Tipología textual

Tipología textual
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Concepto:Categoría teórica utilizada para hacer referencia a la organización y clasificación de los textos de acuerdo a sus características y especificidades.


Tipología textual. Categoría teórica para la clasificación de los textos desde el punto de vista científico.

La tipología textual: Aspectos generales

Sanding (1972) es uno de los primeros en intentar proponer una tipología textual. Este autor considera que una tipología textual debe incluir los denominados grupos de usuarios de los textos ubicables dentro de ésta y a las situaciones típicas de utilización. Sanding propone una matriz que considera 20 rasgos tanto comunicativos como lingüísticos. Entre ellos se encuentran el tema, la forma de iniciación y finalización del texto, la oralidad, la espontaneidad, el contacto temporal, etc.
Desde una perspectiva cognitiva, Werlich (1975) sostiene que los tipos de textos son normas ideales para estructurar textos pues son matrices preexistentes que actúan como elementos constructores de textos adaptados a aspectos específicos de la experiencia. Werlich postula que en todo texto se despliegan secuencias sucesivas. Este autor, entiende por secuencia bases temáticas que se refieren a determinados recortes del modelo de la realidad. Discrimina seis bases temáticas que responden a modelos básicos que ponen en correlación objetos y sucesos del mundo- mediatizados por el lenguaje- con procesos innatos de categorización del conocimiento humano.
La propuesta de Werlich (1975) se centra en bases textuales. Estas bases textuales representan bases temáticas. Dichas bases se reducen a cinco modelos que él llama tipos textuales, ya mencionados anteriormente:

  • Base descriptiva (para expresar ocurrencias y cambios en el espacio). A este tipo de oración Werlich la llama: Oración registradora de fenómenos.
  • Base narrativa (expresiones textuales sobre ocurrencias y cambios en el tiempo). Aquí, la oración es llamada: Oración denotativa de cambios/acciones.
  • Base expositiva (expresiones textuales sobre descomposición o composición de representaciones conceptuales del hablante).
  • Base argumentativa (expresiones textuales que crean relaciones entre conceptos o afirmaciones del hablante). Werlich la llama Oración atributiva de cualidad.
  • Base directiva (expresiones textuales que deben valer como indicaciones de acciones), instrucciones. Werlich la denomina Oración exigidora de acción.


Rolf (1993) plantea desde una perspectiva crítica - con la cual coincidimos en esta investigación - que Werlich (1975) en su tipología no se percata de que en los cinco tipos textuales identificados por él no hay cabida para determinadas clases de textos como la carta de condolencias, los agradecimientos, los comprobantes y certificaciones etc. pues se trata de textos que no son ni descriptivos, ni expositivos, ni argumentativos ni tampoco instructivos.
A partir del estudio de la tipología de Werlich (1975), Isenberg (1978) se da a la tarea de elaborar principios que sirvan de guía para el establecimiento de tipologías textuales.

Los principios de Isenberg (1978)

Los principos considerados por Isenberg son:

  • Homogeneidad: referido al establecimiento de un criterio único de tipologización.
  • Monotipia: dada por el hecho de que un texto no pueda ser clasificado simultáneamente en diferentes tipologías. Así, por ejemplo, un texto narrativo no puede ser descriptivo al mismo tiempo. 
  • Ausencia de ambigüedad: expresa que no puede haber textos ambiguos en relación con su pertenencia a una tipología u otra.
  • Exhaustividad: se refiere a que cada texto pueda subordinarse a uno de los tipos de textos considerados en la tipología dada.

Al analizar estas propiedades, Isenberg (1978) se percata de que la mayoría de las tipologías existentes no cumple uno o ninguno de los requisitos, por lo que llega a lo que denomina ‘dilema tipológico’. Este dilema es la imposibilidad de las tipologías textuales de cumplir de forma simultánea los requisitos de homogeneidad, exhaustividad y monotipia sin que se altere la condición de que los tipos de texto que han de definirse, tienen que constituir un conjunto limitado que pueda manejarse.

La función textual como criterio de tipologización

El papel de la función textual como criterio para la determinación de tipologías textuales tiene su base en el modelo Organon-Modell de Bühler (1934). Este modelo parte del signo lingüístico como instrumento (en griego Órganon) con el cual el emisor informa al receptor sobre algo “sobre cosas en el mundo” (Brinker, 2001, 102).
Tomando como punto de partida los aportes de Platón en el Crátilo al señalar que “…el lenguaje es un organum para comunicar uno a otro algo sobre cosas…” , Bühler (1934) ofrece un análisis de las funciones del lenguaje a través de su famoso triángulo semántico, considerado como un diagrama u organon de las funciones de los signos (de las funciones semánticas).
Bühler considera tres elementos fundamentales: el emisor, el receptor y el referente, de los cuales deriva tres dimensiones de análisis:

  • Dimensión expresiva o emotiva: toda expresión lingüística es síntoma de un estado subjetivo del emisor, del que habla consigo mismo, o del que habla con otros, transmitiendo algo. En efecto, toda elocución expresa sentimientos o actitudes subjetivas del emisor o hablante.
  • Dimensión interpelativa, apelativa o deíctica: toda expresión lingüística es una señal para el receptor y oyente, y demanda algo de él.
  • Dimensión representativa, referencial o simbólica: la expresión lingüística es símbolo que posee un contenido, el del pensamiento transmitido.

Estas tres funciones están presentes en todo acto comunicativo aunque una de ellas predomina sobre el resto de acuerdo a las características de dicho acto comunicativo. El enfoque de Bühler (1934) resulta muy apropiado para establecer los diversos modos funcionales de los signos lingüísticos y constituye la base de diversas clasificaciones y descripciones de funciones textuales. Este es el caso del enfoque de Grosse (1974).

Otras propuestas tipológicas

La propuesta de tipología de Große (1974) se basa en la función predominante en el texto. Para él la función textual representa la intención del emisor reflejada en el texto y dirigida al receptor. Así, todos los textos en que sobresale una misma función comunicativa conforman un tipo de texto.
El modelo multiniveles de Heinemann y Viehweger (1991) es el resultado de un sistema de clasificación textual sobre la base de la consideración de diversos aspectos relevantes tanto textuales como contextuales. Para ello toman de la psicología cognitiva la noción de conocimiento procedimental, entendido como un “saber hacer” incorporado de manera intencional pero luego automatizado de modo tal que permite realizar actividades de manera muy veloz y sin tener que esforzar la atención extraordinariamente.
Heinemann y Vieweger (1991) sostienen que en la producción y en la comprensión del texto se ven involucrados distintos sistemas de conocimiento. Entre ellos destacan el saber enciclopédico, lingüístico, el interaccional y el de los esquemas textuales globales. Estos autores afirman que en situaciones de interacción concretas los textos cumplen una función comunicativa determinada y recuperan de la Psicología Cognitiva la noción de modelo de situación. Estos modelos tienen información sobre roles sociales, marcos institucionales, número de hablantes (comunicación diádica, de grupos y de masas) y factores ambientales (espacio y tiempo). Todos ellos son factores de impacto en un análisis textual orientado a la Traducción y en la realización de la Traducción como tal.
Con relación a los procedimientos Heinemann y Vieweger (1991) entienden que son modos de conducirse para lograr objetivos preestablecidos por lo que dependen del saber estratégico de los hablantes. Estos procedimientos comprenden tanto el contenido que debe incluirse, como el modo en que debe transmitirse ese contenido y las tácticas particulares específicas. Una estrategia hace referencia a un patrón de decisiones en la adquisición, retención y utilización de la información que sirve para lograr ciertos objetivos, es decir, para asegurarse de que se den ciertos resultados y no se produzcan otros. De manera que las estrategias son conocimientos que se desarrollan, pueden ajustarse a diversas situaciones y siempre buscan el logro de un resultado.
Desde nuestra consideración, este aspecto podemos aplicarlo y valorarlo en el proceso de traducción, pues como sabemos el traductor debe poseer un saber estratégico en la Lp que le permita comprender el contenido emitido en el TLp, identificar los diferentes recursos utilizados en el texto para lograr el efecto deseado, el cumplimiento de la función comunicativa prevista para el texto y delimitar los bloques de información claves del TLp de manera que al producir el TLl sea capaz de desplegar determinadas estrategias que garanticen la obtención de los resultados deseados y previstos de antemano en el encargo de traducción. En el nivel del procesamiento del texto las estrategias que mencionan Heinemann y Vieweger (1991) son un conocimiento funcional pues el traductor las utiliza de manera conciente adecuándose a la situación comunicativa con miras a la transmisión eficaz del mensaje al receptor (Bernárdez, 1995).
Con relación a la estructuración textual, Heinemann y Vieweger (1991) sostienen que los textos tienen una estructuración arquitectónica composicional. Los dispositivos que consideran son el núcleo textual (NT), la parte inicial (PI) y la parte terminal (PT). El NT puede estar fijado temáticamente y puede ubicarse al principio, al medio y al final.
Con respecto a los esquemas de formulación, Heinemann y Vieweger (1991) postulan que los hablantes tienen un saber prototípico sobre rasgos de formulación de las distintas clases textuales. Este saber prototípico guarda relación con principios generales que guían la comprensión y la producción pues son modelos de formulación (construcciones sintácticas) a los que llaman constituyentes textuales estereotipados y que son potenciales indicadores de clase textual (por ej. en una carta, el lugar y la fecha, el nombre del destinatario, frases tales como: "Me dirijo a Ud.", las fórmulas de despedida, la firma, etc.)
Los autores mencionados acotan sabiamente que toda actividad de tipologización depende del punto de vista adoptado. El analista puede seleccionar como punto de vista una dimensión particular de observación (la funcional, la lingüística, etc.) u optar por la visión global de las dimensiones. Así, las tipologías textuales propuestas en el campo de Traducción no se corresponden del todo con las analizadas hasta el momento aunque consideran, en algunos casos, elementos de las mismas e incluso, logran, en ocasiones, una combinación interesante de elementos de una y otra.










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