Hipertensión renovascular

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Hipertensión Arterial
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Clasificación:Enfermedad crónica no transmisible
Forma de propagación:No se propaga. Se puede asociar a antecedentes familiares. Se pueden identificar factores de riesgo para su aparición

La Hipertensión arterial, es la más común de las enfermedades que afectan la salud de los individuos adultos en las poblaciones en todas partes del mundo. Representa por sí misma una enfermedad, como también un factor de riesgo importante para otras enfermedades, fundamentalmente para la Cardiopatía Isquémica, Insuficiencia Cardiaca, Enfermedad Cerebro Vascular, Insuficiencia Renal y puede también producir afectaciones de la vasculatura periférica y de la retina. Es conocida como el Asesino silencioso por la gran frecuencia de que la enfermedad se esté presentando sin síntomas pero desarrollando daño vascular en órganos importantes del organismo.

Código CIE 10: I10 - I15 Enfermedades hipertensivas

Definición

La definición de hipertensión arterial es convencional, es decir, es establecida por acuerdo de expertos basados en estudios clínico-patológicos que demuestran que mientras más elevada es la presión arterial se presentan mayores complicaciones y aumenta la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales crónicas, entre otras morbilidades.

La hipertensión arterial sistémica es una enfermedad crónica con alta prevalencia que es, al mismo tiempo, una enfermedad y un factor de riesgo para otras enfermedades crónicas no trasmisibles, manteniendo su potencialidad de daño en órganos diana a cualquier edad, etnia y sexo.

La OMS y los criterios de la Guía cubana de 2008, definen la hipertensión arterial en adultos de 18 años o más y en reposo, como la presión arterial sistólica mayor e igual de 140 mmHg, y la presión arterial diastólica menor de 90 mmHg o ambas cifras.

Se considera como hipertensión arterial aquellas cifras de tensión arterial de 140 mm de Hg o más, para la presión sistólica (la que se produce en las arterias cuando los ventrículos del corazón se contraen) y 90 mm de Hg o más, para la diastólica (la que se registra cuando el corazón descansa entre latidos). Popularmente se suele decir 140 con 90 y se habla de "la alta" o "la superior", y de "la baja" o "la inferior", para referirse a la presión sistólica y a la diastólica respectivamente.

Esta definición es aplicable a adultos. En los niños están definidas, según su edad, otras cifras de presión arterial.

Con la toma continua de la presión arterial durante 24 horas se ha podido establecer el ritmo circadiano de la misma, es decir, las variaciones que normalmente tiene durante el día. La cifra más baja corresponde al sueño profundo de las 3 de la madrugada, después de ese momento comienza a subir y llega a su nivel más alto entre 11:00 am y 12:00 m.; se mantiene hasta aproximadamente las 6:00 pm en que comienza de nuevo a descender, para llegar a su nivel más bajo en horas de la madrugada.

Clasificación

La clasificación para adultos de 18 años y más que a continuación se expone se basa en las cifras o valores de presión arterial , tiene el propósito de identificar individuos en riesgo de padecer hipertensión arterial (prehipertensión), así como facilitar una guía práctica para el tratamiento y evolución de los ya enfermos o hipertensos. La identificación de los distintos factores asociados presentes o no en el individuo, será quien decida al médico a establecer las acciones pertinentes para cada paciente.

Clasificación de la presión arterial (según cifras) para adultos de 18 años o más *
(Según VII Reporte del JNC-2003)
Categoría T A Sistólica
(mm de Hg)
T A Diastólica
(mm de Hg)
Normal Menos de 120 Menos de 80
Prehipertensión 120 - 139 80 - 89
Hipertensión: Se clasifica en grados
Grado 1 140 - 159 90 - 99
Grado 2 160 ó más 100 ó más

* Basadas en el promedio de dos o más lecturas tomadas en cada una de dos o más visitas tras el escrutinio inicial. Cuando la cifra de presión arterial sistólica o diastólica caen en diferentes categorías la más elevada de las presiones es la que se toma para asignar la categoría de clasificación.

También se puede clasificar según su causa en:

  • Hipertensión arterial primaria, escencial o idiopática. Se suele observar en el 90% de los casos.
  • Hipertensión arterial secundaria. Se suele observar en el 10% restante de los casos.
Renovascular y otros otros trastornos renales.

a) Parenquimatosa.

  • Glomerulonefritis aguda.
  • Nefritis intersticial.
  • Nefropatía diabética.
  • Enfermedades del tejido conectivo.
  • Tumor renal (yuxtaglomerular, carcinoma renal).
  • Quiste renal y riñón poliquístico.
  • Hidronefrosis.
  • Otras (nefritis gotosa, hematoma renal, amiloidosis).

b) Renovascular.

  • Estenosis uni o bilateral de las arterias renales.
  • Displasia fibromuscular.
  • Trombosis de la vena renal.
  • Embolia e infarto renal.
  • Aneurisma de la arteria renal.
  • Vasculitis intrarrenal.

c) Uropatías obstructivas con daño renal.

Neurológicas
  • Tumores cerebrales.
  • Síndrome de hipertensión endocraneana.
  • Poliomielitis anterior crónica.
  • Disautonomías hereditarias.
Otros tipos de hipertensión secundaria.
Trastornos endocrinos.
  • Acromegalia (hipófisis).
  • Hipertiroidismo.
  • Hipotiroidismo.
  • Hiperparatiroidismo (paratiroides).
  • Síndrome de Cushing (corteza suprarrenal).
  • Aldosteronismo primario (corteza suprarrenal).
  • Hiperplasia adrenal congénita (corteza suprarrenal).
  • Feocromocitoma (médula suprarrenal).
  • Tumores cromafines extrasuprarrenales.
  • Carcinoide.
Alteraciones del flujo vascular.
  • Coartación de la aorta.
  • Insuficiencia aórtica.
  • Fístula arteriovenosa.
Medicamentosas
  • Corticoides adrenales.
  • Anticonceptivos orales.
  • Antiinflamatorios no esteroideos.
  • Ciclosporina.
  • Drogas simpaticomiméticas.
  • Eritropoyetina.
  • Metoclopramida (crisis HTA).
  • Supresión de alfaagonistas centrales (crisis HTA).
  • Supresión de betabloqueadores (crisis HTA).
  • Anfetaminas.


Otras clasificaciones

  • Hipertensión Sistólica Aislada: Es más frecuente en personas de más de 65 años de edad.
    Se considera así cuando la presión arterial sistólica es igual o mayor de 140 mm de Hg y la presión arterial diastólica es de 90 mm de Hg. o menos
  • Hipertensión de la Bata Blanca: Se consideran con este tipo de hipertensión a las personas que tienen elevación habitual de la presión arterial durante la visita a la consulta del médico, mientras es normal su presión arterial cuado es medida fuera del consultorio, por personal no médico (familiar, vecino, enfermeros u otras personas o técnicos).
  • Hipertensión Refractaria o Resistente: Es aquella que no se logra reducir a menos de 160/100 mm de Hg con un régimen adecuado terapéutico con tres drogas en dosis máximas, siendo una de ellas un diurético.
  • Hipertensión Maligna: Es la forma mas grave de hipertensión arterial; se relaciona con necrosis arteriolar en el riñón y otros órganos. Los pacientes tiene insuficiencia renal y retinopatía hipertensiva grado II – IV.


Crisis hipertensivas

Como crisis hipertensiva se entiende todo episodio determinado por un ascenso, más o menos brusco, de la presión arterial, que dé lugar a síntomas relevantes o cree un estado de amenaza de degeneración vascular y perturbación de la irrigación hística. En el desencadenamiento de ese proceso, se acepta que tendrá más responsabilidad protagónica la velocidad de instalación del fenómeno de incremento de la presión, que la propia magnitud de la Hipertensión arterial. Por tradición se han clasificado las crisis hipertensivas en: Urgencias hipertensivas y Emergencias hipertensivas.

  1. Urgencias. Comprende aquellos estados en que la TA se eleva con creces y se acompaña de síntomas preocupantes, pero no existe inminencia de una catástrofe vascular o de fallo orgánico grave.
    Estas urgencias no exigen hospitalización obligatoria; en ellas la meta de tiempo para reducir la presión arterial es conservadora –de 24 h a varios días– y la medicación que se va a emplear es oral.

  2. Emergencias. Se caracterizan por lo crítico del cuadro, en el que alguna condición preexistente o inducida por el propio incremento de la tensión, hace que la vida peligre a corto plazo. Por esto, es imperioso el rápido control de la presiàon arterial (horas), siempre en condiciones hospitalarias de máxima seguridad y con la utilización de agentes terapéuticos agresivos y de uso parenteral.
    Ejemplos típicos de esta categoría son:
  • hemorragia cerebral,
  • edema agudo pulmonar,
  • aneurisma aórtico,
  • insuficiencia renal aguda,
  • encefalopatía hipertensiva,
  • anemia hemolítica microangiopática,:*eclampsia
  • angina inestable.
Es probable que pacientes con cifras de tensión crónicamente altas soporten mejor los paroxismos hipertensivos que otros en quienes la hipertensión aparezca de súbito, como en la glomerulonefritis aguda o las crisis de feocromocitomas.


Factores de riesgo

La adecuada percepción del riesgo que significa padecer de Hipertensión arterial obliga a ejecutar una estrategia poblacional con medidas de educación y promoción dirigidas a la disminución de la presión arterial media de la población, impactando sobre factores de riesgo asociados a la enfermedad, fundamentalmente:

  • La falta del ejercicio físico (Sedentarismo)
  • Dislipidemias: niveles inadecuados de lípidos (colesterol y triglicéridos) sanguíneos,
  • Elevada ingesta de sal,
  • El tabaquismo,
  • El alcoholismo y
  • La obesidad (Índice de masa corporal = ó > 30).
  • Diabetes mellitus.

Otros

  • Edad: Por encima de 55 años (hombres)
    Por encima de 65 años (mujeres)
  • Historia familiar de enfermedad cardiovascular (mujeres por debajo de 65 y hombres por debajo de 55 años).
  • Factores psicosociales: Se señala que las tensiones emocionales mantenidas o reiteradas pueden desencadenar reacciones vasopresoras con hipertensión arterial.
  • Estados especiales como el embarazo, el climaterio y la menopausia.
  • Consumo por tiempo prolongado de Tabletas anticonceptivas u Hormonas esteroideas, así como de Antiinflamatorios no esteroideos y Agentes simpaticomiméticos.
  • Síndrome de apnea durante el sueño
  • Microalbuminuria
  • Filtrado glomerular < 60 ml/min


Cuadro clínico

La sintomatología es inespecífica y aunque los síntomas y signos que la acompañan varían, están en relación con el tipo de hipertensión y el estadio en que se encuentra la enfermedad.

La cefalea es un síntoma constante y habitualmente se presenta en horas de la mañana con localización suboccipital, orbitaria o frontal; en ocasiones despierta al paciente o aparece durante el sueño, o incluso simula una migraña, en cuyo caso se hace pulsátil y se acompaña de náuseas, vómitos y fotofobia.

Entre otros síntomas que pueden aparecer están las palpitaciones, irritabilidad, insomnio, trastornos de la personalidad y disnea, los cuales orientan hacia una hipertensión arterial secundaria en dependencia de la intensidad con que se presenten.

La visión en candelillas, el zumbido de oídos y los vértigos, son síntomas clásicos asociados a la Hiprtensión arterial. El escotoma es un elemento de frecuente observación en la población hipertensa, así como también la disminución de la agudeza visual.

La nicturia (orinar por la noche que interrumpe el sueño) suele aparecer en etapas tempranas de la enfermedad o en la fase de descompensación de ésta.

Otros síntomas menos comunes son la disminución de la memoria y de la capacidad corporal o intelectual, los cuales no siempre están relacionados con la terapéutica.

Salvo por la elevación de las cifras tensionales, pocos son los signos que se recogen del cuadro hipertensivo en sí, aunque de estar complicado se detectarán los elementos propios de la complicación.

En el precordio se puede palpar un latido apexiano fuerte, no muy desplazado si no hay una HVI, así como las contracciones enérgicas que se producen; dicho latido a veces también se detecta en el cuello.

Quizás haya taquicardia. El segundo tono suele acentuarse en el foco aórtico, donde también se puede auscultar un soplo sistólico suave cuando hay esclerosis de la válvula.

El hallazgo al examen físico de soplos abdominales o lumbares, pulso alternante, circulación colateral, disminución o ausencia de pulsos periféricos, edema y masas abdominales, obliga a descartar una HTA secundaria.

El examen del fondo de ojo demuestra una retinopatía, cuyo grado varía según el estadio en que se encuentre la enfermedad. Además de las del fondo de ojo, también pueden presentarse lesiones oculares en vasos de la conjuntiva, coroides y en el nervio óptico (atrofia de las fibras).

Afecciones de órganos diana

A la Hipertensión arterial se le conoce como el Asesino silencioso por la gran frecuencia de que la enfermedad se esté presentando sin síntomas pero afectando a órganos importantes del organismo, estos se le conoce como órganos diana.

Principales afecciones de órganos diana por hipertensión arterial

  • Corazón
  • Hipertrofia ventricular izquierda.
  • Angina de pecho.
  • Infarto del miocardio.
  • Enfermedad isquémica del miocardio o revascularización previa:
  • Disfunción cardiaca sistólica o diastólica
  • Insuficiencia cardiaca
  • Cerebro
  • Accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico.
  • Isquemia cerebral transitoria
  • Riñón
  • Nefropatía hipertensiva.
  • Albuminuria (excreción de albúmina urinaria > 300 mg/d)
  • Enfermedad renal crónica (tasa de filtración glomerular estimada < 60 mL/min) o insuficiencia renal terminal.
  • Arterias
  • Enfermedad arterial periférica
  • Enfermedad arterial carotídea
  • Aneurisma de la aorta
  • Presión de pulso amplia (> 65 mm de Hg)
  • Ojo (Retina)
  • Retinopatía hipertensiva.


Diagnóstico

La OMS recomienda realizar tres registros de presión arterial espaciados al menos 1 semana entre cada uno de ellos, y considerar hipertensión arterial cuando la media entre las determinaciones esté por encima de las cifras señaladas como presión arterial normal.

Una sola toma de presión arterial no justifica el diagnóstico de hipertensión, aunque puede tener valor para estudios epidemiológicos.

Medición de la presión arterial

Archivo:MideTA.jpg
Para que se le mida la tensión arterial el paciente debe estar en posición sentada y con el brazo apoyado.
Archivo:MideTASupino.jpg
En casos especiales puede medirse la tensión arterial en posición supina (acostado).

La medición de la presión arterial debe cumplir requisitos importantes para lograr con exactitud la misma, puesto que a punto de partida de ésta serán precisadas las conductas apropiadas que individualmente deberán ser tomadas:

  • Toda persona presuntamente sana debe tomarse la presión arterial una vez al año.
  • No debe haber fumado o ingerido cafeína por lo menos 30 minutos antes de tomar la presión arterial.
  • El paciente descansará 5 minutos antes de tomarle la presión arterial.
  • Debe estar en posición sentada y con el brazo apoyado. En casos especiales puede tomarse en posición supina (acostada).
    En ancianos y diabéticos deberá además tomarse la presión arterial de pie.
  • La presión arterial debe ser medida en ambos brazos y se considerará el valor mayor.
  • El manguito de goma del esfigmomanómetro debe cubrir por lo menos dos tercios de la circunferencia del brazo, el cual estará desnudo.
  • Se insufla el manguito, palpando la arteria radial y cuando desaparece el pulso radial se sigue insuflando hasta 20 o 30 mm de Hg por encima de la desaparición del pulso.
  • Se coloca el diafragma del estetoscopio sobre la arteria humeral en la fosa antecubital y se desinfla el manguito, descendiendo la columna de mercurio o la aguja lentamente, a una velocidad aproximada de 2 a 3 mm de Hg por segundos.
  • El primer sonido (Korotkoff 1) se considera la presión arterial sistólica y la presión arterial diastólica la desaparición del mismo (Korotkoff 5).
    Es importante señalar que la lectura de las cifras debe estar fijada en los 2 mm Hg o divisiones más próximos a la aparición o desaparición de los ruidos.

Se deben efectuar dos lecturas separadas por 2 minutos como mínimo. Si la diferencia de las mismas difiere en 5mm Hg debe efectuarse una tercera medición y promediar las mismas. Verificar en el brazo contralateral y tomar en cuenta la lectura más elevada.

Prevención

La prevención es la medida terapéutica sanitaria más importante.

  • Reducir el consumo de sal (cloruro de sodio). Muchos alimentos ya la contienen y no es necesario añadirla en su cocción o preparación. Mucha gente tiene incluso la mala costumbre de agregarle sal a la comida ¡incluso antes de probarla!
  • Evitar el tabaquismo,
  • Dosificar o eliminar el consumo de alcohol y los productos con cafeína. En líneas generales, estos productos, incluyendo el tabaquismo, además de ser factores de riesgo cardiovascular, pueden conducir a padecer hipertensión mantenida.
  • Hacer ejercicio físico frecuentemente. Desde realizar ejercicios aeróbicos, pasear en bicicleta, trotar, caminar hasta realizar tareas domésticas o de jardinería.
    Hacer ejercicio no significa dedicarse al deporte de alta competición; significa educar y armonizar el organismo.
    El ejercicio le hará perder peso de forma paulatina, mejorará su sistema cardiovascular y tendrá una incidencia positiva en sus niveles de colesterol y de tensión arterial.
    Las consecuencias del sedentarismo (por ejemplo, la obesidad) predisponen a padecer hipertensión.
  • Prevenir, controlar y tratar - cuando ya se padezca de – Hipercolesterolemia (Colesterol elevado en la sangre) y la Diabetes mellitus. La hipertensión es de dos a tres veces más frecuentes en los pacientes que sufren ambas enfermedades.


Tratamiento

Como consideraciones preliminares se encuentran las siguientes:

  • Alrededor de 50 % del total de todos los hipertensos presentan hipertensión ligera (estadio 1), es decir, cuantitativamente es la más frecuente y se ha demostrado que en 3 años sin tratamiento se agravan de 10-20 % de los pacientes.
  • La hipertensión sistólica aislada debe ser tratada, ya que se ha observado que aumenta el riesgo.
  • Los pacientes mayores de 65 años deben ser tratados.
  • Es importante insistir en el tratamiento no farmacológico.
  • A pesar del auge justificado del tratamiento no farmacológico en la hipertensión arterial, existe controversia acerca de quiénes debieran recibir

tratamiento farmacológico de inicio si se tienen en cuenta factores desfavorables en el pronóstico, tales como:

    • Historia familiar de la hipertensión arterial relacionada con complicaciones.
    • Género masculino.
    • Edad temprana, según la agresividad del proceso.
    • Raza negra.
    • Presencia de otros factores de riesgo coronario.
    • Presencia de insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular o diabetes.
    • Hipertrofia ventricular izquierda.
    • Disfunción renal.

El tratamiento farmacológico debe ser impuesto por personal calificado, posterior al estudio correspondiente.

A la hora de decidir e iniciar el tratamiento farmacológico, deben tenerse en cuenta, además de las características individuales del paciente (edad, sexo, raza, profesión, etc.), el tipo de estadio de la enfermedad, la presencia de lesión del órgano diana y de enfermedad cardiovascular u otros factores de riesgo, así como la existencia de otras enfermedades concomitantes.

La constancia del paciente en el tratamiento es fundamental, y debe ser una prioridad lograrla. Puesto que no existe un fármaco ideal de uso generalizado para todos los enfermos, es imprescindible individualizar el tratamiento.

Criterios para considerar a
un paciente hipertenso como controlado o no

Paciente controlado. Se considera como tal a aquel que en todas las tomas de presión arterial durante un año (4 tomas como mínimo), ha tenido cifras inferiores a 140/90 o adecuadas para su grupo de riesgo.

Paciente parcialmente controlado. Es aquel que en el período de un año, ha tenido el 60 % o más de las tomas de presión arterial con cifras inferiores a 140/90 mm de Hg.

Paciente no controlado. Es aquel que en el período de un año, menos del 60 % de las cifras de presión arterial hayan sido de 140/90, o mayores acorde con su grupo de riesgo.

Fuentes

  • Hipertensión arterial. Guía para la prevención, diagnóstico y tratamiento. MINSAP. La Habana. Cuba. 2008.
  • Chopanion AV. The Seventh Report of the Joint National Committee (JNC) on Prevention, Detection, Evaluation and Treatment of High Blood Pressure. JAMA 2003; 289: 2560-72.
  • González-Juanatey JR, Mazón Ramos P, Soria Arcos F, Barrios Alonso V, Rodríguez Padial L, Bertoneu Martínez V,. Actualización de la Guías de Práctica Clínica de la Sociedad Española de Cardiología en Hipertensión Arterial. Rev Esp Card 2003;56(5): 487-97.
  • Quintana Setién C. Hipertensión Arterial. En: Matarama Peñate M, Llanio Navarro R, Muñíz Iglesias P, Quintana Setién C, Hernández Zúñiga R, Vicente Peña Ernesto, y otros. Medicina Interna. Diagnóstico y tratamiento.Editorial Ciencias Médicas. La Habana. 2005: 67-81. ISBN 959-212-094-3.
  • Hipertensión arterial. En: Roca Goderich R, Smith Smith VV, Paz Presilla E, y otros. Temas de Medicina Interna. 4ta Edición. Tomo I. Editorial Ciencias Médicas. La Habana. 2002: 325-354 ISBN 959-7132-82-6
  • Hipertensión Arterial. En: Álvarez Sintes R y colectivo de autores. Medicina General Integral. Tomo II. 2.ed. Editorial Ciencias Médicas. La Habana. 2008: 86-105. ISBN 978-959-212-286-4


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