Sagrado Corán

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El Sagrado Corán
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El Corán, libro sagrado de los musulmanes.
Autor(a)(es)(as)La palabra de dios transmitida atraves del profeta Mahoma
GéneroLiteratura Religiosa

El Sagrado Corán. Libro sagrado de los musulmanes. De tan vital importancia es para los creyentes y las creyentes, pues constituye su primera fuente de consulta. Es el Libro que ha dado origen a millones de libros más.

El Sagrado Corán es la Revelación que Dios Altísimo hiciera al Profeta Muhammad a lo largo de los últimos 23 años de su noble vida, hace 14 siglos.

Es uno de los Libros Celestiales, junto con la Torah, Los Salmos y El Evangelio, con la particularidad de ser el último de ellos y, por consiguiente, el más cercano temporalmente a nuestra era actual.

Fue registrado en la medida en que se iba revelando, durante la vida del Profeta mismo quien personalmente supervisó toda la tarea a fin de que no sufriera alteraciones, modificaciones, omisiones ni agregados de ningún tipo.

En la medida en que se iba revelando, el Profeta hacía que sus escribas lo asentaran y que los musulmanes en general lo memorizaran.

Historia

El origen del Corán ha generado mucha controversia porque los especialistas Islámicos parten de la presunción que el Corán es un texto incorrupto y divino, mientras que los especialistas laicos lo ven como un texto humano semejante a cualquier otro.

Tales divergencias hacen que sea necesario conocer ambas versiones de la historia. El Corán reta a los lectores a que encuentren alguna contradicción o divergencias en él y les enfatiza que no la encontrarán, puesto que al suponerse de origen divino no debería haber contradicciones en él.

El Corán como "doctrina eterna"

Las variedades más extendidas de la Teología musulmana consideran que el Corán es eterno y que no fue creado. Tomando en cuenta que los musulmanes creen que figuras bíblicas tales como Moisés y Jesús predicaron el Islam, la doctrina de la revelación inmutable y no creada implica que los tres textos más antiguos la Torá, La Biblia y el Corán se deben a que los primeros fueron objeto de la degeneración humana.

No obstante, algunos movimientos liberales del Islam, y particularmente las sectas mu'tazili e ismailí, implícita o explícitamente cuestionan la doctrina de un Corán no creado cuando realizan ciertas preguntas relacionadas a la aplicación de la ley islámica.

Algunos pensadores contemporáneos, como Reza Aíslan o Nasr Hamid Abu Zayd, han argüido que tales leyes fueron creadas por Dios para solucionar las necesidades particulares de la comunidad de Mahoma.

Otros rebaten que tales leyes no difieren en nada de la ley mosaica. Entre las razones ofrecidas por la crítica de la doctrina del "Corán eterno" se encuentra su implicación en el tawhid, o"la unidad de Dios".

El pensamiento de que el Corán es la palabra eterna y no creada de Dios y que siempre ha existido junto a Él podría llevar a pensar en un concepto plural de la naturaleza de Dios. Preocupados de que esta interpretación parezca hacerse eco del concepto cristiano de la

"Palabra eterna de Yahweh", algunos musulmanes, y particularmente los mu'tazilíes rechazaron la noción de la eternidad del Corán. Sin embargo, la mayoría de los musulmanes actuales opinan que esta visión de los mu'tazilíes es producto de la no comprensión profunda de la naturaleza misma del Corán y de su relación con el tawhid.

Escritura del Libro Sagrado

Según la tradición, Mahoma no podía leer ni escribir sino que, simplemente, recitó lo que le era revelado para que sus compañeros lo escribieran y memorizaran. Algunos exegetas creen que esta tradición de que Mahoma no podía leer ni escribir está en contradicción con el texto coránico mismo por doble partida: primero el Corán anuncia que el profeta "no solía leer ni escribir" es decir no era dado a la lectura o la escritura, esto, según ellos, no quiere decir que no supiera hacerlo, pero existe otra aleya susceptible de ser interpretada como indicio de que sabía leer, la número dos de la Azora "La Congregación":

"Fue Él (Alá) quien levantó de entre los iletrados un Apóstol de entre ellos mismos, recitando Sus Señales, purificándoles y enseñándoles el Libro y la sabiduría..."

Los simpatizantes del Islam tienen por verdad que la redacción del texto coránico existente hoy corresponde puntualmente a lo que fue revelado al profeta Mahoma, es decir, las palabras textuales de Alá entregadas a Mahoma por medio del Arcángel Gabriel.

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Los acompañantes de Mahoma, según las tradiciones musulmanas, empezaron a registrar las azoras de forma escrita antes de que su líder muriera en el año 632. Esta práctica de escribir las "revelaciones" a medida que le llegaban al profeta era una libertad que todos los testigos de los momentos en que ocurrían las revelaciones podían tomarse, aunque se trataba de una reabundancia literaria ya que el Corán fue compilado bajo los auspicios del profeta mismo.

Basta decir que entre todos los coránes que existen hoy y han existido no hay ninguna diferencia. Existe solo una versión del Sagrado Corán, las copias de varias azoras escritas durante su vida se citan con frecuencia en las tradiciones. Por ejemplo, en la historia de la conversión de Umar ibn al-Jattab (momento en que Mahoma todavía estaba en La Meca), se dice que su hermana estaba leyendo un texto de la azora Ta-Ha.

En Medina, se dice que alrededor de sesenta y cinco acompañantes actuaron como escribas para él en algún momento o en otro. El Profeta los llamaba para que escribieran las "revelaciones" justo después de tenerlas.

Una tradición documenta que la primera recopilación completa del Corán fue hecha durante el mandato del Primer califa, Abu Bakr as-Siddiq. Zayd ibn Thabit, que había sido uno de los secretarios de Muhammad, “reuniendo el Corán a partir de varias piezas de hueso y de los pechos (es decir, ‘los recuerdos’) de los hombres”.

Esta recopilación fue conservada por Hafsa bint Umar, hija del Segundo califa Umar y una de las viudas de Mahoma. Durante el califato de Utman ibn Affan, hubo disputas relativas a la recitación del Corán. En respuesta, Utman decidió codificar, estandarizar y transcribir el texto. Se dice que Utman comisionó a un comité (que incluía a Zayd y varios miembros prominentes de Quraysh) para poder producir una copia estándar del texto.

Según algunas fuentes, esta recopilación se basó en el texto conservado por Hafsa. Otras versiones indican que Utman hizo esta recopilación de manera independiente y que el texto de Hafsa habría sido llevado adelante y que, al final, se encontró que los dos textos coincidían perfectamente. Sin embargo, otros documentos omiten por completo referencias a Hafsa.

Los eruditos musulmanes afirman que si el Califa hubiera ordenado la recopilación del Corán, este nunca habría sido relegado al cuidado de una de las viudas del profeta. Posiblemente la historia haya sido inventada para aproximar en el tiempo la muerte del profeta y la recopilación del texto. Cuando terminó el proceso de recopilación, entre los años 650 y 656, Utman envió copias del texto final a todos los rincones del imperio islámico y ordenó la destrucción de todas las copias que difirieran de la nueva versión.

Varios de los manuscritos, incluyendo el Manuscrito de Samarkanda, son reivindicados como copias originales de las enviadas por Utman; no obstante, muchos especialistas, occidentales e islámicos, dudan que sobreviva algún manuscrito utmánico original.

En lo que respecta a las copias que fueron destruidas, las tradiciones islámicas aseguran que Abdallah Ibn Masud, Ubay Ibn Ka'b y Alí, el primo de Mahoma, habían preservado algunas versiones que diferían en algunos aspectos del texto utmánico que es considerado ahora por todos los musulmanes.

Versiones

Los especialistas musulmanes registran determinadas diferencias entre las versiones, las cuales consisten casi totalmente en variantes léxicas y ortográficas o diferentes conteos de versos. Se ha registrado que los tres (Ibn Masud, Ubay Ibn Ka'b y Alí) aceptaron el texto utmánico como la autoridad definitiva.

La versión de Utman se compuso según un viejo estilo de Escritura árabe que dejaba por fuera casi todas las marcas vocálicas, por esta razón la escritura se puede interpretar y leer de varias formas.

Este escrito utmánico básico se ha llamado rasma y, con algunas diferencias menores, es la base de varias tradiciones orales de recitación. Para fijar estas recitaciones y prevenir cualquier error, los escribanos y eruditos comenzaron a anotar las rasmas utmánicas con varias marcas diacríticas (puntos y demás) para indicar la forma en que las palabras debían ser pronunciadas.

Se cree que este proceso de anotación comenzó alrededor del año 700, poco tiempo después de la compilación de Utman, y que terminó aproximadamente en el año 900. El texto del Corán más usado en la actualidad está basado en la tradición de recitación de los Hafs, tal y como fue aprobado por la Universidad Al-Azhar de El Cairo, en 1922, (para más información relacionada con las tradiciones de recitación, refiérase a Recitación coránica, más adelante en este mismo artículo).

Interpretación del Corán

El Corán ha producido un gran corpus de comentarios y explicaciones. Los musulmanes tardíos no siempre comprendían la lengua del Corán, no entendieron ciertas alusiones que parecían claras a los primeros musulmanes y estaban extremadamente preocupados en reconciliar las contradicciones y los conflictos en el Corán.

Los comentadores glosaron el árabe, explicaron las alusiones y, acaso más importantemente, decidieron qué versos coránicos habían sido revelados primero en la carrera profética de Mahoma (lo cual era apropiado para la naciente comunidad musulmana) y cuáles habían sido revelados después, cancelando o abrogando el texto original.

Los recuerdos de las "ocasiones de revelación", es decir, las circunstancias en que Mahoma había hecho públicas las revelaciones, también fueron recopiladas, pues se pensaba que podrían explicar algunas oscuridades.

Por todas estas razones, fue extremadamente importante para los comentadores explicar cómo fue revelado el Corán, cuando y bajo qué circunstancias. Muchos comentarios o Tafsir, concernían a la historia. Los primeros tafsir son unas de las mejores fuentes de la historia islámica.

Algunos comentadores famosos son Al-Tabari, Az-Zamakhshari, At-Tirmidhi y Ibn Kathir. Generalmente estos comentarios clásicos incluían todas las interpretaciones comunes y aceptadas, mientras que los comentarios de los fundamentalistas modernos, como el escrito por Sayyed Qutb tienden a dar solo una de las interpretaciones posibles.

Los comentadores se sienten muy seguros de las exactas circunstancias que motivaron algunos versos, como la azora Iqra o las aleyas 190-194, de la azora al-Baqarah.

Pero en algunos casos (como la azora al-Asr), lo más que se puede decir es en qué ciudad estaba viviendo Mahoma en ese momento. En otros casos, como con la azora al-Kawthar, los detalles de las circunstancias están en disputa, pues diversas tradiciones entregan versiones diferentes.

Las más importantes "ayudas exteriores" que se han usado para interpretar los significados del Corán son las hadith — la colección de tradiciones en las que algunos eruditos musulmanes (los ulema) basaron la historia y las leyes islámicas.

Los especialistas han inspeccionado las miles de páginas de las "hadith", intentando descubrir cuáles eran ciertas y cuáles eran fabricaciones. Un método muy utilizado era el estudio de la cadena de narradores, los isnad, a través de los cuales fue transmitida la tradición.

Obsérvese que aunque se dice que ciertos hadith (los hadith qudsi), registran las palabras no canónicas que según la tradición Alá le dirigió a Mahoma, o el sumario de estas, los musulmanes no consideran que estos textos sean parte del Corán.

Fuentes