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Revisión del 11:10 15 nov 2013

Guillermo Labarca Hubertson
Información sobre la plantilla
NombreGuillermo Labarca Hubertson
Nacimiento1879
Santiago de Chile, Bandera de Chile Chile
Fallecimiento1954
Santiago de Chile, Bandera de Chile Chile
OcupaciónEscritor

Guillermo Labarca Hubertson. Pertenece al grupo de escritores que crearon el género del cuento nacional de ambiente campesino, y uno de los primeros en apartarse del cultivo preferencial del paisaje en la literatura que desempeñó.

Síntesis biográfica

Nació en 1879. Se casó con Amanda Pinto, quien tomó su apellido como escritora para llamarse Amanda Labarca.

Estudios

Después de estudiar en Chile cursó estudios superiores en la Universidad de Columbia, Estados Unidos.

Trayectoria política

Militante del Partido Radical, durante el primer gobierno de Arturo Alessandri Palma las carteras de Justicia y de Instrucción Pública, además, fue subrogante en las de Interior y de Relaciones Exteriores. En el gobierno de Pedro Aguirre Cerda fue ministro de Defensa Nacional y del Interior. Las preocupaciones políticas alejaron, desgraciadamente, de la literatura.

Trayectoria literaria

En su corta pero destacada producción literaria destacan “Al amor de la tierra” (1906) y “Mirando al océano” (1911) claves para considerarlo como uno de los creadores del género “novela corta”.

Muerte

Murió en Santiago de Chile, Chile en 1954.

Opiniones artísticas de sus novelas

Es innegable que desde el punto de vista artístico en "Al amor de la tierra" hay figuras sobresalientes de inquilinos del valle central, descripciones bastante completas del paisaje. Pero entre estas pinturas un poco artificiosas, impresionistas, lejos de la técnica de Maupassant, y las páginas depuradas, hondamente sugerentes de "Mirando al Océano", hay una diferencia apreciable. En la primera existe un equilibrio entre el interés humano y el geográfico, equilibrio que tres años más tarde encontraremos en "Escenas de la vida campesina" de Maluenda.

En la segunda, los estudios de los problemas del hombre inclinan la balanza a su favor, como ocurrirá también con curiosa coincidencia en "Los ciegos" (1913) del autor citado. El conscripto, alma atormentada por un amor lejano y misterioso del que inútilmente huye, pues lo lleva con él; el teniente, ensimismado en el presentido amor a la mujer del capitán; la figura del capitán, carácter difícil de definir; su mujer, sumisa y hermosa, azul entre espinas, como aquella decidora flor de cardo. Y, un poco al margen, los pobres viejos de los terrenos del fuerte: "Buscando con espíritu sincero la verdad, encuentra por añadidura la emoción -dice Alone- y, a veces, sube hasta la tragedia, como en la escena de los jesuses, los viejos inolvidables..."

Pero, aunque marque decididamente el acento en los tipos humanos, no olvida la presencia del paisaje y citando lo describe: "El mar me atrae poderosamente. Ante él, experimento un placer agudo que yo me esmero en no destruir con reflexiones de ningún género; me entrego por completo a este goce penetrante y me paso horas y horas escuchando el rumor de la resaca y viendo el tumbo del oleaje. ”De "Mirando al Océano", nos dice Alone que "figura en el escaso número de obras capaces de resistir al tiempo y que nada temen de las nuevas tendencias literarias".

El interés que despierta esta novela breve, basada en el diario de un conscripto que hace su servicio militar en el fuerte dependiente de la Quiriquina, no radica al parecer en el tema, un fragmento en la vida de un hombre, ni en la forma sencilla aunque ricamente adjetivada, sino particularmente en el estudio anímico en que gran parte del trabajo lo realiza la intuición del lector.

Hay de pasada una visión dura del Servicio Militar, sin que pueda hablarse de una tesis. Sin embargo, no oculta la crítica; sólo la elude finamente. Como Marta Brunet, sabe detenerse a tiempo. Sobre este mismo tema insistirá en 1951 el novelista Gonzalo Drago con "Purgatorio", de ambiente crudo.

Fuente