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Revisión del 19:24 2 mar 2017

Fibroma uterino
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Fibroma Uterino

El mioma, fibroma o fibromioma uterino, constituye la neoplasia benigna más frecuente en la mujer y llega a encontrarse en más del 25% de las mayores de 35 años y del 40% en las que han pasado la quinta década de vida, aunque en general tiende a disminuir su tamaño después de la menopausia y se hacen asintomáticos. El hecho de que crezcan o aumenten los síntomas en la mujer menopáusica debe hacer pensar en una degeneración de cualquier tipo, especialmente en sarcomatosa. Aunque se desconoce por qué, es más frecuente en la raza negra. Pueden ser únicos, pero generalmente son múltiples. Estos tumores tienen su origen en el miometrio, por lo que el término de mioma es el más correcto, a pesar de que también se distinguen en ellos cantidades variables de tejido conectivo, lo que explica los términos de fibr9oma y fibromioma. Tienden a ser esféricos y una característica importante es que están rodeados por una cápsula de la que pueden ser enucleados con facilidad y que no es más que el tejido uterino normal comprimido. Su consistencia es firme; son de color blanco, y al realizar un corte, se observan las fibras circulares y en espiral. El tamaño de los miomas es muy variable y pueden llegar a diámetros insospechados, aunque en la actualidad se operan generalmente antes de que lleguen a alcanzar grandes dimensiones.

Etiología

No se conoce con exactitud el origen de los miomas, aunque se han planteado numerosas teorías. Así, se ha sugerido que los miomas se originan de células primitivas omnipotenciales o genitoblastos, que normalmente dan lugar a las células musculares, conectivas y de los vasos sanguíneos y que permiten el crecimiento del útero grávido. Según otros autores, los leiomiomas se originan en las células musculares adultas o en las del tejido conjuntivo del estroma, como también se ha planteado su origen a partir de las células de la adventicia de los vasos sanguíneos y de las musculares de las arteriolas o de las grandes venas. La más aceptada es la que plantea la correlación existente entre los miomas uterinos y los estrógenos, basada en el hecho de que prácticamente nunca aparecen antes de la menarquía, tienden a desaparecer con la menopausia, hacen su aparición en los años que hay más actividad ovárica, aumentan de tamaño con el embarazo, o con la administración de estrógenos exógenos y que se asocian con ovarios muy grandes, folículos quísticos o con masas tecales, en todos los cuales hay una elevada producción de estrógenos. En mujeres anovulatorias, con niveles de estrógenos normales, pero mantenidos, también se observan con mayor frecuencia y se encuentran además la hiperplasia endometrial. Quizás sea por esta razón, que se asocian tanto con la infertilidad, lo que ha motivado el planteamiento de que :” útero que no paga con hijos, paga con fibroma”. También se han presumido factores genéticos y familiares en su génesis.


Anatomía Patológica

El aspecto macroscópico de un mioma, aunque puede ser variable, es bastante característico, pues está, circunscrito y bien demarcado del musculo circundante; su consistencia tambiénes típica. Su color es gris brillante o blanco rosado, lo que depende del grado de vascularización que posea. Al realizar un corte se observan los haces de fibras circulares que hacen prominencia sobre el tejido circundante. Al realizar el estudio microscópico pueden observarse las fibras musculares lisas dispuestas en paquetes de diferentes tamañas y dirigidos en diferentes direcciones. Al observarse con un mayor aumento, se aprecian las células fusiformes, con núcleos, con núcleos alargados, con cualidades de tamaño y tensión uniformes, y unidas por cantidades variables de tejido conectivo. De acuerdo con la posición que ocupen los miomas en las distintas capas de la pared uterina, se pueden dividir en 3 grupos:

  • Submucosos: Se desarrollan inmediatamente por debajo de la mucosa o endometrio y, por tanto son los que más producen sangramiento profuso, metrorragias de difícil solución y con frecuencia llevan a una histerectomía, aún en úteros con poco aumento de tamaño.
  • Intramurales o intersticiales: Son los que se sitúan en el espesor de la pared uterina y provocan, de acuerdo con su número y tamaño, un aumento variable del tamaño del órgano y formas disímiles. Ofrecen poca sintomatología, y son la tumoración y la hiperpolimenorrea sus síntomas más freceuntes.
  • Subserosos o dubperitoneales: Pueden ser pediculados o sésiles y cursan prácticamente asintomáticos, aunque son fácilmente detectables al efectuar el examen físico. No producen trastornos menstruales.

Características clínicas

La presencia de un fibroma ni implica que existan síntomas evidentes. Muchos fibromas cursan asintomáticos durante largos períodos. Tampoco el tamaño está en relación directa con los síntomas pues más influye en éstos su localización. Los síntomas más frecuentes observados son:

  • Tumoración palpable: Firme, uni o multilobulada, central, móvil; y trastornos menstruales: generalmente hiperpolimenorreas y metrorragias.
  • Dolor: síntoma raro en el mioma y que gene4ralmente aparece cuando existen complicaciones o cuando se asocia con otras afecciones. Es de gran valor en el diagnóstico diferencial con loa adenomiosis y con la inflamación pélvica.
  • Síntomas compresivos:
    • De vejiga
    • De recto
    • De la pelvis ósea

• Otros síntomas: leucorrea (poco frecuentemente originada por el mioma), anemia secundaria a los sangramientos vaginales e inferlilidad.

Diagnóstico

El diagnóstico de un mioma uterino generalmente debe ser fácil, pues el examen clínico es bastante característico y tanto por palpación abdominal como por tacto bimanual, se pueden diagnosticar con bastante seguridad un gran número de ellos. Son masas duras, centrales, que movilizan con facilidad y sin provocar dolor y que acompañan al cuello uterino en sus movimientos. Cuando no existe sintomatología y el diagnóstico de mioma es dudoso, puede esperarse tranquilamente la evolución. El empleo del ultrasonido puede ayudar en el diagnóstico e incluso darnos las dimensiones del tumor y la posibilidad de cambios degenerativos

Tratamiento

El tratamiento del fibroma es quirúrgico. No existe tratamiento médico del mismo y sólo ocasionalmente se han empleado gestágenos y andrógenos para tratar de reducir temporalmente un sangramiento y para mejorar las condiciones generales de alguna paciente antes de la operación.´ La cirugía estará condicionada por la sintomatología y el tamaño del tumor, así como por la edad y la paridad de la mujer. En general, la histerectomía total es la conducta recomendada ante todo mioma sintomático y ante aquéllos que , aunque asintomáticos, alcancen gran volumen. La histerectomía subtotal, aunque más sencilla técnicamente, tiene el inconveniente de que deja un cuello residual que puede ser asiento posteriormente de una neoplasia. En los casos de miomas pequeños en que se plantea la cirugía por los síntomas, puede realizarse la histerectomía por la vía vaginal, si se posee el entrenamiento y los medios para esta técnica.

Fuente

  • Dr. Orlando Rigol Ricardo, CDr. Francisco Pérez Carballás, Dr.C. Jesús Perea Corral, Dr. José Fernández Sacasas y DrC. José E Fernández Mirabal . Medicina General Integral Tomo V Texto provisional Editorial Pueblo y Educación 1988.