Ríos de Santa Clara

Ríos de Santa Clara
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Características
Ecozona:Santa Clara
Localización
Continente(s):América


Historia

El Cubanicay y el Bélico los dos riachuelos de nuestra ciudad poseen una rica y poética historia que demuestra el no haber sido siempre lo que hoy observamos con consternación. Dos moribundos que se nutren de las aguas albañales de la ciudad.

Sus primeros Nombres

Cuando los fundadores de Santa Clara determinaron el sitio donde estaría emplazada la misma lo hicieron entre dos pequeños ríos a los que nombraron respectivamente: Río Del Monte (porque hacía su curso por entre el bosque) y Río De La Sabana (situado hacia la parte occidental). Con el decursar del tiempo las denominaciones iniciales sufrieron variaciones, atendiendo a determinados accidentes o sucesos ocurridos en las cercanías de los arroyos. El actual Cubanicay - antiguo del Monte - al despejarse el bosque que lo cubría se le llamó Del Tejar, por el primer tejar, que se situó en sus riberas. Posteriormente a principios del siglo XIX se designó como Río Del Buen Viaje, por pasar cerca de la antigua ermita de igual denominación. El nombre por el cual hoy lo conocemos se debe al poeta y periodista santaclareño Eligio Eulogio Capiró (1825-1859), quien lo hizo como derivación de Cubanacán, en memoria de la población aborigen que según se cree estuvo asentada en sus márgenes. El Bélico (De La Sabana) a su vez al olvidarse su primitivo nombre recibió el de Río Del Escambray, por tener su origen donde termina la cordillera de ese mismo nombre. Más tarde fue llamado Río Del Puente, por el primero construido sobre sus aguas en la calle Santa Elena (Independencia). Otra de sus denominaciones fue Río De Las Piedras. No fue hasta 1841, cuando el poeta Gabriel De La Concepción Valdés (Plácido) (1809-1844), al dedicar su colección de versos El Veguero a sus amigos villaclareños del ECO (primer periódico santaclareño), le da su nombre actual. Considerando para tal denominación que en su orilla existía mineral de imán y nacían laureles, símbolos el primero de la guerra y los segundos de la victoria.

Leyendas

Durante mucho tiempo y hasta principios del siglo XX, los ríos embellecían la ciudad, era común ir a tomar baños a sus diferentes pozas y pocetas, algunas de ellas famosas como: la de La Princesa en el Bélico y la del Caney en el Cubanicay. En ambas la imaginería popular situó personajes mitológicos, en la primera - la del río urbano - una Sirena; en la segunda, el popular Güije del Caney. Estos personajes han servido de base a más de una leyenda y alcanzaron tanta fama que su pintura o la concepción tenida de ellos por los villaclareños fueron publicadas en una revista de la época a principios de 1894. Muchas generaciones de santaclareños bebieron de las aguas de nuestros riachuelos, lavaron sus ropas en ellos, pasearon por sus orillas, le compusieron décimas, cantaron bellas canciones y dedicaron poemas. Los querían, respetaban y se sentían orgullosos de tenerlos en su comarca. Nuestros ríos inspiraron a renombrados poetas, entre ellos: el Cucalambé, Manuel Serafín Pichardo, Esteban Borrero y Antonio Vidaurreta, donde aparecían como carta de presentación de la ciudad, eran tratados como reyes, amigos, caballeros, con respeto y con cariño.

Su situación actual

Hoy estos dos símbolos de la Santa Clara de antaño, el Río Indio y el Guerrero, agonizan, pidiéndonos en sus estertores cambiar nuestra relación hacia ellos, recordar que dieron vida a la ciudad, la hicieron crecer, sirvieron a sus vecinos fielmente, brindándoles sus cristalinas aguas. Nosotros en pago, con gran ingratitud los estamos llevando a la desaparición, convirtiéndolos poco a poco en basureros, ¡Magnífico pago a amigos tan leales!

Fuentes

  • Colaboradores de la Unión de Historiadores: Francisco Antonio Ramos García, Ángel Gabriel Carrazana Duardo,Jorge Luís Ferrer Rodríguez, Zoila Esther Boada Martínez.