Pastor Águila Juvier

Pastor Águila Juvier
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Amante de la Historia de Cuba.Poeta
NombrePastor Águila Juvier
Nacimiento26 de julio de 1891
Rodas
Fallecimiento24 de octubre 1987
Venezuela (Ciego de Avila)
Otros nombresEl Maestro Pastor

Pastor Águila Juvier.


Síntesis biográfica

Nació en Rodas el 26 de julio de 1891, quinto hijo del matrimonio compuesto por Manuel Águila Arteaga y Ángela Juvier. Fue bautizado en Abreu e inscripto en el juzgado de Rodas.

Su padre fue mambí, combatió en la Guerra de los Diez Años y en la Guerra de 1895-1898. La familia Águila-Juvier sufrió las penurias económicas, y las enfermedades, propias de las guerras. Pastor fue enviado a vivir con su madrina en el central Lino, donde existían mejores condiciones y jugaba libremente en el campo.

Al enterarse el mayoral que el niño era hijo de insurrecto, exigió que lo enviaran a Rodas. De nuevo en aquel lugar encontró una hambruna generalizada producto a la reconcentración decretada por Valeriano Weyler; unido a lo cual sufrió la pérdida de uno de sus hermanos. Al finalizar la guerra, el padre regresó a donde estaban su esposa e hijos.

Con el dinero obtenido del licenciamiento del Ejército Libertador se trasladó con su familia a vivir a Sagua, y posteriormente a Rodas. En este último lugar fue que Pastor y sus hermanos pudieron iniciar sus estudios de la primaria, en una escuela pública. Allí culminó Pastor ese nivel de enseñanza, pero no pudo continuar porque tuvo que ponerse a trabajar en el campo —como narigonero de bueyes— para ayudar al sustento de su familia.

Por entonces inició su amistad con el barbero Lino, con el que se inició en el oficio de barbero y del que escuchó numerosos relatos de Historia y cuentos. Su economía mejoró en algo. Comenzó a dedicarle tiempo a la lectura de historia y poesías. En 1908 escribió sus primeros versos, los que dedicó a su prima. Se trasladó a La Habana donde trabajó como ayudante de barbero, y también aprovechó para estudiar mecanografía y matricular en la Escuela de Artes y Oficios. Inicio y primeros pasos como maestro: 1913-1916.

En 1912 regresó a Rodas y se preparó para los exámenes de maestro público. Se presentó a los mismos en la ciudad de Santa Clara, aprobando y obteniendo el diploma correspondiente. Entre las asignaturas examinadas estuvieron Aritmética, Composición, Dibujo, Geografía, Historia de Cuba y Elementos de Ciencias Naturales.

Al año siguiente, 1913, obtuvo plaza de maestro en la Escuela Pública No.18 en Ciego Montero. Entre 1914-1916 trabajó en la Escuela Pública mixta No.2 de Soledad de Cartagena; además impartió clases particulares y comenzó a colaborar con la prensa local de Rodas. En junio de 1916 llegó Pastor a tierras avileñas.

Comenzó a trabajar como barbero, primero en el batey del central Stewart y luego en el poblado Simón Reyes donde en 1917 abrió una barbería que nombró Orfeo. En agosto de 1918 comenzó a trabajar como maestro público en la escuelita de Mameyal y Domínguez, perteneciente al distrito escolar de Ciego de Ávila.

En 1919 trabajó durante ocho meses en la escuela pública del costero poblado de Júcaro. Por la labor desempeñada y el prestigio alcanzado logró obtener plaza fija de aestro en la Escuela Pública para varones No14, en la localidad de Simón Reyes, donde impartió clases en la enseñanza primaria, desde segundo hasta el sexto grado.

Labor educativa

Entre 1916-1955 su labor educativa la desarrolló en la Escuela Pública para varones No14, en la localidad de Simón Reyes, donde durante 44 años entregó lo mejor de sí como educador.

La misma, a los efectos de su estudio, la autora la agrupa en seis vertientes esenciales: educación intelectual, educación moral-patriótica, educación ambiental, educación laboral, educación física, y comunicación con padres y estudiantes.


Educación intelectual

Su afán en enseñarles a escribir de forma correcta hizo que en sus clases trabaje con dedicación en ello: con mucha paciencia, amor y habilidad enseño cómo hacer los rasgos en las hojas de caligrafía con las modestas plumas de puntos de que se disponía en su escuelita, corrigió los problemas ortográficos les enseño a escribir poesías.

Como maestro impartió diversas asignaturas como Lectura, Aritmética, Escritura, Lenguaje, Geografía, Estudios de la naturaleza, Historia, Dibujo, Educación Física, Educación para la Salud, Agricultura, Educación moral y cívica, y Trabajo manual.

El planeamiento de clases siempre se caracterizó por su limpieza y orden. En su aula multinivel, con alumnos desde el segundo hasta el sexto grado, los organizó por filas. A los alumnos con mayores dificultades los atendió incluso en su casa.

Educación moral-patriótica

En sus clases y actividades se recitaban y dramatizaban sus poesías por los alumnos, en la que está presente el amor a la patria, los símbolos patrios, el respeto y admiración por las luchas independentistas y por sus próceres. Entre esas poesías las dedicadas a Cuba, al Himno Invasor, al Escudo Nacional, al Himno Nacional, y a la familia de los Maceo-Grajales (le escribió poesías a cada uno de los hijos, entre ellos Antonio Maceo, al que le escribió tres), al Apóstol, y a próceres como: Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte Loynaz, Máximo Gómez Báez, Perucho Figueredo, Rosa La Bayamesa, Calixto García y Flor Crombet.

El contacto directo de sus alumnos con protagonistas de las luchas por la independencia contra el colonialismo español fue otra de sus prácticas: cuando se impartían los temas referentes a las luchas independentistas, se visitaban por sus alumnos la humilde casa de un veterano de la Guerra de 1895-1898 que vivía cerca de su escuela. Allí se cantaba el Himno Nacional, y se tomaba notas de los relatos y anécdotas del viejo mambí.

Educación ambiental

El estudio de la historia local lo combinó con el amor hacia la naturaleza. Al visitar con sus alumnos los fortines de la Trocha Militar de Júcaro a Morón —donde explicaba el heroísmo de los mambises al cruzarla— lo hacia como parte de una excursión pues creaba condiciones para que nadaran, cazaran, pescaran y en ese tiempo se sintieran en condiciones de campaña. Cuando impartía clases sobre determinadas plantas, ríos y piedras, llevaba a sus estudiantes a que observaran estas, combinándoles así la teoría con la práctica. La siembra de un árbol por cada alumno en el área del patio de su escuelita, se convirtió en práctica sistemática, los de grados superiores ayudaban a los más pequeños y les mostraban con orgullo el árbol que antes ellos habían plantado. En los terrenos cercanos se sembraban árboles frutales y legumbres. Los productos que se obtenían los compartía por igual entre sus alumnos.

Educación laboral:
El vínculo de la teoría y la práctica la desarrolló no sólo con la naturaleza, sino también con actividades manuales, enseñándolos a trabajar con maderas haciendo pequeñas mesas, buroes…
Educación física:
En sus clases desarrolló la práctica del deporte y juegos deportivos, incluso en ocasiones compartió con sus alumnos juegos en tiempo del receso.
Comunicación con padres y estudiantes:
A pesar de tener un carácter recto y mantener la disciplina en su aula, siempre mostró cariño a sus alumnos, y mantuvo excelente comunicación con sus padres a los cuales les explicaba la importancia de que sus hijos estudiaran
El ocaso: 1956-1987
Tras su jubilación en febrero de 1956, aunque no se mantuvo alejado de la labor de enseñar, pues ayudó a todo el que se le acercó en busca de conocimientos, dedicó más tiempo a su inquietud de poeta.


     Cronología.

        2.- CRONOLOGÍA
Vida y labor pedagógica de Pastor Águila Juvier.

  • 26 de julio de 1891: nació en el poblado Rodas.
  • Entre 1895-1899: vivió en Jabacoa, próximo a Rodas, en el central San Lirio, y luego de nuevo en el poblado Rodas.
  • 1905: Cuando terminó la enseñanza primaria no pudo continuar sus estudios al tener que incorporarse a trabajar en el campo —como narigonero de bueyes— para ayudar al sustento de la familia.
  • 1907: Se trasladó con su familia a una casa en la calle Independencia entre Habana y Cuba. Conoció al barbero Lino Fontirroche, hombre bondadoso que le enseñó el oficio y lo introdujo en el conocimiento de la Historia de Cuba.
  • 1908: Escribió su primer verso. Es dedicado a su prima Mercedes Taquechel.
  • 1910: Se trasladó a La Habana donde trabajó como ayudante de barbero. Estudió mecanografía y matriculó en la Escuela de Artes y Oficios.
  • 1912: Regresó a residir en Rodas. Se preparó para los exámenes de maestro público. Se presentó y aprobó los mismos en la ciudad de Santa Clara, donde obtuvo el certificado correspondiente.
  • 1913: Trabajó como maestro en la Escuela Pública No.18 en Ciego Montero.
  • 1914–1916: Trabajó como maestro en la Escuela Pública mixta No. 2 de Soledad de Cartagena. También impartió clases particulares. Comenzó a colaborar con la prensa local de Rodas.
  • 1916–1917: Se trasladó al batey del central Stewart donde tuvo que trabajar en su conocido oficio de barbero, el que continuó más tarde en el poblado de Simón Reyes.
  • 1918: Trabajó como maestro en la escuelita pública de Mameyal y Domínguez, en el entonces municipio de Ciego de Ávila.
  • 1919: Trabajó como maestro en la escuelita pública del costero poblado de Júcaro.
  • 1919–1955: Trabajó como maestro en la Escuela Pública para varones No. 14 en Simón Reyes. A lo largo de más de 35 años formó varias generaciones de pobladores de ese territorio.
  • 1921: Contrajo matrimonio en Rodas con Isabel Juvier. Fijan su hogar en la localidad de Simón Reyes. Ese mismo año nació el primero de sus 10 hijos, todos los cuales fueron sus alumnos. A todos les puso nombres de la mitología griega.
  • 1933: Sufrió las penurias económicas del machadato: estuvo 8 meses sin cobrar su salario de maestro público, pero no dejó sin clases a sus alumnos.
  • 1939: Obtuvo sobresaliente en un curso por correspondencia para experto en ganado.
  • 1943: Tres de sus poesías —Cuba, Mariana Grajales y Envío— fueron seleccionadas por el concurso de la emisora CMQ para publicar un libro, el que se tituló “Primera gran antología de las mejores poesías cubanas contemporáneas.”
  • 1944: Recibió, firmado por el ministro de Educación, el Diploma por 25 años dedicados al magisterio.
  • 1949: Fue nombrado, por su preparación y prestigio, Miembro de Honor del Tribunal de oposición que otorgó las plazas de maestro ese año en el territorio avileño.
  • 1953: Participó en un evento nacional de poesía dedicado a José Martí. La revista Oriente de Cuba le publicó su poema José Maceo y Grajales.
  • 1955: Comenzó a publicar sus poesías en la revista Letras. Obtuvo ese mismo año el premio del concurso nacional ‘’Emilio Núñez Rodríguez’’.
  • 1955: Presentó su solicitud de jubilación.
  • 1956, febrero: Se jubiló, tras más de cuatro décadas dedicadas a formar hombres y mujeres desde la escuela pública cubana.
  • 1957: El periódico habanero Proa publicó sus poemas José María Aponte y Plácido.
  • 1960: Fue declarado asociado del Liceo Literario Revolucionario Camilo Cienfuegos.
  • 1973: Escribió su poema: A Carlos Manuel de Céspedes
  • 1983: Año del aniversario 70 de su inicio como maestro público. Fue homenajeado en la librería del Quince y Medio, y nombrado miembro de honor de la Brigada Hermanos Sainz.
  • 1985: Recibió reconocimiento de la dirección de Cultura y del sindicato de ese sector del municipio de Venezuela.
  • 1987, 24 de octubre: Falleció a la edad de 96 años.


     Síntesis biográfica.

      3.- SÍNTESIS BIOGRÁFICA
Del maestro Pastor Águila Juvier

Nació en Rodas el 26 de julio de 1891, fue el quinto hijo del matrimonio compuesto por Manuel Águila Arteaga y Ángela Juvier. Fue bautizado en la localidad de Abreu e inscripto en el juzgado de Rodas. Su padre, mambí de la Guerra de los Diez Años, de nuevo se incorporó a la lucha por la independencia de la Patria en la Guerra de 1895-1898. Con antelación trasladó su familia de lugar de residencia, para tratar de ponerla lejos del alcance de la represión española. Pastor era de apenas unos años. La familia Águila-Juvier en la guerra sufrió penurias económicas y las enfermedades. El pequeño Pastor fue enviado a vivir con su madrina en el central Lino, pues allí existían mejores condiciones. Al enterarse el mayoral del central que el niño era hijo de insurrecto, exigió que lo sacaran de ese lugar, razón por la cual lo envían de nuevo a Rodas, donde había una hambruna generalizada producto a la reconcentración decretada por Weyler. En ese entonces sufrió la pérdida de uno de sus hermanos. Al finalizar la guerra, el padre regresó con los grados de sargento del Ejército Libertador. Con el dinero obtenido del licenciamiento trasladó la familia a vivir a Sagua la Grande, y luego de un tiempo a Rodas. En este último lugar Pastor y sus hermanos ingresaron en la escuela pública primaria, en la cual culminó la sus estudios de esta enseñanza; no pudiendo continuar porque debido a la mala situación económica de la familia tuvo que comenzar a trabajar en el campo, como narigonero de bueyes. Entabló amistad con el barbero Lino del cual escuchó relatos y anécdotas de Historia, y cuentos; a la par que le inició en su oficio. Su economía fue mejorando en algo. Empezó sus lecturas de Historia y poesía. Escribió sus primeros versos en 1908, fueron dedicados a una prima. En el año 1910 se trasladó a La Habana. Allí se ganó el sustento trabajando como ayudante de barbero; también aprovechó su estancia en la capital del país para estudiar mecanografía, así como en la Escuela de Artes y Oficios. En 1912 regresó a Rodas. Se preparó y presentó en la ciudad de Santa Clara a exámenes para obtener el título de maestro público, lo cual logró tras aprobar asignaturas como Aritmética, Composición, Dibujo, Geografía, Historia de Cuba y Elementos de Ciencias Naturales.
En 1913 comenzó a trabajar en la Escuela Pública No.18 en Ciego Montero. Entre 1914-1916 trabajó en la Escuela Pública mixta No.2 de Soledad de Cartagena, localidad en que también impartió clases particulares. Desde entonces comenzó a colaborar con la prensa local de Rodas.
En junio de 1916 llegó Pastor a tierras avileñas. Comenzó a trabajar como barbero, primero en el batey del central Stewart y luego en el poblado Simón Reyes donde en 1917 abrió una barbería que nombró Orfeo. En agosto de 1918 comenzó a trabajar como maestro público en la escuelita de Mameyal y Domínguez, perteneciente al distrito escolar de Ciego de Ávila. En 1919 trabajó durante ocho meses en la escuelita pública del costero poblado de Júcaro. Por la labor que desempeño y el prestigio alcanzado logró obtener plaza fija de maestro en la Escuela Pública para varones No14, en la localidad de Simón Reyes, donde impartió clases en la enseñanza primaria, desde segundo hasta el sexto grado. Su labor educativa la desarrolló en esa Escuela Pública para varones No14, en la localidad de Simón Reyes, donde durante 44 años entregó lo mejor de sí como educador. La misma, a los efectos de su estudio, la autora la agrupa en seis vertientes esenciales: educación intelectual, educación moral-patriótica, educación ambiental, educación laboral, educación física, y comunicación con padres y estudiantes.
Educación intelectual:
Su afán por enseñar a escribir de forma correcta hizo que en sus clases trabaje con dedicación en ello: con mucha paciencia, amor y habilidad enseñaba cómo hacer los rasgos en las hojas de caligrafía con las modestas plumas de puntos de que se disponía en su escuelita, corrigió los problemas ortográficos y les enseñó a escribir poesías.
Como maestro impartió diversas asignaturas como Lectura, Aritmética, Escritura, Lenguaje, Geografía, Estudios de la naturaleza, Historia, Dibujo, Educación Física, Educación para la Salud, Agricultura, Educación moral y cívica, y Trabajo manual. El planeamiento de clases siempre se caracterizó por su limpieza y orden. En su aula multinivel, con alumnos desde el segundo hasta el sexto grado, los organizó por filas. A los alumnos con mayores dificultades los atendió incluso en su casa.
Educación moral-patriótica:
En sus clases y actividades los alumnos recitaban y dramatizaban sus poesías, en las que como elementos esenciales están el amor a la patria, a los símbolos patrios, el respeto y admiración por las luchas independentistas y por sus próceres. Entre esas poesías están las escritas a Cuba, al Himno Invasor, al Escudo Nacional, al Himno Nacional, a la familia de los Maceo-Grajales (le escribió poesías a cada uno de los hijos, entre ellos Antonio Maceo, al que le escribió tres), al Apóstol, y a próceres como: Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte Loynaz, Máximo Gómez Báez, Perucho Figueredo, Rosa La Bayamesa, Calixto García y Flor Crombet.El contacto directo de sus alumnos con protagonistas de las luchas por la independencia contra el colonialismo español fue otra de sus prácticas: cuando impartía los temas referentes a las luchas independentistas, visitaba con sus alumnos la humilde casa de un veterano de la Guerra de 1895-1898 que vivía cerca de su escuela. Allí se cantaba el Himno Nacional, y escuchaban y tomaban notas de los relatos y anécdotas del viejo mambí.
Educación ambiental:
El estudio de la historia local lo combinó con el amor hacia la naturaleza. Al visitar con sus alumnos los fortines de la Trocha Militar de Júcaro a Morón —donde explica el heroísmo de los mambises al cruzarla— lo hacia como parte de una excursión pues creaba condiciones para que nadaran, cazaran, pescaran y en ese tiempo se sintieran en condiciones de campaña.
Cuando impartía clases sobre determinados temas por ejemplo las plantas los ríos y piedras, propiciaba que los estudiantes combinaran la teoría con la práctica. La siembra de un árbol por cada alumno en el área del patio de la escuela, se convirtió en práctica sistemática, los de grados superiores ayudaban a los más pequeños y les mostraban con orgullo el árbol que antes ellos habían plantado. En terrenos cercanos a la escuelita con los alumnos sembraba frutas y hortalizas. Los productos que se obtenían los repartía por igual entre sus alumnos.

Educación laboral:
El vínculo de la teoría y la práctica la desarrolló no sólo con la naturaleza, sino también con actividades manuales, ensañándolos a trabajar con maderas haciendo pequeñas mesas, buroes…
Educación física:

En sus clases también desarrolló la práctica del deporte y juegos deportivos, compartía con sus alumnos juegos en tiempo del receso.
Comunicación con padres y estudiantes:
A pesar de tener un carácter recto y mantener la disciplina en su aula, siempre mostró cariño a sus alumnos, y mantuvo excelente comunicación con sus padres a los cuales le explicaba la importancia de que sus hijos estudiaran para que se prepararan para la vida.
En la localidad del Quince y Medio participó en la segunda mitad de los años ´20 en la fundación de una sociedad de instrucción y recreo para la superación cultural de los negros. A propuesta del maestro Pastor se le puso por nombre: “Sociedad de Instrucción y Recreo Mariana Grajales”. En la cual desempeño varias responsabilidades como fueron: presidente, tesorero y vocal. Por su destacada participación en la referida sociedad, a la que aportó sus conocimientos y dedicación, fue declarado: “Socio de Honor”.
El afán de superación de Pastor fue constante. En 1939 culminó un curso por correspondencia de experto en ganado vacuno, obteniendo la calificación de sobresaliente
Hombre amante de la Historia de Cuba, dedicó poesías a su Patria, a los próceres de la independencia. y a sus amistades. En 1943 tres de sus poesías (“Cuba”, “Mariana Grajales” y “Envío”) fueron seleccionadas por el concurso de la emisora CMQ y de publicó un libro con el tituló “Primera gran antología de las mejores poesías cubanas contemporáneas”
Por su ejemplar trayectoria en el magisterio recibió en 1944, con la firma del ministro de Educación, el Diploma por 25 años de trabajo en ese sector como maestro público. En 1949 fue nombrado, por su preparación y prestigio, Miembro de Honor del Tribunal de oposición que ofertó las plazas de maestro ese año en el territorio avileño. En marzo de ese mismo año, frente al ultraje por marines yanquis al busto de José Martí en La Habana, lleno de patriotismo escribió su poema ¡Oh Patria!

En 1953 participó en un evento nacional de poesía dedicado a José Martí y la revista Oriente de Cuba le publicó el poema “José Maceo y Grajales”. A partir de 1955 se publicaron sistemáticamente poesías en la revista “Letras”. Obtuvo ese mismo año el premio del concurso nacional ‘’Emilio Núñez Rodríguez’’.
A partir de febrero de 1956 se jubiló, continuó escribiendo poesías, sin dejar de brindar sus conocimientos a todo aquel que le pedía ayuda. También se encargó de atender los jardines del parque de la localidad en que residía y colaboró en los círculos de interés creados en el municipio.
En 1957 el periódico habanero Proa, publicó sus poemas “José María Aponte” y “Plácido”. En el siguiente año trabajó en la redacción del relato autobiográfico “A Nastán o casi un Mambísito”
Al triunfar la Revolución su espíritu creador, con 67 años de edad, retomó antiguos bríos, y escribió sus poema En brazos de la Gloria, Inmolación y En un vuelo hacia la Gloria. En 1960 fue declarado Asociado al Liceo Literario Revolucionario Camilo Cienfuegos. Inspirado en el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz le dedicó una poesía donde expresa su admiración hacia el “Fuerte Adalid en el Cuartel Moncada…”.
En 1973 a pesar de su avanzada edad, motivado por las actividades conmemorativas por el aniversario 105 del inicio de las gestas independentistas por el Padre de la Patria, escribió el poema “Carlos Manuel de Céspedes”.En 1983 durante las actividades por el Día del Libro Cubano, rodeado de la ternura de su familia, vecinos y ex-discípulos, fue homenajeado en la librería de su localidad. En diciembre de ese año fue nombrado Miembro de Honor de la Brigada Hermanos Sainz del municipio Venezuela, territorio donde residía desde hacia más de seis décadas y en el que era tan admirado por su labor educativa y consagración a sus pobladores.

En 1985 recibió reconocimientos de las direcciones municipales de Cultura y del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Ciencia, Cultura y el Deporte de su municipio Venezuela.

Falleció el 24 de octubre de 1987. Contaba al morir con 96 años, había dedicado su vida a la noble profesión de maestro y al cultivo de la poesía. Dejó tras sí el ejemplo por el que tanto lo admiró y admira su pueblo.


     Labor educativa.

       4.- LABOR EDUCATIVA
Del maestro Pastor Águila Juvier

Pastor Águila nació en Rodas, provincia de Cienfuegos, el 26 de julio de 1891. Su niñez transcurrió marcada por los rigores de la Guerra Necesaria, a la que desde sus inicios se incorporó su padre. Su familia tuvo que trasladarse por diversos lugares, sufriendo los efectos de la reconcentración, el bloqueo y las epidemias propias de aquellas condiciones. Logró culminar a los catorce años de edad la enseñanza primaria, no pudiendo continuar debido a que tuvo que empezar a trabajar en labores agrícolas, para ayudar al sustento familiar.
Desde muy temprana edad le atrajo la lectura de pasajes de la Historia de Cuba, así como de poesías. Escribió sus primeros versos en 1908. En 1910 se trasladó para la capital del país donde se adentró en el oficio de barbero, a la vez que estudió mecanografía. Su formación autodidacta como maestro fue en las proximidades del año 1912, en que se presentó y aprobó los exámenes de maestro público. Entre las asignaturas que examinó estaban Aritmética, Composición, Dibujo, Geografía, Historia de Cuba y Elementos de Ciencias Naturales. A través de esos exámenes se otorgaba un certificado de I, II y III grados (sinónimo de categorías). La calificación de cada aspirante dependía de los puntos que alcanzará: 50 puntos, obtenía el certificado de III grado; entre 50 y 90 puntos, el certificado de II grado y sólo quien obtuviera 100 puntos el de I grado. Pastor obtuvo el certificado de II grado. Al año siguiente, logró comenzar a ejercer en Ciego Montero, trasladándose posteriormente a Soledad de Cartagena. En el año 1917 llegó al territorio avileño del Quince y Medio (hoy perteneciente al municipio Venezuela), pero al no obtener plaza de maestro público, tuvo que recurrir a su oficio de barbero. Al año siguiente sí la logró, como suplente, en el costero poblado de Júcaro. En 1920 ya obtuvo una plaza fija en la Escuela Pública No. 14 para varones, en el Quince y Medio, localidad en la que residía. En esa escuela desarrolló su labor educativa, la que contiene un extraordinario potencial:
Educación intelectual:
Se esmeraba en enseñar a sus alumnos el trazado correcto de los rasgos empleando para ello las modestas plumas existentes en la escuela y papel de caligrafía. Narra su hijo y ex-discípulo Enea Águila: “repartía a todos los estudiantes una pluma que le decían de un kilo por el punto que costaba esto y un tintero y le enseñaba los rasgos de la letra, cuando subía salía más fina la letra y cuando apretaba el punto, salía más grande.” Puntualiza Héctor Águila, otro de sus hijos y también ex-discípulo: “Mi padre tenía una letra maravillosa que se puede ver en estas poesías escritas de su puño y letra. Mandaba a los estudiantes a la pizarra para ir comprobando los conocimientos, corregía en todo momento cualquier palabra mal dicha o escrita tanto dentro como fuera del aula (…) Su formación era autodidacta, leía mucho y estudiaba, le decía a sus estudiantes la importancia de la lectura como vía del conocimiento (…) Se preparaba mucho para impartir sus clases “
Como maestro impartió numerosas asignaturas, entre ellas: Lectura, Aritmética, Escritura, Lenguaje, Geografía, Estudios de la naturaleza, Historia, Dibujo, Educación Física, Educación para la Salud, Agricultura, Educación Moral y Cívica, y Trabajo Manual. Su planeamiento de clases siempre se caracterizó por su limpieza”. Su aula era multinivel, con alumnos desde 2do hasta 6to grado, los que organizaba en filas, acorde al grado en que estuvieran; así atendía las diferencias individuales, y cuando las dificultades de los alumnos eran mayores los atendía también en su casa. Samuel William Veckford, ex-discípulo de Pastor Águila recuerda: ‘’Siempre habían estudiantes con mayores dificultades, después del horario docente los estudiantes que tenían dificultades iban a su casa y él continuaba enseñándolos, era como otra escuela. Tenía colmenas y los estudiantes en ocasiones le ayudaban a recoger la miel”.
Educación moral – patriótica:
En su humilde escuelita, a diario se izaba la Bandera Cubana y se cantaba el Himno Nacional. En sus paredes colocó el Escudo Nacional y fotos de patriotas insignes. José García Juará, ex-discípulo de Pastor, relata: ‘’Sus clases de historia eran magníficas, nos parecía estar viviendo los hechos de nuestras guerras por la independencia, en las paredes muchas fotos de estos patriotas, yo recuerdo la de Maceo que el maestro sentía gran admiración por esta familia de hombres bravos, Agramonte, Flor, Aguilera y otros. Yo conservo una foto con el grupo donde estudié en que el maestro está en el medio y los alumnos con fotos de los mambises y el maestro tiene en sus manos la de Vicente Aguilera…”
En sus clases y actividades se recitaban y dramatizan sus poesías, de las que se conservan ochenta y seis en el Archivo Histórico Provincial. Varias de ellas fueron publicadas en revistas especializadas como “Letras”. Con una obtuvo el primer premio del concurso nacional sobre el general mambí Emilio Núñez convocado en 1955 por el Círculo de Bellas Artes, de La Habana.
En sus poesías están presentes el amor a la Patria y a sus símbolos, así como el respeto y la admiración por los próceres por la independencia. Entre las dedicadas a los próceres están las del Apóstol (tres), a la familia Maceo-Grajales (le hizo poesías a todos sus hijos, entre ellos Antonio al que le dedicó tres), a Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Máximo Gómez, Rosa “La Bayamesa”, Perucho Figueredo, Calixto García, Flor Crombet, Joaquín Agüero). Destacan también las dedicadas a Cuba, al Escudo Nacional, al Himno Nacional y al Himno Invasor. Héctor Águila, hijo y ex-discípulo de Pastor afirma: ‘’En la escuela los alumnos recitaban en fechas históricas las poesías que Pastor había elaborado como a: Maceo, Céspedes, Agramonte, etc. Al finalizar el curso se hacía una actividad final y se recitaba y hacían dramatizaciones, e incluso nosotros como estudiantes él nos enseñaba a escribir poesías y leíamos estas en diferentes ocasiones yo mantengo estas presentes en mi mente y en ocasiones cuando hablo con otros que fueron alumnos de mi padre recordamos algunas de estas poesías…’’ El contacto directo de sus alumnos con protagonistas de las luchas por la independencia fue otra de sus prácticas. Una de las formas que empleaba para lograrlo era visitando con ellos la humilde y cercana casa de un veterano, en la que cantaban el Himno Nacional y escuchaban y tomaban notas de las anécdotas del viejo mambí. Samuel William, ex-discípulo de Pastor, recuerda con mucho cariño y admiración: “(…) todos escuchábamos sus anécdotas, esto nos llegaba a todos muy hondo y nos hacía admirar más a nuestros patriotas “.
Al conocer la ofensa a nuestro Héroe Nacional realizada en el Parque Central de la ciudad de La Habana en 1949, la condenó enérgicamente. Al respecto su hijo y ex-discípulo Icario Águila narra:”(…) mi padre se indignó y escribió una poesía la cual nos lee a nosotros y a amigos y estudiantes.” En esta poesía Pastor señala que un extranjero se atrevió a sentarse a horcajadas sobre la estatua del más venerado de los mártires y no recibió castigo y enfatiza que somos descendientes de gloriosos mambises que a tiro de fusil y tajo de machete conquistaron nuestra independencia.
Educación ambiental:
Múltiples fueron las vías que empleó para fomentar la educación ambiental, estando entre ellas:
Al impartir determinadas clases sobre plantas, ríos o las piedras, llevaba a sus alumnos —siempre que ello fuera posible— a observarlos, para así combinarles la teoría del aula con las vivencias de la práctica.
Convirtió en práctica sistemática en su escuela que cada alumno sembrara un árbol en el patio de la misma, obra en la cual los alumnos de más edad ayudaban a los más pequeños y les mostraban con orgullo el árbol que ya ellos habían sembrado en cursos anteriores.
La siembra de árboles frutales y hortalizas en un huerto cercano a la escuela, donde trabajan todos los alumnos y la producción era compartida en partes iguales entre todos. La combinación de la enseñanza de la historia local con el amor hacia la naturaleza, al visitar con sus alumnos los fortines de la Trocha Militar de Júcaro a Morón —donde les explicaba el heroísmo de los mambises al cruzarla— lo hacía en forma de excursiones pues les creaba condiciones para que nadaran, cazaran, pescaran y vivieran en condiciones de campaña durante ese tiempo. Héctor Águila, hijo y ex-discípulo de Pastor, relata: “Enseñó a nadar a sus alumnos donde le pedía la autorización a los padres, le enseñaba el tema del río, sus aguas, las piedras, los caracoles, los fósiles, los alumnos lo buscaban y el explicaba el proceso. Los mandaba a buscar hojas y también le explicaba. A nosotros y al maestro nos encantaba estar en contacto con la naturaleza y el aire puro, en el patio de la escuela teníamos árboles que sembrábamos, de los frutos que habían mangos, anoncillos y otros se repartían entre los estudiantes’’.
Educación laboral:
El vínculo de la teoría y la práctica la desarrolló no sólo con la naturaleza, sino también con actividades manuales en la misma escuela, enseñándoles a los estudiantes a construir pequeños otros objetos. Enea Águila, hijo y ex-discípulo de Pastor, recuerda que: “En las clases de trabajo manual, se hacían cosas: buroes, locomotoras, óleos, hacían objetos de barro, en el escaparate de la escuela lo tenía en exposición, con el nombre del alumno y el año. “
Educación física:
La práctica del deporte y los juegos deportivos los desarrollaba no sólo en sus clases, sino que también los fomentaba en el tiempo del receso para así contribuir al esparcimiento de los niños. José García Juará, ex-discípulo de Pastor, afirma: “en los recesos efectuábamos juegos deportivos y al no tener espacio para jugar pelota el maestro consiguió uno y él lo hacía con nosotros.”
Comunicación con padres y estudiantes
A pesar de tener un carácter recto y mantener la disciplina en su aula, manifestaba en todo momento cariño a sus estudiantes. Señala Ulises Águila, su hijo y ex-discípulo: “(…) les mostraba cariño, los alumnos que pasaban a otra escuela iban constantemente a verlo, cuando los estudiantes no venían al aula, él iba a la casa a buscarlos, a hablar con la familia, y siempre lograba que los enviaran de nuevo. Otro de sus hijos y ex-discípulo, Enea, puntualiza: “Un señor que era analfabeto y trabajaba en el campo y no deja ir a sus hijos a la escuela Pastor lo visitó varias veces donde le explicaba que era importante que sus hijos estudiaran para que no pasaran lo que él estaba pasando y logró que estos se incorporaran a la escuela. Ante situaciones que se le daban con algunos padres que por problemas económicos sus hijos no tenían zapato para ir a la escuela, el maestro visitaba a los padres y utilizaba su frase de que con zapato no se aprende, sino con la cabeza. Siempre explicaba a los adultos la necesidad del saber y de preparar a sus hijos para la vida. No permitía en su aula la burla a ningún alumno que fuera pobremente vestido.”
En resumen se puede afirmar que la labor educativa de Pastor Águila Juvier, quien recibió el Diploma de Honor por más de 25 años en el magisterio, se basa en su concepción educativa martiana de preparar a sus estudiantes para la vida, unido a un fuerte sentimiento de patriotismo. Sus experiencias se sintetizan en:

  • Entrega total al magisterio.
  • Amor a la historia de la Patria, a sus símbolos y a los próceres que lucharon por la independencia.
  • Dominio profundo de las materias que impartía.
  • Ejemplo de moral y modestia.
  • Combinación de la teoría y la práctica.
  • Exigencia en el aprendizaje de sus alumnos.
  • Empleo de la poesía en función de la formación patriótica.
  • Amor a la naturaleza.
  • Carácter recto, pero amigable y comprensivo con sus alumnos.
  • Elevado nivel de comunicación con los padres de sus alumnos.
  • Correcta organización y limpieza en sus planeamientos de clases.
  • Pulcritud en el vestir.
  • Compartir con los alumnos en sus juegos


Fuentes