Congreso pro autonomía de Aragón (Caspe, 1936)

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Congreso pro autonomía de Aragón (Caspe, 1936)
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Cabecera del Diario de Aragón de 3-V-1936

Congreso pro autonomía de Aragón (Caspe, 1936) La instauración en España del régimen de la II República en abril de 1931 posibilitó la consolidación de los procesos autonómicos de diversos pueblos de España. La República, mediante su carta magna constituía un «Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las regiones». Aragón no llegó a organizar, durante el primer bienio reformista republicano, un importante movimiento autonomista. La llegada al poder de la coalición de centro-derecha encabezada por Alejandro Lerroux García -bienio negro- paralizará durante dos años los procesos autonómicos. El tema vuelve a ser retomado e impulsado con el triunfo electoral de la coalición del Frente Popular en febrero de 1936, la cual en su programa (punto VIII.4) acordaba reponer en su vigor «la legislación votada por las Cortes constituyentes» desarrollando los principios autonómicos expresados en la Constitución.

Síntesis biográfica

En Aragón, como en otras comunidades del país, va a impulsarse este movimiento de reivindicación. Será el colectivo de emigrantes aragoneses en Cataluña -el movimiento aragonesista más auténticamente autonomista en estos años- el que tome nuevamente la iniciativa, por medio del colectivo republicano nacionalista Estado Aragonés, dirigido por Gaspar Torrente. Este grupo, por medio de sus juventudes Los Almogávares y desde su portavoz Renacimiento Aragonés (1-III-1936) lanza la llamada a participar en la organización de un Congreso pro Autonomía de Aragón (similar, por cierto, al que ya impulsara en 1921 Gaspar Torrente en Barcelona, del que salió la aprobación de unas Bases de Estatuto de Autonomía).

La propuesta es bien acogida por los medios políticos frentepopulistas, especialmente por el republicanismo de izquierda. De esta manera, el aragonesismo se insertaba sólidamente por primera vez en su historia, en el plano político. Las fechas para la celebración del Congreso que se plantearon primeramente 12-14 de abril, se retrasaron al primer domingo de mayo, debido a unas anunciadas y finalmente no celebradas elecciones municipales en el país. En Caspe se constituyó una comisión organizadora, de la que se hicieron cargo dos caspolinos, Emilio Bordonaba y José M.ª Repollés. Estas semanas va a desarrollarse una amplia campaña publicística, especialmente desde las páginas del nuevo periódico zaragozano Diario de Aragón, en la que participa destacadamente Gaspar Torrente. Al congreso se adhirieron alrededor de 125 ayuntamientos aragoneses, así como numerosas agrupaciones locales, especialmente de Izquierda y Unión Republicana y del P.S.O.E.-U.G.T. Es de reseñar el apoyo del nuevo grupo político regional, el Partido Republicano de Aragón. El congreso, por otra parte, contaría con la expresa oposición de los sectores de la derecha aragonesa y de los diarios zaragozanos El Noticiero y Heraldo de Aragón. A las sesiones de clausura asistieron numerosas personalidades políticas, los gobernadores de Huesca y Teruel, presidentes de las tres Diputaciones y diversos parlamentarios frentepopulistas.

El 1 de mayo se abría en un Caspe engalanado con banderas aragonesas el Congreso pro Autonomía, coincidiendo con la celebración del III Congreso nacional de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en Zaragoza. Fueron nombrados tres presidentes de mesa, Gaspar Torrente, Ricardo La Rosa y Román Gimeno, junto a cuatro secretarios y seis vocales. En el congreso fueron aprobadas unas bases del futuro Estatuto de Autonomía, así como el modelo de bandera aragonesa cuatribarrada con escudo central. Se definía Aragón «por el hecho histórico y la voluntad de querer ser» comunidad autónoma. La organización política debería constar de los tres clásicos poderes: ejecutivo (gobierno), judicial (Tribunal de Casación) y legislativo (Cortes). Para la elección de las primeras Cortes el Anteproyecto propondrá, un mes más tarde, un sistema electoral proporcional ponderado dividiendo a Aragón en cuatro circunscripciones (la cuarta, la ciudad de Zaragoza), votando un diputado por cada 40.000 habitantes, con un mínimo de diputados por circunscripción. Se patrocina la autonomía plena de los municipios; la contribución de Aragón a los gastos del Estado se hará proporcionalmente a su riqueza y población. En el plano cultural, la Universidad aragonesa asumirá funciones de extensión cultural, al tiempo que se crea un Centro de Estudios Aragoneses.

El congreso nombró una comisión encargada de redactar un Anteproyecto de Estatuto, para ser presentado a la asamblea en un próximo acto congresual por celebrar en Monzón. Junto a los dos miembros de la comisión organizadora y otros dos de las entidades promotoras del congreso son elegidos sendos equipos de tres miembros por provincia; los cuales al mes siguiente se reunieron en Caspe para redactar el Anteproyecto de Estatuto de Autonomía de Aragón, siguiendo las bases y directrices aprobadas en el congreso caspolino.

Bibliografía

Germán Zubero, L.: Las propuestas aragonesistas durante la II República; en el número colectivo sobre Autonomía editado por la Diputación de Zaragoza; Zaragoza, 1980.

Fuentes