Diferencia entre revisiones de «La leyenda del monte Fuji (cuento)»

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Manifiestan la belleza de las numerosas islas japonesas durante sus cuatro estaciones, además evidencian la admiración y el respeto que desde tiempos inmemorables despierta en todos sus ciudadanos la majestuosidad de la naturaleza.  
 
Manifiestan la belleza de las numerosas islas japonesas durante sus cuatro estaciones, además evidencian la admiración y el respeto que desde tiempos inmemorables despierta en todos sus ciudadanos la majestuosidad de la naturaleza.  
  
 
En [[primavera]] se admiran las [[flores]], al llegar el [[verano]] se escalan montañas, durante el [[otoño]] se aprecia el color de las hojas en los bosques y, al rebasar este, el invierno hace disfrutar la visión de paisajes cubiertos de [[nieve]]. Es admirable que los japoneses nunca hayan perdido su amor por la naturaleza, el cual sigue siendo fuente espiritual.
 
En [[primavera]] se admiran las [[flores]], al llegar el [[verano]] se escalan montañas, durante el [[otoño]] se aprecia el color de las hojas en los bosques y, al rebasar este, el invierno hace disfrutar la visión de paisajes cubiertos de [[nieve]]. Es admirable que los japoneses nunca hayan perdido su amor por la naturaleza, el cual sigue siendo fuente espiritual.
 
 
  
 
==Categorías de los cuentos japoneses==
 
==Categorías de los cuentos japoneses==

Revisión del 11:02 20 feb 2014

La leyenda del monte Fuji. Hermoso cuento tradicional japonés que encierra moraleja y donde se evidencia la admiración y el respeto que, desde tiempos inmemoriables, despierta en los japoneses la majestuosidad de la naturaleza y la importancia de la vida.


Los cuentos japoneses

Manifiestan la belleza de las numerosas islas japonesas durante sus cuatro estaciones, además evidencian la admiración y el respeto que desde tiempos inmemorables despierta en todos sus ciudadanos la majestuosidad de la naturaleza.

En primavera se admiran las flores, al llegar el verano se escalan montañas, durante el otoño se aprecia el color de las hojas en los bosques y, al rebasar este, el invierno hace disfrutar la visión de paisajes cubiertos de nieve. Es admirable que los japoneses nunca hayan perdido su amor por la naturaleza, el cual sigue siendo fuente espiritual.

Categorías de los cuentos japoneses

Se dividen en varias categorías:

  • historias ancestrales
  • relatos de duendes y diablos
  • cuentos sobre los sentimientos humanos

Muchas de sus leyendas realzan la naturaleza y otras rebosan picardía y humor.


Cuento ¨La leyenda del monte Fuji¨

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El monte Fuji, volcán cuya belleza se refleja en los lagos que lo rodean, es cumbre siempre nevada que desde la antigüedad ha sido considerada sagrada, incluso adorada como un dios. Muchas son las leyendas que se conocen y una de ellas es la historia de la princesa Kaguya o la hija de la luna.

Dicen que hace muchos, pero muchos años, vivía un matrimonio que nunca había podido tener hijos. Él era cortador de bambú, iba al bosque buscando los más gruesos para hacer artículos caseros que su mujer vendía en el mercado. Un día, al cortar una de las plantas, vio una luz que surgía del tallo. Dentro había una niña muy pequeña, pero de gran belleza, a la que llevó a casa. Para ellos era una bendición tener a la pequeña que llamaron Kaguya, la princesa de la noche radiante.

A partir de ese día, cuando cortaba un bambú dorado, se encontraba monedas de oro que utilizaba para la crianza de la pequeña.

Pasaron los años, y la belleza de la joven fue conocida. Pronto varios pretendientes llegaron a la casa a pedir su mano. Kaguya rechazaba las solicitudes sin dejarse ver por alguno. un día, el emperador, conocedor de su belleza y aprovechando una cacería, llegó hasta la casa del leñador y logró verla. Desde entonces, su amor por ella fue único. Intentó llevarla a la corte; pero Kaguya se negó, alegando que si contradecía su voluntad, se convertiría en una sombra. A partir de ese momento, la comunicación fue a través de cartas llenas de poesía.

Los padres de la muchacha se preocuparon y le preguntaron por qué no quería ver al emperador. La joven contestó con tristeza que ella era hija del reino de la Luna, desde donde había sido enviada a la tierra por sus padres verdaderos, para protegerla. Pero pronto tendría que regresar.

Lleno de tristeza, el viejo matrimonio pidió ayuda al emperador, quien envió a dos mil de sus más poderosos soldados para impedir que Kaguya fuese raptada.

Se acercaba el día de la luna llena y, comprendiendo que llegaba su partida, la joven escribió una carta a sus padres, en la cual plasmaba la decisión de dejarles, como recuerdo, su bello kimono del color de la noche con desdellos de plata. Al emperador le envió otra misiva y un pequeño frasco que contenía fushi, el elixir de la vida eterna.

Llegó la triste noche, cuando la luna se elevó en el cielo y envuelto en una nube, apareció un gran cortejo para recoger a la princesa y llevarla hacia Tsu-ki-no-Miyako, nombre de la capital de la Luna. Los padres se quedaron desconsolados.

Con gran tristeza, recibió el emperador la carta y el frasco. No deseaba la vida eterna sin el gran amor de Kaguya y decidió ir al lugar más cercano al cielo. Sus hombres le informaron que había una montaña alta, y hacia allí se dirigió junto ellos. Esperó hasta ver la plateada cara de la luna y solo entonces hizo una fogata para quemar la carta. El emperador abrió el frasco y dejó caer en la hoguera el elixir de la inmortalidad. El fushi ascendió como espirales de humo hacia el cielo infinito.

Dicen que en las noches de luna llena, en la cima del monte Fuji, se ve el humo de la inmortalidad que sube al cielo, como un saludo a la bella princesa.

Fuente

  • [¨Leyendas japonesas¨ de Mercedes Crespo Villate]