La cigarra y la hormiga

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La cigarra y la hormiga
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GéneroLiteratura infantil
La cigarra y la hormiga. Una fábula tradicional infantil con moraleja. Esta fábula enseña el valor del trabajo y del esfuerzo.

Sinopsis

El invierno sería largo y frío. Nadie sabía mejor que la hormiga lo mucho que se había afanado durante todo el otoño, acarreando arena y trozos de ramitas de aquí y de allá. Había excavado dos dormitorios y una cocina flamantes, para que le sirvieran de casa y, desde luego, almacenado suficiente alimento para que le durase hasta la primavera. Era, probablemente, el trabajador más activo de los once hormigueros que constituían la vecindad. Se dedicaba aún con ahínco a esa tarea cuando, en las últimas horas de una tarde de otoño, una aterida cigarra, que parecía morirse de hambre, se acercó renqueando y pidió un bocado. Estaba tan flaca y débil que, desde hacía varios días, sólo podía dar saltos de un par de centímetros. La hormiga a duras penas logró oír su trémula voz.

-¡Habla! -dijo la hormiga-. ¿No ves que estoy ocupada? Hoy sólo he trabajado quince horas y no tengo tiempo que perder.

Escupió sobre sus patas delanteras, se las restregó y alzó un grano de trigo que pesaba el doble que ella. Luego, mientras la cigarra se recostaba débilmente contra una hoja seca, la hormiga se fue de prisa con su carga. Pero volvió en un abrir y cerrar de ojos.
¿Qué dijiste? -preguntó nuevamente, tirando de otra carga-. Habla más fuerte.

-Dije que… ¡Dame cualquier cosa que te sobre! -rogó la cigarra-. Un bocado de trigo, un poquito de cebada. Me muero de hambre.

Esta vez la hormiga cesó en su tarea y, descansando por un momento, se secó el sudor que le caía de la frente.

-¿Qué hiciste durante todo el verano, mientras ye trabajaba? -preguntó.

-Oh… No vayas a creer ni por un momento que estuve ociosa -dijo la cigarra, tosiendo-. Estuve cantando sin cesar. ¡Todos los días!

Datos del autor

Pocos datos existen sobre la biografía de Esopo, y ya en la época clásica su figura real se vio rodeada de elementos legendarios. Según los autores aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C. Heráclides Póntico, lo menciona como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon.
Se cuenta que Esopo fue esclavo de un tal Jadmón o Janto de Samos, que le dio la libertad. Debido a su gran reputación por su talento para el apólogo, Creso le llamó a su corte, le colmó de favores y le envió después a consultar al oráculo de Delfos, a ofrecer sacrificios en su nombre, y a distribuir recompensas entre los habitantes de aquella ciudad. Irritado por los fraudes y la codicia de aquel pueblo de sacerdotes, Esopo les dirigió sus sarcasmos y, limitándose a ofrecer a los dioses los sacrificios mandados por Creso, devolvió a este príncipe las riquezas destinadas a los habitantes de Delfos]].

Notas y referencias

Práctica Griego Clásico (II): La cigarra y las hormigas». Archivado desde el original el 2013-06-28.

Enlaces externos

Texto griego atribuido a Esopo; en Wikisource.
Clara Álvarez: Análisismorfológico y sintáctico del texto grieg

Fuente

[1].