Monasterio de Santo Domingo de Silos

El Monasterio de Santo Domingo de Silos
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (edificio)
Monasterio de silas .png
Bien de Interés Cultural .Patrimonio histórico de España
Descripción
Tipo:edificio
Estilo:Románico y Gótico
Localización:Calle Santo Domingo, 2, 09610 Santo Domingo de Silos, Burgos, Bandera de España España
Uso inicial:Monasterio
Uso actual:Monasterio
Datos de su construcción
Inicio:Siglo VII
Término:Siglo XVIII


El Monasterio de Santo Domingo de Silos Su fundación pudo tener lugar hacia el siglo VII. En el año 1088 se consagró un templo románico que, posteriormente, fue sustituido por otro neoclásico con planos de Ventura Rodríguez. El claustro que se conserva es el románico, de planta cuadrada y con dos pisos de arquerías. En los capiteles del claustro bajo, se encuentra una profusa decoración simbólica con dragones, centauros, encestados, sirenas, etc. Las esquinas del claustro están decoradas con escenas de la vida de Cristo en enormes relieves. Es relevante, asimismo, el archivo del monasterio, en el que se guardan fragmentos del Beato del siglo X, una hoja de la Biblia de Oña, otros fragmentos de manuscritos visigóticos y fragmentos musicales de unos veinte códices en notación aquitana.

Ubicación

El Monasterio de Santo Domingo de Silos se halla ubicado en la parte oriental de un pequeño valle de la gran meseta castellana, que el primer documento conservado del Archivo de Silos, del año 954, ya denomina como valle de Tabladillo.

Historia

El monasterio, aunque no en su actual configuración, se remonta a la época visigótica siglo VII, si bien se desvanece durante la ocupación musulmana. En el siglo X, llamado aún San Sebastián de Silos, y en especial durante el periodo en que el conde Fernán González gobierna en Castilla 930-970, vuelve a resurgir la comunidad monástica alcanzando un pujante actividad que nuevamente decae bajo las razias de Almanzor. Desaparecido éste en 1002 y recobrada la serenidad, el monasterio se encuentra arruinado y maltrecho. Cuando en 1041 Domingo, prior del monasterio de San Millán de la Cogolla, se refugia en Castilla huyendo del rey de Navarra, es bien recibido por el monarca leonés Fernando I quien le confía la misión de restablecer el antiguo esplendor y dar nuevo auge al monasterio de Silos puesto bajo la advocación de San Sebastián. Con el decidido impulso de Santo Domingo como abad del cenobio se erigió la iglesia románica, magnífico templo de tres naves y cinco ábsides consagrado en 1088 por el abad Fortunio, el claustro que aún perdura, y el resto de las dependencias monacales. A la muerte del santo, el monasterio toma su patrocinio y pasa a denominarse Santo Domingo de Silos. Hacia 1170, la dama de origen noble Juana de Aza, que estaba encinta, peregrina a Silos en busca de dirección espiritual. Su hijo, Domingo de Guzmán será bautizado así en honor del santo patrono de la abadía. En él siglo XVIII se deja sentir la necesidad de ampliar las instalaciones, principalmente la cabida de la iglesia. Se encomienda al arquitecto Ventura Rodríguez llevar a cabo las debidas reformas. Se derribó el templo románico para sustituirlo por otro de planta de cruz griega inscrita en un cuadrado (planta claramente barroca), que es el que hoy existe. Del primitivo queda como vestigio el ala sur del transepto y la Puerta de las Vírgenes que abre al claustro. La falta de recursos económicos hizo que el propio claustro no tuviera un mismo final que la iglesia.El 17 de noviembre de 1835 la vida monástica de Silos se interrumpe a consecuencia y efectos de la desamortización de Mendizábal que implicaron la pérdida por expolio de parte de sus riquezas artísticas y documentales. Por fin, el 18 de diciembre de 1880 se establece una nueva comunidad de monjes benedictinos llegados de la abadía francesa de Ligugé, dirigidos por el monje de Solesmes, Ildelfonso Guépin. En una visita al monasterio, el poeta Gerardo Diego compuso el famoso soneto El ciprés de Silos, considerado como uno de los mejores sonetos de la literatura española. Hoy es lugar de afluencia de quienes saben apreciar las bellezas de su claustro románico y del canto gregoriano con que se acompañan los oficios religiosos. El claustro de Silos es de doble planta, siendo la inferior la más antigua y la de mayor mérito. Forma un cuadrilátero de lados ligeramente desiguales, de los que el menor mide 30 m y el mayor 33,12 m. Los lados norte y sur constan de 16 arcos, mientras que los lados este y oeste de sólo 14. Como las parejas de lados opuestos no son de igual dimensión a pesar de tener el mismo número de arcos, las luces de éstos tampoco son idénticas, variando entre 1,00 y 1,15 m. Los arcos son de medio punto y descansan sobre capiteles que, a su vez, lo hacen sobre columnas de doble fuste monolítico de 1,15 m de longitud; sólo los soportes centrales de cada galería están formados por fustes quíntuples, salvo uno de ellos, el del lado norte, que es cuádruple y torsado. Toda la arquería va montada sobre un podio corrido con una abertura para acceder al jardín interior.El claustro inferior debió levantarse entre la segunda mitad del siglo XI y primera del XII, mientras que el claustro superior se construyó en los últimos años de ese mismo siglo. En el inferior se perciben claramente dos fases de ejecución: durante la primera, que corresponde a las últimas décadas del siglo XI, se llevaron a cabo las galerías norte y este; la segunda se desarrolló en el siguiente siglo y en ella se ejecutaron las galerías sur y oeste. Cada fase refleja una forma de hacer y un estilo diferentes atribuibles a dos maestros distintos que emplearon sus propios talleres. Como rasgos diferenciadores, los fustes de las columnas de la primera etapa están más separados y presentan mayor éntasis, y las tallas son de poco relieve y escaso movimiento. Las figuras del segundo taller son más realistas y poseen mayor volumen.En el plano artístico lo más destacable es la colección de los 64 capiteles de que consta el claustro bajo y los relieves que ornamentan las caras interiores de las cuatro pilastras que forman los ángulos de la galería. Al primer maestro serían asignables seis de los relieves con las siguientes escenas: Este segundo maestro que realizó los últimos machones posiblemente procedises de Galicia, ya que la Coronación y Anunciación de María están tratados al modo de Santiago de Compostela, con mucha abundancia de plegados y con los cabellos acaracolados (similar al profeta Daniel que aparece en las Jambas de Santiago de Compostela). El árbol de Jessé es muy importante desde el punto de vista iconográfico, por estar relacionado con la vidriera del mismo nombre de San Denis, y por tratarse de un tema utilizado para decorar el parteluz de Santiago de Compostela. Los capiteles, y en especial los del segundo artista, son obras maestras de la iconografía románica y lo que más admira y llama la atención de todo el claustro. Sus temas son muy variados: desde los que representan escenas bíblicas o evangélicas, hasta los figurativos de animales quiméricos, grifos, leones, arpías, centauros, aves fabulosas y toda clase de elementos vegetales. Son de destacar también la Puerta de las Vírgenes, que comunica el claustro con la iglesia y que constituye un vestigio del primitivo templo románico, y la fachada de la desaparecida sala capitular que se abría a la galería oriental, así como el artesonado mudéjar ricamente decorado con cerca de 700 figuras y escenas de la Castilla de los siglos XIV y XV. Su biblioteca, con más de 160.000 ejemplares, tan solo es accesible para los huéspedes del monasterio e investigadores que lo soliciten.

Restauración

Los monjes restauraron él monasterio con esfuerzos casi heroicos el Monasterio silense y con la restauración material, procuraron recuperar parte de los restos culturales. Encontraron 14 manuscritos medievales; muchos diplomas, también de la Edad Media; y casi todo el archivo de la Edad Moderna.

Fuentes