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LA REVISTA DEL LUNES

No. 227/La Habana, lunes 28 de septiembre del 2020 / Año 62 de la Revolución / RNPS 2442






LA REVISTA DEL LUNES

No. 203/La Habana, lunes 31 de agosto del 2020 / Año 62 de la Revolución / RNPS 2442








BOLETIN ESPECIAL




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La Habana, miércoles 29 de julio del 2020/Año 62 de la Revolución/RNPS2442 La región de las Américas es hoy el triste epicentro de la pandemia. Las políticas neoliberales de muchos gobiernos, empeñados en salvar el mercado por encima de las vidas humanas, impiden pronosticar el momento en que será posible un control definitivo de la enfermedad. La expansión del virus es un hecho, si tenemos en cuenta que el primer millón de casos demoró 96 días en alcanzarse, y el último solo 16. Los paradigmas neoliberales han caído en absoluto descrédito. Quiéranlo o no, acéptenlo o no sus creyentes seguidores, la historia de su experimento económico está por terminar, o se comprometerá aún más la existencia humana.

Frente a la indiscutible emergencia que ha planteado la pandemia para todos, el Gobierno de los Estados Unidos no ha detenido sus planes hegemónicos para la región, ha reactivado la Doctrina Monroe y el macartismo, ha intensificado la injerencia junto con la amenaza del uso de la fuerza y la promoción de la judicialización de la política contra líderes y organizaciones de izquierda y progresistas.

Mientras miles mueren cada día en territorio del imperio, los actuales inquilinos de la Casa Blanca mantienen presión permanente sobre los gobiernos que no les son afines, y reciben el apoyo de los lacayos regionales que operan a favor de sus intereses.

En ese despreciable panorama sobresalen las acciones injerencistas y violatorias del Derecho Internacional que el imperialismo emprende contra la República Bolivariana de Venezuela, las cuales condenamos y rechazamos con la misma vehemencia con que ratificamos nuestra solidaridad con el legítimo y hermano presidente Nicolás Maduro Moros y la unidad cívico militar que sostiene la soberanía del país.

Reafirmamos también nuestra solidaridad con el Gobierno y pueblo sandinistas, liderados por el Comandante Daniel Ortega, y rechazamos las medidas coercitivas unilaterales que atentan contra la paz, el bienestar, la justicia y el desarrollo del pueblo nicaragüense.

Ratificamos, una vez más, nuestro más estricto apego a la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los jefes de Estado y de Gobierno latinoamericanos y caribeños en enero de 2014 en La Habana, y reiteramos nuestro inquebrantable compromiso con la erradicación del colonialismo hasta saldar la deuda con los pueblos que aún viven bajo el estatus colonial.

Queridos hermanos:

Hablo en nombre de la Cuba soberana, revolucionaria y solidaria, que jamás se dejará someter ni por la seducción ni por la fuerza: la patria de Martí, de Fidel y de Raúl.

Hablo en nombre de un pueblo heroico y noble que hace 60 años resiste el más cruel y genocida de los bloqueos, un cerco económico, comercial y financiero de la mayor potencia mundial, recrudecido en medio del enfrentamiento a la pandemia con una persecución implacable y enfermiza que no ha renunciado al plan de rendirnos por hambre y necesidades.

Bajo la dirección del Partido, el Gobierno de nuestra pequeña y bloqueada nación, junto a las organizaciones políticas, de masas y sociales y su pueblo, ha controlado y está venciendo, sin excesos de confianza, la COVID-19.

Esa victoria, que incluye nuestro compromiso de hacerla sostenible en el tiempo, es el fruto de la voluntad de un Estado socialista que tiene al ser humano en el centro de sus políticas, con un sistema de salud gratuito y universal y la inteligencia coordinada y consagrada de los profesionales y trabajadores de la Salud, de las ciencias y de la industria biotecnológica y farmacéutica.

Después de más de cuatro meses de enfrentamiento activo a la pandemia, en Cuba lamentamos la pérdida de 87 vidas por esa causa, pero nos consuela y anima que no falleció ningún niño, ninguna embarazada, ningún médico y ningún trabajador de la Salud.

Se obtuvieron indiscutibles éxitos gracias a la acción coordinada de nuestro Sistema de Salud y la red de instituciones científicas del país, integrando la experiencia acumulada de 60 años de ciencia y medicina revolucionaria, con las medidas adoptadas por el Gobierno.

Para la etapa pos COVID-19 se aprobó una estrategia que debe permitirnos el regreso de manera gradual, escalonada y asimétrica a la nueva normalidad de las actividades productivas y sociales.

El Buró Político del Partido, en reunión presidida por su Primer Secretario, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, aprobó la Estrategia Económica para enfrentar los efectos negativos de la pandemia, recuperarnos y alcanzar niveles adecuados de desarrollo y bienestar de todo nuestro pueblo, sin dejar a ningún ciudadano abandonado a su suerte.

Como expresé recientemente, esos resultados parecen haber incomodado mucho a nuestros adversarios. La agresividad del Gobierno de los Estados Unidos contra la isla crece, como crecen sus planes de subversión política e ideológica con acciones orientadas a desprestigiar a los dirigentes cubanos y la labor de nuestro Gobierno, en paralelo con los permanentes intentos por crear un estallido social y de promover tendencias opositoras dentro de nuestras instituciones.

Estamos enfrentando planes muy bien diseñados y fuertemente financiados, para actuar con ferocidad e impunidad inéditas en las múltiples plataformas que componen el complejo escenario mediático contemporáneo. No nos sorprende. No son diferentes las estrategias de manipulación, tergiversación de la realidad y engaño que se emplean cotidianamente para confundir y desmovilizar a los luchadores sociales y a los pueblos de nuestra región.

Pero somos un pueblo de la estirpe de Fidel, que eliminó muy pronto en el tiempo la palabra rendición de su diccionario político.

Conocemos y enfrentamos al enemigo declarado y agresivo, sin perder la brújula de nuestras prioridades políticas y sociales, sin alejarnos ni un milímetro de la vocación solidaria, cultivada por Fidel y la Revolución, con la ayuda a otros pueblos hermanos que, como dijera el Che, reclaman el concurso de nuestros modestos esfuerzos.

Suman ya 45 las brigadas del contingente contra desastres naturales y graves epidemias Henry Reeve, que brindan colaboración en 38 países y territorios, con 3 772 integrantes —de ellos 2 399 mujeres—, que han atendido más de 250 000 pacientes de la COVID-19, y salvado más de 8 000 vidas. Además de los 28 000 colaboradores de la Salud que en 58 países se han incorporado a los esfuerzos nacionales y locales en el combate a esta enfermedad y han atendido a su vez más de 83 268 pacientes de la COVID-19 y salvado 13 636 vidas hasta el momento.

El altruismo de nuestros profesionales de la Salud molesta al imperio que, en lugar de atender la grave situación de sus ciudadanos contagiados, desata una campaña de descrédito contra la colaboración médica cubana.

Esa inútil guerra no va a poder destruir o enterrar en el olvido la obra humana a favor de la vida que desarrollan nuestros profesionales y que despierta la admiración y el reconocimiento de millones de personas agradecidas en todo el mundo, razón por la que tantos en el planeta impulsan el movimiento a favor de la entrega del Premio Nobel de la Paz al contingente Henry Reeve.

Es de destacar en esta batalla la colaboración hermanada entre la Revolución Bolivariana de Venezuela, la Revolución Sandinista de Nicaragua y la Revolución Cubana, tres revoluciones con gobiernos dedicados por entero a salvar vidas y dar bienestar a sus respectivos pueblos; tres revoluciones que, frente a la arremetida brutal del imperio y la derecha neoliberal aliada del continente, han sabido con integración y firmeza defenderse y preservar, en muy difíciles condiciones, la independencia, la soberanía y la dignidad de la patria de Bolívar y Chávez, de Sandino y Carlos Fonseca, de Martí y de Fidel.

Se confirma con esta experiencia que solo la cooperación y la solidaridad internacional salvarán a la humanidad de esta crisis inédita en la historia del mundo.

El preámbulo del “Consenso de Nuestra América”, documento surgido de la experiencia de lucha del Foro de Sao Paulo, está dedicado al líder de la Revolución Cubana y señala: “Entre los inconmensurables ejemplos que Fidel dejó como herencia a los revolucionarios de América Latina y el Caribe, destacan dos que han sido determinantes en las luchas de nuestros pueblos, nuestros partidos y movimientos. Estos son la unidad y el internacionalismo consecuente”.

Fieles a su legado, y ante la realidad desafiante que vivimos, el pueblo cubano continúa la construcción del socialismo próspero y sostenible, con la premisa de lo planteado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz: “La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios”.

Queridos hermanos:

Desde Cuba continuaremos el camino independiente y soberano, con el pueblo como su principal protagonista. No habrá pandemias, ni bloqueos, ni presiones imperiales que cambien nuestro rumbo.

A las fuerzas políticas que integran el Foro de Sao Paulo, les convocamos a movilizarse unidas para enfrentar los nuevos desafíos, junto a los movimientos sociales y populares y a los intelectuales de izquierda.

La real y definitiva independencia de Nuestra América depende del carácter, la fuerza y la razón de nuestras luchas actuales.

Seguiremos junto al Foro de Sao Paulo contribuyendo a la unidad e integración de América Latina y del Caribe.

La historia la hacen los pueblos, aunque la escriban otros. No hay imperio que pueda decretar su fin mientras existan cadenas por romper, muros por derribar, exclusiones y abusos que combatir.

Por la vida y la independencia de nuestros pueblos; por el legado de nuestros fundadores, que nos enseñaron que aun en las más difíciles condiciones siempre se pudo, siempre se puede y siempre se podrá; por las nuevas generaciones continuadoras que explicaba Maduro; por la unidad antimperialista que es la táctica y estrategia de la victoria: ¡Lucharemos, viviremos y venceremos! (Aplausos).






24 de Julio 2020.RESUMEN SEMANAL

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LA REVISTA DEL LUNES No. 81/La Habana, lunes 6 de abril del 2020 / Año 62 de la Revolución / RNPS 2442