Mis creencias

Revisión del 12:46 26 sep 2011 de Osvaldo jc.scu (discusión | contribuciones) (Página creada con ' {{Ficha Libro |nombre= Mis creencias |nombre original= Mis creencias autor(es)= Albert Einstein |editorial= Elaleph. |imprenta= |edicion= |pais= }} Mis creencias =...')
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Mis creencias
Información sobre la plantilla
Título originalMis creencias autor(es)= Albert Einstein
Editorial:Elaleph.


Mis creencias


Introducción

Vivimos una época rica en inteligencias creadoras, cuyas expresiones han de acrecentar considerablemente nuestras vidas. Hoy cruzamos los mares merced a la fuerza desarrollada por el hombre, y empleamos también esa energía para aliviar a la humanidad del trabajo muscular agotador. Aprendimos a volar y somos capaces de enviar mensajes y noticias sin dificultad alguna a los más remotos lugares del mundo, por medio de ondas eléctricas. No obstante, la producción y distribución de bienes se halla por completo desorganizada, de manera que la mayoría ha de vivir temerosa ante la posibilidad de verse eliminada del ciclo económico, y sufrir así la falta de lo necesario. Además, los habitantes de las distintas naciones se matan entre sí a intervalos regulares, por lo que también, debido a esta causa debe sentir miedo y terror todo el que piense en el futuro. Esta anomalía se debe al hecho de que la inteligencia y el carácter de las masas son muy inferiores a la inteligencia y al carácter de los pocos que producen algo valioso para la comunidad. Confío en que la posteridad lea estas afirmaciones con un sentido de justicia y la necesidad de un cambio en la situación.


Historia

En este volumen recogemos múltiples artículos, notas, conferencias, discursos y reflexiones filosóficas de Albert Einstein, que a veces rozan problemas científicos, pero que en su gran mayoría se refieren a tópicos candentes de su época, de la cual la nuestra es una continuación. En ello reside el valor de estos trabajos, casi todos breves, aunque sustanciosos. El célebre físico, que pasará a la historia como uno de los hombres más importantes de su tiempo, inició un nuevo período en el progreso de la ciencia con sus audaces teorías. Ciertamente, si bien su modestia lo haya negado, suyo es el mérito de haber inaugurado la era nuclear, pues fue el pionero de la fisión del átomo, descubrimiento que ha abierto un mundo fascinante y riesgoso para nuestra civilización. Este mismo hecho convirtió a Einstein, consciente del tremendo poder destructivo que las nuevas armas representaban para todo el orbe, en un decidido defensor de la paz, el desarrollo de la cultura y la igualdad y seguridad de los pueblos. Aparece así la faz del humanista que ante la presencia de un arsenal de horror se entrega a la tarea de luchar con pasión en favor de un pacifismo activo, detrás del cual se advierten las inquietudes del sociólogo y del pedagogo. En estos escritos, todos los cuales se hallan unidos por un hilo conductor: el destino del hombre, preservado para fines más nobles que la aniquilación mutua, y su preocupación por la vida comunitaria, se descubren las profundas conmociones que sacudieron el ánimo del científico en sus últimos años, cuando las nubes de otra conflagración, más cruel que cuantas haya soportado la humanidad, se cernían sobre el horizonte político mundial.


Conclusiones

Espero, a mi parecer, el verdadero mal yace en la actitud que ha creado la segunda guerra mundial y que domina todas nuestras acciones. En particular la creencia de que en tiempos de paz debemos organizar nuestra vida y nuestro trabajo de manera que, en caso de guerra, podamos estar seguros de la victoria. Esta actitud supone la creencia de que la libertad y hasta la existencia de cada persona están amenazadas por poderosos enemigos. Esta actitud explica todos los desagradables hechos que antes he denominado síntomas. Si esta actitud no se rectifica, dichos síntomas conducirán a una guerra y a una destrucción de vasto alcance. Esta situación se expresa en el presupuesto de los Estados Unidos. Sólo si superamos esta obsesión podremos conceder una atención correcta al problema político, que se resume en la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible ayudar a conseguir una vida más segura y más tolerable en esta Tierra ya tan degradada? No lograremos erradicar los síntomas que hemos mencionado, y muchos otros, si no superamos la enfermedad más profunda que padecemos.


Fuentes

  • Biblioteca pública Municipal José Maceo. Songo La Maya