Diferencia entre revisiones de «Período prehistórico en Bahía Honda»

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Período Prehispánico en Bahía Honda
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Período Prehispánico en Bahía Honda. En la historiografía cubana: “las historias regionales chocan siempre, en mayor o menor medida, con los límites político–administrativos que se han sucedido en el tiempo, igualmente la relación de los hechos locales con los asentamientos históricos de carácter más general, resultan puentes de confrontación a la hora de reconstruir la vida pretérita de las zonas pertenecientes a un contexto histórico más amplio”. Cuando se superponen los mapas de la provincia Artemisa con otras proyecciones derivadas de estudios de regiones aborígenes, se obtiene que los llamados territorios de Marién y Habana –sobre este último algunos autores le aplican la denominación de Sabana– coinciden con las zonas centro–oeste y este respectivamente de la nueva entidad, como se observa en el mapa de José M. de la Torre de 1841

Características generales y organización social.

Los grupos pertenecientes a la fase recolectores – cazadores – pescadores que habitaron en la localidad, se estima que este proceso se inició hace alrededor de 3500 a 4000 años. Los mismos estaban organizados en comunidades gentilicias sobre la base de la propiedad social o comunal, distribuían equitativamente el fruto de su trabajo, no existiendo por tanto las desigualdades sociales. Poseían un lenguaje articulado. Los rasgos típicos de estos grupos aborígenes era los del indoamericano de origen mongoloide: cara ancha sin barba, pómulos prominentes, estatura media sin deformaciones artificiales del cráneo, piel cobriza, pelo negro y lacio, “... andan todos desnudos como su madre los parió...” , eran “... gentes simplicísimas, pacíficas, benignas, desnudas, sin cuidado de hacer mal...” . Por el análisis de los documentos se infiere que eran “...como salvajes, en ninguna cosa tratan con los de la Isla.

Actividad Económica fundamental.

Garantizaban su sustento mediante la recolección de vegetales, tubérculos y frutas nativas como el anón, el mamey, la fruta bomba, la guayaba y la piña; la recolección en el litoral y tierra adentro de moluscos y crustáceos como el cangrejo, la langosta, el camarón, el ostión, la almeja y el caracol; la pesca en el mar, ríos y lagunas; así como la caza o captura de diferentes especies de mamíferos como la foca tropical, la jutía, el manatí y el perezoso; de reptiles como el cocodrilo, la, iguana, el maja y de diversos tipos de aves e insectos.

Los instrumentos eran de madera, piedras, huesos y conchas marinas. Eran utilizados en labores simples como cortar, raspar, perforar, punzar, aserrar y otras funciones. Todos ellos, le servían de gran ayuda para realizar no menos de 28 procesos de trabajos.

Las manifestaciones artísticas fundamentalmente se expresaban a través de adornos corporales y las pictografías encontradas en las paredes y techos de las cuevas utilizando las piedras tintóreas entre otras cosas. Practicaban la religión a través de rituales mágico–religiosos, para darle explicación a varios fenómenos naturales que ocurrían. Enterraban sus muertos en sus propios sitios de habitación ya fuera en cuevas o en áreas despejadas. Realizaban entierros primarios y secundarios protegidos de sus instrumentos de trabajo, alimentos u objetos ceremoniales.

Presencia aborigen en la localidad.

Bahía Honda con 16 sitios de filiación cultural Preagroalfarera que representan el 16,8%, de la provincia Artemisa, se erige como uno de los municipios con mayor presencia aborígenes. Las Cuevas del Perico con una antigüedad de más de 2 000 años, situadas a 900 metros del litoral costero en la playa La Altura, son las más representativas del territorio.

La cueva funeral del Perico I. Cueva funeraria y sitio de habitación de primera magnitud. Está ubicado en el interior y exterior de una cueva de origen pirática, la que posee 4 salones y 6 claraboyas que se comunican entre si por medio de una galería principal y otros estrechos laberintos. Los 59 restos humanos encontrados la sitúan entre las cuevas funerarias y sitio de habitación más importantes en Cuba –48 primarios y 11 secundarios–, de ellos 35 niños. Estudios recientes elevan esta cifra a 162 individuos exhumados –53 adultos y 78 subadultos–.[1] El área funeraria se encuentra junto a la colina que le sirve de entrada a la cueva y al primer salón: las evidencias de habitación aparecen dispersos en el interior de la amplia galería de 145 m. La misma cuenta con grandes salones en lo que penetra la luz del día y en el exterior entre las tres dolinas mayores, con dos áreas circulares con más de 30 m de diámetro cada una. En la superficie y en las excavaciones se encontraron majaderos, percutores, fragmentos de sílex, piedras tintóreas, artefactos de conchas como gubias, vasijas, picos, raspadores y restos de alimentos fruto de la pesca, la recolección y la caza o captura. Tres fechados radiocarbónicos realizados en este sitio arrojaron 1 990, 1 495 y 1 350 años de antigüedad para estos restos. Este sitio está ubicado en una elevación del terreno, en el ángulo formado por el río San Miguel o Manimani que corre 700 m al Este y los manglares que comienzan a 200 m. El litoral marino dista 900 m del bosque semicaducifolio, del que sólo quedan restos secundarios en dos elevaciones cercanas.

Fuentes

  • Pichardo Viñals, Hortensia. Documentos para la Historia de Cuba t. I “Trascripción del Primer Viaje de Colón, p. 6.
  • percutores o martillos de piedras, gubia de conchas, majadores, manos de morteros y piedras moledoras.
  • Colectivo de autores. Historia de la Prov. Artemisa. Caracterización General, 2011, en soporte digital, p. 38.