Leyenda de Babilonia

Revisión del 21:33 29 dic 2021 de Rajoch (discusión | contribuciones) (Error habían)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Leyenda de Babilonia
Información sobre la plantilla
Leyenda de Babilonia.jpg
Ubicación Geográfica:En una ciudad a orillas del río Éufrates

Babilonia, pertenecía a un reino ubicado en la Mesopotamia, a orillas del río Éufrates, en la actual Iraq. Fue fundada hacia el 2500 a.C. y cobró importancia 500 años después, pero recién, durante el reinado de Nabucodonosor II (605 a.C - 562 a.C), después de grandes guerras, la ciudad fue embellecida y además de los jardines colgantes se construyó la Puerta de Isthar.

Leyenda

Cuenta la leyenda que este rey quiso rendirle homenaje a su esposa, haciéndole un regalo que le mostrara su amor por ella, y a la vez le recordara las montañas de su tierra nativa, tan diferentes a la llanura babilónica. Y, en lugar de lo que cualquiera imagina al escuchar “jardines colgantes”, la vegetación se disponía en terrazas o balcones, sobresalía, y es justamente una mala traducción del griego kremastos la que llevó a la actual denominación de “Jardines colgantes de Babilonia”. Los jardines se construyeron llevando a la ciudad grandes rocas, que a diferencia de los ladrillos utilizados en la construcción en esa época, eran más resistentes a la humedad y erosión. Se acomodaron formando terrazas escalonadas, donde se colocó la tierra necesaria y se empezó a plantar árboles, arbustos, plantas con flores, etc. Además, se diseñó y construyó maquinaria de riego: una noria, que servía de transporte para el agua desde las zonas de pozos hasta las de riego. El clemente clima mesopotámico, sumado a la eficacia de los instrumentos babilónicos, llevaron a que en poco tiempo los jardines estuvieran repletos de plantas, y cuenta la leyenda que las copas de los árboles se podían divisar desde fuera de las inexpugnables murallas que protegían a la ciudad. En el año 539 a.C. los persas lograron conquistar Babilonia y sobrevino la decadencia de la esplendorosa ciudad. La población menguó sobre el siglo IV a.C., cuando Alejandro Magno visitó la ciudad ya había partes en ruinas. Fue definitivamente destruida con la conquista de Evemero, quien le prendió fuego, en el año 125 a.C. En el primer siglo a.C, el filósofo griego Estrabón describió a los Jardines Colgantes de Babilonia: “Este consta de terrazas abovedadas alzadas unas sobre otras, que descansan sobre pilares cúbicos. Éstas son ahuecadas y rellenadas con tierra para permitir que árboles de gran tamaño sean plantados. Los pilares, las bóvedas, y las terrazas están construidas con ladrillo cocido y asfalto.”

Historia y Cultura

Una de las ciudades más importantes de la antigüedad, cuya localización está hoy en día marcada por una amplia zona de ruinas al este del río Éufrates, a 90 km al sur de Bagdad, en Irak. Babilonia fue la capital del Imperio babilónico durante los milenios II y I a.C. En la antigüedad, la ciudad se beneficiaba de su posición en la importante ruta comercial por vía terrestre que conectaba el golfo Pérsico y el Mediterráneo.

Topografía

La topografía de Babilonia se conoce mejor a partir de los niveles de ocupación de la dinastía neobabilonia, excavados por Robert Koldewey y otros arqueólogos alemanes antes de la I Guerra Mundial. En aquellas fechas, el Éufrates dividía la ciudad en dos partes desiguales: el barrio antiguo, con la mayoría de los palacios y templos en la orilla este, y la Ciudad Nueva en la orilla oeste. Cerca del centro de la ciudad, en lugar prominente, se encontraba el Esagila, templo de Marduk; al norte estaba la torre-templo de Etemenanki (el zigurat), edificio de siete plantas, popularmente relacionado con la Torre de Babel. En la esquina noroeste de la ciudad antigua se encontró un entramado de palacios y fortificaciones; los excavadores alemanes identificaron unas ruinas de esta zona con los cimientos de los Jardines Colgantes, una de las Siete Maravillas del Mundo, que Nabucodonosor II construyó para su esposa meda. Cerca estaba la Puerta de Isthar, con sus leones y dragones en ladrillo esmaltado. El principal camino procesional pasaba a través de esta puerta; era la ruta seguida por los líderes religiosos y políticos durante las ceremonias del festival del Año Nuevo. Otras nueve puertas importantes atravesaban las grandes murallas de fortificación interna de la ciudad, a partir de las cuáles surgían los caminos hacia los principales asentamientos de Babilonia.

Civilización

La civilización babilónica, que duró desde el siglo XVIII hasta el VI a.C., era, como la sumeria que la precedió, de carácter urbano, aunque se basaba en la agricultura más que en la industria. El país estaba compuesto por unas doce ciudades, rodeadas de pueblos y aldeas. A la cabeza de la estructura política estaba el rey, monarca absoluto que ejercía el poder legislativo, judicial y ejecutivo. Por debajo de él había un grupo de gobernadores y administradores selectos. Los alcaldes y los consejos de ancianos de la ciudad se ocupaban de la administración local. Los babilonios modificaron y transformaron su herencia sumeria para adecuarla a su propia cultura y carácter. El modo de vida resultante demostró ser tan eficaz que sufrió relativamente pocos cambios durante aproximadamente 1.200 años. Influyó en sus países vecinos, especialmente en el reino de Asiria, que adoptó la cultura babilonia prácticamente por completo. Afortunadamente, se ha encontrado una colección importante de obras de literatura babilónica gracias a las excavaciones. Una de las obras más importantes es la magnífica colección de leyes (siglo XVIII a.C.) frecuentemente denominada Código de Hammurabi, que, junto con otros documentos y cartas pertenecientes a distintos periodos, proporcionan un amplio cuadro de la estructura social y de la organización económica.

Sociedad

La sociedad babilónica estaba compuesta por tres clases sociales representadas por el awilu, persona libre de clase superior; el wardu, o esclavo; y el mushkenu, persona libre de clase inferior, que se encontraba legalmente entre el awilu y el wardu. La mayoría de los esclavos eran prisioneros de guerra, aunque algunos eran reclutados entre la población babilonia. Por ejemplo, las personas libres podían ser hechas esclavos como castigo por algunos delitos; los padres podían vender a sus hijos como esclavos en momentos de necesidad; o un hombre incluso, podía someter a toda su familia a los deudores como pago de una deuda, pero no durante más de tres años. Los esclavos eran propiedad de su amo, como un bien mueble. Podían ser marcados y azotados, y eran severamente castigados si intentaban escapar. Los esclavos tenían algunos derechos legales y podían realizar negocios, prestar dinero y comprar su libertad. Si un esclavo se casaba con una persona libre y tenían hijos, estos eran libres.

Ciudades

El número de habitantes de una ciudad variaba probablemente entre 10.000 y 50.000. Las calles de la ciudad eran estrechas, sinuosas e irregulares, flanqueadas por los muros altos y sin ventanas de las casas. Las calles no estaban pavimentadas ni tenían alcantarillas. La casa media era una estructura pequeña, de una planta y de ladrillos de barro, compuesta de distintas habitaciones agrupadas alrededor de un patio. Por otra parte, la casa de un próspero babilonio era, probablemente, una residencia de dos pisos de ladrillo con aproximadamente una docena de habitaciones, con muros interiores y exteriores enlucidos y enjalbegados. La planta inferior tenía una habitación de recibimiento, una cocina, un cuarto de aseo, las habitaciones del servicio y, a veces, incluso una habitación privada para el culto. Los muebles incluían mesas bajas, sillas con respaldo y camas con armazón de madera. La vajilla doméstica estaba fabricada de arcilla, piedra, cobre y bronce, y los cestos y las arcas de caña y madera. Las casas frecuentemente se construían sobre un mausoleo donde se enterraban a los miembros de la familia. Los babilonios creían que las almas de los muertos viajaban al siguiente mundo, y que, al menos en cierto grado, la vida seguía allí como en la tierra. Por esto, enterraban junto al muerto tarros, herramientas, armas y joyas.

Vida Familiar

La familia era la unidad básica de la sociedad babilonia. Los matrimonios eran dispuestos por los padres y los esponsales se reconocían legalmente tan pronto como el novio presentaba un regalo nupcial al padre de la novia; la ceremonia matrimonial normalmente concluía con un contrato inscrito en una tablilla. Aunque el matrimonio se consideraba principalmente un acuerdo práctico, hay pruebas que sugieren que no eran completamente desconocidas las relaciones prematrimoniales clandestinas. La mujer babilonia tenía algunos derechos civiles importantes. Podía tener propiedades, realizar negocios y actuar como testigo en un juicio. Sin embargo, el marido podía divorciarse de ella por cuestiones triviales, o, si no le había dado hijos, podía contraer matrimonio con otra mujer.

Historia

Largos períodos de la historia del antiguo Oriente Próximo no pueden datarse con exactitud. La Relación de Reyes Sumerios ofrece una sucesión de gobernantes hasta el final de la dinastía de Isin, hacia el 1790 a.C., pero no es fiable para las fechas anteriores a la dinastía de Acad, hacia el 2340 a.C. Se establece una cronología relativamente fiable para el período que comienza con la dinastía de Acad hasta el final de la I Dinastía de Babilonia, cerca del 1595 a.C. Sin embargo, este periodo es seguido por más de 700 años de oscuridad, durante el cual las fechas son únicamente aproximadas. Se utilizan tres sistemas cronológicos principales para el antiguo Oriente Próximo: alto, medio y bajo, dependiendo de sí. La fecha asignada al primer año de reinado de Hammurabi de Babilonia es 1848, 1792 o 1728 a.C. Las fechas de este artículo siguen la denominada cronología media, y se data el primer año de reinado de Hammurabi en el 1792 a.C.

El Legado Babilónico

Más de 1.200 años pasaron desde el glorioso reinado de Hammurabi hasta la subyugación de Babilonia por los persas. Durante este largo lapso de tiempo, la estructura social, la organización económica, el arte y la arquitectura, la ciencia y la literatura, el sistema judicial y las creencias religiosas babilónicas sufrieron una considerable modificación, aunque, en general, únicamente en los detalles, no en la esencia. Basados prácticamente por completo en la cultura de Sumer, los logros culturales de Babilonia dejaron una profunda impresión en el mundo antiguo, y particularmente en hebreos y griegos. La influencia babilónica es evidente en las obras de poetas griegos tales como Homero y Hesíodo, en la geometría del matemático griego Euclides, en astronomía, en astrología, en heráldica y en la Biblia.

Creencias

Según los documentos de la época, las creencias éticas y morales de los babilonios hacían hincapié en la bondad y la verdad, la ley y el orden, la justicia y la libertad, la sabiduría y el aprendizaje, y el valor y la lealtad. La misericordia y la compasión iban fuertemente unidas, y se les brindaba una especial compasión a las viudas, huérfanos, refugiados, a los pobres y a los oprimidos. Los actos inmorales o poco éticos eran considerados como una ofensa hacia los dioses y el orden divino, por lo que se creía que el castigo de los dioses era proporcional a la falta. Ninguno se consideraba sin pecado. Por eso, todos los sufrimientos eran merecidos. El modo que tenían los babilonios para demostrar su insatisfacción por sus condiciones de vida, no era la discusión o la protesta, sino la súplica y el duelo, lamentándose y confesando ante su dios personal sus inevitables faltas y pecados a fin de que éste actuara como mediador suyo en la asamblea de los grandes dioses. Fue notoria la gran religiosidad de Babilonia. Sin embargo, existía el escepticismo y era mucho mayor de lo que indican las fuentes.

Fuente