborit, y Jesús Saá González.

Presos políticos

Después de la huelga del 9 de abril ingresaron en la Circular 4 un gran número de presos políticos que participaron en esos acontecimientos.

Ellos procedían de Sagua la Grande, de la fábrica de cemento del Mariel, de la ciudad de Pinar del Río, 
de las Minas de Matahambre y de Santa Lucia.

Desde finales de 1957 en la Circular 4 los presos políticos logran sustituir las funciones que realizaban los comunes y la autorización por parte de la dirección del penal de nombrar sus propios mayores o sea, jefes de galeras, entre los militares recluidos, recayendo esta responsabilidad en Enrique Borbonet, José R. Fernández y Hugo Vázquez, indistintamente. Pronto el M.R 26 7, se dio a la tarea de organizar la vida de los presos políticos dentro de la circular tratando de alcanzar la unidad independientemente de la organización a la que pertenecían. Para ello se creó un Consejo de Dirección presidido por dicho movimiento revolucionario y al cual pertenecían representantes de cada una de las organizaciones: el Directorio Estudiantil Revolucionario, la Organización Auténtica, la Triple A, los militares y el P.S.P.

Además, subordinado  a este consejo se creó otro de carácter disciplinario con igual nivel de 
representatividad.Este último se encargaba de analizar las indisciplinas que se cometieran por los presos 
políticos y sancionaba a los infractores de as reglas establecidas por ellos mismos para convivir en la 
cárcel.

Al igual que los moncadistas se creó un sistema de superación por medio del cual se impartían clases para enseñar a leer y escribir llegando al nivel de sexto grado, asimismo se desarrollaban círculos de estudios políticos y otros de preparación militar. En estos últimos los profesores eran los exmilitares sancionados que impartían las clases teóricas de táctica y tiro.

La preparación tenía la finalidad de propiciar la incorporación a la lucha guerrillera de aquellos que 
fueran puestos en libertad, además de disponer de conocimientos mínimos acerca del modo de preparación de 
petardos, cocteles molotov, la colocación de detonantes, etc., muy útiles para la lucha en las ciudades 
también.

Medidas tomadas

Se preparó un ciclo de conferencias semanales impartidas por aquellos que tenían mayores conocimientos en cada una de las especialidades como fueron los temas de Cuba y Estados Unidos, impartidos por Barquín, Dictadura y Democracia, por Varela Castro, La juventud y su papel histórico en la actualidad, por Jesús Montané, La Reforma Agraria en Cuba, por Carlos Chaín, La clase obrera en los momentos actuales por José Ponce. Las Fuerzas Armadas y el Servicio Militar Obligatorio por Manuel Hechavarria, Materialismo Dialéctico por Mario Hidalgo, Marxismo Leninismo por Quintín Pino Machado, 55 años de Seudorepública, la frustración de la generación del 30 por Armando Hart, Cuba, una isla de espaldas al mar, por Andrés González Lines. Además, se organizó una Biblioteca que se encontraba en la celda No.11 del primer piso, que llegó a contar con más de 500 li¬bros, lo que posibilitó que casi todos adquirieran el hábito de leer, promoviendo concursos literarios de poesía, décimas, etc. Otra de las medidas tomadas fue la del trabajo, desde el mismo momento en que Enrique Borbonet se instituyó como mayor se organizó la guardia imaginaria (55) con lo cual quedó eliminada la presencia de los presos comunes dentro de la circular. Se crearon pelotones que semanalmente debían garantizar la limpieza de todo el edificio, del patio central, las mesas del comedor y los servicios sanitarios, además de los cuarteleros para recibir y repartir las comidas. Se crearon cooperativas de dinero, alimentos y otros productos de uso personal.

El M.R.  26 de julio organizó una  para todos aquellos que quisieran incorporarse independientemente a la 
organización que pertenecieran.A ella se debía aportar el 10% del dinero que recibían así como los 
productos que les llegaban a los miembros.Esto permitió que mejorara la alimentación de los que allí se 
encontraban, pues la comida que garantizaba el penal era de muy mala calidad.Una ayuda importante para 
mejorar la alimentación  de los sancionados fue el envío de 5 mil pesos por parte de Fidel Castro  desde 
la Sierra Maestra.

Hechos importantes

Por este tiempo sucedieron algunos hechos importantes dentro de la Circular, como fue el intento de sacar de la misma al exteniente Fernández Saborit por parte del conocido asesino Emilio Laurent para trasladarlo hacia La Habana. El movimiento conociendo lo que esto significaba para la vida de los que allí estaban recluidos crearon las condiciones necesarias para evitarlo.

De inmediato,  a  través del teniente Rojas, que fue el encargado de cumplir la misión, se le informó a 
la direc¬ción del penal la negativa de cumplir  con la misma por parte del resto de los sancionados.

Los presos políticos se organizaron para enfrentar cualquier medida que tomara la mencionada dirección para cumplir la orden.

El Teniente Coronel Casillas Lumpuy acompañado del Capitán Bravo penetraron entonces en la Circular para 
presionar a los revolucionarios allí amotinados, los que mantuvieron su posición, viéndose aquellos 
obligados a retirarse sin lograr su objetivo.

Ya a finales del año 1958 el Ejército Rebelde capturó en la Sierra Maestra al Teniente del Ejército batistiano Nelson Artiles y propuso a las autoridades del gobierno el canje del citado militar por el Comandante Enrique Borbonet, lo que no fue aceptado por la tiranía. Ante el avance de las fuerzas del Ejército Rebelde y la situación creada en la provincia de Las Villas, la dictadura decidió trasladar hacia aquella provincia al Teniente Cor. Casillas Lumpuy, quién se encontraba como Supervisor del Reclusorio Nacional para Hombres y por Decreto Presidencial No 4393 del 27 de diciembre de 1958 fue nombrado para este cargo el Comandante Carlos A. Viera de la Rosa, el que se mantuvo hasta el primero de enero de 1959.

Fuentes