Vertumno
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Vertumno . Dios típicamente itálico. Como es nota general en estos, se caracteriza por su protección a la naturaleza. Dios agreste. Su nombre deriva del verbo latino vertere, que quiere decir «cambiar, mutar». Vertumno era el dios de los cambios de las estaciones, el que aseguraba la continuidad y la regularidad de los ciclos de la naturaleza y de los hombres. Entre todas las estaciones había una preferida por él, una que le era consagrada: el otoño, con sus vides rebosantes de uva, con sus árboles cargados de fruta, con sus calmados calores. Tenía el poder ilimitado de transformarse, pudiendo asumir las más diversas formas, desde la de un joven a la de un feroz cazador ,de anciano, o de hermosa mujer .Por esto se le consideró también el dios de la mutabilidad de los sentimientos humanos.
Vertumno se enamoró de Pomona, diosa de los jardines y de los árboles frutales, de parejo poder que Vertumno. Pomona, cortejada por muchos dioses, nunca quiso escucharles. Tampoco Vertumno obtuvo mejor suerte. Pero no se desanimó en el primer intento. Se presentó a Pomona con todas las formas, como cazador y como pastor. Y puesto que la mayor pasión de Pomona era la de los frutos, que eran las cosas que más amaba en la tierra, Vertumno se transformó en podador, escardador, segador, sembrador; pero la diosa no se rendía. Al final, Vertumno decidió la última tentativa. Se transformó en una vieja y fue al encuentro de Pomona en su huerto. Allí fue recibido y escuchado. Tras haber alabado todos los hermosos frutos maduros y bien cuidados que se encontraban en el huerto, con suaves palabras de admiración por todas las atenciones procuradas por la diosa a sus plantas, y mientras Pomona escuchaba, complacida por esto, Vertumno le manifestó sus propios sentimientos. Regañó dulcemente a Pomona por su arrogancia, por ser demasiado esquiva, por no querer acercarse y consolar a cuantos la amaban. Y mientras Pomona, turbada, reflexionaba acerca de estas palabras, Vertumno abandonó su fingido aspecto y apareció como un hermoso muchacho, consiguiendo finalmente el amor de Pomona, casándose con ella. En Roma, el culto de Vertumno era uno de los más importantes; existía un templo dedicado a él, en la calle Tuscus, una de las más frecuentadas del casco antiguo. Una estatua lo representaba con la azada de jardinero en la mano y el regazo lleno de frutas. En su templo, en las pendientes del Aventino, el día doce de agosto de cada año, día dedicado a él, se celebraba una gran Fiesta y se ofrecían a Vertumno las primicias en gran cantidad.
Fuentes
Enciclopedia de la mitología. Escobedo, J. C. - 2011
