Literatura argentina
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Literatura argentina.
Período colonial
El barroco rioplatense es pobre si se lo compara con otros del continente. El primer poeta memorable es Luis de Tejeda (1604-1680), autor de unas Coronas líricas. Domingo de Neyra (1684-1757) dejó los primeros esbozos de historia. Otros naturalistas y geógrafos continuaron esta primera tarea historiográfica: Pedro Lozano, José Guevara, Félix de Azara, viajeros jesuitas y, ya en los albores de la independencia, el primer historiador formal del país, Gregorio Funes. La imprenta y el periodismo llegaron con la Ilustración, en el siglo XVIII, recordándose la Casa de Niños Expósitos y El Avisador mercantil, cuando las reformas de Carlos III fundaron el Virreinato del Río de la Plata en 1776.
La independencia
Como en el resto de América, la emancipación fue muy celebrada por la pluma, pero siempre bajo la paradójica dependencia del clasicismo español. Así se observa en los versos de Vicente López y Planes (autor del himno nacional llamado Canción patriótica), Esteban de Luca, fray Cayetano Rodríguez y Juan Cruz Varela (1794-1839), figura mayor de la tendencia y autor de un par de tragedias. El teatro, iniciado en 1717 con una Loa de Antonio Fuentes del Arco, consiguió en 1817 abrir una Sociedad del Buen Gusto, destinada a combatir las “malas costumbres” del barroco e imponer el racionalismo. Junto a la poesía culta surgió la de inspiración popular, como la de Bartolomé Hidalgo. En los escritos y traducciones de José Antonio Miralla (1789-1825) se advierte una evolución hacia el romanticismo. En el plano de las ideas, la escolástica dio paso a los planteamientos de la fisiocracia que introdujo Manuel Belgrano y las ideas de Jean-Jacques Rousseau, traducido por Mariano Moreno.
En rigor, puede afirmarse que no hay una auténtica literatura argentina hasta la generación del 37. La huella romántica se prolongó en las obras de poetas como Olegario Víctor Andrade, Pedro Palacios Almafuerte, Claudio Mamerto Cuenca y Rafael Obligado, y el neoclasicismo hasta Carlos Guido y Spano.