Algia facial o dolor facial

Algia facial
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Concepto:Algia facial o dolor facial se define como un dolor crónico referido a la región craneofacial.

Algia facial o dolor facial. El algia facial o dolor facial, se define como un dolor crónico referido a la región craneofacial. Constituye un síndrome doloroso de las estructuras cráneo faciales bajo el cual se agrupan un gran número de enfermedades.

Clasificación topográfica del algia facial

Estudios realizados demuestran que no existe unanimidad en la clasificación de las diferentes categorías diagnósticas o etiológicas del algia facial, por ejemplo: La International Headache Society en su clasificación de 2004 basa la clasificación en la topografía del origen del dolor facial; según Siccoli, sugiere un enfoque diagnóstico más clínico que topográfico y clasifica los dolores faciales en cuatro síndromes dolorosos:

  • Las neuralgias faciales.
  • Los dolores faciales con síntomas y signos neurológicos
  • Las cefaleas autonómicas trigeminales.
  • Los dolores faciales sin síntomas ni signos neurológicos

Una evaluación clínica detallada de los pacientes, permite una aproximación etiológica lo que orienta el estudio diagnóstico y permite ofrecer una terapia específica a la mayoría de los casos

Clasificación clínica del dolor facial

Causas

Las causas más frecuentes de algia facial son:

Diagnostico

El diagnóstico del dolor facial se basa en la descripción de los síntomas. Hay que analizar el episodio doloroso para estos casos tipo, intensidad y localización del dolor. Los estudios de sensibilidad facial con pruebas de reflejos del trigémino, también ayudan a orientar el diagnóstico. La resonancia magnética de la cabeza permite descartar otras patologías.

Tratamiento

El tratamiento está enfocado a eliminar el dolor facial mediante métodos farmacológicos o quirúrgicos dependiendo en este caso del diagnóstico.

Tratamiento farmacológico

Los analgésicos convencionales como la aspirina, el paracetamol y los opioides, no suelen ser útiles para controlar el dolor facial y se tiene que recurrir a fármacos para el tratamiento de la epilepsia como la carbamazepina, antiepilépticos que bloquean la excitabilidad nerviosa reduciendo el dolor y la frecuencia de las descargas de dolor. Los fármacos se deben iniciar a dosis bajas que se irán aumentando gradualmente hasta conseguir el mejor control del dolor con los mínimos efectos secundarios. También se pueden asociar ciertos antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina, según las características del dolor y susceptibilidad individual de cada persona. La cirugía va enfocada a aliviar la presión sobre el nervio trigémino y se reserva para los casos que no responden satisfactoriamente a los fármacos.

Fuentes