Sodoma y Gomorra (libro)

Sodoma y Gomorra.
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Autor(a)(es)(as)Marcel Proust.

Sodoma y Gomorra. Es un libro que abre un nuevo período dentro de la magna obra proustiana.

Sinopsis

Sodoma y Gomorra, el cuarto volumen, estructurada en cinco capítulos, abre un nuevo período dentro de la magna obra proustiana. Otra vez en la refinada costa de Balbec comienza una meditación profunda sobre la sexualidad y el deseo, sobre la felicidad y la angustia, lo que conducirá al lector a descubrir ciertas revelaciones de intimidad que cambiarán el curso de su inquieta pasión amorosa hacia Albertina, una de la muchachas en flor.

Al hilo de estas reflexiones que parecen abarcar todos los temas humanos y la fuerza explosiva con que se asume la crítica social, asistimos a cientos de descripciones y minuciosos recuerdos, confidencias, escenas de ambiente snob que, como afirmó Walter Benjamín, son el resultado de una síntesis inconstruible, en la que la sumersión del místico, el arte de prosista, el brío del satírico, el saber del erudito y la timidez del monómano componen una magnífica obra autobiográfica.

El Autor

Marcel Proust (1871-1922), escritor parisino, es autor de una larga serie de novelas publicadas entre 1913 y 1927 bajo el título abarcador de En busca del tiempo perdido, que incluye cronológicamnetne las obras Por el camino de Swann, A la sombra de las muchachas en flor, El mundo de Guermantes, Sodoma y Gomorra, La prisionera, La fugitiva y el tiempo recobrado.

Ha sido reconocido en nuestro días por la enorme influencia ejercida, con su forma de narrar, en la literatura del siglo XX. Su quehacer literario significó una verdadera revolución, expresada a través del monólogo interior y de la utilización inusual de memorias y recuerdos manejados por un ambiguo autor- narrador, introducido en las urdimbres de sus novelas.


Dotado de un particular don de observación, Marcel Proust se entregó a una saga que fue el resultado de su interés por el realismo social y la explotación de la memoria y el tiempo, en el marco de cuatro grandes referentes: arte, sociedad bohemia y riqueza. Sus contemporáneos dejaron testimonio de su inclinación por la palabra ajena, y esa escucha, ese voyeurismo lingüístico, le permitió establecer, a través del diálogo, las reflexiones, el acento y la entonación, el léxico y la sintaxis, la pertenencia a un rango y una categoría social.

Recluido en la habitación, la famosa habitación aislada del mundanal ruido por paredes cubiertas de corcho, inscribió en la letra, tanto su entorno, como el tejido de su memoria afectiva. Como en toda saga, En busca del tiempo perdido está unida por ciertos hilos temáticos y por personajes que reaparecen, de manera de manera que la reiteración contribuya a su organicidad y coherencia. Al concentrar rasgos particulares y acentuar marcadas características, Proust edificó su magno proyecto con un conjunto de historias y caracteres que asumen una función representativa de atmósferas y sucesos, sentimientos y motivaciones. Los Guermantes y los Verdurin, Swann y Odette de Crécy, Gilberta y Albertina, Francisca y Jupien, Saint- Loup y el barón de Charlus, Bergotte y el doctor Cottard, la familia del narrador y otros, regresan de las páginas de la primera, la segunda y la tercera apariciones en Combray, París y Balbec (Por el camino de Swann, A la sombra de las muchachas en flor y el mundo de Guermantes), para continuar el juego social y el juego psicológico en la cuarta de las siete novelas: Sodoma y Gomorra.

Esos personajes escenifican las acciones que ocurren a los ojos del narrador- voyeur, del narrador – mirón, que las observa con detenimiento. Al tiempo que le sirven para elaborar sus criterios, para admirar o enjuiciar, para distanciarse y criticar, para elaborar sus criterios.

Fuentes

  • Proust, Marcel. Sodoma y Gomorra.Editorial, La Habana,