La carretera

La carretera
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LaCarretera.jpg
Título originalThe Road
Autor(a)(es)(as)Cormac McCarthy
Editorial:Debolsillo
GéneroLiteratura, Narrativa
Primera edición2007
PaísBandera de los Estados Unidos de América
PremiosPremio Pulitzer de Novela 2007

La carretera. Novela de ficción muy breve, poco más de doscientas páginas en su edición en inglés, trata del viaje de un padre y su hijo pequeño a través de unos Estados Unidos devastados por alguna catástrofe indeterminada ocurrida años atras

El autor

Cormac McCarthy es uno de los grandes de la literatura estadounidense, y su nombre siempre suena entre las listas de favoritos cada vez que se falla el premio Nobel, aunque por el momento no se lo haya llevado. Estudió Humanidades en la Universidad de Tennesee, estudios inconclusos pues ingresó en la Fuerza aérea en la que estuvo cuatro años. Tras ello, intentó de nuevo, sin éxito, terminar sus estudios. Marchó a Chicago comenzando a publicar en 1965. Viajó dos veces por Europa gracias a sendas becas, y se casó tres veces. Tras su último matrimonio marchó a vivir a Nuevo México, no conociéndose muchos datos de él por la celosa reserva de su intimidad. Trabaja también como guionista cinematográfico, y varias de sus obras han sido adaptadas al cine.

Breve sinopsis

La carretera transcurre en la inmensidad del territorio norteamericano, un paisaje literalmente quemado por lo que parece haber sido un reciente holocausto nuclear. Un padre trata de salvar a su hijo emprendiendo un viaje con él. Rodeados de un paisaje baldío, amenazados por bandas de caníbales, empujando un carrito de la compra donde guardan sus escasas pertenencias, recorren los lugares donde el padre pasó una infancia recordada a veces en forma de breves bocetos del paraíso perdido, y avanzan hacia el sur, hacia el mar, huyendo de un frío «capaz de romper las rocas».

La obra

The Road es una novela muy breve, poco más de doscientas páginas en su edición en inglés, y trata del viaje de un padre y su hijo pequeño a través de unos

Estados Unidos devastados por alguna catástrofe indeterminada ocurrida años atras. Se dirigen hacia el sur, huyendo del hambre y el frío. Es casi imposible encontrar alimentos; todo ha sido saqueado ya. El horizonte y el suelo están cubiertos de ceniza. El frío se ceba con los escasos supervivientes. Bandas de caníbales campan a sus anchas e infringen atrocidades sobre aquellos lo suficientemente desafortunados como para caer en sus manos. En este escenario dantesco, los protagonistas, cuyo nombre nunca nos es revelado, andan con desesperante lentitud, enfermos y hambrientos, empujando un carro de supermercado con sus escasas posesiones a lo largo de carreteras en ruinas, escondiéndose de los peligros, buscando algo que echarse a la boca y luchando contra su peor enemigo: la desesperación.
La carretera, edición en ingles

El género postapocalíptico, muy tradicional en la ciencia ficción, es tratado aquí de un modo intimista y descarnado, alejado del enfoque aventurero que es habitual en el género. El autor utiliza un lenguaje lacónico y minimalista, con frases cortas y diálogos circulares como recurso con el que transmitir la sensación de desesperación y cansancio resignado en la que se ven envueltos los protagonistas. Por momentos la tristeza y falta de perspectivas atenanzan al lector y resultan abrumadoras. Es curioso cómo con frases tan repetitivas y sencillas se puede transmitir tanta emoción. Es la maestría encontrada en la simplicidad. Parece fácil conseguirlo, pero no lo es.

El padre, enfermo y tratando de ocultar a su hijo la sangre que expulsa al toser, intenta de forma conmovedora y con escaso éxito mantener alta la moral del pequeño, que puede ser niño pero no tonto, y que contempla las esperanzas que trata de transmitirle su padre con resignado excepticismo. La muerte parece en muchos momentos una alternativa atractiva, ante tanto sufrimiento sin esperanzas, pero los seres humanos se siguen aferrando instintivamente a la vida.

En fin, material poco apropiado para salir de una depresión, pero genuinamente emocionante y aleccionador. La novela explora temas como el amor entre padres e hijos y el significado de la ética en circunstancias extremas (¿tiene sentido ayudar a un anciano dándole parte de tu alimento cuando sabes que lo vas a necesitar y que de todas formas él va a morir pronto?). El autor parece cebarse con sus protagonistas y con el lector, propinándoles un mazazo tras otro. De hecho, a pesar de lo breve de la novela no pude dejar de pensar en algunos momentos que su longitud es excesiva, que no hacía falta insistir tanto en lo mismo y que la historia podría haberse contado en una menor extensión. Claro que sumergirse en este universo de desesperanza y de elegancia en la economía del lenguaje es un placer (o una tortura, dependiendo del punto de vista). Las dos cosas al mismo tiempo, en realidad.

Por lo demás, desde el punto de vista especulativo The Road no añade nada a lo ya visto en otras novelas post-apocalípticas. De hecho carece de muchos de los elementos típicos de estas novelas: no hay una exploración seria de las causas ni las consecuencias de una hecatombre que destruya la civilización, ni héroes con recursos y esperanzas, ni ideas sobre cómo podrían configurarse las sociedades formadas por los supervivientes. Pero tristeza, emoción, desesperación, el dolor descarnado que sólo una historia contada desde el corazón puede trasmitir... todo esto sí que se puede encontrar en La carretera.

En resumen, una obra más que recomendable, siempre que uno no esté buscando una historia inspiradora y que levante el ánimo al lector, y un nuevo autor que apuntar para futuras lecturas.

Fuentes