Teté Contino

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Plantilla:Personaje histórico

Estirpe de Integro revolucionario: Biografía basada en la vida del mártir minero Leopoldo García Contino, alias Teté Contino.

Introducción

Han transcurrido 45 años del horrendo crimen perpetrado por tropas del comandante Jacinto Menocal, “El chacal de Pinar del Río” a la figura del valiente héroe minero Leopoldo García Contino, coincidiendo en este mismo año con la culminación de la redacción de mi trabajo investigativo sobre la Historia del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en el territorio minero y al leer la síntesis biográfica de nuestro mártir que hace más de 20 años se escribió, pude apreciar que era necesario escribir sobre su vida de una forma más detallada para que se recogiera su verdadera historia en una mayor magnitud y pueda servirle de estudio a nuestras futuras generaciones de mineros, pinareños y cubanos en general. En su síntesis biográfica escrita con anterioridad se dejan de abordar un gran número de hechos importantes de su vida que considero merecen destacar y divulgar, como merecido tributo a su memoria y como ejemplo imperecedero a seguir, Teté Contino, junto al resto de mártires del territorio minero y de cubanos en general, merecen un lugar en la historia y un puesto en la gloria.

Rolando Beades González.
Historiador del Municipio Minas de Matahambre.



Desarrollo

Leopoldo García Contino, alias, Teté Contino, nació en Gramales, en los límites con Peña Blanca, barrio que hoy pertenece al municipio de Minas de Matahambre, provincia de Pinar de Río, el día 15 de noviembre de 1922, hijo de Eleuterio García y Felipa Contino, de origen campesino pobre. El matrimonio de sus padres tuvo un total de 2 hembras y 4 varones. Más tarde se divorciaron, la madre, en su otro matrimonio tuvo otra hembra, el padre también realizó otro matrimonio con Eugenia Morejón y hubo de tener 3 hembras y 2 varones lo que hicieron un total de 11 hermanos entre carnales y medios hermanos.

Su niñez transcurrió en condiciones de enfrentamiento a las penurias y calamidades propias de la época y en una zona rural intrincada, no habiendo tenido ni siquiera la mínima oportunidad de empezar la enseñanza primaria, tampoco logró tener juguetes para jugar, papalotes para empinar o chinata para entretenerse y tuvo que ayudar a su papá en los rudos trabajos del campo, sus juguetes serían la guataca, el arado y los bueyes.

Su padre al contraer su segundo matrimonio fue a vivir para Ceja de la Mina, a 3 Km. aproximadamente de Matahambre y Leopoldo fue a vivir con su padre, siendo ya un adolescente y pronto reconocería a Eugenia Morejón como su madre, también por haber continuado criándolo (1).

Siendo joven pero fuerte y rebelde, a principios de la década del 40, después de tantos esfuerzos, pudo conseguir trabajo bajo mina en Matahambre logrando abandonar la actividad agrícola y llegando a realizar la actividad de ayudante de minero.

Este cambio dio lugar a disminuir un poco la miseria familiar que los había azotado.

A principios de la década del 50 ocurre un hecho que hace cambiar su vida, desde el punto de vista económico. Un jefe de un relevo de la Mina decidió arbitrariamente cambiar de puesto de trabajo a Teté Contino en que se afectaba salarialmente. En la Mina habían diferentes tipos de trabajo con diferentes remuneraciones y quizás este cambio correspondía para beneficiar a otra persona, pero lo cierto fue que con el ímpetu de rebeldía que lo caracterizaba, Teté esperó a que saliera el relevo hacia la superficie y cuando su jefe se dirigía a su hogar lo interceptó y le dio unos golpes con sus propios puños, hecho que motivó la expulsión de Leopoldo de Las Minas de Matahambre (2).

Poco tiempo después y por la necesidad que tenía de trabajar se le presentó la oportunidad y fue a laborar a la Mina de Charco Redondo, en la antigua provincia de Oriente, por espacio de 3 años.

Pronto conoció a simpatizantes de la acción del Moncada y enemigos acérrimos del golpe de estado del 10 de marzo, comienzan a desarrollarse sus primeros brotes de ideas progresistas y revolucionarias. De esta etapa no se ha podido investigar lo suficiente. Leopoldo se enfermó y a ello se unió la nostalgia que provoca la distancia y separación de sus seres más queridos y decide retornar al seno familiar.

Dada la experiencia acumulada en las labores mineras, unido a su juventud y fortaleza logra conseguir trabajo en la Mina Boch, contrae unión con su compañera y va a vivir a Baritina, en Cayo Horcones , barrio perteneciente al actual municipio de Minas , cerca de uno de sus hermanos, de esta unión surgió un hijo varón nombrado Fermín (3).

Pronto conocería a un grupo de revolucionarios del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y de inmediato en 1956, ingresa en dicha Organización, en una célula de la propia Mina Boch (4).
La misión principal que se le había encomendado en ese entonces, era la de extraer dinamita, con sus mechas y fulminantes y trasladarlas hacia otros lugares para entregárselas a otros miembros de la Organización y que estos a su vez la trasladaran hacia Pinar de Río, a uno de los que Teté le entregaba la dinamita era a Eugenio Martínez López (Niño Carmona) (5).

En todo ese tiempo transcurrido, Leopoldo continuó desplegando esa importante actividad hasta que se logra una interacción entre revolucionarios de las Minas de Matahambre y de la Mina Boch, y en varias oportunidades le hizo entrega de dinamita a Isaías Noa Machín en Matahambre, para que éste la almacenara y su posterior envío hacia la Provincia y a otros compañeros.

En junio de1957 se preparó un plan de trasladar dinamita de la Mina Boch y Mina Dora .El día 29 de junio de ese año Leopoldo García salió de Matahambre con otros dos miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio del propio territorio por el camino de Cantajorra en un jeep particular alquilado, al regresar traían un gran número de mechas, fulminantes, y mas de 300 cartuchos de dinamita y antes de llegar a Matahambre encendieron la luz del carro dos veces como señal a dos revolucionarios que esperaban en una máquina, tal como estaba concebido. La máquina salió delante y el jeep con la dinamita iría mucho más atrás, ese traslado era para esconderla en el lugar conocido por las Bombas de Agua, en Peña Blanca, a varios Km. de Matahambre, por la carretera en dirección a Pinar de Río, los compañeros que iban en el carro de alante pararon para esperar a Teté y a sus otros dos compañeros pero apareció otro jeep que resultó ser el sargento Barquín con otro soldado del cuartel de las Minas quienes pararon también su jeep y Barquín entabla una conversación con ellos, entonces el jeep de Teté y sus compañeros al percatarse de quien se trataba lanzaron los sacos de dinamita por la cuneta hacia el arroyo, en el lugar nombrado la loma del Encinal, lamentablemente sucedió que un saco se quedó en la cuneta y Barquín continuó su viaje de recorrido. Ya de regreso en horas de la madrugada del día 30 de junio, en la loma del Viento, Barquín para el carro de Teté y sus compañeros y esperan al otro carro y cuando éstos llegan les ordenan que se dirijan al cuartel, siendo detenidos y entrevistados por sospechas pero al rato los soltaron sin otro contratiempo .Ya en horas de la mañana, un confidente del ejército de la tiranía pasaba en un carro y recogió el saco de dinamita y lo entregó en el cuartel, los restantes sacos que cayeron en el arroyo, los recogieron compañeros del M-26-7. De inmediato Barquín ordenó la detención de los 5 compañeros. Estuvieron 4 días presos en el cuartel de las Minas, en constantes entrevistas, investigaciones y torturas, al extremo que no podían caminar, orinaban sangre .A los tres días llegó a las Minas el capitán Otero Martell de Pinar de Río y que era jefe del Cuartel 19, con varios soldados y una máquina de escribir y mecanógrafa, les preguntó donde tenían el depósito de dinamita y a quienes se las entregaban, pero se mantuvieron firmes y no delataron. Al día siguientes los trasladaron hacia el Cartel 19 en Pinar de Río, allí estuvieron por espacio de 2 días, nuevamente fueron torturados salvajemente, les pusieron soga al cuello, los elevaban 3 ms. de altura del piso, uno de los torturadores principales de Teté fue Hermeregildo Rojas Grandio quien un año después, en un combate, caería muerto, ajusticiado por el propio Teté. Del cuartel 19 los trasladaron hacia el Vivac por espacio de una horas y de allí los trasladaron para la cárcel en la calle Maceo # 18 donde estuvieron presos 19 días. Ese último día les celebraron juicio en la Audiencia de Pinar del Río, el cual tuvo una duración de 4 días. La dirección del M-26-7 contrató a tres abogados, entre ellos Dominador Pérez y Joaquín de Armas.

Fueron acusados por atentar contra los Poderes del Estado, dichos abogados una vez más realizaron una brillante defensa, lo que permitió que salieran absueltos, por no haberse podido presentar pruebas convincentes. En el cuartel de las Minas, uno de los que torturó a Teté Contino fue el cabo Barceló, quien le dio patadas, lo tiraba contra el piso, lo que le propició inflamaciones en el cuerpo, la cara y el cuerpo ensangrentadas etc. Más tarde cuando triunfó la Revolución le celebran juicio a Barceló, el Tribunal Revolucionario cuando ya le había acumulado 30 años de prisión y aún no había llegado el momento de la denuncia por la torturas que había aplicado a Teté y a sus compañeros, en un descuido de las escoltas se ahorcó trágicamente por no contar con el valor para enfrentar la condena. Teté y sus compañeros, después de un mes de cautiverio, salían con la libertad pero desde entonces les quedarían para siempre las huellas en sus cuerpos, de los golpes recibidos (6). En el juicio salió a relucir la declaración firmada por Teté Contino en el cuartel de las Minas en la que expresaba: “Que habían ido a recoger la dinamita con dos compañeros en un jeep, que él tenía escondido en la finca de la Manaja, en horas de la tarde y que en el bar de Goyito se unirían a otros dos compañeros que se encontraban en una máquina, y el jeep después de botar la dinamita, llegaron a Pons y regresaron, en el interrogatorio que le hiciera el capitán Otero en el cuartel de las Minas, éste le preguntó que para qué querían la dinamita y Teté contestó que era para guardarla cerca de las Bombas de Agua, ya que ellos esperaban un movimiento revolucionario” sin embargo los abogados defensores les habían orientado que en la vista del juicio dijeran que los habían obligado a firmar ese documento y enseñaran las marcas de los golpes recibidos, quitándose las camisas, como prueba de que en esas condiciones había que firmar por obligación para evitar más tortura y así lo hicieron.

En total habían trasladado 384 cartuchos de dinamita y 16 rollos de mecha y en el expediente del juicio aparece que les ocuparon 115 cartuchos de dinamita y 2 rollos de mecha de 44 pies cada uno.

Después de la salida de la prisión, Teté Contino se reincorporó a su trabajo en la Mina Boch, y a partir de ese momento, se lleva a cabo, por el ejército de la tiranía una vigilancia constante de todos los movimientos que realizaba. (7)

A principios de 1958, Rene Ramos Latour (Daniel) que había sustituido a Frank País después de su muerte en la Dirección Nacional del M-26-7, visita a la Provincia y la Dirección Provincial del Movimiento le planteó la necesidad de abrir un frente guerrillero y se le aprobó, de ahí, se preparan las condiciones, un grupo saldría hacia Méjico para comprar armas (8), mientras tanto, otro grupo se seleccionaría entre pinareños y mineros para alcanzar la sierra del Quemado de Pineda, en espera de los expedicionarios y las armas. La Dirección del M-26-7 de Minas tenía la misión de localizar el campamento, seleccionar a los guerrilleros y enviarles avituallamiento etc. A principios de abril de 1958, Teté Contino fue uno de los que decidió incorporarse, ya que estaba más segura su vida en la sierra que en el llano. Pocos días después, llegaron los expedicionarios, pero solamente con un arma cada uno , teniendo que dejar el resto de las armas escondidas en Lagunillas, zona de San Luís , ya que el ejército de la tiranía los había descubierto y cuando un grupo de la guerrilla salió en busca de las armas ya el enemigo se había apoderado de ellas .A finales de abril, el jefe de la expedición decide desintegrar el grupo, saldrían nuevamente hacia Méjico en busca de nuevas armas y después reincorporarse de nuevo a este grupo. Esta próxima expedición, regresaría con las nuevas armas un día después del triunfo de la Revolución.

Teté Contino después de abandonar el grupo guerrillero, la situación se le hizo más difícil al igual que el resto de sus compañeros, ya que se habían dejado escondida las pocas armas con una lista de los nombres que conformaban el grupo, como medida de precaución para evitar una posible delación, sin embargo el ejército se apoderó de las mismas, ya que fue delatado el sitio donde se escondían las armas y la lista de nombres, de manera que se inició un proceso de persecución hacia ellos, algunos fueron prisioneros y torturados (9), sin embargo a Teté Contino no lo lograron capturar, permaneciendo huyendo y escondiéndose constantemente, visitaba a distintas casas de familias y amigos fundamentalmente de noche, lo mismo en Matahambre, que en Ceja de la Mina, Guane, Pinar del Río, Cayo Horcones, etc. En Guane conversó con un compañero de confianza y Teté le manifestó que en cualquier momento se iba a desquitar los golpes que recibió del cabo Rojas (10). En otra ocasión cuando se escondía en Cayo Horcones el sargento Barquín con otros guardias del cuartel de Matahambre, fueron a detenerlo pero pudo escaparse (11), allí cerca de su casa había una cueva donde se escondía y la familia cuando llamaban con insistencia al perro, era la señal de que los guardias lo andaban buscando.(12)

Estando en Cayo Horcones, la Dirección de M-26-7 envió a un compañero y lo trasladó en horas de la noche hacia una casa de confianza en las Bombas de Agua, ya que se conocía que el ejército sabía que se encontraba en su casa y era necesario tomar precauciones, en este otro lugar permaneció un gran número de días. (13). También en otra oportunidad fue trasladado y escondido en el Cayo de las Damas (14). Otras de las zonas priorizadas por Teté Contino fue Caliente, en la casa del mártir Francisco Pérez Germán, comenzó a reunirse con otros compañeros pertenecientes al M- 26- 7 para analizar la situación en el llano, recibir informaciones procedentes de la Dirección de la Organización y de preparativos para una nueva organización de un grupo guerrillero. En Arenales se escondía en una cueva y recibía los alimentos de algunos campesinos de la zona, para evitar que cocinara a la intemperie, no fuera a ser que el humo lo delatara.(15).

Es de destacar también que desde mucho tiempo antes Teté Contino se dedicaba a vender bonos del 26 de julio para contribuir en el sostenimiento de la Organización (16). A causa de su actividad revolucionaria, algunos de sus familiares sufrieron vejaciones en determinados momentos, por parte del ejército de la tiranía, con el objetivo de que delataran su escondite, (17).
En la zona de Caliente, a mediados del año 1958, participó en algunos sabotajes con fósforo vivo que organizó el M-26-7 de ese territorio, a casas de curar tabaco, puentes, etc., ello ocurrió mientras se preparaban las condiciones en la creación del nuevo grupo guerrillero que se formaría en esta zona del actual municipio de Minas de Matahambre.

A finales del mes de agosto de 1958, Roberto Amarán Mamposo organiza en esta zona de Caliente, un grupo guerrillero y Teté Contino forma parte del mismo. Este grupo guerrillero se le puso por nombre “Laíto” cuyo jefe era el propio Amarán, mártir de la Revolución. Este grupo tendría el apoyo directo del M-26-7 de Minas de Matahambre. Teté Contino junto al resto de rebeldes se reunieron en la casa de Severino Pérez, padre de Francisco Pérez Germán, quien mas tarde sería asesinado junto con Teté Contino, por las tropas del comandante Jacinto Menocal, El Chacal de Occidente, Roberto Amarán Mamposo, quien también se convertiría en mártir de la Revolución, acampaban en la cueva de Román , en la zona de Caliente, Así fue creada esta guerrilla, recibían ayuda en alimentos de los vecinos de la zona, habían obtenido algunas sencillas armas que habían podido recolectar., en una ocasión , Teté le planteó a dos compañeros de su tropa que jamás lo cogerían preso para evitar las torturas que le habían ocasionado estando prisionero (18), sin embargo su decisión no pudo cumplirse, porque más tarde caería preso nuevamente y esa vez lograrían asesinarlo. Teté Contino junto al grupo, recorrió toda la sierra de Caliente, Arenales, San Carlos, Resolladero, etc.
El día 17 de octubre reciben la noticia de que serían atacados por el ejército de la tiranía. (19). En horas de la noche llegaron las tropas enemigas y al amanecer del 18 de octubre de 1958, un gran número de soldados de la tiranía avanzaron hacia la sierra rumbo al grupo guerrillero, un pequeño pelotón de avanzada comenzó a escalar la sierra con el cabo Hermeregildo Rojas Grandio al frente, los guerrilleros se habían parapetados en distintos puntos de observación, la orden era la de no comenzar a disparar hasta tanto el jefe no avisara, pero poco después apareció, entre los claros del día y la maleza, la figura del cabo Rojas junto con otros soldados, ocasión de Teté Contino de ajusticiarlo por las torturas que le había aplicado con anterioridad, Teté desacató la orden de Amarán y lanzó sus balas contra la cabeza del cabo, quedándole destrozada, así se inició el combate donde resultaron otras dos bajas por el ejército enemigo. Después de algunas horas se agotaban el parque de balas y se decide la retirada por el grupo guerrillero, por los rebeldes no hubo bajas. Pocos días después Leopoldo le comentaría a un joven enlace del grupo guerrillero, que no quería que se supiera de este hecho, por haber desobedecido la orden de Roberto Amarán, pero es que no pudo calmar su rebeldía y la posibilidad que se le presentaba en ese instante de ajusticiar a aquel asesino que tanto le había hecho sufrir y sin él haber podido defenderse en lo más mínimo. El grupo ya disperso tomó rumbos diferentes y cuando avanzaba por la serranía después de varios días escondido, Contino no se percató que su fusil no tenía puesto el seguro y en un descuido se le disparó en la mano y le quedó destrozada. El grupo que le acompañaba realizó los contactos suficientes y el Doctor Luis María Masón, muy ligado al Movimiento 26 de Julio de esa zona, lo atendió, pero al notar la situación que confrontaba su mano, sin recursos y con el riesgo que le produjera gangrena, pues tenía mucha fiebre y con la herida infectada, recomendó a sus compañeros trasladarlo hacia un hospital que reuniera las condiciones, lo condujeron a Pinar del Río, en la clínica de Fermín Ferro, en calle Máximo Gómez, entre avenida Coloma y calle Colón, estuvo algunos días allí pero debido a la gravedad de la herida y al peligro que corría su permanencia lo trasladan a la clínica La Virgen de Fátima, en la Habana y más tarde se trasladó para la casa de un amigo nombrado Mateo Fernández, que era natural de la zona de Sumidero, quien era también de la Organización, había estado preso y perseguido y tuvo que abandonar la zona y establecerse en la Habana. Desde su casa sería atendido Contino por el doctor Pardo Castelló. Mateo Fernández vivía en calle Diezmero, entre calle Pañuelo y calle Palma. (20).

Mientras tanto continuaba la persecución por el ejército de la tiranía, hasta que producto de una delación fue capturado, cuando aún no se había curado. Junto con él también fue prisionero Francisco Pérez que era de la zona de Caliente pero que en esa etapa trabajaba en la Habana, en la fábrica Partagás, y sus actividades revolucionarias las realizaba en ese lugar. A partir de ese momento entre ambos sufrirían un proceso de torturas hasta recibir de sus asesinos el horrendo crimen perpetrado contra ellos. Fueron trasladados al cuartel de San Cristóbal y cayeron en manos del comandante Jacinto Menocal, “El Chacal de Pinar del Río”, que desde hacía meses sus tropas ordenadas por él, lo buscaban afanosamente.

Fue detenido el 28 de noviembre de 1958, en la propia casa de Mateo Fernández, se aparecieron varias perseguidoras llenas de esbirros, ya llevaban prisionero a Francisco Pérez Germán, los esposaron juntos a los dos. En el cuartel de San Cristóbal estarían en cautiverio durante 25 días. A continuación se narran algunas anécdotas y testimonios ocurridos en este sitio, donde fueron incomunicados, junto con un grupo de prisioneros, fueron estacionados en un cuarto de la caballeriza del cuartel de la guardia rural, habitación nombrada “el cuarto de la muerte” lugar donde encerraban a los condenados a la tortura, al tormento y a una muerte segura, de allí solo pudieron salvarse dos revolucionarios, ya que sus familiares y amigos pudieron sobornar a Jacinto Menocal con grandes sumas de dinero y fueron liberados, aunque en condiciones física deplorables por las torturas recibidas. Durante los veinticinco días trascurridos en San Cristóbal hasta su asesinato, Teté dio muestra, junto a sus compañeros, de su elevada firmeza y su fe en los ideales por lo que luchaba, a pesar de sufrir las más crueles vejaciones y la violación absoluta a su integridad personal. En este cuartel general perteneciente al escuadrón 66, figuras no solo de Menocal , sino de otros tan asesinos como él, tales como el cabo Milián, José Sánchez (Cheo), Humberto Arencibía (Tiburón), Orlando Vigoa, que había confesado haber participado en 108 asesinatos, etc, eran los responsables directos de las torturas que sistemáticamente recibía. Este cuarto de la muerte lo componía una mesita, un cubo para corregir todos los prisioneros, unos sacos de yute como camas y un calor intenso por el hacinamiento que había, a pesar de la época de invierno en que se encontraban prisioneros. El día 30 de noviembre, dos días después de llegar un prisionero, Menocal le dice a este: “¡hijo de p...!”, y este le contesta en voz baja: “¡tú madre!”, Teté Contino, que se encontraba al lado de él, esposado junto con Francisco Pérez Germán conociendo que había llegado recientemente, le dice: “¡tú no sabes que si llega a oír cuando le contestaste lo de la madre, te jode, porque aquí hubo uno que le mentó la madre y lo mandó a colgar de una guásima!”, éste le contestó.!Bueno, de algo hay que morir “Teté Contino” le contestó, si pero es mejor morir de otra cosa, Teté le preguntó si era de aquí y él le contestó que era de La Habana. El día 1ro de diciembre, a las dos y media de la tarde les llevaron el almuerzo, ya que tenían que esperar a que almorzaran y cenaran. El día 2 de diciembre Teté Contino le pidió a este mismo un cigarro hasta que abriera el kiosco, él le preguntó a Teté: “¿Qué te sucedió en tu mano vendada?”, Teté le contestó: “Fue una herida de bala accidentalmente”. En horas de la tarde llegaron varios esbirros con un prisionero que le habían destrozado la frente, las costillas rotas, los dedos de las manos partidos y el pecho vendado.

Dentro del cuartel y hacia la derecha había un corredor, allí se hacinaban los presos torturados tirados en el suelo, en el baño se tropezaba con los cuerpos destrozados. Para acudir al cubo para corregir tenían que hacerlo en presencia de todos los presos, aquel cubo desbordado de heces fecales ofrecía un enorme hedor, cada tarde, noche y madrugada se escuchaban los golpes, la gritería de las hienas y los gemidos de los prisioneros soportando las torturas.

A los ocho días de encontrarse prisionero Teté, la mano la tenía tremendamente hinchada. Ese día Francisco esposado con Teté, le dijo al mismo compañero que había recibido antes una paliza, que había que limpiarle la espalda y quitarle la camiseta que la tenía pegada a la sangre y cada vez que desprendía un pedazo de la tela de la camiseta, se estremecía de dolor, y Teté le decía para darle ánimo: “¡eso no es nada, compadre, mira mi mano que parece un globo!”. Francisco le dice a Teté: “¡no se puede! refiriéndose a la camiseta. Teté le responde: “¿Cómo que no se puede?”.

A la mañana siguiente, en horas de la tarde, la mano de Contino, cada vez se hinchaba más y la venda estaba muy sucia, se la tocaba muy seguido y le dolía mucho. Ahora le tocaba el turno de la tortura a su compañero Francisco Pérez, anteriormente le había tocado a otros que algunos de ellos no regresaban más porque los asesinaban. Los esbirros realizaban las torturas por espacio de cuatro a cinco horas por cada uno, ellos le llamaban “paseo nocturno”, cuando los trasladaban para torturarlos, les ponían un saco en la cabeza para que no supieran su destino y para que nadie los reconociera. A la caída de la tarde, los prisioneros en acecho, en espera de que les tocara su turno, esposados y sin poder hacer nada. A las diez de la noche del día 9 de diciembre llegaron nuevamente las hienas salvajes y se llevaron a Teté Contino, más tarde se llevaron a Francisco Pérez, a ambos con el saco puesto en la cabeza, nadie comentaba, todos reventaban de odio pensando en sus compañeros que se habían llevado, los que ya habían pasado por eso, sabían el significado de esas cuatro o cinco horas de “paseo nocturno”, al rato continuaron llevándose a otros prisioneros con el mismo fin de la tortura. Teté Contino había quedado desconocido (21).

Después, Teté, esposado junto a Francisco, fueron llevados a la zona de San Carlos y Sumidero, con el fin que delataran a algún revolucionario pero todo fue en vano, más fueron ellos los que estaban desconocidos por las torturas recibidas (22).

El día 22 de diciembre de 1958, en horas de la noche, Leopoldo y Francisco fueron conducidos hacia las lomas de San Andrés, por un grupo de asesinos, al frente de los cuales iba el sargento Martínez Cunill, con la orden expresa de torturarlos y asesinarlos. En horas de la madrugada del día 23 de diciembre fueron asesinados, después de haberlos torturados, le habían pasado un clavo de línea de ferrocarril en el cráneo, (23) cuando solo faltaban ocho días para que triunfara la Revolución.

Mientras tanto, la familia de Teté Contino lo hacían prisionero, sin saber el triste destino que había tenido. Con el triunfo del 1ro de enero, los revolucionarios prisioneros fueron puestos en libertad y regresaron a sus hogares y al no aparecer Contino, un grupo de revolucionarios fueron en su búsqueda, ya no quedaba dudas que había sido asesinado, ahora había que averiguar donde se encontraba su cadáver, estuvieron en varios lugares de la Provincia y en ese recorrido, el ex sargento Cunill y el ex guardia apodado “Melón”, que participaron en el asesinato, se encargaron de conducir al grupo, en la finca Cortina habían enterrado a cuatro, Teté, Francisco y otros dos más. Los huesos se encontraban dispersos debido a los puercos y auras que habían estado osando el lugar. A Teté se le reconoció por la guayabera, los huesos hubo que recogerlos en colectivo, rodeado aquel lugar por las auras (24). En los pedregosos senderos de las lomas, en esos primeros días de enero del 59, el grupo de revolucionarios, comenzaron a ascender para rescatar los cadáveres que los asesinos del régimen dejaron abandonados a la intemperie y a la voracidad de las auras, en ese recorrido hallaron tres pudrideros distintos y trece cadáveres irreconocibles, putrefactos, destrozados, los restos de personas que fueron hallados en furnias eran restos de hombres que habían sido de sus hogares, trasladados a la cárcel y torturados antes de ser asesinados. Uno de esos trece cadáveres era Teté Contino. Junto con Francisco Pérez, en un ataúd fueron depositados sus restos en el cementerio de los Palacios, ante aquellos despojos humanos, las personas desfilaban y miraban horrorizados aquellos cuerpos que desprendían un mal olor insoportable. En el examen forense se revelaban datos escalofriantes, muchos de los cadáveres tenían varias perforaciones en el cráneo y en otros se podía observar que habían sido torturados antes de ultimarlos a balazos. Dentro del ataúd era una masa de carne putrefacta, ¡aquello había sido un hombre sano, alegre, fuerte, que comía, bebía y ahora era solo un montón de despojos en cuya tumba no podría siquiera ponerse un nombre! Su cadáver fue encontrado en el “Salto del Venado”, en una cueva de 15 metros de profundidad, con él habían tres compañeros más en estados avanzados de putrefacción, atados y con los ojos vendados. (25).

El día 8 de enero de 1959, sus féretros fueron trasladados hacía el cementerio de Cabeza, bajo torrenciales lluvias y enterrado, un mar de pueblo del territorio acompañaba el sepelio, ambos mártires fueron enterrados ese día. Años después, los restos de Teté fueron trasladados al cementerio de Santa Lucía y depositados allí acompañado por nuestro pueblo en sentida peregrinación (26), y donde aún permanece.

En 1959 se le celebró el juicio en la ciudad de Pinar del Río, al grupo de criminales que habían asesinado a distintos compañeros, entre ellos a Leopoldo García Contino, y la decisión final del Tribunal Provincial Revolucionario fue la pena capital por concepto de fusilamiento (27).

Concluyo la redacción de esta biografía, precisamente en la mañana de hoy, porque la historia como dijo alguien, a veces tiene sus caprichos y por coincidencias históricas hoy es 23 de diciembre del 2003, un día como hoy hace 45 años, se cometió este horrendo crimen por ese grupo de sicarios al servicio de la tiranía batistiana, cuando Teté Contino contaba a la sazón 36 años.

La memoria de Leopoldo García Contino, como todos le llamaban, Teté Contino, vivirá siempre eternamente en nuestros corazones, porque como se expresa en una de las estrofas de nuestro Himno Nacional: “Morir por la patria es vivir”.

El título de esta biografía esta en correspondencia con su obra, porque Teté, sin duda alguna, fue estirpe de íntegro revolucionario.



Fuentes utilizadas

1- Entrevista a Dulce María García Morejón, Grisel García Morejón, medios hermanas de Leopoldo García Contino, entrevista a Leopoldo García Contino (Cuco), hermano carnal de Leopoldo García Contino (Teté) a los cuales su padre les pusieron el mismo nombre, diferenciados por los apodos, ya que nacieron un mismo día y mes pero con tres años de diferencia, y les pusieron este nombre por el almanaque, ya que antiguamente se solía hacer esta operación. Entrevista a Juan García García (sobrino de Teté). Estas entrevistas fueron realizadas en noviembre y diciembre del 2003, en Minas y Santa Lucía por Rolando Beades González, Arch. Personal de Rolando Beades González.

2- Entrevistas a Ángel Cabrera Lara, Leopoldo García Contino (Cuco),y, Antonio María Puente Martínez, en Minas y Santa Lucía, respectivamente, noviembre y diciembre del 2003 y en 1999, por Rolando Beades González, Arch. Personal de Rolando Beades González.

3- Síntesis biográficas de Leopoldo García Contino. Publicación del DOR Provincial del PCC, año 1980 Museo Municipal de Historia Minas, por Rolando Beades González e Israel Dovales López, 1999 y entrevista a Leopoldo García Contino (Cuco), por Rolando Beades González, noviembre-2003, Arch. Personal de Rolando Beades González.

4- Entrevista a Antonio María Puentes Martínez (Pelo Malo), 1999, por Rolando Beades González e Israel Dovales López, Minas, Arch. Personal de Rolando Beades González

5- Entrevista a Eugenio Martínez López (Niño Carmona), miembro del M-26-7, 1998, Minas, por Rafael Martínez de Armas, Arch. Personal de Rolando Beades González.

6- Entrevista de Isaías Noa Machín, uno de los prisioneros junto a Teté Contino 1999 Minas, por Rolando Beades González

7- Fondo Tribunal de Urgencias, Leg #349, causa # 120 / 57, Arch. Provincial de Historia Pinar del Río y entrevista a Isaías Noa Machín, ídem.

8- Entrevista a Francisco González Álvarez, Habana, 1999, por Rafael Martínez de Armas.

9- Entrevista a Guillermo Lamela Font, 1999, Minas, y otros por Rolando Beades González.

10- Entrevista a Juan Bonilla Hernández, 2000, Sumidero, por Rolando Beades González.

11- Entrevista a José Reyes Machín, junio 2000, Minas, por Rolando Beades González.

12- Entrevista a Juan García García, noviembre 2003, Minas, por Rolando Beades González.

13- Entrevista a Zenaida Reyes Machín, 2000, Pinar del Río, por Rolando Beades González.

14- Entrevista a Isaías Noa Machín, 2000, Minas, por Rolando Beades González.

15- Entrevista a Alfredo Pérez González (Pito) y Francisco Javier Rodríguez García (Anguite), Sumidero, 2000, por Rolando Beades González.

16- Síntesis biográficas de Leopoldo García Contino, Edición del DOR del PCC Provincial Pinar del Río, Mártires Pinareños de la Lucha Insurreccional 1953-1958, Sección de Historia, 1984, Museo Municipal Historia, Minas.

17- Entrevista a Leopoldo García Contino (Cuco), Santa Lucía, diciembre 2003, por Rolando Beades González y Grisel García Morejón, Minas, ídem.

18- Entrevista a Andrés Rodríguez García, (Ponso), Sumidero Combatiente, mayo 2000, por Rolando Beades González y otras entrevistas

19- Entrevista a Hermín Pérez Germán, 1998, Caliente, por Rolando Beades González y otras entrevistas.

20- Entrevista a Juan Bonilla Hernández, Sumidero 1999,a Isaías Sánchez Rodríguez, Santa Lucía, marzo 2000, ambos miembros del grupo guerrillero de San Carlos, Dolores Germán, Sdero, y Hermín Pérez Germán, 1998, Caliente ambos enlaces del grupo guerrillero, Adolfo Casas,1999, Miramar, Habana, y otros, Carpeta 5 Serie1 Frente de Pinar del Río , Arch Instituto Historia, Habana y Leopoldo García Contino(Cuco),Santa Lucía, por Rolando Beades González .

21- Laurente del Cuadro, René, Nueve días en desafío a la muerte, mención testimonio, 1985, adaptación de Rolando Beades González, 22-12-2003.

22- Entrevista a Antonio María Puentes Martínez, y Ricardo Aurelio Martínez Prieto, 1999, Minas y Sumidero, por Rolando Beades González.

23- Biografía de Francisco Pérez Germán, por Organizaciones Políticas y de Masas de la Fábrica Partagás, Habana.

24- Entrevista a Tomás Haces Fernández, Alameda Km. 2 ½, carretera de Luis Lazo, Pinar del Río, marzo, 2000, por Rolando Beades González.

25- Revista Bohemia, enero 18-25 de 1959, segunda parte, página 37-38 y 134, Habana y entrevista a Tomás, Haces Fernández, ídem.

26- Entrevista a Dolores Pérez Germán, Grisel García Morejón y Leopoldo García Contino (Cuco), noviembre-diciembre/2003, por Rolando Beades González, Sumidero, Minas y Santa Lucía, respectivamente.

27- Entrevista a Tomás Haces Fernández y Dolores Pérez Germán, ídem.