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Su síntoma principal es el [[dolor]], en la extremidad afectada, lo que ocasiona una cojera que puede variar de una extremidad a otra o localizarse de forma alternativa en varias patas, lo que la convierte en una dolencia limitante que muchas veces, debido al dolor, dificulta el movimiento del [[animal]].
 
Su síntoma principal es el [[dolor]], en la extremidad afectada, lo que ocasiona una cojera que puede variar de una extremidad a otra o localizarse de forma alternativa en varias patas, lo que la convierte en una dolencia limitante que muchas veces, debido al dolor, dificulta el movimiento del [[animal]].
 
==Definición==
 
==Definición==
Es una [[enfermedad]] inflamatoria de las diáfisis de los [[huesos]] largos. Se presenta en perros jóvenes (entre 5 y 18 meses) de [[razas]] medianas y grandes, especialmente en el [[Pastor Alemán]], siendo su incidencia mayor en los machos.
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Es una [[enfermedad]] inflamatoria de las diáfisis de los [[huesos]] largos. Se presenta en perros jóvenes (entre 5 y 18 meses) de [[razas]] medianas y grandes, especialmente en el [[Pastor alemán]], siendo su incidencia mayor en los machos.
  
 
== Patogenia==
 
== Patogenia==

Revisión del 09:06 22 oct 2016

Panosteítis canina.
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Panosteitis.jpg

La panosteítis canina es una enfermedad asociada al desarrollo de los huesos que aparece sobre todo en cachorros que pertenecen a razas de crecimiento rápido, especialmente a perros de razas grandes y gigantes. Su síntoma principal es el dolor, en la extremidad afectada, lo que ocasiona una cojera que puede variar de una extremidad a otra o localizarse de forma alternativa en varias patas, lo que la convierte en una dolencia limitante que muchas veces, debido al dolor, dificulta el movimiento del animal.

Definición

Es una enfermedad inflamatoria de las diáfisis de los huesos largos. Se presenta en perros jóvenes (entre 5 y 18 meses) de razas medianas y grandes, especialmente en el Pastor alemán, siendo su incidencia mayor en los machos.

Patogenia

No se conoce con precisión, sin embargo parece tratarse de un proceso degenerativo de los adipocitos de la médula ósea, cuyas consecuencias afectan en forma indirecta al hueso. Probablemente, el mecanismo de patogénesis más acertado se asocie con una degeneración granular eosinofílica del citoplasma de las células adiposas; esta degeneración deriva en la proliferación de células estromales, formándose de esta manera núcleos de sustancia osteoide que se extiende en forma centrífuga a partir del agujero nutricio, a medida que se va mineralizando. El dolor podría deberse entonces a los disturbios producidos en los componentes endósticos y periósticos, a la congestión vascular o a la elevada presión intramedular.

Etiología

El aislamiento de microorganismos no ha dado resultado, y no se han podido comprobar las teorías de alteraciones metabólicas, inmunológicas o endocrinológicas, ni tampoco las que sugieren migración parasitaria o la intervención de un agente viral. Aunque las hembras parecen ser más susceptibles a la panosteítis durante el primer estro, no hay evidencias que relacionen a la enfermedad con las hormonas reproductivas o de la gestación. Tampoco existen pruebas confirmadas de transmisión genética, pero el elevado porcentaje de pastores alemanes afectados sugiere con firmeza una base hereditaria para la enfermedad, la que podría presentarse ante una situación estresante. Asimismo, un alto porcentaje de los pacientes posee algún tipo de coagulopatía; esto sugeriría su participación en la patogenia de la enfermedad. Adicionalmente, se ha atribuido el origen de la panosteítis a niveles elevados de proteína o grasa en el alimento, crecimiento rápido del cachorro, deficiente o excesiva concentración de vitaminas o minerales, y causas ambientales, pero nada fue comprobado hasta el momento. Tampoco parece haber una distribución geográfica específica que oriente a pensar en una alteración típica de ciertas regiones.

Cuadro clínico

Cojera de aparición repentina (sin antecedentes de traumatismo previo) y que alterna de una extremidad a otra (puede desaparecer en un miembro para reaparecer en otro). Cada episodio puede durar 2-3 semanas, pero como el perro puede presentarlo en varios huesos simultáneamente (aunque en diferentes fases), el animal puede estar cojeando durante 2-9 meses. El dato más característico es el dolor a la presión de las diáfisis de los huesos largos. La biopatología puede revelar un aumento de los eosinófilos en sangre, si bien solamente se presenta en el 50% de los perros afectados (de ahí el nombre de panosteítis eosinofílica). La enfermedad remite espontáneamente sin dejar secuela. La panosteítis puede coexistir junto con otras cojeras típicas de esta edad (osteocondrosis de húmero, displasias de codo o de cadera) que curan solamente con tratamiento quirúrgico. De ello se deduce que es fundamental un buen diagnóstico.

Diagnóstico

Se fundamenta en el cuadro clínico y el estudio radiológico. Los huesos largos más afectados son el húmero, cúbito, radio y, en menor medida, la tibia y el fémur. Radiológicamente hay tres fases:

  1. En la fase inicial se observa un aumento de la radiopacidad en forma de parches, en la cavidad medular de los huesos largos que suele empezar por el agujero nutricio.
  2. En la fase intermedia, las zonas opacas confluyen hasta ocupar toda o gran parte de la cavidad medular. Puede haber reacción perióstica de contorno liso, sobre todo en el cúbito y el radio (fase de mayor dolor y cojera).
  3. En la fase final, la cavidad medular toma su aspecto normal sin dejar secuelas. En controles radiográficos seriados es frecuente encontrar, cómo en un hueso, el proceso va empeorando mientras que en otros se está produciendo la mejoría de la lesión.

El diagnóstico diferencial se establece con otras enfermedades óseas del perro joven, en especial con la osteocondrosis de la cabeza del húmero y las displasias de codo.

Tratamiento

Se basa en la realización de ejercicio moderado. En otras enfermedades, la actividad puede empeorarlas, por ello es fundamental estar seguros del diagnóstico. En las fases más dolorosas de la enfermedad se pueden administrar antiinflamatorios no esteroideos, para calmar el dolor. Es fundamental enseñar al dueño a convivir con la cojera de su perro durante meses.

Vida y gestión

Es importante observar a su mascota y trabajar para reducir el los niveles de dolor a través de la reducción de la actividad, medicamentos para el dolor y el ambiente. El dolor puede durar sólo unos pocos días o puede durar por varios meses. En casos raros, se puede desarrollar una enfermedad ósea (ortopédica).

Prevención

No existen medidas preventivas para esta condición médica.

Fuente