La loca del muelle de San Blas
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Rebeca Méndez Jiménez. Conocida mundialmente como La loca del muelle de San Blas, fue una comerciante mexicana que se hizo famosa por esperar a su difunto novio, fallecido en un naufragio. Su historia fue homenajeada en la canción En el muelle de San Blas por la banda mexicana de rock Maná.
Síntesis Biográfica
Nace en San Blas, Nayarit, México en 1943, fallece el 15 de septiembre de 2012 a los 63 años en Monterrey, Nuevo León, México. Desde 1971 esperaba en el puerto el regreso de su novio, un joven que salió a pescar y jamás regresó. Según cuenta la historia, ese día la tormenta tropical Priscilla, en el Pacífico, habría sido la causante de que ‘un amor que fue la gloria’ se perdiera, siendo aún adolescente, quedo trastornada, loca. Cuenta que su amado Manuel salió temprano a pescar junto con otros hombres 3 días antes de su boda con Rebeca, sin embargo, quedó atrapado por un huracán que azotó el mar y llegado el día de la boda, al verse abandonada, vistió el ajuar de novia, caminó por la playa El Borrego, y se quedó esperando a su novio por días…pero nunca más se supo de él y tampoco se encontró su cuerpo.
Fueron más de 41 años que esperó a su amado Manuel, el golpe fue tan fuerte para Rebeca que desde el día que desapareció Manuel, lo esperó con su traje blanco. Con esa elegancia tejía ropa para muñecas y otras curiosidades y las vendía en la plaza del pueblo, donde vivía a pesar de tener familia. Allí fue que el líder de la banda, Fher, la conoció en la década de los noventa. Se interesó por su historia y la convirtió en una de las más hermosas canciones de Maná.
Algunos también comentan que se dedicaba a trabajar en un restaurante y en algunas casas. Se dice que, al ser encontrada por su familia, Rebeca pasó por el cementerio de la marinera, y al ver las cruces creyó que su novio estaba sepultado en una tumba, pero luego le contaron que los que morían en el mar no tenían tumba, realidad que la destrozó aún más. Rebeca falleció en septiembre del 2012 a los 63 años, fue homenajeada por los pobladores del muelle de San Blas , donde se convirtió en un símbolo por la espera de su amor. El cuerpo de Rebeca fue cremado y sus cenizas arrojadas al mar en búsqueda de su gran amor por las autoridades quienes piensan levantar un monumento donde la mujer esperaba a su amado con el fin de recordar por siempre esta maravillosa historia de amor.