Elvira Delmonte Lamar
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Elvira Delmonte Lamar. Patriota y conspiradora de la guerra de 1895 en la jurisdicción de Sagua la Grande. Se le conoció en el campo insurrecto por sus seudónimos de guerra, tales como “Z”, “La Dama del Paraguas” y “La número 10”. Chacha Delmonte fue presidenta del club femenino en Sagua la Grande durante la Guerra Necesaria. Al finalizar la guerra del 95, se ocupó del archivo del municipio de Sagua la Grande.
Síntesis biográfica
Nació en Matanzas en 1854. Hija de Ignacio Delmonte y Rosa Lamar. Residente después en el poblado de Santo Domingo, donde su padre laboraba como guardalmacén de los ferrocarriles. Desde allí, durante la Guerra Chiquita, fue una fiel colaboradora de los patriotas dominicanos y de aquellos que operaron en los alrededores de la localidad, como ocurrió con Emilio Núñez Rodríguez. La familia se radicó con posterioridad en Sagua la Grande, donde transcurrió la mayor parte de su vida[1].
Labor revolucionaria
Durante la Guerra de 1895,la región de Sagua la Grande tuvo la especificidad de ser una de las regiones más veladas por la metrópoli española. Al inicio de esta gesta los conspiradores sagüeros sufren una gran delación y son tomados en su mayoría presos. Por lo cual, deciden los sobrevivientes conspirar desde el mayor secreto, solo reunirse en ocasiones de vital importancia y crear clubes revolucionarios sin nombre y sin una estructura formal. En dicha región, existió un club femenino sin nomenclatura, del que fue presidenta Elvira Delmonte Lamar y que tuviera como único miembro, conocida hasta el momento, a Narcisa Rodríguez, negra y criada doméstica. Además, de la ayuda brindada por su hermano político Agustín Carvajal, quien mediante la vía ferroviaria remitía todo tipo de impedimenta y correspondencia a la brigada sagüera.
Elvira Delmonte Lamar y su club brindaron auxilio fundamentalmente al brigadier José Luis Robau López y a la tercera brigada de Sagua la Grande, que este dirigía. El apoyo consistía en envío de correspondencia, informaciones y confidencias, remisión de alimentos, armas, soldados, medicinas, vestimenta y otros utensilios. El propio General José Luis Robau le agradeció en una carta escrita a fines de la Guerra, todos los servicios que había prestado a la causa independentista[2].
La investigadora América Mazón narra:
Fallecimiento
Después de la Guerra se le responsabilizó con el archivo del municipio de Sagua hasta 1920, en que se trasladó para La Habana donde fallece a los 74 años un 28 de febrero de 1928.
El 20 de mayo de 1944, la Escuela Superior de Varones, le rindió un merecido homenaje colocando una tarja de mármol al frente de su casa en la calle de Céspedes, punto de conspiración durante la gesta del 95 y que dice: “Compartió su vida entre sus dos grandes amores: su madre y Cuba”[4].
Referencias
- ↑ Colectivo de Autores (S/F): Historia Municipal de Sagua la Grande (inédita), p. 210.
- ↑ Antonio M. Alcover y Beltrán (1905): Historia de la villa de Sagua la Grande y su jurisdicción. Imprenta Anidos, Sagua la Grande, p.356.
- ↑ América Mazón Robau (2016). Por eso he votado… No! Editorial Capiro, pp. 114-115.
- ↑ ídem
Fuentes
- Adriana Mani y Nereida Moya (2021). Los clubes revolucionarios en Las Villas Occidentales (1895-1898). Editorial Mecenas.
- Antonio M. Alcover y Beltrán (1905). Historia de la villa de Sagua la Grande y su jurisdicción. Imprenta *Anidos, Sagua la Grande
- Colectivo de Autores (S/F): Historia municipal de Sagua(inédita).
- América Mazón Robau (2016). Por eso he votado… No! Editorial Capiro.