Guillermo Granados Lara

Revisión del 19:24 23 sep 2010 de Artemisa3 jc (discusión | contribuciones) (Página creada con '{{Personaje_histórico|nombre=Guillermo Granado Lara|imagen=GuillermoG.jpg|descripción=Mártir de Atemisa|lugar_de_nacimiento= Pijirigua, Artemisa|fecha_de_nacimiento=23 de oct…')
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)

Plantilla:Personaje históricoGuillermo Granado Lara, Mártir de Artemisa. Fue un joven incansable de la lucha por la libertad de su país, desde muy pequeño defendía los valores de la sinceridad, era de carácter decido y enérgico, formo parte del grupo de jóvenes ortodoxo. Su espíritu rebelde no le permitía mantenerse inactivo por eso lucho incansablemente.

Primeros años de su vida

Guillermo nació en el poblado de Pijirigua, en Artemisa, el 23 de octubre de 1923, hijo de Emilia y Carlos. Su madre había muerto dos años antes del Moncada, su padre falleció en el 1966. A los pocos años de haber nacido, la familia se mudó para Artemisa. Asistió a la escuela pública, llegando a cursar la Primaria Superior.

Juventud e incorporación a la lucha y últimos momentos de su vida

Desde joven comenzó a trabajar como cantinero, iniciándose en el restaurante “Florida” en Maceo y República (incendiado durante la lucha clandestina, es hoy un parque). Después se fue para La Habana, donde trabajó también como cantinero. De regreso a Artemisa, trabajó como dependiente en la bodega de Esteban Méndez.
En el 1949 se casó con Iraida Moreno, sobrina del también mártir del Moncada Gregorio Careaga, con la que tuvo dos hijos: Guillermo y Mercedes.
Al casarse, quiso independizarse dedicándose a la venta ambulante de artículos de fantasía y zapatos, labor a la que estaba dedicado cuando marcha al Moncada.
Guillermo era de carácter alegre, muy decidido, pero discreto y cuidadoso de sus cosas. El mismo día en que se despidió de sus familiares para siempre, se había cortado el pelo, se estrenó ropa interior y le pidió a su esposa que le planchara una guayabera que vistió cuando se fue.
Guillermo pertenecía a la Juventud Ortodoxa de Artemisa, vinculándose al Movimiento a través del compañero Vero Rosell, con quien mantenía estrecho contacto.
En el libro “Mártires del Moncada”, Vero refiriéndose a Guillermo dijo: “Era un compañero de Patria o Muerte, de verdad. Muy valiente, que quería que la cosa fuera rápida. Recuerdo –Afirmaba Vero -, que el mismo día de partir, como a las siete, yo estuve conversando con él en Martí y calle 3, donde vivía Ciro Redondo. En aquellos momentos yo me quedé preocupado porque Guillermo había sufrido una decepción de parte de un amigo que discrepó de sus ideas en cuanto a que era necesario empuñar las armas. Guillermo lo quería mucho… pero aquello no lo disuadió de su actitud combatiente porque a las ocho y media estaba saliendo hacia La Habana, como se había convenido.
“Granado era de espíritu alegre – reiteraba Vero -, aunque era muy serio en sus expresiones. El fue de los que hizo prácticas en la Universidad, en un sótano que estaba a la derecha de la escalinata, y también en Artemisa, en las fincas que teníamos para eso y en las que casi todos los compañeros de Artemisa se entrenaron.
El viernes24 de julio por la mañana – día señalado para partir de Artemisa -, Guillermo regresó con dos pollos y se los entregó a su esposa.
“Mira, te traigo esto para que el domingo me hagas un arroz con pollo y natilla, que yo vengo temprano a almorzar, porque hoy tengo que irme para La Habana a una reunión política”. Después le pidió una guayabera nueva y que además le preparara una muda que tenía que llevar. Aquello sorprendió a su esposa, que insistía en preguntarle detalles de la reunión a la que él tenía que asistir para la cual necesitaba una muda de ropa adicional, pero cuando él le dio un beso a su hijo, Guillermito, que entonces tenia 11 meses, la esposa trocó la suspicacia por preocupación, porque le dijo: “Cuídalo bien, para si yo muero, te quede otro Guillermo que haga por tí….” Al poco rato llegó a la casa Gregorio Careaga, compañero y cuñado de Guillermo – mártir del Moncada también, que venía en busca del mismo para partir hacia La Habana.
Antes de partir volvió a besar a su hijo y le reitero a su esposa que regresaría el domingo.
Todos se encontraban muy preocupados al no regresar en el tiempo prometido, y recordar la forma en que se despidieron y la conducta extraña que había mantenido en los últimos meses.

Muerte

El mismo domingo, como a las nueve de la noche, empezaron a escucharse por la radio las noticias de lo que había pasado en Oriente. Iraida, la esposa, estaba muy preocupada y tenia serias sospechas, y como Gregorio y él, se había ido juntos y de éste tampoco se sabía nada, sus familiares empezaron a comprender muchas cosas que antes no le habían dado importancia: las llegadas tardes, que él no acostumbraba, los compañeros con los cuales se reunía, algunas conversaciones, todo se fue haciendo claro. Artemisa entera estaba convulsionada, muchos tenían a sus familiares en el asalto y se visitaban para tratar de obtener datos.
De la forma en que Guillermo murió, su amigo y compañero, Fidel Labrador, también combatiente del Moncada y quien lo quería como a un hermano, testimonio: Que Guillermo formó parte del grupo en que él combatió, resultando herido cuando apenas había logrado avanzar y cuando trató de ayudarlo a incorporarse, todavía no había muerto, él fue herido de bala en un ojo, en ese momento, el cual perdió, teniendo que replegarse, que después ya no supo más de Guillermo. Pero su nombre apareció entre la lista de muertos en combate.

Fuente

• Biografías de los Mártires de Artemisa, 1971.