Alexis Cánovas Fabelo
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Alexis Cánovas Fabelo. Pintor, caricaturista, ceramista, incansable dibujante para las nuevas generaciones.
Sumario
Síntesis biográfica
Alexis Cánovas Fabelo nace en Camagüey en el año 1944.Empieza a trabajar desde los nueve años, recién cumplidos sus quince años, ya se había enrolado en la nueva aventura de la Revolución; a los 13 había recibido la primera golpiza de la policía batistiana.
Luchas clandestinas
Su prematuro esfuerzo le cinceló una conciencia de clase que solo da el trabajo, más allá de las teorías políticas que adquirió gracias al padre de un compañero de aula, el viejo Fajardo, quien le hizo ver el socialismo en los libros de Blas Roca mucho antes de sentarse en un aula de la universidad, y le ayudó en sus lecturas clandestinas de La historia me absolverá.
Alexis participó en la toma de la Estación de Policía en su natal Camagüey, se enroló en las patrullas juveniles de la recién formada Policía Nacional Revolucionaria y en varios de los primeros intentos aislados de gestar la unidad, propósito que tomaría forma poco después con la Asociación de Jóvenes Rebeldes.
Cánovas compartió suerte, entre los primeros Cinco Picos, con jóvenes de la prisión de Torrens, en La Habana, dispuestos a rehacer sus vidas y a repoblar los bosques, y con muchachos como Ricardo Alarcón e Isidoro Malmierca. De camino al Turquino no sabía que las imágenes atrapadas por sus ojos en toda la geografía cubana saldrían luego de sus manos en forma de viñetas, dibujos, cuadros, logotipos, páginas impresas y hasta animados, para ayudar a encender en otros la nueva ideología.
Comienzos como dibujante
Se hizo dibujante, sin haber ido a una escuela en el que una licenciatura en Filosofía y Marxismo cierra filas con otros diversos estudios, numerosas exposiciones de Artes Plásticas por todo el orbe. En una de sus andanzas como dirigente político conoció por azar al australiano Harry Reve, quien ayudaba a la nueva organización juvenil cubana a diseñar sus medios de comunicación, y al entonces obrero toallero Luis Lorenzo, que más tarde creara a Matías Pérez y otros muchos personajes de historietas.
Poco después fundaban la revista mensual Pionero, primera publicación dedicada especialmente a la niñez, para la cual creó el primer logotipo de los pioneros cubanos, en el que a la influencia innegable del konsomol soviético fusionó símbolos de identidad nacional, como el triángulo rojo y la franja azul, que han permanecido en diseños posteriores, fue llamado posteriormente a Juventud Rebelde, donde hizo de todo: diseñar, ilustrar, dar color y sobre todo aprender de la chispa de Virgilio, inspirador de una selección cromática a partir de pintura gris con la que mágicamente lograban las tonalidades necesarias para romper el bloqueo a la manera Rebelde y sacar a la calle diarios y revistas a color.
Participó en el nacimiento del suplemento El Caimán Barbudo, y con él, de una escuela de arte a la que asistían los trabajadores del diario para intercambiar con profesores de la talla de Mariano Rodríguez, René Portocarrero, Félix Beltrán, Saura, Mata y otros artistas brillantes de la plástica en el siglo XX.
Taller comunitario
En su casa taller de Cojímar lo visitan alumnos de disímiles edades, integrantes del taller comunitario El Viejo y el Mar, al que quisiera entregar todo el ímpetu que aún corre por sus venas, obstinado en el rescate de la belleza de ese enclave capitalino, de tanta riqueza histórica y pictórica.
