Escuela de Negocios de Alicante

Escuela de Negocios de Alicante.
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Edificio)
BA5A05FG1.Jpg
Escuela de Negocios de Alicante.
Descripción
Tipo:Edificio
Localización:Alicante, Bandera de España España.
Otros datos
Arquitecto(s):Javier García Solera.

Escuela de Negocios de Alicante. Proyectada por Javier García Solera en 1994, se inscribe en el Campus de la Universidad de Alicante, España, y dentro de este, en las proximidades de la autovía que circunvala el campus, muy cercana a los aparcamientos generales.

Descripción

La parcela se sitúa junto al museo de la universidad que constituye su límite sur, entre lo que se proponía como edificio docente, y hoy constituyen los institutos universitarios al este, y el centro comercial de la universidad al oeste, con un amplio paseo peatonal al norte.

Si en el proyecto de cualquier edificio el lugar y sus características nos proporcionan las claves para su concepción, la falta de definición del entorno más inmediato en el momento de su génesis, porque existía en líneas generales pero todavía no había sido construido, sin duda dificultó el proceso. Existía el lugar, pero faltaban datos para su total comprensión.

Se hizo necesario imaginar cómo serían el ambiente y la actividad de aquel entorno, hacer una hipótesis de partida, el momento de proyectar la Escuela de Negocios fue el de mayor incertidumbre. Había que proyectar y construir un edificio sobre un campus inexistente, que se limitaba a un dibujo de proyecto, del que sólo se conocía las alineaciones del solar, pero ninguna de las arquitecturas vecinas.

El edificio que adopta forma de U, aunque un lado más largo que el otro, rompe la posible simetría; se cierra hacia el sur, hacia la carretera y se abre hacia el paseo peatonal norte que promete una mayor quietud. Su hermetismo exterior, potenciado por la forma de fenestración con estrechas ventanas apaisadas y el tratamiento de los materiales que comentaremos, es comparable a la actitud adoptada por el vecino Museo universitario de Alfredo Payá, aunque al final los dos edificios tengan resultados formales tan distintos.

El patio interior semiabierto que conforma la U, está rehundido respecto a la rasante del terreno y hacia él se vuelcan con transparencias controladas los espacios de la planta semisótano, planta baja y primera planta. Y así el edificio se empotra en el terreno para perder presencia y generar un espacio exterior propio, con el objetivo de recuperar la escala amable de los pabellones militares del aeródromo original. Una pequeña escalinata y una rampa que alcanzan la cota ligeramente elevada de la planta baja, dos pasarelas que se cruzan ortogonalmente y una escalera, resuelven en el patio interior los accesos al edificio.

La edificación desarrolla funcionalmente el programa de una Escuela de Negocios, también denominada de Iniciativas Empresariales, contando con los espacios necesarios para el uso de profesores y alumnos, básicamente aulas para las clases, despachos para los profesores y salas de reuniones, una pequeña biblioteca y un salón de actos en planta semisótano con aforo para unas 120 personas. La distribución interior se resuelve atendiendo a la estratégica situación de accesos, núcleos de servicios y comunicaciones verticales y partiendo de la clara geometría que dictan los dos ejes principales. Las circulaciones de cada planta constan de pasillos interiores en las alas laterales de la U, y estos van de un extremo a otro hasta acabar reflejándose en el acristalamiento del cerramiento exterior, y de pasillo lateral que bordea el patio, en el tramo intermedio.

Se mantiene constructivamente la dualidad de exterior e interior. En el exterior hay grandes paneles prefabricados de hormigón, y en el interior los paños que cierran el patio se resuelven con vidrio, protegido por lamas pivotantes de madera de iroko que tamizan la luz sin eliminar las vistas.

Anecdóticamente la marquesina transversal que enfatiza el puente de comunicación exterior y une los accesos principales del edificio, nos recuerda los encintados de hormigón y las marquesinas tan utilizadas por el padre del arquitecto Juan Antonio García Solera en sus conjuntos residenciales y edificios escolares. De alguna forma se ha transmitido en este salto generacional el interés por el tratamiento de los espacios exteriores, a veces cubiertos y a veces descubiertos, el interés por los espacios de transición y de relación, los juegos que las diferencias de cota introducen.

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