Diferencia entre revisiones de «Usuario:Yunesky jc.mtz/Zona de prueba 2»

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El municipio Ciénaga de Zapata linda por el oeste con la Ensenada de la Broa, el Golfo de Batabanó y los municipios Unión de Reyes y Pedro Betancourt; por el norte con Jagüey Grande, Aguada de Pasajeros y Calimete; por el este con Abreus, y por el sur con el Mar Caribe.  
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Fundación de la Filial Provincial de la Unhic
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Un año después del nacimiento de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en 1981, se orientó a las Secciones de Historia del Partido en las provincias la creación de las filiales de la organización en los territorios .  En Matanzas, se constituyó un comité gestor integrado por Leónides Santamaría Álvarez y Arnaldo Jiménez de la Cal, -ambos, miembros de la Sección de Historia del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (CP PCC) y también del movimiento de activistas de Historia- y por Raúl Ruiz Rodríguez, jefe del Departamento de Investigaciones Históricas del Museo Provincial Palacio de Junco, quienes se pronunciaron por “[…] ser muy meticulosos en la recopilación de datos […] con vistas a garantizar las fuentes para la elaboración futura de la historia de la Unhic […]” , por lo que se cuenta con casi toda la documentación sobre aquellos primeros momentos.
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El 14 de julio de 1982, el Buró Ejecutivo del CP PCC aprobó la creación de la filial matancera y propuso a los integrantes de su primer ejecutivo, con Raúl Ruiz Rodríguez como presidente; Nérida Morejón Valdés, secretaria; Osmundo Álvarez Alfonso, tesorero y como miembros Francisco Lancho Aguilera y Arnaldo Jiménez de la Cal. La Filial Provincial de la Unhic en Matanzas se constituyó el 22 de julio en el Museo Palacio de Junco, en un acto presidido por José Manuel Castillo Ruiz, miembro del Buró Ejecutivo del CP PCC, y contó con la presencia de Gloria García y Francisco Pérez Guzmán, secretaria y tesorero de la organización nacional; Ramón Guzmán, director de Cultura en la provincia y otras personalidades, así como con los primeros veintinueve afiliados, fundadores de la Filial. La prensa resaltó la condición de primera filial provincial que se creaba en el país .
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Etapas en el trabajo de la Unhic en la provincia
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Desde entonces, la Filial matancera de la Unhic ha tenido en su desarrollo dos momentos fundamentales que se distinguen por el accionar de quienes han asumido la conducción de la organización y el contexto en que han tenido lugar:
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El primero, de 1982 a 1987, incluye la constitución de la Filial, la conformación del primer Ejecutivo y el surgimiento de las primeras secciones de base. Desde los primeros meses de 1986, se conformaron comités gestores con la participación del Ejecutivo Provincial y las instancias del PCC en los municipios Matanzas, Colón, Jovellanos, Perico, Cárdenas y Jagüey Grande. Aunque no se contaba con un local propio ni con los fondos financieros necesarios, fueron años de ascenso organizativo, científico y en el reconocimiento social de la Filial. Se realizaron actividades científicas de alcance provincial, nacional e internacional, se creó el Premio Antonio José Valdés y surgió el boletín Triunvirato.
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El segundo período, desde 1987 hasta la actualidad, se inició con la designación de Juana Ortiz Ricardo al frente de la Filial, quien se mantiene en esta responsabilidad. Desde entonces, la Filial se ha caracterizado por el crecimiento sistemático de la membresía y de las secciones de base, además del fortalecimiento de la vida interna.
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El año 1988 fue el de despliegue de la organización en la provincia, al aprobarse el 19 de abril, en la reunión del Ejecutivo Provincial, la constitución de la sección de base de Cárdenas con veintisiete afiliados. En octubre de ese año, se reunieron los presidentes de las secciones de base que ya estaban constituidas, para seguir fortaleciendo el trabajo en esa instancia. Para esa fecha, se contaba con doce secciones de base, en instituciones educacionales, culturales de importancia y de carácter territorial (Anexo 1). En la actualidad integran la Unhic matancera 400 miembros, organizados en treinta secciones de base, quince municipales y quince en centros educacionales e instituciones culturales. La organización es representativa de los diversos sectores vinculados con la historia: investigadores, profesores y maestros de los distintos niveles educacionales, museólogos, archiveros, periodistas, médicos, entre otros.
  
Se localiza en la región occidental de Cuba, al sur de la provincia de Matanzas. Cuenta con una superficie de 4 162,4 km2 que la convierte en el municipio más extenso del país; sin embargo es el de menor población absoluta, al contar con 2,2 habitantes por km2. Su población total en diciembre de 2013 ascendía a 9 271 personas.
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Actividad científica
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La actividad científica y de socialización fue tarea prioritaria desde los primeros momentos. Los días 5 y 6 de noviembre de 1982 se realizó en Cárdenas el Primer Encuentro Provincial de Historiadores Matanceros, presidido por los entonces ministro de Cultura y primer secretario del CP PCC, Armando Hart y Esteban Lazo, respectivamente.
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Dos años después, en 1984, se celebró el primer evento de carácter nacional en ocasión del 130 aniversario del natalicio de Juan Gualberto Gómez. Este constituyó un reto, pues contó con la presencia, entre otras destacadas personalidades de la investigación y la enseñanza de la Historia en la nación, de Julio Le Riverend, Hortensia Pichardo, Fernando Portuondo del Prado y Francisco Pérez Guzmán. Se realizó en el pueblo natal del prócer, Sabanilla del Comendador, donde se crearon las condiciones mínimas de infraestructura. En ese contexto se publicó el cuaderno histórico Juan Gualberto Gómez, apuntes para su pensamiento político, de la autoría del profesor José Ramón González Pérez, con una tirada de 2000 ejemplares.
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El 24 de febrero de 1985 se desarrolló el Taller Científico Nacional por el aniversario del reinicio de la guerra de Independencia, en la Galería de Arte Pedro Esquerré, de Matanzas, y los participantes visitaron La Ignacia, lugar del alzamiento en el territorio. El cónclave se distinguió por el intenso debate en torno a la denominación de la fecha, protagonizado por la Dra. Hortensia Pichardo, quien defendió la tesis de Grito de Cuba por la multiplicidad de alzamientos, y el Dr. Fernando Portuondo, quien sostuvo su idea de nombrarlo Grito de Oriente por la importancia de ese día en esta región del país .
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Con estas experiencias, se acometieron diferentes acciones para celebrar el primer evento científico de carácter internacional en conmemoración del centenario de la abolición de la esclavitud, los días 11 y 12 de octubre de 1986, en la EFECI Hermanas Giral, en coauspicio con el Instituto de Historia de la Academia de Ciencias de Cuba y el Centro de Investigaciones de Asia, África y América Latina e incluyó visitas al Museo Palacio del Junco y a las ruinas del ingenio Triunvirato. El 18 de noviembre de ese año, evocando el sesquicentenario del nacimiento de Máximo Gómez Báez, se organizó en la localidad El Roque la mesa redonda “Presencia del generalísimo Máximo Gómez Báez en la provincia de Matanzas” y se entregó la Distinción 150 Aniversario del Natalicio de Máximo Gómez a destacados historiadores -como el  Dr. Arnaldo Jiménez de la Cal, Raúl Ruiz Rodríguez, Osmundo Álvarez Alfonso, Juan F. González García, José  Ramón González Pérez y Roberto Verrier Rodríguez- y a centros de trabajo del municipio.
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Evento provincial Atenas
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Con el propósito de profundizar en la historia local y regional se convocó el Taller Científico Provincial Atenas. El primer Atenas 92 tuvo lugar el 17 de octubre de 1992, en el ISP Juan Marinello. Este es el evento más importante de historia en la provincia, cuya denominación hace honor a uno de los sobrenombres más reconocidos de la ciudad de Matanzas, la Atenas de Cuba, y se ha realizado ininterrumpidamente por más de veintiocho años, coincidiendo con los agasajos fundacionales de la ciudad, en coauspicio con la Asamblea Municipal del Poder Popular y la Dirección de Cultura. (Anexo 2)
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En todos estos años se han presentado más de 1065 resultados de investigaciones científicas y han participado más de 2650 ponentes. También han sido invitados destacados investigadores de las ciencias históricas y pedagógicas del país y el territorio. El Taller Científico Provincial Atenas ha acogido los eventos previos a los Congresos Nacionales de Historia y, en el 2005, cedió su espacio y fecha tradicional para la exitosa celebración del XVIII Congreso Nacional de Historia, en Matanzas. Cada cinco años se selecciona el resultado más sobresaliente en las investigaciones presentadas, que es reconocido con el Premio de la Ciudad, lauro que han recibido en la sesión solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular, en conmemoración de la fundación de la ciudad de Matanzas, María Teresa Paula Terry, Sagrario López, Clara Emma Chávez Álvarez, Dianelis Soto y Karla Beatriz Paredes Galindo.
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En el 2003, en la entrevista que concedió al semanario Girón al finalizar el evento, el Dr. C. Raúl Izquierdo Canosa, presidente del Ejecutivo Nacional de la Unhic afirmó que “los eventos Atenas se han ido enriqueciendo y fortaleciendo”. Sobre la selección de Matanzas como sede del XVIII Congreso Nacional de Historia dijo: “Estoy plenamente convencido, porque así lo han demostrado a lo largo de los veinte años que lleva constituida la Unhic en Matanzas, que su Filial organizará un congreso a la altura del trabajo que ha desarrollado durante todo este tiempo en el país y que, además, sitúa al territorio en uno de los primeros lugares en el trabajo de nuestras filiales” .
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Otros eventos y participación en Congresos Nacionales de Historia
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Las asociaciones de base también celebran otros cónclaves -entre los que destacan el Taller José Fernández In Memorian, en Jagüey Grande; Cosculluela In Memorian, en Ciénaga de Zapata; La Bandera, en Cárdenas; Taller de Historia Local Provincial, en el IPVCE Carlos Marx y el Taller Escuelas por la Matanceridad- y la Filial organizó eventos de significativa trascendencia, como el celebrado en ocasión del XXX aniversario de la creación de los Órganos Locales del Poder Popular en Matanzas, donde la Filial, en coordinación con la secretaría de la Asamblea Provincial del Poder Popular, convocaron al Taller Internacional “La democracia y el papel de los gobiernos locales y nacionales en el contexto actual”. El Dr. Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dictó una conferencia acerca de la democracia en la Historia de Cuba, en la que participaron representantes de quince países y de todas las provincias del país, historiadores y cronistas.
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La provincia de Matanzas ha estado representada en los Congresos Nacionales de Historia desde la etapa republicana. Después del triunfo revolucionario, al retomarse la realización de estos cónclaves, Matanzas fue sede del XVIII Congreso celebrado del 12 al 14 de octubre del 2005. En estos eventos han participado más de ochenta historiadores matanceros, con cerca de sesenta resultados científicos. (Anexo 3)
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Socialización del conocimiento de la Historia y los resultados científicos
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La socialización del conocimiento de la Historia y los resultados científicos, también ha sido tarea primordial desde los momentos fundacionales. A lo largo de estos años, diversos medios han contado con la colaboración de los historiadores matanceros, entre otros, Girón y Humedal del Sur, revistas científicas y culturales como Atenas de la Universidad de Matanzas, Matanzas de Ediciones Matanzas y Matanceros, del Gobierno provincial.
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Sistemática ha sido la presencia de resultados científicos de los historiadores matanceros en Páginas Matanceras y los Cuadernos Históricos, estos últimos publicados por la Sección de Historia del CP PCC con temas sobre la Caravana de la Libertad, la Campaña de Alfabetización y personalidades como Juan Gualberto Gómez, entre otros.
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Sin embargo, el mayor impacto de la organización en la divulgación de los resultados científicos de sus afiliados dio sus frutos cuando a fines de 1984, salió a la luz Triunvirato, órgano oficial de la Unhic en la provincia, con una frecuencia cuatrimestral, por lo que se considera una de las publicaciones de su tipo más antiguas del país. En sus inicios integraron el Consejo de Redacción: Leónides Santamaría Álvarez, Arnaldo Jiménez de la Cal, Clara Emma Chávez Álvarez, Pedro Padilla Díaz, Roberto Verrier Rodríguez, Nereida Jiménez Fernández, Graciela Milián Martínez, Israel Moliner Rendón y José Luis Barroso Muñoz. Desde entonces ha transitado por diferentes momentos, siempre como “la voz y tribuna de los historiadores matanceros”. Durante los años más difíciles del periodo especial casi desaparece, aparecerían plegables u otros medios de formato más sencillo, hasta 1999 en que se reinicia su publicación y a partir del 2000 se inaugura su segunda época y la salida más o menos estable. Su último número salió en el año 2014.
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Otras vías para la socialización han sido la televisión y la radio. En la primera destacan emblemáticos programas como “Crisol del Tiempo”, liderado por el Dr. Ercilio Vento, historiador de la ciudad, o la colaboración del Dr. C. Arnaldo Jiménez de la Cal, desde la fundación del telecentro matancero TV Yumurí, con las efemérides diarias o el programa “Matanzas y su historia”. En los municipios de Cárdenas, Colón y Jagüey Grande, también a través de las emisoras municipales, la Unhic cuenta con espacios para la divulgación.
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La Peña Histórica del Archivo Histórico Provincial y más recientemente las Tardes con la historia, en la sede de la Filial, han sido espacios frecuentes para divulgar el saber histórico matancero. En ocasión del aniversario 25 de la constitución de la Unhic en Matanzas, se publicó un folleto que comenta cronológicamente el devenir y la presencia de la organización y su influencia en la sociedad matancera. 
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Las programaciones en Matanzas de las ediciones de la Feria Internacional del Libro han contado con el papel protagónico de la Filial como parte del Comité Organizador y los historiadores del territorio han mantenido una activa participación en las presentaciones de novedades bibliográficas, homenajes a historiadores, debates y paneles, con especial connotación para aquellos autores de textos sobre la historia matancera. Las jornadas “Leer la historia” o el Festival Universitario del Libro y la Lectura (FULL) también han contribuido a divulgar la historia matancera, la obra de importantes investigadores y promover la investigación y la lectura del libro de historia.
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Relaciones de trabajo con instituciones y organizaciones del territorio
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La Unhic matancera, en consonancia con los convenios que a nivel nacional se han firmado con organismos, organizaciones e instituciones, mantiene estrechos vínculos con sus homólogos en la provincia. Se destacan las relaciones con el Ministerio de Educación (Mined) y el Ministerio de Educación Superior (MES), representado por las universidades, donde siempre han funcionado asociaciones de base de reconocido prestigio y contribuyen de manera conjunta a implementar los planes de acciones para perfeccionar la enseñanza y el aprendizaje de la historia.
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Esta línea se fortalece con las acciones que, como resultado del convenio con la Asociación de Pedagogos de Cuba (APC), favorecen la presencia de afiliados de ambas organizaciones en eventos, publicaciones y proyectos investigativos. A modo de ejemplo, se destacan la investigación de la APC sobre los educadores destacados del siglo XX y Escuelas por la Matanceridad, proyecto territorial de la APC. El primero ha incluido a los historiadores como educadores destacados, lo que ha contribuido a divulgar su obra y estos resultados se han presentado en el evento Atenas. El segundo, cuenta con el coauspicio de la Filial Provincial de la Unhic y la participación de los miembros de la organización.
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Existen convenios de colaboración con la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) y la Sociedad Cultural José Martí, con la que se comparten la sede social y la divulgación del pensamiento martiano. De conjunto con la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) se acometen acciones para fortalecer el trabajo con la historia en la sociedad matancera. Los especialistas de la Unhic participan en las convocatorias de concursos y acciones de divulgación histórica en los barrios y, de manera recíproca, las organizaciones políticas y de masas participan en el evento Atenas y en las actividades de la organización.
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Los convenios recientemente firmados con los Joven Club de Computación y la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) han permitido la mayor presencia de los historiadores en los diversos medios y la divulgación de la historia local y regional en Ecured. Con la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), primer órgano de relación de la organización, se mantienen estrechas relaciones y la Filial está representada en el Consejo Asesor de las Ciencias Sociales.  El convenio firmado con la Dirección Provincial de Cultura va más allá de lo que pueda significar como actual órgano de relación y es significativo el apoyo que se recibe hasta el nivel de los municipios
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La enseñanza de la Historia
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Desde la fundación de la Unhic en la provincia, su quehacer ha estado ligado a la enseñanza de la historia y la investigación. No resulta fortuito que las primeras asociaciones de base se constituyeran en centros educacionales y sus fundadores, además de reconocidos historiadores, procedieran en su mayoría de las filas del magisterio. La enseñanza de la Historia ha sido tema central de actividades conmemorativas, ejemplo de lo cual fue la conferencia sobre La historia regional en la enseñanza de la Historia, impartida, en el 7mo aniversario de la Unhic en Matanzas, por el Dr. C. Salvador Morales.
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También a este tema se han dedicado importantes eventos; el primero de ellos, la Conferencia Científica Provincial sobre la Enseñanza de la Historia, que se realizó el 19 de diciembre de 1987, antecedida por un intenso trabajo preparatorio con el apoyo de la Dirección Provincial de Educación. En octubre de 1989, en lo que fuera sede del ISP Juan Marinello, se desarrolló una sesión científica sobre la trascendencia del colegio La Empresa, convocada por Juan Francisco González, del Ejecutivo Provincial de la Unhic, que contó con la participación de José Ramón Fernández, entonces ministro de Educación, y el historiador Julio Le Riverend.
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Estos eventos favorecieron la divulgación de resultados científicos de carácter teórico y metodológico, contribuyeron a elevar la calidad de la enseñanza y a lograr mejores resultados en el aprendizaje de los estudiantes.
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Hoy son más de 150 los resultados de tesis de maestrías y doctorados que, sobre la enseñanza de la Historia y su investigación, existen en la provincia, con importantes premios y reconocimientos, tanto de la Unhic como del Citma, la APC y otras instituciones.
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Es importante para la escuela matancera la participación de miembros de la organización en la elaboración de productos informáticos; multimedias como Matanzas. Sombras y luces 1902 – 1952 o Girón; páginas o sitios Web como La historia de la educación matancera escolarizada durante la colonia, Matanzas en la colonia, Atenienses o los recorridos virtuales por los museos, entre otros.
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En la actualidad, la Unhic matancera se ha insertado en distintas acciones para apoyar el III Perfeccionamiento de la Educación en el territorio, destacándose por las acciones realizadas con los jóvenes, particularmente aquellos vinculados a la formación de maestros, tanto en el nivel superior como de nivel medio. Entre los años 1999 a 2002, funcionó una asociación de base juvenil en el ISP Juan Marinello y los estudiantes de la licenciatura en Educación, de la especialidad Marxismo e Historia, han participado en los eventos Atenas y otras actividades en la sede de la organización. Entre ellos se destaca la participación de la estudiante Dana Bolaños en el Congreso Nacional de Historia, efectuado en Santiago de Cuba. La asociación de base Juan Marinello entrega el Premio Juan Francisco González al mejor graduado que se destaque en la investigación y enseñanza de la Historia.  
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En defensa del patrimonio
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La Unhic matancera mantiene estrechas relaciones con el Centro Provincial de Patrimonio Cultural en Matanzas, con la presencia de un miembro de la organización en la Comisión Provincial de Monumentos y una buena parte de la membresía está constituida por museólogos. Son destacados los aportes de los museos Palacio de Junco, de Bomberos y Farmacéutico que, como instituciones y también sus asociaciones de base y miembros de la Unhic, han sido reconocidas por la organización, en la provincia y nacionalmente. En los eventos de historia, y particularmente en Atenas, se dedican espacios al debate de temas patrimoniales y de educación patrimonial; también destaca el evento Museología y Sociedad, incorporado al coauspicio de la Unhic a nivel nacional.
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Premio Anual Provincial Antonio José Valdés
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El 22 de marzo de 1983, la Filial matancera de la Unhic instituyó el Premio Anual Provincial Antonio José Valdés, como vía para estimular a sus afiliados, el cual ha sido entregado ininterrumpidamente y el primero en recibirlo fue José Cuétara Villa. El premio se entrega en la fecha del 22 de julio, en ocasión del acto central para conmemorar el aniversario de la fundación de la Filial, en el que se entregan, además, los diplomas de reconocimiento que, para sus miembros, establece la Unhic y se distingue el trabajo de las asociaciones que son sede del acto.
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Reconocimientos
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El prestigio de sus miembros y el trabajo colectivo de la organización en la provincia, han motivado la entrega de distinciones y reconocimientos como la Medalla Conmemorativa por el XXX aniversario de la Academia de Ciencias de Cuba y el XX Aniversario de la Universidad de Matanzas. La Asamblea Municipal del Poder Popular le ha otorgado la Moneda Tricentenario de la Ciudad de Matanzas y el Símbolo de la Ciudad de Matanzas. La Unhic le concedió la Distinción Emilio Roig de Leuchsenring. También las organizaciones de masas en la provincia -ACRC, CDR y FMC-, así como la Universidad de Ciencias Pedagógicas Juan Marinello le han entregado diplomas de reconocimiento. Muchos de sus afiliados han sido merecedores de distinciones nacionales.
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En 1998, la Filial Provincial de la Unhic en Matanzas obtuvo por primera vez la sede del acto nacional por el Día del Historiador “no por razones de proximidad a la capital, sino por méritos…” . La actividad se efectuó en la Sala de Conciertos José White, presidida por Yadira García Vera, entonces primera secretaria del CP PCC, y las palabras centrales estuvieron a cargo de Eusebio Leal Spengler, presidente de la Unhic en aquel momento, quien agradeció a Juana Ortiz y a la Filial matancera “[…] por la labor de unidad y trabajo constante, que […] ha deparado nuevos momentos a la Unión de Historiadores […]” .
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La Unhic en Matanzas es una organización que ha contribuido a salvaguardar la historia matancera para los tiempos presentes y futuros desde la investigación, la divulgación y su enseñanza.
  
== Historia ==
 
  
=== Primeros pobladores ===
 
  
Las investigaciones arqueológicas al sur de la provincia de Matanzas se remontan al año 1913 cuando el ingeniero Juan Antonio Cosculluela, durante los trabajos de deslinde en la zona, descubre accidentalmente el montículo denominado Guayabo Blanco que más tarde daría nombre a una de las culturas aborígenes de Cuba.  Por aquel entonces encuentra en las excavaciones el único cráneo no deformado de aborigen cubano.
 
  
Otros hallazgos de gran importancia ocurridos en ese decenio serían los sitios Venero Prieto, Ventura y Cayo de las Estacadas en la Laguna del Tesoro. A mediados de 1940 el doctor José Álvarez Conde realiza otros descubrimientos Mientras, a finales de esa década, Antonio González Muñoz reportaba el sitio Punta Perdiz. En 1988, personal de la Academia de Ciencias declaró veintidós nuevos sitios arqueológicos en territorio cenaguero, todos de grupos mesolíticos, con economía de apropiación.
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Anexo 1. Primeras secciones de base creadas en la provincia
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En centros educacionales
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La primera sección de base se creó el 17 de junio de 1986, en la Escuela Formadora de Educadoras de Círculos Infantiles (EFECI) Hermanas Giral. Estuvo integrada por seis miembros y se seleccionó como presidente al profesor Valentín Naranjo Gómez. Una semana después, el 24 de junio de 1986, surgió la del Instituto Superior Pedagógico (ISP) Juan Marinello, con veintidós miembros, la cual ha funcionado ininterrumpidamente hasta la actualidad y su primer presidente fue Eulalio Jesús Fonte Álvarez.
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Las siguientes secciones de base constituidas fueron las de la Escuela Pedagógica René Fraga Moreno, Escuela Provincial del PCC José Smith Comas, Instituto Superior Agroindustrial Camilo Cienfuegos, Instituto Superior de Cultura Física Manuel Fajardo, Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Carlos Marx y el centro Mined-IPE.
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En instituciones
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Museo Provincial Palacio de Junco y Archivo Histórico Provincial.
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Territoriales
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Colón y Cárdenas.
  
De las culturas agroceramistas o neolíticos solo se reporta el sitio Cocodrilos, descubierto en 1997 por el investigador Adrián Álvarez Chávez. Entre las evidencias colectadas en ese lugar se destacan hachas petaloides, cuentas de cuarcita para collares y fragmentos de burén y vasijas de cerámica.
 
  
=== Descubrimiento y ocupación ===
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Anexo 2. Desarrollo del primer evento Atenas, sedes posteriores e invitados
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Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Raúl Ruiz Rodríguez, entonces historiador de la ciudad de Matanzas. Como actividades científicas centrales se desarrollaron la mesa redonda “Democracia y neocolonialismo en Cuba”, que tuvo como moderador al Dr. C. Arnaldo Jiménez de la Cal y la participación de los doctores en Ciencias Históricas Hernán Venegas y Lilliam Vizcaíno, así como el historiador matancero Jesús Fonte Álvarez y la conferencia magistral “La arquitectura de la ciudad de Matanzas”, impartida por la Dr. C. Alicia García Santana.
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Importantes instituciones educativas, científicas y culturales han sido sede del evento, como la Academia de Ciencias, la Sala de Conciertos José White, el IPVCE Carlos Marx, la Oficina del Historiador de la Ciudad y la Universidad de Matanzas, entre otros. Desde el año 2003 su sede, ya habitual, es el Castillo San Severino.
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Han sido invitados a los eventos realizados, entre otras destacadas personalidades, Raúl Izquierdo Canosa, Mildred de la Torre, Francisca López Civeira, Nancy Loyola, Martha Cordiés, Zoe Cremé, René González Barrios, Arnaldo Jiménez de la Cal, Ercilio Vento Canosa y Oscar Piñera. Miembros del Ejecutivo nacional de la organización han honrado el evento con su presencia, así como representantes de las organizaciones científicas y autoridades políticas y gubernamentales del territorio. En ocasiones ha contado con la participación de representantes de Colombia, Méjico y Estados Unidos.
  
Al parecer, fue Cristóbal Colón el primer europeo que fijó su vista en el territorio que después se denominaría Ciénaga de Zapata. Tal hecho ocurrió en su viaje de 1494, cuando el Almirante recorrió parte de la costa sur cubana con evidente propósito de exploración superficial.
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Anexo 3. Participación en los Congresos Nacionales de Historia
 
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En la etapa de la seudorepública
La labor del descubridor la completaría Sebastián de Ocampo encargado del bojeo a la Isla de Cuba hacia 1508. Se conoce que entre 1514 y 1518 otorgó Diego Velázquez la primera encomienda en terrenos de la periferia norte matancera. Similar proceso debió haber ocurrido en esa fecha en áreas próximas a la Bahía de Cochinos, si se tienen en cuenta varias circunstancias, como la indudable preeminencia de la costa sur en estos primeros años; la proximidad de la bahía de Jagua, asiento marítimo de frecuente recalada y que para entonces, aunque con abundantes tramos pantanosos, la extensión litoral de Zapata no era en su totalidad una ciénaga improductiva como lo fue después.
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En esta etapa, en octubre de 1950, Cárdenas fue sede del IX Congreso y, en 1952, las ciudades de La Habana y Matanzas compartieron la sede del X congreso. En los congresos organizados antes del triunfo de la Revolución,  Matanzas tuvo la siguiente participación: Primer Congreso, La Habana, 1942, dos participantes; Segundo Congreso, 1943, La Habana, dos participantes; Tercer Congreso, 1944, Trinidad, tres participantes; Cuarto Congreso, 1945, Santiago de Cuba, dos participantes; Quinto Congreso, 1946, La Habana, dos participantes; Sexto Congreso, 1947, Trinidad, un participanteSéptimo Congreso, Santiago de Cuba, un participante; Octavo Congreso, Trinidad; Noveno Congreso, Cárdenas, seis participantes; Décimo Congreso, Habana y Matanzas, tres participantes; Onceno Congreso, Trinidad, seis participantes.
 
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Después del triunfo de la Revolución
No hay que descartar como improbable la aseveración de José A. Treserra, cuando al hacer mención de López Conchillos, secretario del Rey Fernando el Católico, y de un tal Zapata, ministro del mismo monarca, afirma que por aquellos tiempos estos personajes tuvieron encomiendas de indios que por esos entornos le atendían sus estancias de casabe y puercos.
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En los eventos realizados después del triunfo de la Revolución, la participación de matanceros es la siguiente: Decimocuarto Congreso, La Habana, 1997, cinco participantes; Decimoquinto Congreso, Sancti Spíritus, 1999, diez participantes; Dieciséis Congreso, Santiago de Cuba, 2001, ocho participantes; Diecisiete Congreso, 2003, Cienfuegos, ocho participantes; Decimoctavo Congreso, 2005, Matanzas, nueve participantes; Decimonoveno Congreso, 2007, Ciego de Ávila, siete participantes; Veinte Congreso, 2011, Guantánamo, seis participantes; Vigesimoprimer Congreso, 2014, Camagüey, dos participantes; Vigesimosegundo Congreso, 2016, Holguín, cinco participantes Vigesimotercer Congreso, 2018, Granma, cinco participantes.
 
 
De cualquier manera, las desventajas de la región propiciarán un desarrollo económico y social diferenciado del resto de la actual provincia matancera y de toda la Isla. La península de Zapata será un área relegada, casi marginal en lo tocante a atenciones oficiales. Quizás por esas razones fue ese litoral un recodo propicio para las actividades de corsarios y piratas.
 
 
 
La enmarañada geografía posibilitó la actividad ilícita sin límites: cayería abundante, terreno agreste y la ubicación en la costa sur occidental, hicieron de aquella comarca un abrigo natural para las huestes de filibusteros. Primero el español Diego Pérez y después el francés Gilbert Girón, capitanearon hordas en ese territorio, durante la segunda mitad del siglo XVI.
 
 
 
=== La Colonia ===
 
 
 
El desarrollo e historia de Ciénaga de Zapata están marcados por dos grandes regiones: la occidental desde Bahía de Cochinos hasta Ensenada de la Broa, y la oriental, desde Cochinos hacia el este. Esta última constituía la región más poblada, donde se encuentran las tierras menos pantanosas y más firmes para el cultivo y otras actividades económicas. Por esta razón dicha área fue objeto de la codicia de geófagos y latifundistas. Ello dio lugar al surgimiento temprano de numerosas haciendas como San Blas, La Ceiba, San Vicente de Cocodrilos, Santa Teresa, Júcaro Quemado y Guasasa. La Ciénaga Occidental, más extensa y pantanosa, con menos núcleos poblacionales, tuvo entre sus fincas primadas a Santo Cristo de los   Maneaderos, Cazones  y El Maíz.
 
 
 
Entre los mayores propietarios de tierra de la zona en el siglo XIX sobresalieron Manuel Antón Recio de Morales, Ambrosio de Cárdenas y Romero, Miguel de Cárdenas, Francisco Romero y Núñez, Antonio Beitia O'Farrill, Antonio Beitia y Zayas Bazán, Antonio y Joaquín Zayas Bazán. Todos personajes que ostentaban títulos nobiliarios, con excepción de los Zayas-Bazán.
 
 
 
En la centuria decimonónica, con el auge de la industria azucarera, es que comienza a ser objeto de depredación la riqueza forestal de Zapata, sobre todo la porción norte donde se talan bosques para utilizar la madera como combustible, así como para desbrozar terrenos y dedicarlos al cultivo de la caña de azúcar.
 
 
 
A finales del siglo XVIII inciden en la Isla una serie de factores internos y externos que condicionaron el crecimiento acelerado de la industria azucarera, donde azúcar y esclavitud marcharían al unísono. Como era de suponer, por las características del sistema de plantación impuesto a esos hombres esclavizados, sus justas rebeldías no se hicieron esperar. Las condiciones naturales de la Ciénaga, propiciaron su utilización como sitio de refugio. Los evadidos de las dotaciones de esclavos de zonas limítrofes, así como de otros territorios, buscaban amparo en este apartado lugar.
 
 
 
Desde la temprana fecha de 1801 ya se reportaba la destrucción de un palenque de cimarrones en la zona del Hanábana En 1827 aumentaban las noticias sobre palenques y cuadrillas de cimarrones en esa zona. Se reportaba la presencia de cerca de cien apalencados en los bosques, cayos y pantanos de Zapata, armados de machetes calabozos, chuzos e incluso armas de fuego. Ese mismo año, Gregorio Zamora, teniente pedáneo del partido de Macurijes, aseguraba que en fecha bastante anterior (1807), su hermano había perseguido durante dos días a un grupo de veinte cimarrones, los que lograron evadirse al cruzar a nado y auxiliados con sogas, el río Hatiguanico. En 1831 el gobernador de Cienfuegos comisionó al pedáneo de Yaguaramas para que comprobara la presencia de un palenque en Ensenada de Cochinos, cuyo resultado fue la captura de dos bozales en áreas de la hacienda Santa Teresa. 
 
 
 
La situación geográfica y peculiaridades naturales de Zapata también propiciaron que la zona fuera escogida como punto de introducción clandestina de africanos a cargo de traficantes que, burlando la vigilancia establecida, lograban sus objetivos. Generalmente, este comercio de hombres tenía lugar por las inmediaciones de Bahía de Cochinos, y ya concretado, escogían los lotes para enviarlos en pequeñas partidas hacia los ingenios de destino, casi siempre matanceros.
 
 
 
El tráfico negrero llegó a desarrollarse con tanta frecuencia en la zona, que mantuvo en jaque a las autoridades de la Isla, desde los capitanes pedáneos hasta el Capitán General. Así lo evidencia la carta fechada en Cienfuegos el 27 de octubre de 1831, en la que el Gobernador de la villa notificaba al pedáneo de Yaguaramas, que había recibido una comunicación del tesorero de la colonia, relativa al contrabando de hombres por Ensenada de Cochinos. Sin embargo, los arribos clandestinos continuarían, como lo demuestra el arribo de mil doscientos bozales, acaecido el 18 de mayo de 1853.
 
 
 
=== Lucha en pos de la Independencia Nacional ===
 
 
 
Aunque la guerra de los Diez Años se desarrolló fundamentalmente en Oriente, Camagüey y Las Villas, Matanzas también participó en la misma. El 10 de febrero de 1869, el grupo de matanceros sublevados, encabezado por Gabriel García-Menocal, administrador del ingenio Australia, y el coronel mexicano José Inclán, se dirigió a Jagüey Grande, ocupándolo por espacio de tres horas. Al tornarse insostenible esa posición, Inclán decidió internarse en la Ciénaga de Zapata con alrededor de doscientos efectivos.
 
 
 
El gobierno colonial movilizó todos sus recursos disponibles. Envió varios batallones hacia esa zona; unidas las fuerzas de Cárdenas, Matanzas y Colón, cercaron desde Cantabria hasta Caimito del Hanábana; mientras que por mar situaban varias cañoneras. Estas medidas resultaron inútiles, los insurrectos no pudieron ser aniquilados en la Ciénaga, ni los jefes claudicaron. García-Menocal, José Inclán, Agustín Rodríguez y cerca de doscientos insurrectos más continuaron operando en Zapata y en la jurisdicción de Cienfuegos.
 
 
 
El 9 de marzo de 1869, el oficial insurrecto Jesús del Sol, procedente de Cienfuegos, incursionó en la Ciénaga. Operó en las proximidades de Jagüey Grande y Colón, lo que creó una difícil situación a las fuerzas españolas encargadas de eliminar los focos mambises refugiados en esa zona. Con Jesús del Sol se iniciaban los avances invasores hacia el sur matancero.
 
 
 
Otros jefes insurrectos que en este período utilizaron los predios cenagueros como centro de acción, fueron Miguel Madruga y el general Antonio de Armas. Con el comienzo de 1870 continuaron las acciones combativas, al tiempo que se recrudecía la ofensiva del ejército español. José Inclán, en coordinación con el mando supremo de la guerra, inició en los meses de enero a febrero la invasión hacia la región matancera. Había partido de su jefatura localizada en Ciénaga de Zapata y avanzó hasta las proximidades de la ciudad de Matanzas.
 
 
 
Uno de los hechos más importantes de este período lo constituyó el cruce por esos parajes del grupo invasor que, al mando del general de Brigada Luis de la Maza Arredondo, se dirigía hacia La Habana en cumplimiento de la orden recibida del general Adolfo Fernández Cavada. La decisión estratégica del mando mambí, defensor de la necesaria invasión a occidente, se puso de manifiesto cuando fue designado Luis de la Maza para realizar esa arriesgada misión.
 
 
 
Numerosos cenagueros habían participado en la contienda de la Guerra Grande. Uno de ellos, Eulogio Lobato González, quien por su entrega a la causa independentista resultó deportado a Ceuta, regresaría a Cuba luego de firmarse el Pacto del Zanjón. Cuando las fuerzas cubanas requirieron la asistencia de prácticos, pudieron contar con los coterráneos y el auxilio oportuno. Comenzaba así la Ciénaga a escribir su historia de luchas políticas a favor de la independencia nacional.
 
 
 
Germinaba un nuevo enfrentamiento de los cubanos contra el dominio español. La Guerra Chiquita constituyó un hito dentro de las luchas cubanas por la liberación nacional. En Matanzas, varias partidas permanecieron en pie de combate, entre ellas, las del coronel Cecilio González. Del mismo modo que en la década anterior, durante todo el período conocido como Tregua Fecunda, la Ciénaga de Zapata se comportó como retaguardia natural. En noviembre de 1879 la zona de Zapata fue testigo del levantamiento del veterano mambí Cecilio González, quien acampado en la Ciénaga, incrementó las acciones bélicas a pesar de la persecución imperante.
 
 
 
También merece mención el fenómeno del bandolerismo que asumió en la Ciénaga de Zapata una significación especial. Además de José Álvarez Matagás, operaron Regino Alfonso y Nicasio Matos, El Tuerto, así como otros bandidos que transitaron por un proceso de maduración hacia posiciones independentistas. Pero de todos, resultó José Álvarez el que más se distinguió en esos territorios donde consolidó la base de su campo de acción.
 
 
 
Fundamentado en la experiencia histórica de las dos contiendas bélicas anteriores, José Martí y Máximo Gómez elaboraron la estrategia de la Guerra del 95. Coincidente con el alzamiento ocurrido en Ibarra, el 24 de febrero se produjeron en Matanzas y al este de Cienfuegos, otras dos sublevaciones. Una de ellas tuvo lugar en la finca La Sirena, en Jagüey Grande, dirigida por el Dr. Martín Marrero y los hermanos José Agustín y Aurelio Rodríguez, al frente de alrededor de cuarenta hombres. Dos días después, en Palmar Bonito, se produjo el primer enfrentamiento armado de la gesta de 1895 en todo el occidente. El 27 de febrero, Martín Marrero decidió internarse en la Ciénaga para esperar las órdenes pertinentes.
 
 
 
El otro levantamiento tuvo lugar en Sabana de Los Charcones, en las proximidades de Aguada de Pasajeros, donde se sublevó ese 24 de febrero el teniente coronel Joaquín Pedroso, junto a diez hombres más. Aunque éste alzamiento no se produjo en territorio matancero, en el mismo tomaron parte patriotas nacidos en Matanzas y sus hombres utilizaron el refugio cenaguero.
 
 
 
El 6 de noviembre de 1895, partidas insurrectas bajo las órdenes de Pérez Garoz y el general José Lacret se enfrentaron a fuerzas españolas en Cayo Espino, al sur de Amarillas, zona contigua a Ciénaga de Zapata. La presencia a finales de 1895 de mambises en el centro y al este de Ciénaga de Zapata preocupaba a la jefatura militar española, al punto que dispuso una serie de medidas defensivas. Una de ellas fue acantonar al General de Brigada Luis Prats Braudagan con sus tropas en el poblado de Amarillas; y con el fin de frustrar cualquier intento de arribo de expediciones cubanas por esa zona, levantaron un fuerte en Caleta del Rosario. 
 
 
 
Entre el 9 y el 10 de marzo de 1896, territorios limítrofes con Zapata fueron recorridos por Antonio Maceo. El 10 se reunió con Máximo Gómez en El Galeón, en lo que sería su última entrevista; y en su marcha hacia la provincia habanera, enrumbó hacia el oeste por la costanera occidental de la ciénaga.
 
 
 
La importancia estratégica que le conferían las autoridades militares a la Ciénaga de Zapata se evidencia cuando el 31 de marzo de 1897 llevaron a cabo una expedición militar que desembarcó un día después en el territorio, por tres puntos vitales. La fuerza, que tenía como objetivo destruir y eliminar la base de apoyo que representaba la región para los mambises, contó con tres columnas de soldados: una desembarcó por Ensenada de la Broa; la otra lo hizo por Cazones y la tercera en la propia Bahía de Cochinos. Además, reforzaron la operación de desembarco con el despliegue de un batallón en Yaguaramas para impedir la retirada de los insurrectos por la parte de Cienfuegos, y responsabilizaron a la Brigada de Matanzas con la vigilancia de los límites con esa jurisdicción. Esta maniobra de hostigamiento, así como la vigilancia de los movimientos de los insurrectos hacia y desde el territorio cenaguero, se extendieron hasta finales de abril de 1897.
 
 
 
Un año más tarde, el 24 de enero de 1898, el Secretario de Guerra del Consejo de Gobierno de la República en Armas elevó a sus superiores un proyecto militar. El mismo fundamentaba el fortalecimiento de la contienda en Matanzas mediante la organización de una expedición que desembarcara por el sur. La maniobra perseguía incrementar las fuerzas insurrectas que combatían en Ciénaga de Zapata y dotarlas de armamento, para hacer de éste un punto estratégico, como lugar de refugio y centro de operaciones de los mambises en occidente.
 
 
 
En la Ciénaga las prefecturas se esparcían por el territorio; se establecieron en San Blas, Santa Teresa, Punta Perdiz, Soplillar, Manjuarí y Bartolina. En esa última, conocida por La Herrería, existió un taller de armería y un hospital. A la existencia de numerosos bancos de sangre, hospitales y enfermerías en el territorio cenaguero, se agregaban los localizados en Manjuarí, Sabanetón y Blanquizal, en los que los necesitados encontraban refugio.
 
 
 
La Guerra del 95 constituyó un período de consolidación y reafirmación de la nacionalidad cubana, resumen de treinta años de luchas en pos de la fundación de una República libre y soberana. A ese propósito es justo reconocer el aporte brindado por la Ciénaga de Zapata, materializado en el establecimiento de hospitales de sangre y enfermerías, campamentos, refugios y en los hombres incorporados al Ejército Libertador; lo que incuestionablemente contribuyó a la consumación de la victoria mambisa frente al poder colonial. No se puede olvidar que Bahía de Cochinos, fue rebautizada por los insurrectos cubanos como “Bahía de la Independencia”; en tanto, los españoles le aquilataron su valor estratégico.
 
 
 
==República e Inurrección ==
 
 
 
El 1˚ de enero de 1899 comenzaría oficialmente el primer período del gobierno interventor norteamericano en Cuba. En Ciénaga de Zapata, esa etapa de 1899 a 1902 solo le aportó un aspecto positivo por su impacto en la economía local, el movimiento inversionista asumido ─fundamentalmente─ por los inmigrantes españoles. Éstos, que representaban un porcentaje apreciable dentro de la población local, se dedicaron a fomentar las líneas estrechas de ferrocarril, y acondicionaron canales fluviales y embarcaderos, en beneficio directo de la explotación forestal, principal actividad de la zona.
 
 
 
Las potencialidades económicas de la Ciénaga de Zapata eran prometedoras. Sin embargo, la República no condicionó su desarrollo; por el contrario, la aletargó entre bosques y manglares sometidos a una explotación anárquica. Como en el resto del país los grandes latifundios improductivos en manos de personajes que en su mayoría no residían en el territorio, determinó su estructura agraria y, en consecuencia, su devenir socioeconómico. Se iniciaba una historia de demandas por linderos, geofagia, proyectos de desecación frustrados, penetración de capitales foráneos y establecimiento de compañías agrícolas.
 
 
 
Desde los albores del siglo XX, los índices de progreso socioeconómico en Ciénaga de Zapata se comportaban con una marcada lentitud. Una de las principales limitantes en el desenvolvimiento de las relaciones de producción, radicaba en el bajo nivel de desarrollo de las comunicaciones. Las vías de comunicación internas estaban asociadas a la propia Naturaleza. Veredas a través de los tupidos montes, caminos flotantes, los canales de Santo Tomás, Muñoz, El Maíz —entre otros— y el curso de los ríos, cual el Hatiguanico que atravesaba casi toda la región de este a oeste, vertiendo en Ensenada de la Broa. Botes, cachuchas y chalanas largas remolcadas por lanchas de motor o impulsados por pértigas, circulaban por el sistema de canales y compuertas, construidos por la mano del hombre. Asimismo preparaban carriles sobre el diente de perro aplanado con mandarria para que permitiera transitar.
 
 
 
El intercambio con el exterior se podía realizar por los embarcaderos, que se multiplicaron desde finales del siglo XIX y durante la primera mitad de la siguiente centuria. Entre los puntos más importantes de embarque prevalecieron Punta Perdiz (comercio con Batabanó y Cienfuegos) y Caleta Buena (comercio con Cienfuegos).
 
 
 
En plena Primera Guerra Mundial, incentivados por el alza del precio del azúcar y el incremento de la demanda en el mercado internacional, los productores nacionales ampliaron las plantaciones cañeras hasta áreas cenagueras nunca antes utilizadas para ese cultivo. Consecuente con las necesidades de esa producción, caminos para el azúcar,en 1914 se fomentó la línea que unió el central Covadonga con Viradero. Tres años después, en 1917, se terminó la línea Australia-Ensenada. Vinculados a las empresas ferroviarias Covadonga-Viradero y Australia-Ensenada de Cochinos, funcionaban teléfonos de hilo directo o magneto en algunos de los bateyes comprendidos en sus rutas, propiedad privada de las industrias de referencia. Su principal función consistía en controlar el recorrido de vagones y locomotoras por ambas vías. A estos medios de transporte  se unió a finales de los años de 1940 un ómnibus que procedente de Juraguá, rendía viaje en Punta Perdiz.
 
 
 
La principal actividad económica en Zapata fue la explotación de la madera dura que se empleaba en la construcción de viviendas, traviesas de vía férrea, cujes de casas de tabaco, estacas de carretas y postes de cercas; así como la elaboración del carbón vegetal con maderas blancas. En el transcurso del tiempo y de modo indiscriminado se cazaban cocodrilos y manatíes para vender sus carnes y pieles.
 
 
 
Entre otras de las actividades económicas se situaba en primer lugar la ganadería extensiva, principalmente localizada en la parte nororiental, hacia Aguada de Pasajeros, zona de tradición pecuaria; así como el cultivo de arroz en dicha zona. Las incipientes plantaciones azucareras nunca llegaron a constituir un renglón de importancia en la económica cenaguera, como tampoco lo fue la esporádica explotación del henequén. En cambio, sí tuvo liquidez la producción de cera y miel.
 
 
 
El consumo de la sal acumulada de forma natural en los lagunatos formados en las costas fue usual en el territorio hasta que, a partir de los años de 1940, se inició su producción con fines comerciales en las Salinas de Brito. En tanto, la agricultura y la pesca constituyeron prácticas de subsistencia. Las áreas boscosas desmontadas eran utilizadas en el cultivo de frijoles, boniato, yuca, calabaza, maíz y plátanos.
 
 
 
Los primeros pasos a fin de desarrollar el turismo se concretaron, cuando en 1958 la Ciénaga fue declarada Zona de Atracción Turística. Pero, no se acometió la preparación de la infraestructura necesaria para iniciar esa actividad económica que hubiera mejorado el nivel de vida de los cenagueros vinculados a ella. En tanto, los cenagueros seguirían dependientes de la explotación forestal.
 
 
 
De ahí, que una particular distintiva de ese extenso territorio fuera el aislamiento. En los albores del siglo XX, los mayores bateyes de la zona oriental eran La Ceiba, Cayo Ramona y Viradero, beneficiados por la ruta del ferrocarril de Covadonga. En la región occidental, solo estuvo Buenaventura. El resto eran bohíos diseminados en el paisaje.
 
 
 
En lo social predominaba la vida seminómada, realidad que originó el rústico rancho cenaguero, versión ampliada de un varaentierra, de carácter totalmente provisional, destino natural de los carboneros. Los pobladores, nombrados por algunos historiadores como los “zombis del pantano”, carecían tanto de la posibilidad de inscribir el nacimiento, como la de recibir la muerte. En resumen, cero electricidad, registros civiles, cementerios, acueductos, entidades administrativas, templos religiosos, centros culturales y asistenciales, instalaciones militares; ni la más elemental infraestructura urbana.
 
 
 
El acceso al sistema de enseñanza vigente en el país, incluso el derecho de aprender a escribir y leer, constituía un privilegio de pocos en la Ciénaga de Zapata. A finales de la década de 1930 surgieron las únicas escuelas rurales que existieron hasta 1959. Localizadas en Cayo Ramona, La Ceiba, Bermejas, San Blas, Helechal y Soplillar ─por diversas razones ─ no siempre pudieron cumplir las funciones que les dieron origen. Mientras, desde Juraguá hasta Punta Perdiz, a lo largo de 63 km de costa, no funcionaba ni un solo centro educacional.
 
 
 
Pero si pobre e insuficiente resultó el apoyo estatal a la educación, huérfana absoluta fue la atención a la salud en el vasto humedal. Un índice elocuente resulta del estimado de la tasa de mortalidad infantil en 1958, ascendente a 75 por cada mil nacidos vivos; más del doble de la del país, fijada en 32,5‰. El territorio se adentró en la segunda mitad del siglo XX con la disposición de un botiquín en Cayo Ramona y otro en Santo Tomás, la frustración de la construcción de un hospital en Cayo Ramona y los más los altos índices de fallecimientos por enfermedades curables.
 
 
 
Para completar el panorama social de la Ciénaga republicana no podía faltar uno de los fenómenos presente en la historia de Cuba en ese período: el desalojo campesino. Uno de los máximos exponentes de esa práctica en la región fue el terrateniente José Rafael Castellanos Pérez de la Peña.
 
 
 
Las fuentes de empleo en el territorio estaban estrechamente vinculadas a la actividad forestal, centrada en la producción de carbón vegetal, tala de árboles para labrar y en menor escala, la extracción de madera dura utilizada para la construcción de viviendas y muebles. Los obreros forestales constituían según estimados, el 87% de la fuerza laboral de la zona, y específicamente, en la elaboración de carbón, se empleaba el 75,6%. El hachero, fue otra de las ocupaciones principales en la región, así como la de burreador.  En cuanto al trabajo, la mujer se diferenciaba poco de los hombres, porque la necesidad la obligaba a compartir en la elaboración del carbón y en el corte de leña.
 
 
 
El movimiento obrero cenaguero contó con líderes de prestigio, los que en medio de las limitaciones que ofrecía el entorno en el que se desempeñaban, se dedicaron desde 1934 a defender los intereses de su clase. Ejemplo de ello fue la labor de Antonio Mouriz, del Sindicato Nacional de Obreros Forestales y la “huelga de la suba”, a mediados de 1940. En esa misma época, Antonio Pereira Costa, destacado dirigente obrero, integró la primera cooperativa de carboneros. Ésta, aunque de vida efímera, abortada por los patronos y transportistas, significó un paso de avance en la conciencia social de los cenagueros.  A partir del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 la labor sindical se hizo más difícil y el primer golpe recibido fue el asesinato de Antonio Pereira, acaecido el 23 de junio de 1952.   
 
 
 
La ascendencia del partido marxista en la zona se limitó a la labor de la dirección municipal de Aguada de Pasajeros, a través de sus afiliados en el central Covadonga. También incidió la labor de los miembros del Partido Revolucionario Cubano (Auténticos), sobre todo en períodos de elecciones. Mientras, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos) ─con mayor influencia─, contó con un delegado de barrio, Alejo Álvarez López, El Moro. Éste, además de los compromisos partidistas, realizó un encomiable trabajo social.
 
 
 
Casi un año después de haberse integrado el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7) a nivel nacional y en la provincia de Matanzas, el 7 de julio de 1956 el ortodoxo Alejo Álvarez recibió en Aguada de Pasajeros las orientaciones que  marcarían el inicio de la actividad de la organización clandestina en la Ciénaga de Zapata. Desde ese momento quedó definido que por las características de aislamiento y dispersión de sus pobladores, no se crearían organismos de base, se captarían militantes, los que serían dirigidos desde Aguada de Pasajeros o por medio de la célula  del central Covadonga. Además, una zona costera recibió atención de la Dirección Municipal del MR-26-7 en Cienfuegos. En cambio, sobre los posibles vínculos de lucha entre la Ciénaga y Jagüey Grande existen pocas evidencias.
 
 
 
Desde mediados de 1957 hasta el triunfo de la Revolución, en la Ciénaga se cumplió con la venta de bonos del 26 de Julio y la distribución de la propaganda del MR-26-7, procedente fundamentalmente, de Aguada de Pasajeros. También el territorio fue testigo de sabotajes, aunque se realizaron por iniciativa de sus combatientes, ya que la estrategia era resguardar la zona como refugio de luchadores de otras aéreas, acosados por las fuerzas represivas del régimen. No obstante, entre enero y febrero de 1957, fueron quemados cañaverales en Bermejas. 
 
 
 
De las acciones realizadas en 1958 cabe destacarse por su significación para esa región, el izamiento de una bandera del 26 de Julio en Punta Perdiz y el sabotaje a la guagua de línea del central Covadonga. Finaliza ese año cuando comenzó a operar un comando de nueve hombres pertenecientes a una célula del central Covadonga y otro de Aguada de Pasajeros respaldados por colaboradores en La Ceiba con el objetivo de requisar armas para enviar al Ejército Rebelde.
 
 
 
Para esa época, el Secretario General del PSP y la dirección del MR-26-7 en la provincia de Las Villas, orientaron crear condiciones para apoyar el cruce  de la Columna № 2 Antonio Maceo  en su marcha hacia La Habana, si se hacía necesario.
 
 
 
Al amanecer del 1º de enero de 1959, la noticia de la caída de la tiranía batistiana fue recibida en la Ciénaga como solo podía hacerlo uno de los rincones más olvidados del país. La Revolución renovaría desde los cimientos hasta la superestructura de la sociedad, todo los males heredados de la República.
 
 
 
== Revolución en el Poder ==
 
 
 
La primera misión cumplida por miembros del MR-26-7 en la Península de Zapata, una vez confirmada la huida de Fulgencio Batista, respondió a la Circular firmada por Ernesto Che Guevara desde Santa Clara. Urgía impedir la escapada de elementos vinculados al régimen batistiano por parajes de la costa sur matancera, y la recuperación de armas. A ello respondió la inmediata detención del ex jefe de la Policía Marítima de Cienfuegos comandante Alejandro García Olayón. En tanto, un operativo ocupaba en el puesto militar del central Covadonga una relación de oponentes a la dictadura, residentes en esa zona, en Cocodrilos y en Guasasa.
 
 
 
Con jurisdicción administrativa de la provincia Las Villas, la Ciénaga de Zapata transitó por los tres estilos del Gobierno Provisional Revolucionario. Plácido Rouco Vázquez, residente en Aguada de Pasajeros, inició la primera etapa del Comisionado con las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI); modelo gubernamental extendido hasta 1961, al surgir la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI). Autoridad otorgada en 1968 al Poder Local de Jagüey Grande con la integración de la Península a la región Victoria de Girón, oficialmente denominada Seccional Héroes de Girón.
 
 
 
Por vez primera, Matanzas obtenía la administración jurídica del territorio, aunque sin estatus municipal; derecho encauzado con el experimento del Poder Popular en la provincia en junio de 1974. El municipio fue legalizado por la Nueva División Político-Administrativa, establecida en la Constitución Socialista Cubana de 1976. Éste fungió, representado en marzo de 1978, por cuatro miembros del Poder Popular: uno profesional de Cayo Ramona y el resto de La Ceiba, Santo Tomás y Guasasa.
 
 
 
El triunfo revolucionario cubano de 1959, acometió cambios profundos; proyectos sui géneris concebidos a partir de la presencia sistemáticas en el humedal del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, la combatiente Celia Sánchez Manduley y el capitán del Ejército Rebelde, Antonio Núñez Jiménez, científico cubano considerado cuarto descubridor de Cuba. 
 
 
 
La tarea inmediata fue la construcción de viales terrestres internos y con puntos colindantes: del Central Australia a Playa Larga; de aquí, a Santo Tomás; del Central Covadonga a Playa Girón y de este punto, hacia Cienfuegos. Con las carreteras, se adquirió el transporte adecuado y se inició la electrificación de algunas zonas. Estas obras, junto a la recuperación de tierras baldías, aprovechamiento de las aguas subterráneas, siembra de arroz y el Plan de Desarrollo de Centros Turísticos, contribuyeron al progreso local sin marginar la principal fuente económica del territorio, la explotación forestal.
 
 
 
Favorecido el territorio con la creación de cooperativas de carboneros y leñadores, días después de la promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria, entre el 24 y el 27 de mayo, se fundaron las primeras doce, controladas por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Al frente de estas estuvo primero, al capitán del Ejército Rebelde, Rolando Tomás Varona Escardó, Jefe del Plan de Rehabilitación y delegado de la Zona 17 de Las Villas; remplazado por Ángel Fernández Vila, cuando a Escardó se le asignó una misión a cumplir en Isla de Pinos.
 
 
 
A partir de la Segunda Ley de Reforma Agraria en 1963, controladas por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), aumentó el número de cooperativas y de las Tiendas del Pueblo, incorporadas a las mismas. El incremento de la comercialización del producto de las cooperativas de pescadores, determinó crear en 1976 el centro de acopio de Cayo San Diego, dos fábricas de hielo para la conservación y la Estación Piscícola dedicada a la reproducción, cría y ceba de la tilapia. Esa última era una dependencia de la Subdirección de Piscicultura en la provincia, subordinada al Instituto Nacional de la Pesca (INP). Éste organismo  también atendía el Parque Nacional, asi como el criadero de cocodrilos en Boca Guamá y velaba por la restricción de su caza y comercialización, en beneficio del aumento de la reproducción de las variedades rhombifer (cocodrilo cubano Perla) y el acutus (conocida como cocodrilo americano).
 
 
 
Con el fin de proteger la actividad silvícola, esta se integró a una empresa gestora, encargada de la repoblación forestal y el control de la tala; determinante en la conservación y protección de los recursos naturales, y del incremento del personal de guardabosques.   
 
 
 
Con un ecosistema boscoso, propiciador de incluir la apicultura en los planes de desarrollo económico, desde 1960 se escogió la zona de Santo Tomás por la disponibilidad de alimentación para las abejas con la que contaba. Entre 1960 y 1970, colmenas en lugares de floración melífera productoras de miel y cera, atendidas por la Industria Nacional de Desarrollo Agrícola y Forestal (INDAF), garantizaron alrededor de 700 toneladas de miel por año.
 
 
 
Otra opción de trabajo fue el desarrollo de la artesanía. Ese proyecto socioeconómico, alentado por Celia Sánchez, se inició con la formación de ceramistas en la escuela-taller creada en la ciudad de La Habana y las prácticas en el primer taller de modelado en barro ubicado en Boca de Guamá. Vajillas de barro,  bisutería confeccionada con semillas, madera, caracoles u otros recursos naturales y las piezas de taxidermia producidas en el segundo taller, instalado en Cayo Ramona, se emplearon en la ornamentación de las instalaciones turísticas y en la comercialización. Esculturas evocadoras de los asentamientos aborígenes en la zona, integraron la Aldea Taina en la Laguna del Tesoro; obra de la profesora y artista de la plástica Rita Longa Aróstegui.
 
 
 
La Cafetería-Restaurante de Boca de Guamá, primera instalación turística del Parque Nacional, ubicada en el kilómetro 16 de la carretera Central Australia-Playa Larga, empezó a dar servicios el 23 de diciembre de 1960. Conjuntamente se crearon las condiciones de hospedajes. En Playa Girón se construyeron dos moteles, ciento cincuenta y dos cabañas confortables y ciento cincuenta taquillas para bañistas ocasionales, incluido un acueducto. Obras similares, en Playa Larga ─aunque dañadas por la invasión en abril de 1961 por Bahía de Cochinos─, quedaron inauguradas en acto masivo tres meses después. Fidel Castro oficializó la apertura de las tres instalaciones turísticas el 27 de julio: Guamá, Playa Girón y Playa Larga; Infraestructura atendida por el Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT), completada con las pistas de aterrizaje en Girón, Soplillar y en el Central Australia.
 
 
 
Las aves endémicas en la zanja de Santo Tomás, las cuevas de los peces y otros tesoros cenagueros, estimularon el turismo de naturaleza. Ese fue un factor decisivo en la instalación de las primeras cabañas en playa La Gallina, atendidas por el Campismo Popular.
 
 
 
La posible explotación de millones de metros cúbicos de turba con fines energéticos, impulsó estudios desde mediados de 1961, asumidos por geólogos soviéticos dirigidos por A. S. Olenin y con la atención directa del Che, Ministro de Industria. Pero, los resultados apuntaron a desestimar esa posibilidad que generaría un proceso de salinización de las aguas. Sin embargo, su utilización como combustible, fertilizante o en la industria de asbesto-cemento sin afectaciones del medio ambiente, estimuló investigaciones en todos los humedales del país, asumidas por el Centro Nacional del Fondo Geológico de Cuba adscrito al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
 
 
 
Entre las manifestaciones de cambios inmediatos en la sociedad, disponibilidad de nuevos empleos, entrega gratuita de medicamentos, erradicación del analfabetismo y la recuperación de tierras en desuso, destaca la ocupación estatal por dignificar el estatus legal de los pobladores, derecho de todo ciudadano. En ese sentido, la Operación Familia dirigida por el Ministro de Justicia, doctor Alfredo Yabur Maluf; recibió el apoyo de alumnos y profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. 
 
 
 
Antecedida de una amplia labor educativa e informativa, se inició en octubre de 1959 con la realización de los primeros cincuenta y dos casamientos, más la correspondiente certificación de nacimiento de sus descendientes. Los asentamientos en folios y tomos fueron asumidos por profesionales de Aguada de Pasajeros, Amarillas y Yaguaramas. Los trámites continuaron, celebrándose en febrero de 1961 el trámite más numeroso en Playa Girón: trescientos diecinueve uniones matrimoniales de residentes en Horquita, Helechal, Viradero, San Manuel de Pita, Guasasa, Los Güiros, Bermejas, Corojal, La Ceiba, El Maíz, San Blas, Santana, Covadonga, Buenaventura, Cayo Ramona y del propio Girón. En total, se registró trescientas mil ochenta y cinco inscripciones de nacimientos; dato demográfico exigente de acciones de primera instancia en la educación y la salud pública.
 
 
 
La ubicación de maestros entre febrero y marzo de 1959 hizo realidad, por primera vez, el derecho ciudadano a la educación. Colaboradores del Departamento de Asistencia Técnica Material y Cultural de Ayuda al Campesinado (DATMCAC) del Ejército Rebelde y la incorporación de integrantes del primer contingente de Maestros Voluntarios, inició el plan urgente de alfabetización en todos los bateyes, caseríos y cooperativas. La erradicación total del analfabetismo, lograda durante la Campaña de Alfabetización de 1961; contó con el esfuerzo mancomunado de los maestros, y las Brigadas de Alfabetización Conrado Benítez, Alfabetizadores Patria o Muerte y personal de las organizaciones políticas y de masas. Juntos contribuyeron a que el 16 de diciembre de 1961 se declarara la Ciénaga, Territorio Libre de Analfabetismo.
 
 
 
Educación gratuita y obligatoria sin fronteras hasta sexto grado, originó las aulas de seguimiento, la existencia de nuevos centros educacionales como el Internado de Primaria de Cayo Ramona en septiembre de 1964 con maestros, procedentes en su mayoría de Playa Girón y una matrícula aproximada de setecientos nueve alumnos hasta la década de 1980. Además, la Escuela Técnica de Mar inaugurada el 18 de mayo de 1962 y con su primera graduación, en 1964, de cuatrocientos cuarenta motoristas o patrones de altura; cifra aumentada cuatro años después, a un total de seiscientos treinta y nueve egresados.
 
 
 
En funcionamiento, el territorio contó con quince escuelas, dotadas de material  humano y escolar: libros de textos, cuadernos de trabajo, libretas, lápices, uniformes. Al establecerse la doble sesión, se garantizó el almuerzo de alumnos y profesores. El Plan de Escuelas en el Campo, iniciado en la década de 1970 en el municipio de Jagüey Grande, aseguró la continuidad de estudios en los niveles de Secundaria Básica y Preuniversitaria. Además, podían optar por matrícula en institutos de enseñanza técnica y formación de obreros calificados, Escuela Militar Camilo Cienfuegos, Escuela Formadora de Maestros, Escuelas Deportivas y escoger carreras universitarias. El gran detonante en la Ciénaga de finales del siglo XX, fue la llegada de la Universalización.       
 
 
 
La intuición de Celia Sánchez en la formación de artesanos, marcó un factor positivo en la futura evolución cultural del territorio. Pasos influyentes serían, la llegada de la Biblioteca Viajera del Capitolio Nacional con libros de la literatura nacional y universal ─prestados o comprados─ y la participación en las actividades de sus promotores; las proyecciones a cielo abierto del Cine Móvil del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) con siete proyectores de 16 mm y dos de 35 mm en función de poblados y bateyes. Sorprendente fue, el protagonismo de los cenagueros en el documental “Tierra olvidada” del realizador Oscar Torres, con fotografías de Harry Tanner y música de Nilo Rodríguez, estrenado el 31 de julio de 1960 en la capital del país.
 
 
 
La ubicación de dos instructores de teatro y danza en 1961, impulsó el movimiento de aficionados surgido desde 1960 al calor del Consejo Nacional de Cultura del Ministerio de Educación. El primer resultado, la puesta en escena de la obra teatral “Patria o Muerte” protagonizada por artistas cenagueros, promotores de nuevos integrantes de grupos de teatro, danza, pintura y agrupaciones musicales. Resultó notorio el trío de voces con guitarristas de la escuela Técnica de Mar, como lo fue la tradición que sentó su precedente en el territorio: la selección de una joven como Flor Carbonera y de sus Pétalos, para matizar la Feria del Carbón o Festival del Carbón.
 
 
 
En 1980, la Brigada XX Aniversario asumió la atención directa del movimiento de aficionados; tarea urgente, el rescate y preservación de las actividades culturales y recreativas en decadencia. Para esa época se creaba la Casa de Cultura “19 de abril” de Playa Girón. Estas perspectivas culturales se ampliarían por el proyecto Korimacao; concebido por el Comandante Faustino Pérez Hernández y materializado por el artista Manuel Porto el 13 de agosto de 1991. En el  floreció la danza, el teatro, la música; además de ser una vía formativa de diversas manifestaciones artísticas en el humedal y diseminador de cultura en el hábitat.
 
 
 
De imprescindible, en la conservación y divulgación del patrimonio local, provincial y nacional, resultó la inauguración del Museo de Girón el 19 de abril de 1976. Su tema principal: la victoria militar del pueblo cubano frente al imperialismo norteamericano.
 
 
 
La distribución de la prensa incentivó nuevos senderos; apuntalados posteriormente por  la radio y la televisión, accesibles gracias a la instalación el 18 de julio de 1974 de una torre de 400 en San Miguel de los Baños, sistema de antena omnidireccional extendida hasta la Península.
 
 
 
El Ministerio de Salud recuperó el mal llamado hospital de Cayo Ramona. En virtud de la Ley No.383 de junio de 1959 del Gobierno Provisional Revolucionario, se dejó sin efecto la propiedad del mismo registrada a nombre de la Organización Nacional de Dispensarios Infantiles (ONDI). La disposición fue cumplida por el delegado del INRA, Rolando Escardó, el Ministro de Salud Pública, doctor Serafín Ruiz de Zárate y el Dr. Orlando Fernández Adán, director de Asistencia Hospitalaria. Con la presencia de un galeno y un enfermero procedentes de Cienfuegos, y abastecida, de fármacos, equipos, instrumental médico, se brindaron en agosto las primeras asistencias en el hospital, denominado Antonio Guiteras Holmes.
 
 
 
La instalación de salud brindaba servicios de rayos X, estomatológicos y vacunación; mientras que, para los residentes en lugares muy apartados, acudía un consultorio móvil. En 1960 empezó a funcionar un gabinete dental y una farmacia; en septiembre, se inició un Plan Nutricional en Cayo Ramona con la intención de resolver la depauperación heredada de años de abandona.
 
 
 
El enfrentamiento a los invasores en abril de 1961, demostró la necesidad de contar con más dependencias sanitarias en la Ciénaga; días de urgencia médica, exigieron crear la Sanidad Militar, Puestos Médicos y la instalación de un hospital de sangre en Playa Larga. El contacto directo con los sanitarios en pleno bregar combativo, del personal de las ambulancias y los hospitales en función, estampó en la historia de la medicina universal, la aplicación por vez primera en Cuba de la Cirugía de Guerra. A partir de ese momento el territorio testigo de la Victoria del pueblo cubano, contó con una ambulancia y nuevos servicios de salud.
 
 
 
El sistema de policlínicos surgido en la segunda mitad de la década de 1960 en Cuba, se materializó con unidades básicas en Cayo Ramona, Playa Girón, Playa Larga, Santo Tomás y en veintidós bateyes de la zona oriental y occidental. También se sumó la atención en el propio territorio a mujeres embarazadas. El posterior surgimiento del movimiento de Servicio Médico Rural Piti Fajardo, requirió más personal con estancia permanente; la presencia de alumnos internistas de las Ciencias Médicas, sentó las bases de la Universidad en la Ciénaga. Beneficiado por el desarrollo de la infraestructura de salud pública, participó activamente en campaña contra el mosquito Aedes Aegypti y pudo enfrentar la epidemia del dengue hemorrágico, las enfermedades del hábitat, la mortalidad infantil y otras  morbilidades.
 
 
 
Nuevos estilos de viviendas sustituyeron los tradicionales bohíos, ranchos y vara entierra; incluso propiciaron el surgimiento de nuevos poblados. La luz brillante, el gas licuado y la electricidad sustituyó el empleo de leña y carbón para cocinar; el agua directa o indirecta del acueducto, el uso de equipos electrodomésticos, la Unidad Móvil de Correos con tres unidades de Servicio Postal, dos Centros de Telégrafos y dos Plantas Satélites: una en Playa Larga y otra en Girón, las líneas telefónicas, entre otros beneficios, transformaron la vida en el humedal.
 
 
 
Muestra de apoyo a las medidas y leyes revolucionarias, fue la integración de pobladores de ambos sexos, a las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR), Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Sindicatos, Organización de Pioneros José Martí (OPJM); Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el Partido Comunista de Cuba (PCC.).
 
 
 
Dos acontecimientos cruciales en la historia del proceso revolucionario de la segunda mitad del siglo XX, pusieron a prueba la disposición y patriotismo de los habitantes del humedal: las operaciones de bandas contrarrevolucionarias en el territorio y la invasión por Bahía de Cochinos en abril de 1961.
 
 
 
Civiles o militares en cumplimiento de misiones internacionalistas en otros países integraron el martirologio cenaguero; uno de ellos, Bárbaro Rodríguez Hernández, quien partió del Internado de Primaria de Cayo Ramona para incorporarse a la Campaña de Alfabetización desarrollada en Nicaragua, sufrió la muerte en el hermano pueblo latinoamericano. Mozambique, país del continente africano, también acogió la influencia educativa e instructiva de los maestros cubanos; entre ellos, Alberto Morales Rodríguez, quien enfermo regresó a su terruño, donde murió.
 
 
 
Aproximadamente hasta 1980, cumplieron misiones internacionalistas en Angola, Etiopía, El Congo y Mozambique, treinta y ocho civiles y setecientos ochenta oficiales procedentes de la Ciénaga. En Angola, se inmortalizarían Pedro Juan Pérez Herrera, José Antonio García Jiménez, Eddy Gómez Planeyes, Rubén Moreira Alvariño y Antonio Dorta Cazola; mientras otros continuaron incrementando la hornada de honor de los cenagueros.
 
 
 
A más de medio siglo del triunfo del 1º de Enero de 1959, hay razones suficientes para afirmar que el concepto de Revolución en Cuba, adquiere un nivel excepcional en el zapato sureño. Los cenagueros se ganaron el derecho de ser conocidos no solo por la hazaña de Girón, sino porque se graduaron de héroes en otras tierras y se alistaron para enfrentar los retos de los nuevos tiempos. La continuidad de los proyectos encauzados por el Estado cubano en el municipio de Ciénaga de Zapata, constituye el principal compromiso de sus pobladores con la Patria Grande: Cuba.
 
 
 
== Bibliografía ==
 
 
 
#Álvarez Chávez, Adrián; Clara Emma Chávez Álvarez, Aida Domínguez de la Nuez, Jesús Fonte Álvarez, Faustino Gómez Brunet, Isabel Hernández Campos, Urbano Martínez Carmenate, Gladys Miguelina Pérez Rivero y Carlos Roque García. Ciénaga de Zapata. (En  proceso de edición).
 

Revisión del 09:23 18 oct 2022

Fundación de la Filial Provincial de la Unhic Un año después del nacimiento de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en 1981, se orientó a las Secciones de Historia del Partido en las provincias la creación de las filiales de la organización en los territorios . En Matanzas, se constituyó un comité gestor integrado por Leónides Santamaría Álvarez y Arnaldo Jiménez de la Cal, -ambos, miembros de la Sección de Historia del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (CP PCC) y también del movimiento de activistas de Historia- y por Raúl Ruiz Rodríguez, jefe del Departamento de Investigaciones Históricas del Museo Provincial Palacio de Junco, quienes se pronunciaron por “[…] ser muy meticulosos en la recopilación de datos […] con vistas a garantizar las fuentes para la elaboración futura de la historia de la Unhic […]” , por lo que se cuenta con casi toda la documentación sobre aquellos primeros momentos. El 14 de julio de 1982, el Buró Ejecutivo del CP PCC aprobó la creación de la filial matancera y propuso a los integrantes de su primer ejecutivo, con Raúl Ruiz Rodríguez como presidente; Nérida Morejón Valdés, secretaria; Osmundo Álvarez Alfonso, tesorero y como miembros Francisco Lancho Aguilera y Arnaldo Jiménez de la Cal. La Filial Provincial de la Unhic en Matanzas se constituyó el 22 de julio en el Museo Palacio de Junco, en un acto presidido por José Manuel Castillo Ruiz, miembro del Buró Ejecutivo del CP PCC, y contó con la presencia de Gloria García y Francisco Pérez Guzmán, secretaria y tesorero de la organización nacional; Ramón Guzmán, director de Cultura en la provincia y otras personalidades, así como con los primeros veintinueve afiliados, fundadores de la Filial. La prensa resaltó la condición de primera filial provincial que se creaba en el país . Etapas en el trabajo de la Unhic en la provincia Desde entonces, la Filial matancera de la Unhic ha tenido en su desarrollo dos momentos fundamentales que se distinguen por el accionar de quienes han asumido la conducción de la organización y el contexto en que han tenido lugar: El primero, de 1982 a 1987, incluye la constitución de la Filial, la conformación del primer Ejecutivo y el surgimiento de las primeras secciones de base. Desde los primeros meses de 1986, se conformaron comités gestores con la participación del Ejecutivo Provincial y las instancias del PCC en los municipios Matanzas, Colón, Jovellanos, Perico, Cárdenas y Jagüey Grande. Aunque no se contaba con un local propio ni con los fondos financieros necesarios, fueron años de ascenso organizativo, científico y en el reconocimiento social de la Filial. Se realizaron actividades científicas de alcance provincial, nacional e internacional, se creó el Premio Antonio José Valdés y surgió el boletín Triunvirato. El segundo período, desde 1987 hasta la actualidad, se inició con la designación de Juana Ortiz Ricardo al frente de la Filial, quien se mantiene en esta responsabilidad. Desde entonces, la Filial se ha caracterizado por el crecimiento sistemático de la membresía y de las secciones de base, además del fortalecimiento de la vida interna. El año 1988 fue el de despliegue de la organización en la provincia, al aprobarse el 19 de abril, en la reunión del Ejecutivo Provincial, la constitución de la sección de base de Cárdenas con veintisiete afiliados. En octubre de ese año, se reunieron los presidentes de las secciones de base que ya estaban constituidas, para seguir fortaleciendo el trabajo en esa instancia. Para esa fecha, se contaba con doce secciones de base, en instituciones educacionales, culturales de importancia y de carácter territorial (Anexo 1). En la actualidad integran la Unhic matancera 400 miembros, organizados en treinta secciones de base, quince municipales y quince en centros educacionales e instituciones culturales. La organización es representativa de los diversos sectores vinculados con la historia: investigadores, profesores y maestros de los distintos niveles educacionales, museólogos, archiveros, periodistas, médicos, entre otros.

Actividad científica La actividad científica y de socialización fue tarea prioritaria desde los primeros momentos. Los días 5 y 6 de noviembre de 1982 se realizó en Cárdenas el Primer Encuentro Provincial de Historiadores Matanceros, presidido por los entonces ministro de Cultura y primer secretario del CP PCC, Armando Hart y Esteban Lazo, respectivamente. Dos años después, en 1984, se celebró el primer evento de carácter nacional en ocasión del 130 aniversario del natalicio de Juan Gualberto Gómez. Este constituyó un reto, pues contó con la presencia, entre otras destacadas personalidades de la investigación y la enseñanza de la Historia en la nación, de Julio Le Riverend, Hortensia Pichardo, Fernando Portuondo del Prado y Francisco Pérez Guzmán. Se realizó en el pueblo natal del prócer, Sabanilla del Comendador, donde se crearon las condiciones mínimas de infraestructura. En ese contexto se publicó el cuaderno histórico Juan Gualberto Gómez, apuntes para su pensamiento político, de la autoría del profesor José Ramón González Pérez, con una tirada de 2000 ejemplares. El 24 de febrero de 1985 se desarrolló el Taller Científico Nacional por el aniversario del reinicio de la guerra de Independencia, en la Galería de Arte Pedro Esquerré, de Matanzas, y los participantes visitaron La Ignacia, lugar del alzamiento en el territorio. El cónclave se distinguió por el intenso debate en torno a la denominación de la fecha, protagonizado por la Dra. Hortensia Pichardo, quien defendió la tesis de Grito de Cuba por la multiplicidad de alzamientos, y el Dr. Fernando Portuondo, quien sostuvo su idea de nombrarlo Grito de Oriente por la importancia de ese día en esta región del país . Con estas experiencias, se acometieron diferentes acciones para celebrar el primer evento científico de carácter internacional en conmemoración del centenario de la abolición de la esclavitud, los días 11 y 12 de octubre de 1986, en la EFECI Hermanas Giral, en coauspicio con el Instituto de Historia de la Academia de Ciencias de Cuba y el Centro de Investigaciones de Asia, África y América Latina e incluyó visitas al Museo Palacio del Junco y a las ruinas del ingenio Triunvirato. El 18 de noviembre de ese año, evocando el sesquicentenario del nacimiento de Máximo Gómez Báez, se organizó en la localidad El Roque la mesa redonda “Presencia del generalísimo Máximo Gómez Báez en la provincia de Matanzas” y se entregó la Distinción 150 Aniversario del Natalicio de Máximo Gómez a destacados historiadores -como el Dr. Arnaldo Jiménez de la Cal, Raúl Ruiz Rodríguez, Osmundo Álvarez Alfonso, Juan F. González García, José Ramón González Pérez y Roberto Verrier Rodríguez- y a centros de trabajo del municipio. Evento provincial Atenas Con el propósito de profundizar en la historia local y regional se convocó el Taller Científico Provincial Atenas. El primer Atenas 92 tuvo lugar el 17 de octubre de 1992, en el ISP Juan Marinello. Este es el evento más importante de historia en la provincia, cuya denominación hace honor a uno de los sobrenombres más reconocidos de la ciudad de Matanzas, la Atenas de Cuba, y se ha realizado ininterrumpidamente por más de veintiocho años, coincidiendo con los agasajos fundacionales de la ciudad, en coauspicio con la Asamblea Municipal del Poder Popular y la Dirección de Cultura. (Anexo 2) En todos estos años se han presentado más de 1065 resultados de investigaciones científicas y han participado más de 2650 ponentes. También han sido invitados destacados investigadores de las ciencias históricas y pedagógicas del país y el territorio. El Taller Científico Provincial Atenas ha acogido los eventos previos a los Congresos Nacionales de Historia y, en el 2005, cedió su espacio y fecha tradicional para la exitosa celebración del XVIII Congreso Nacional de Historia, en Matanzas. Cada cinco años se selecciona el resultado más sobresaliente en las investigaciones presentadas, que es reconocido con el Premio de la Ciudad, lauro que han recibido en la sesión solemne de la Asamblea Municipal del Poder Popular, en conmemoración de la fundación de la ciudad de Matanzas, María Teresa Paula Terry, Sagrario López, Clara Emma Chávez Álvarez, Dianelis Soto y Karla Beatriz Paredes Galindo. En el 2003, en la entrevista que concedió al semanario Girón al finalizar el evento, el Dr. C. Raúl Izquierdo Canosa, presidente del Ejecutivo Nacional de la Unhic afirmó que “los eventos Atenas se han ido enriqueciendo y fortaleciendo”. Sobre la selección de Matanzas como sede del XVIII Congreso Nacional de Historia dijo: “Estoy plenamente convencido, porque así lo han demostrado a lo largo de los veinte años que lleva constituida la Unhic en Matanzas, que su Filial organizará un congreso a la altura del trabajo que ha desarrollado durante todo este tiempo en el país y que, además, sitúa al territorio en uno de los primeros lugares en el trabajo de nuestras filiales” . Otros eventos y participación en Congresos Nacionales de Historia Las asociaciones de base también celebran otros cónclaves -entre los que destacan el Taller José Fernández In Memorian, en Jagüey Grande; Cosculluela In Memorian, en Ciénaga de Zapata; La Bandera, en Cárdenas; Taller de Historia Local Provincial, en el IPVCE Carlos Marx y el Taller Escuelas por la Matanceridad- y la Filial organizó eventos de significativa trascendencia, como el celebrado en ocasión del XXX aniversario de la creación de los Órganos Locales del Poder Popular en Matanzas, donde la Filial, en coordinación con la secretaría de la Asamblea Provincial del Poder Popular, convocaron al Taller Internacional “La democracia y el papel de los gobiernos locales y nacionales en el contexto actual”. El Dr. Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dictó una conferencia acerca de la democracia en la Historia de Cuba, en la que participaron representantes de quince países y de todas las provincias del país, historiadores y cronistas. La provincia de Matanzas ha estado representada en los Congresos Nacionales de Historia desde la etapa republicana. Después del triunfo revolucionario, al retomarse la realización de estos cónclaves, Matanzas fue sede del XVIII Congreso celebrado del 12 al 14 de octubre del 2005. En estos eventos han participado más de ochenta historiadores matanceros, con cerca de sesenta resultados científicos. (Anexo 3) Socialización del conocimiento de la Historia y los resultados científicos La socialización del conocimiento de la Historia y los resultados científicos, también ha sido tarea primordial desde los momentos fundacionales. A lo largo de estos años, diversos medios han contado con la colaboración de los historiadores matanceros, entre otros, Girón y Humedal del Sur, revistas científicas y culturales como Atenas de la Universidad de Matanzas, Matanzas de Ediciones Matanzas y Matanceros, del Gobierno provincial. Sistemática ha sido la presencia de resultados científicos de los historiadores matanceros en Páginas Matanceras y los Cuadernos Históricos, estos últimos publicados por la Sección de Historia del CP PCC con temas sobre la Caravana de la Libertad, la Campaña de Alfabetización y personalidades como Juan Gualberto Gómez, entre otros. Sin embargo, el mayor impacto de la organización en la divulgación de los resultados científicos de sus afiliados dio sus frutos cuando a fines de 1984, salió a la luz Triunvirato, órgano oficial de la Unhic en la provincia, con una frecuencia cuatrimestral, por lo que se considera una de las publicaciones de su tipo más antiguas del país. En sus inicios integraron el Consejo de Redacción: Leónides Santamaría Álvarez, Arnaldo Jiménez de la Cal, Clara Emma Chávez Álvarez, Pedro Padilla Díaz, Roberto Verrier Rodríguez, Nereida Jiménez Fernández, Graciela Milián Martínez, Israel Moliner Rendón y José Luis Barroso Muñoz. Desde entonces ha transitado por diferentes momentos, siempre como “la voz y tribuna de los historiadores matanceros”. Durante los años más difíciles del periodo especial casi desaparece, aparecerían plegables u otros medios de formato más sencillo, hasta 1999 en que se reinicia su publicación y a partir del 2000 se inaugura su segunda época y la salida más o menos estable. Su último número salió en el año 2014. Otras vías para la socialización han sido la televisión y la radio. En la primera destacan emblemáticos programas como “Crisol del Tiempo”, liderado por el Dr. Ercilio Vento, historiador de la ciudad, o la colaboración del Dr. C. Arnaldo Jiménez de la Cal, desde la fundación del telecentro matancero TV Yumurí, con las efemérides diarias o el programa “Matanzas y su historia”. En los municipios de Cárdenas, Colón y Jagüey Grande, también a través de las emisoras municipales, la Unhic cuenta con espacios para la divulgación. La Peña Histórica del Archivo Histórico Provincial y más recientemente las Tardes con la historia, en la sede de la Filial, han sido espacios frecuentes para divulgar el saber histórico matancero. En ocasión del aniversario 25 de la constitución de la Unhic en Matanzas, se publicó un folleto que comenta cronológicamente el devenir y la presencia de la organización y su influencia en la sociedad matancera. Las programaciones en Matanzas de las ediciones de la Feria Internacional del Libro han contado con el papel protagónico de la Filial como parte del Comité Organizador y los historiadores del territorio han mantenido una activa participación en las presentaciones de novedades bibliográficas, homenajes a historiadores, debates y paneles, con especial connotación para aquellos autores de textos sobre la historia matancera. Las jornadas “Leer la historia” o el Festival Universitario del Libro y la Lectura (FULL) también han contribuido a divulgar la historia matancera, la obra de importantes investigadores y promover la investigación y la lectura del libro de historia. Relaciones de trabajo con instituciones y organizaciones del territorio La Unhic matancera, en consonancia con los convenios que a nivel nacional se han firmado con organismos, organizaciones e instituciones, mantiene estrechos vínculos con sus homólogos en la provincia. Se destacan las relaciones con el Ministerio de Educación (Mined) y el Ministerio de Educación Superior (MES), representado por las universidades, donde siempre han funcionado asociaciones de base de reconocido prestigio y contribuyen de manera conjunta a implementar los planes de acciones para perfeccionar la enseñanza y el aprendizaje de la historia. Esta línea se fortalece con las acciones que, como resultado del convenio con la Asociación de Pedagogos de Cuba (APC), favorecen la presencia de afiliados de ambas organizaciones en eventos, publicaciones y proyectos investigativos. A modo de ejemplo, se destacan la investigación de la APC sobre los educadores destacados del siglo XX y Escuelas por la Matanceridad, proyecto territorial de la APC. El primero ha incluido a los historiadores como educadores destacados, lo que ha contribuido a divulgar su obra y estos resultados se han presentado en el evento Atenas. El segundo, cuenta con el coauspicio de la Filial Provincial de la Unhic y la participación de los miembros de la organización. Existen convenios de colaboración con la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) y la Sociedad Cultural José Martí, con la que se comparten la sede social y la divulgación del pensamiento martiano. De conjunto con la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) se acometen acciones para fortalecer el trabajo con la historia en la sociedad matancera. Los especialistas de la Unhic participan en las convocatorias de concursos y acciones de divulgación histórica en los barrios y, de manera recíproca, las organizaciones políticas y de masas participan en el evento Atenas y en las actividades de la organización. Los convenios recientemente firmados con los Joven Club de Computación y la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) han permitido la mayor presencia de los historiadores en los diversos medios y la divulgación de la historia local y regional en Ecured. Con la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), primer órgano de relación de la organización, se mantienen estrechas relaciones y la Filial está representada en el Consejo Asesor de las Ciencias Sociales. El convenio firmado con la Dirección Provincial de Cultura va más allá de lo que pueda significar como actual órgano de relación y es significativo el apoyo que se recibe hasta el nivel de los municipios La enseñanza de la Historia Desde la fundación de la Unhic en la provincia, su quehacer ha estado ligado a la enseñanza de la historia y la investigación. No resulta fortuito que las primeras asociaciones de base se constituyeran en centros educacionales y sus fundadores, además de reconocidos historiadores, procedieran en su mayoría de las filas del magisterio. La enseñanza de la Historia ha sido tema central de actividades conmemorativas, ejemplo de lo cual fue la conferencia sobre La historia regional en la enseñanza de la Historia, impartida, en el 7mo aniversario de la Unhic en Matanzas, por el Dr. C. Salvador Morales. También a este tema se han dedicado importantes eventos; el primero de ellos, la Conferencia Científica Provincial sobre la Enseñanza de la Historia, que se realizó el 19 de diciembre de 1987, antecedida por un intenso trabajo preparatorio con el apoyo de la Dirección Provincial de Educación. En octubre de 1989, en lo que fuera sede del ISP Juan Marinello, se desarrolló una sesión científica sobre la trascendencia del colegio La Empresa, convocada por Juan Francisco González, del Ejecutivo Provincial de la Unhic, que contó con la participación de José Ramón Fernández, entonces ministro de Educación, y el historiador Julio Le Riverend. Estos eventos favorecieron la divulgación de resultados científicos de carácter teórico y metodológico, contribuyeron a elevar la calidad de la enseñanza y a lograr mejores resultados en el aprendizaje de los estudiantes. Hoy son más de 150 los resultados de tesis de maestrías y doctorados que, sobre la enseñanza de la Historia y su investigación, existen en la provincia, con importantes premios y reconocimientos, tanto de la Unhic como del Citma, la APC y otras instituciones. Es importante para la escuela matancera la participación de miembros de la organización en la elaboración de productos informáticos; multimedias como Matanzas. Sombras y luces 1902 – 1952 o Girón; páginas o sitios Web como La historia de la educación matancera escolarizada durante la colonia, Matanzas en la colonia, Atenienses o los recorridos virtuales por los museos, entre otros. En la actualidad, la Unhic matancera se ha insertado en distintas acciones para apoyar el III Perfeccionamiento de la Educación en el territorio, destacándose por las acciones realizadas con los jóvenes, particularmente aquellos vinculados a la formación de maestros, tanto en el nivel superior como de nivel medio. Entre los años 1999 a 2002, funcionó una asociación de base juvenil en el ISP Juan Marinello y los estudiantes de la licenciatura en Educación, de la especialidad Marxismo e Historia, han participado en los eventos Atenas y otras actividades en la sede de la organización. Entre ellos se destaca la participación de la estudiante Dana Bolaños en el Congreso Nacional de Historia, efectuado en Santiago de Cuba. La asociación de base Juan Marinello entrega el Premio Juan Francisco González al mejor graduado que se destaque en la investigación y enseñanza de la Historia. En defensa del patrimonio La Unhic matancera mantiene estrechas relaciones con el Centro Provincial de Patrimonio Cultural en Matanzas, con la presencia de un miembro de la organización en la Comisión Provincial de Monumentos y una buena parte de la membresía está constituida por museólogos. Son destacados los aportes de los museos Palacio de Junco, de Bomberos y Farmacéutico que, como instituciones y también sus asociaciones de base y miembros de la Unhic, han sido reconocidas por la organización, en la provincia y nacionalmente. En los eventos de historia, y particularmente en Atenas, se dedican espacios al debate de temas patrimoniales y de educación patrimonial; también destaca el evento Museología y Sociedad, incorporado al coauspicio de la Unhic a nivel nacional. Premio Anual Provincial Antonio José Valdés El 22 de marzo de 1983, la Filial matancera de la Unhic instituyó el Premio Anual Provincial Antonio José Valdés, como vía para estimular a sus afiliados, el cual ha sido entregado ininterrumpidamente y el primero en recibirlo fue José Cuétara Villa. El premio se entrega en la fecha del 22 de julio, en ocasión del acto central para conmemorar el aniversario de la fundación de la Filial, en el que se entregan, además, los diplomas de reconocimiento que, para sus miembros, establece la Unhic y se distingue el trabajo de las asociaciones que son sede del acto. Reconocimientos El prestigio de sus miembros y el trabajo colectivo de la organización en la provincia, han motivado la entrega de distinciones y reconocimientos como la Medalla Conmemorativa por el XXX aniversario de la Academia de Ciencias de Cuba y el XX Aniversario de la Universidad de Matanzas. La Asamblea Municipal del Poder Popular le ha otorgado la Moneda Tricentenario de la Ciudad de Matanzas y el Símbolo de la Ciudad de Matanzas. La Unhic le concedió la Distinción Emilio Roig de Leuchsenring. También las organizaciones de masas en la provincia -ACRC, CDR y FMC-, así como la Universidad de Ciencias Pedagógicas Juan Marinello le han entregado diplomas de reconocimiento. Muchos de sus afiliados han sido merecedores de distinciones nacionales. En 1998, la Filial Provincial de la Unhic en Matanzas obtuvo por primera vez la sede del acto nacional por el Día del Historiador “no por razones de proximidad a la capital, sino por méritos…” . La actividad se efectuó en la Sala de Conciertos José White, presidida por Yadira García Vera, entonces primera secretaria del CP PCC, y las palabras centrales estuvieron a cargo de Eusebio Leal Spengler, presidente de la Unhic en aquel momento, quien agradeció a Juana Ortiz y a la Filial matancera “[…] por la labor de unidad y trabajo constante, que […] ha deparado nuevos momentos a la Unión de Historiadores […]” . La Unhic en Matanzas es una organización que ha contribuido a salvaguardar la historia matancera para los tiempos presentes y futuros desde la investigación, la divulgación y su enseñanza.



Anexo 1. Primeras secciones de base creadas en la provincia En centros educacionales

La primera sección de base se creó el 17 de junio de 1986, en la Escuela Formadora de Educadoras de Círculos Infantiles (EFECI) Hermanas Giral. Estuvo integrada por seis miembros y se seleccionó como presidente al profesor Valentín Naranjo Gómez. Una semana después, el 24 de junio de 1986, surgió la del Instituto Superior Pedagógico (ISP) Juan Marinello, con veintidós miembros, la cual ha funcionado ininterrumpidamente hasta la actualidad y su primer presidente fue Eulalio Jesús Fonte Álvarez. Las siguientes secciones de base constituidas fueron las de la Escuela Pedagógica René Fraga Moreno, Escuela Provincial del PCC José Smith Comas, Instituto Superior Agroindustrial Camilo Cienfuegos, Instituto Superior de Cultura Física Manuel Fajardo, Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Carlos Marx y el centro Mined-IPE. En instituciones Museo Provincial Palacio de Junco y Archivo Histórico Provincial. Territoriales Colón y Cárdenas.


Anexo 2. Desarrollo del primer evento Atenas, sedes posteriores e invitados Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Raúl Ruiz Rodríguez, entonces historiador de la ciudad de Matanzas. Como actividades científicas centrales se desarrollaron la mesa redonda “Democracia y neocolonialismo en Cuba”, que tuvo como moderador al Dr. C. Arnaldo Jiménez de la Cal y la participación de los doctores en Ciencias Históricas Hernán Venegas y Lilliam Vizcaíno, así como el historiador matancero Jesús Fonte Álvarez y la conferencia magistral “La arquitectura de la ciudad de Matanzas”, impartida por la Dr. C. Alicia García Santana. Importantes instituciones educativas, científicas y culturales han sido sede del evento, como la Academia de Ciencias, la Sala de Conciertos José White, el IPVCE Carlos Marx, la Oficina del Historiador de la Ciudad y la Universidad de Matanzas, entre otros. Desde el año 2003 su sede, ya habitual, es el Castillo San Severino. Han sido invitados a los eventos realizados, entre otras destacadas personalidades, Raúl Izquierdo Canosa, Mildred de la Torre, Francisca López Civeira, Nancy Loyola, Martha Cordiés, Zoe Cremé, René González Barrios, Arnaldo Jiménez de la Cal, Ercilio Vento Canosa y Oscar Piñera. Miembros del Ejecutivo nacional de la organización han honrado el evento con su presencia, así como representantes de las organizaciones científicas y autoridades políticas y gubernamentales del territorio. En ocasiones ha contado con la participación de representantes de Colombia, Méjico y Estados Unidos.

Anexo 3. Participación en los Congresos Nacionales de Historia En la etapa de la seudorepública En esta etapa, en octubre de 1950, Cárdenas fue sede del IX Congreso y, en 1952, las ciudades de La Habana y Matanzas compartieron la sede del X congreso. En los congresos organizados antes del triunfo de la Revolución, Matanzas tuvo la siguiente participación: Primer Congreso, La Habana, 1942, dos participantes; Segundo Congreso, 1943, La Habana, dos participantes; Tercer Congreso, 1944, Trinidad, tres participantes; Cuarto Congreso, 1945, Santiago de Cuba, dos participantes; Quinto Congreso, 1946, La Habana, dos participantes; Sexto Congreso, 1947, Trinidad, un participante; Séptimo Congreso, Santiago de Cuba, un participante; Octavo Congreso, Trinidad; Noveno Congreso, Cárdenas, seis participantes; Décimo Congreso, Habana y Matanzas, tres participantes; Onceno Congreso, Trinidad, seis participantes. Después del triunfo de la Revolución En los eventos realizados después del triunfo de la Revolución, la participación de matanceros es la siguiente: Decimocuarto Congreso, La Habana, 1997, cinco participantes; Decimoquinto Congreso, Sancti Spíritus, 1999, diez participantes; Dieciséis Congreso, Santiago de Cuba, 2001, ocho participantes; Diecisiete Congreso, 2003, Cienfuegos, ocho participantes; Decimoctavo Congreso, 2005, Matanzas, nueve participantes; Decimonoveno Congreso, 2007, Ciego de Ávila, siete participantes; Veinte Congreso, 2011, Guantánamo, seis participantes; Vigesimoprimer Congreso, 2014, Camagüey, dos participantes; Vigesimosegundo Congreso, 2016, Holguín, cinco participantes y Vigesimotercer Congreso, 2018, Granma, cinco participantes.