La roya de la caña de azúcar en Cuba

La Roya de la caña de azúcar en Cuba
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Autor(a)(es)(as)Ileana Sandoval Ramírez
Editorial:CIDISAV
PaísBandera de Cuba Cuba

El cultivo de la caña de azúcar continuará ocupando en Cuba un renglón fundamental por ser la fuente principal de ingresos en divisas de su economía. Cada millón de tonelada de azúcar representa para el país el ingreso de más de 100 millones de dólares. Por tal razón, en la actualidad la recuperación cañera es una tarea priorizada de la industria azucarera. Entre las principales actividades de nuestra primera industria resulta primordial la atención fitosanitaria que se dedique al cultivo con el fin de eliminar o minimizar la acción que pueden ocasionar agentes nocivos, como la roya en caña de azúcar.


Introducción

Para la caña de azúcar han sido registradas dos especies que causan roya en el cultivo: los patógenos Puccinia kuehnii (Krüg.) Bult. y P. melacephala H. & P. Syd. En etapas anteriores, esta enfermedad fue considerada de rara ocurrencia y poco interés económico. Sin embargo, durante las últimas décadas ganó en importancia, ya que causó afectaciones en algunas variedades y países productores. Desde 1950 hasta la década del 60, la enfermedad provocada por P. kuehnii y principalmente por P. melanocephala ocasionó problemas en muchas regiones de la India, por lo que numerosas variedades tuvieron que ser remplazadas por el ataque de la enfermedad. En el continente africano se produjeron afectaciones importantes. En Taiwan también aparecieron brotes de consideración en 1977, y ya a finales de 1978 se presento un brote en Australia sobre las plantaciones de la variedad Q90, todos ocasionados por P. melanocephala. El primer reporte confirmado de la roya en América se hizo en la República Dominica en julio de 1978 en cañas pequeñas menores de tres meses de la variedad B4362. El patógeno fue identificado inicialmente como P. kuehnii, aunque después se confirmó como P. melanocephala. Ese mismo, a principios de septiembre, la enfermedad se observó en Cuba en la provincia oriental Holguín, en la variedad susceptible B4362, y en corto tiempo se extendió a todas las áreas sembradas con dicha variedad. Las pérdidas agrícolas fluctuaron entre el 10% para las afectaciones más leves y el 80% o más en casos críticos, para una media nacional del 30% sobre los rendimientos estimados para esta variedad. Durante 1979 las afectaciones tuvieron un grado tan intenso que fue necesario demoler plantaciones completas, por lo que en ellas las pérdidas fueron del 100%. En el momento de aparición de la roya en el país, la variedad B4362 ocupaba un 30% del área cañera nacional, de ahí su carácter devastador en la zafra 1979-1980. Las pérdidas estimadas alcanzaron 500 millones de arrobas de caña, lo que provocó que dejara de exportarse alrededor de un millón de toneladas de azúcar. El método más económico y seguro para el control de la enfermedad roya de la caña es a través del mejoramiento genético por la vía convencional mediante la utilización de fuentes de resistencia. Sin embargo, se han estudiado técnicas y sistemas de evaluación temprana de plantas obtenidas por cultivo de tejidos, así como el empleo de marcadores de resistencia y su utilización en manipulaciones genéticas. La aplicación de técnicas inmunoenzimáticas además de la determinación de la actividad peroxidasa y diferentes tipos de enzimas han sido ensayados para la diferenciación de variedades susceptibles y resistentes a P. melanocephala. También se han introducido somaclones y vitroplantas con niveles de resistencia adecuados a la roya. A pesar de las posibilidades de estas nuevas tecnologías, e peso fundamental para la selección de las variedades lo tiene el mejoramiento genético tradicional. Es importante destacar que se mantiene en producción un grupo importante de variedades como Ja 60-5, C323-68, My 5514, C120-70 y Ja 64-79 con grados medios e intensos de susceptibilidad a la enfermedad, y que según el informe presentado por la Dirección del Ministerio del Azúcar (MINAZ) en la Reunión Nacional de Semillas, Variedades y Sanidad Vegetal, se estimaba que hasta 1997 continuarían ocupando un área importante en todos los Complejos AGRO Industriales (CAI) del país. Cabe destacar los informes presentados por la Dirección del Departamento Fitosanitario del MINAZ donde se refiere que desde 1988 hasta 1991 se registraron entre un 9 a un 15% de áreas plantadas de Ja 60-5 afectadas por la enfermedad con grados de severidad medios e intensos. Las restantes variedades estuvieron por debajo del 7%, por lo que la media nacional osciló entre 7 a 9%. Desde 1985 hasta 1995 el porcentaje de variedades resistentes a la roya en relación al área total de caña es del 20 al 25% y el de las variedades susceptibles ha alcanzado desde el 70 al 80%, por lo que en determinadas épocas del año la enfermedad se ha manifestado con intensidad. El brote de roya en el Caribe propició que entre 1978 y 1988 la mayoría de los países de la región informaran sus experiencias acerca de esta nueva enfermedad que tanto daño ocasionan en el cultivo. Sin embargo, en los últimos 10 años los registros se han limitado principalmente a informar sobre el estado de susceptibilidad de las variedades al introducir fuentes de resistencia para el mejoramiento genético, por lo que la información ha sido escasa para discutir con más detalle los resultados obtenidos en ese estudio, incluso muchos de ellos abordados por primera vez para P. melanocephala. Por la importancia que tiene en Cuba la enfermedad roya de la caña, nuestro trabajo investigativo abordó estudios de la biología, fisiología e interacción de Puccinia malanocephala-Saccharum sp híbrido en condiciones naturales, demostrando el papel de los factores bióticos y abióticos sobre la enfermedad de la caña de azúcar; de esta manera se pudo establecer el ciclo biológico de P. melanocephala y conocer, a nivel del proceso monocíclico, los factores del ambiente sobre las diferentes fases del ciclo de vida de la roya, el estudio de su dinámica a nivel policíclico y los factores que influyen en esta, así como el conocimiento de la variabilidad patogénica de los aislamientos de P. melanocephala y su interrelación con la epidemiología de la enfermedad, con el fin de optimizar su manejo y evitar brotes epidémicos con la consecuente pérdida de los rendimientos agroindustriales. Todos estos resultados se encuentran introducidos en la esfera productiva a través de metodologías para la evaluación y selección de variedades resistentes en el programa de mejoramiento genético y supervisión en producción, con el objetivo de conocer y alertar la aparición de brotes de la enfermedad en caña de azúcar.


Referencias

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Fuente

Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal