Superfecundación heteropaternal

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Superfecundación heteropaternal. Fenómeno extremadamente raro que se produce cuando un segundo óvulo, liberado durante el mismo ciclo menstrual, es fertilizado por un espermatozoide de un hombre diferente, en relaciones sexuales separadas.

Características

La superfecundación es la fertilización de dos o más óvulos del mismo ciclo menstrual por espermatozoides de actos sexuales diferentes, los cuales pueden dar lugar a gemelos de dos padres biológicos distintos. El término superfecundación está derivado de la palabra "fecundo" que hace referencia a la capacidad de producir descendencia. Puede ser heteropaternal u homopaternal.

La heteropaternal tiene lugar cuando se consigue la fertilización de dos óvulos por dos padres diferentes mientras que la homopaternal implica la fertilización de los óvulos por el mismo padre, pudiendo nacer gemelos fraternales. El caso de la superfecundación heteropaternal da lugar a una forma de hermanamiento atípica, ya que, genéticamente, los gemelos serían medio hermanos. La superfecundación se trata de un fenómeno raro, pero puede ocurrir bien a través de actos sexuales separados o mediante la inseminación artificial.

Esto no solo ocurre en las personas, sino también en animales como los perros. Cuando las hembras están en celo, puede pasar que varios perros machos la fecunden y por eso la hembra da a luz a distintos tipos de cachorros, diferentes a la madre y diferentes entre sí. Estadísticas recientes muestran que se ha producido, a nivel mundial, un incremento de embarazos múltiples, condicionado por diferentes factores (tratamientos hormonales, fertilización in vitro, embarazo en mujeres a edad más tardía con mayor posibilidad de ovulaciones dobles, entre otros).

En animales

La superfetación es notablemente más común entre determinadas especies animales que entre humanos. Entre los animales que más frecuentemente desarrollan este fenómeno cabe destacar los siguientes: Roedores (ratones y ratas), animales de granja (caballos y ovejas), marsupiales y primates (monos y humanos). La superfetación también ha sido claramente demostrada en pecílidos.

En humanos

El primer informe de superfetación en humanos fue publicado por Oskar Föderl en 1932. La superfetación es extremadamente poco frecuente en humanos. La mayoría de los casos en personas se han asociado con tratamientos hormonales, estimulación ovulatoria, síndrome de hiper estimulación o fertilización asistida.

Un poco de historia

Datos publicados por la Organización Mundial de la Salud en 1998, indican que en 1 de cada 85 embarazos, se da origen a un alumbramiento gemelar; a su vez, del total de partos gemelar, el 70% corresponde a embarazos dicigóticos (fecundación de dos ocitos por dos espermatozoides) que originan los llamados gemelos fraternos, o bivitelinos, mientras un 30% corresponden a embarazos monocigóticos (fecundación de un óvulo por un espermatozoide y subsiguiente división endoso más embriones completos), cuyo producto son los llamados gemelos idénticos o univitelinos.

A pesar de tratarse de un evento raro, varios autores han confirmado la posibilidad de que, como consecuencia del fenómeno de superfecundación (la fertilización de dos óvulos con esperma de dos contactos sexuales diferentes), se produzcan gemelos dicigóticos con diferente padre, dando origen a la llamada superfecundación heteropaterna (SFH). El fenómeno fue inicialmente comprobado por Terasakiy colaboradores en 1978 mediante la tipificación de antígenos de histocompatibilidad. Se ha sugerido que este evento más que nuevo está siendo y será descrito cada vez con mayor frecuencia gracias a la disponibilidad actual de métodos moleculares que explotan, a partir del ADN, el enorme potencial de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR); su aplicación posibilita la identificación certera de perfiles genéticos utilizando marcadores polimórficos altamente confiables para la individualización de las personas de prácticamente cualquier grupo étnico.

En el 2007, Ame y Lia Herrity, concibieron con 3 semanas de diferencia a sus hijos Amelia Spence y George Herrity en el Reino Unido. En mayo de 2007, Harriet y Thomas Mullineux, también concibieron con tres semanas de diferencia a sus hijos Charlotte y Matt Mullineux, en Benfleet, Essex (Reino Unido).

Religión

La superfetación es citado en el Talmud, en la Niddah, como un fenómeno que se debe evitar. El texto dice que una mujer puede usar un método anticonceptivo durante el embarazo con el fin de evitar la compresión y destrucción del feto por un posible segundo embrión. En el 2009 una mujer norteamericana quedó embarazada estando ya embarazada de unas ocho semanas y se consideró daría a luz dos bebés con una diferencia de edad de dos semanas y media y que no eran gemelos. La mujer, Julia Grovenburg, descubrió la situación durante una ecografía a la que se sometió a las ocho semanas de embarazo y que mostró a dos bebés separados por dos semanas y media, uno claramente más desarrollado que el otro, ante lo que los doctores apuntaron la posibilidad de que se tratara de un caso de superfetación.

Según explica a la prensa estadounidense el especialista en Obstetricia Patrick O’Brien, portavoz del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists, al año sólo se diagnostica un caso de este tipo en todo el mundo.

“Es algo extraño, porque cuando una mujer concibe, sus hormonas cambian drásticamente y estos cambios frenan su ovulación y le impiden volver a concebir”, indicó.

El doctor O’Brien advierte que los Grovenburgs no pueden tener una certeza absoluta, ya que en su caso, los test no pueden descartar que se trate de gemelos.

“En ocasiones es difícil estar seguros, porque una mujer puede estar teniendo gemelos no idénticos con marcadas diferencias en su tamaño desde el primer momento de embarazo”, apuntó, recalcando que “si hay una gran diferencia de tamaños entre los bebés, la primera sospecha es que uno de ellos no se ha desarrollado tan bien”.

No obstante, la superfetación se convierte en una sospecha más ajustada a la realidad cuando los bebés parecen tener una diferencia de edad de más de dos semanas.

Fuentes