Ariane Mnouchkine

Ariane Mnouchkine
Información sobre la plantilla
Ariane mnouchkine.jpg
Nacimiento1939 Bandera de Francia Francia
NacionalidadFrancesa
CiudadaníaFrancesa

Ariane Mnouchkine. Puestista y directora de la compañía del Théâtre du Soleil (Teatro del Sol) que fundó en 1964 con sus compañeros de la ATEP (Asociación Teatral de Estudiantes de París).

Síntesis biográfica

Ariane Mnouchkine nace en Francia en 1939, en el seno de una familia con claras inclinaciones por el arte; factores que inevitablemente influyeron en su inquieta personalidad cuando aún era una niña.

Su padre fue Alexandre Mnouchkine, hijo de judíos rusos que llegaron a Francia en 1925. Aunque desempeñó varios oficios, llegó a ser un importante productor de cine a mediados del siglo XX, trabajando con los más destacados directores franceses de la época. Para Ariane Mnouchkine su padre es un referente ineludible en su vocación artística, en su manera de entender el quehacer creador, pero sobretodo un apoyo incondicional para poder emprender el camino como directora.

Su madre fue June Hannen, inglesa, hija de un diplomático, Nicholas Hannen; quien muy pronto se arruinó tras abandonar a la mujer y a los hijos para convertirse en actor. Trabajó en el legendario Old Vice incluso llegó a actuar junto a Lawrence Olivier en su Enrique V. Una hermana de su madre, es decir una tía de Ariane Mnouchkine, también llegó a ser actriz. Sin embargo la mayor herencia artística del lado materno fue toda esa imaginería fantástica de las leyendas llenas de hadas, druidas y caballeros.

Durante sus primeros años de vida Ariane Mnouchkine tuvo que padecer los estragos de la Segunda Guerra Mundial, incluso junto con su familia llegó a ser refugiada en Cauderán, cerca de Bordeaux; mientras que sus abuelos paternos fueron confinados en Drancy (localidad francesa donde funcionó un campo de concentración), antes de ser deportados. A pesar de todo ello, su inocencia no le permitía dimensionar lo que pasaba. De vuelta a París en 1947, la pequeña Ariane Mnouchkine empezó a acompañar a su padre a los rodajes de las películas, siguiéndolo de cerca, como encantada por el mundo cinematográfico. Pero a pesar de ello, o tal vez precisamente por conocer el cine desde dentro, nunca se sintió especialmente atraída por él, al contrario, sentía terror por ese universo deslumbrante.

Ella buscaba otra cosa, no quería nada con el mundo que conocía tal y como era. Quería encontrar su propia isla, un lugar donde el mundo fuera distinto y pudiera transformarse. En su adolescencia tuvo que enfrentar la separación de sus padres y fue entonces cuando conoció al profesor y poeta Henri Bachau, quien se interesó por ella y le ayudó a encauzar positivamente toda la fuerza y la rabia de aquellos años de búsqueda. Después de haber terminado el bachillerato parte a Inglaterra para hacer un año en Oxford, donde se encontró con una enorme actividad teatral aficionada. Fue precisamente en aquellas circunstancias cuando descubrió primero su gusto por el juego colectivo y creativo que supone la escena, y luego su indudable vocación por hacer teatro. Al regreso de Inglaterra en 1958, inicia estudios de psicología en la Sorbona. Un año después participa en la fundación de la Association Théâtrale des Etudiants de Paris (ATEP). Aunque en principio ocultó su experiencia en Oxford para dedicarse a las labores administrativas, ya tenía ganas de dirigir. Al mismo tiempo decide abandonar los estudios para dedicarse al naciente proyecto teatral. Y será precisamente aquí donde se estrenará como directora, llevando a la escena “Gengis Khan”(1961) de H. Bachau; para la cual se inspiró un poco en la Ópera de Pekín, que había visto en el Festival Théâtre des Nations.

Se trató de un montaje casi de escuela que sin embargo les dejó vislumbrar la posibilidad de configurarse como compañía profesional, una vez que todos hubiesen terminado con sus compromisos académicos o cumplido con el servicio militar, pues deseaban tener disponibilidad absoluta para su aventura teatral. Por esta razón decidieron darse dos años de receso. Tiempo que Ariane Mnouchkine aprovechó para vivir uno de sus sueños de infancia: ir a China.

En 1963 partió de Marsella en un barco llamado El Camboya, rumbo a Yokohama. La travesía la llevó primero por Japón, en donde se quedó por más de cinco meses: en Kobé conoció el teatro Nô, en Tokio se deslumbró (o se iluminó) con la interpretación magistral de un desconocido actor kabuki, que representaba toda una epopeya utilizando nada más que un tambor. En Bangkok, pudo apreciar un duelo entre dos teatros tradicionales chinos que intentaban ganar la mayor cantidad de espectadores con una actuación que ella misma recuerda como exagerada pero precisa. Después pasó a Camboya, y más tarde llegó a Calculta, en la India, que considera su segundo país. Y aunque ya había visto el kathakalien el Festival Théâtre des Nations, pudo ver los espectáculos en los lugares donde nacieron. También visitó Nepal, Pakistán, Afganistán y Turquía.

El viaje que debía durar unos seis meses, terminó durando casi quince. Y, paradójicamente, nunca pudo llegar a China, ya que no logró conseguir el visado para dicho país, a pesar de haberlo pedido en cada lugar que visitó. De hecho, solo pisaría China muchos años después con uno de sus espectáculos. A pesar de ello, este viaje fue casi iniciático y por tanto definitivo en su vida y en su formación como directora de teatro, ya que le serviría para establecer las conexiones necesarias entre la tradición del teatro occidental y las teatralidades orientales que han estado presentes en la mayor parte sus obras. Después del periplo asiático, Ariane Mnouchkine se reúne de nuevo con sus antiguos compañeros de la ATEP, para darle forma al sueño en reposo. Es así como el 29 de mayo de 1964, en París, fundan la Compañía Théâtre du Soleil, (Teatro del Sol), intentando expresar con este nombre todo lo que el teatro significaba para ellos: vida, fuego, calor, luz, belleza, humanidad. Aunque también se ha dicho que este nombre simbólico es un homenaje a una generación de “cineastas de la luz, de la generosidad, del placer, como Max Ophuls, JeanRenoir, Georges Cukor”.Ya en este acto fundacional, la compañía fue concebida como una cooperativa obrera de producción en la que todos sus miembros estarían en un plano de igualdad y cobrarían lo mismo. Una dinámica organizacional opuesta por completoa las estructuras jerárquicas propias del modelo comercial que primaba en las compañías teatrales de la época. A partir de este momento resulta casi imposible hablar de Ariane Mnouchkine sin dejar de referirse al Théâtre du Soleil. Su vida, su obra y su pensamiento están íntimamente ligados a la historia de la compañía, hasta tal punto que para muchos hablar de Mnouchkine o del Soleil sea casi lo mismo, toda vez que como directora general de la compañía es su cabeza visible y protagonista indiscutida de su historia.

Consagración mundial

En 1961, con sus compañeros de la Association Théâtrale des Etudiants de Paris (ATEP), Ariane Mnouchkine participa creativamente en el espectáculo Genghis Khan de Henry Bauchau. A comienzos de los sesenta Mnouchkine viaja a Oriente y toma contacto con expresiones ancestrales del teatro asiático, que si bien no marcan su poética inicialmente, significarán influencias relevantes a partir de los años setenta. El 29 de mayo de 1964, con miembros de la ATEP, Mnouchkine funda la Compañía Théâtre du Soleil. Eligen ese nombre simbólico en homenaje a “ciertos cineastas de la luz, de la generosidad, del placer, como Max Ophuls, Jean Renoir, Georges Cukor”, según consta en el mencionado Diapolivre de los Bablet. El primer espectáculo de la compañía, dirigido por Mnouchkine, se presentará en 1964-1965: Les Petits Bourgeois [Los pequeños burgueses], de Máximo Gorki, al que siguieron en 1965-1966 Le Capitaine Fracasse [El capitán Fracasse], basado en Théophile Gautier, y en 1967 el primer hito altamente significativo en la historia de la compañía: La Cuisine [La cocina], de Arnold Wesker. El espacio del Cirque Médrano en Montmartre les permite otra dinámica estética y un salto cuantitativo en la relación con el público: lo ven 63.400 espectadores. En 1968 Mnouchkine dirige Le Songe d’une nuit d’été [Sueño de una noche de verano], de William Shakespeare. Les Clowns es la creación colectiva que el Théâtre du Soleil presenta en 1969-1970. Dice David Bradby que ya desde sus primeros pasos “Le Théâtre du Soleil aliaba la preocupación social a un sentido exuberante del placer teatral: un teatro de la fiesta, del buen humor, lleno de gags y de lazzi (...) El nuevo estilo [a partir de La Cuisine] reposaba sobre dos determinaciones bien diferentes, rara vez reunidas en la misma compañía. La primera consistía en tomar en serio el trabajo de las personas comunes, que raramente van al teatro, para encontrar un medio de llevar a la escena sus condiciones de trabajo y las relaciones que pueden existir entre ellos. La segunda: descubrir una transposición teatral adecuada, para no caer en la trampa del naturalismo”.

A fines de agosto de 1970 Le Théâtre du Soleil se instala definitivamente en La Cartoucherie del bosque de Vincennes, donde la compañía ensayaba y construyó finalmente su teatro. Sin embargo, la premier de su nueva creación, 1789, acaso el espectáculo más importante en toda la historia del equipo, tiene lugar en 1970 en el Piccolo Teatro de Milán. Recién lo presentarán en La Cartoucherie en 1971. Acontecimiento consagratorio, 1789 es una creación colectiva sobre la Revolución Francesa con puesta en escena de Ariane Mnouchkine. Le Théâtre du Soleil se convierte en un equipo de prestigio internacional: entre 1971 y 1973 presentan 1789, en Villeurbanne, Besançon, Caen, Le Havre, Martinique, Lausanne, Berlín, Londres, Belgrado. Espectadores: 281.370. En 1973 Mnouchkine concreta el film homónimo basado en la obra teatral.

Para David Bradby, “1789 tuvo más o menos el mismo impacto sobre el teatro de los años setenta que Esperando a Godot sobre el de los años cincuenta. Fue una verdadera liberación la que experimentaron los casi 250.000 espectadores que afluyeron a La Cartoucherie. De Esperando a Godot el público de la década del cincuenta había conservado una imagen de la vida de una austeridad sin precedente, que no era sino un lento acercarse de la muerte. En La Cartoucherie, se producía más bien una resurrección. Desde la entrada a la sala, sin localidades numeradas, sin acomodadoras a las que pagar, el ambiente estaba sobreexcitado y la compañía trabajaba allí para crear un sentimiento incomparable de alegría y de fiesta”.

De 1972 es el espectáculo 1793, nueva creación colectiva de Théâtre du Soleil, continuación de 1789 para la que los actores y todo el equipo creativo investigan sobre aspectos históricos de los años 1792 y 1793 inmediatamente posteriores a la Revolución. En 1975 es el turno para L’Âge d’or [La Edad de Oro], nueva creación colectiva con puesta en escena de Ariane Mnouchkine. Tras la experiencia exitosa de 1789 y 1793, deciden abandonar el teatro histórico y volver sobre la realidad inmediata contemporánea. El punto de partida será ahora la historia de Abdallah, trabajador marroquí que muere en un accidente en una obra en construcción. De ese momento es la siguiente expresión de voluntad política e incisión en el tejido social del equipo: “Intentamos hacer un teatro de la representación en el que todo gesto, toda palabra, toda entonación tenga su importancia y sea un signo inmediatamente perceptible por el espectador. Deseamos un teatro que tome contacto directo con la realidad social, que no sea un simple testimonio sino una incitación a cambiar las condiciones en las que vivimos”.

Entre el cine y los clásicos

Después de Don Juan (1977), basado en la pieza de Molière, con puesta en escena de Philippe Caubère, la compañía realiza el telefilm Molière ou la vie d’un honnête homme [Molière o la vida de un hombre discreto], con dirección de Mnouchkine, que alcanza gran difusión en Europa y América y abre al Théâtre du Soleil el acceso a un público masivo. Méphisto, le roman d’une carrière [Mefisto, la novela de una carrera], basado en la novela de Klaus Mann, versión y puesta en escena de Ariane Mnouchkine, se presenta en 1978-1979. Entre 1981-1984 la compañía realiza Les Shakespeare – Cycle [Los Shakespeare – Ciclo], a partir de tres obras del autor clásico: Richard II (1981), La Nuit des Rois [Noche de Reyes] (1982, presentada en La Cartoucherie en alternancia con Ricardo II) y Henry IV (1984, presentada en alternancia con las dos anteriores). A 1985 corresponde L’Histoire terrible mais inachevée de Norodom Sihanouk, Roi du Cambodge [La historia terrible pero inacabada de Norodom Sihanouk, Rey de Camboya], de Hélène Cixous. L’Histoire terrible... no es el comienzo de la colaboración Mnouchkine-Cixous. Recuerda Georges Banu: “En 1972 Hélène Cixous, escritora y catedrática, se cruza por primera vez en el camino de Ariane Mnouchkine y del Théâtre du Soleil cuando, por sugerencia de su amigo Michel Foucault, asiste al espectáculo 1789. Impresionada por la belleza, la fuerza y el potencial crítico de la representación, entabla relaciones con Ariane Mnouchkine y la incita a participar en el Grupo de Información sobre las Prisiones (GIP) que ella anima con Foucault. Su primera colaboración será entonces una obra de cuatro minutos creada por los actores del Théâtre du Soleil y representada en las tablas delante de las cárceles. Este episodio marca el inicio de una larga asociación, desde 1975 hasta hoy, que se ha regido por la articulación permanente entre lo artístico y lo político”.

L’Indiade ou l’Inde de leurs rêves [La Indíada o la India de sus sueños], de Hélène Cixous, con puesta en escena de Ariane Mnouchkine, se ofrece en 1987-1988. De 1989 es La nuit miraculeuse [La noche milagrosa], film de Ariane Mnouchkine, cuento de Navidad encargado por la Assemblée Nationale pour le Bicentenaire de la Déclaration des Droits de l’Homme, en el bicentenario de la Revolución Francesa. 1990-1993 es el período en que Théâtre du Soleil se aboca a la revisión de la tragedia clásica. Les Atrides – Cycle [Los Atridas- Ciclo] incluye cuatro espectáculos: Iphigénie à Aulis [Ifigenia en Áulide] (1990, texto de Eurípides); Agammenon (1990, texto de Esquilo); Les Choéphores [Las Coéforas] (1991, texto de Esquilo, pieza representada en alternancia con las dos anteriores en La Cartoucherie); Les Euménides [Las Euménides] (1992, texto de Esquilo, representado en alternancia con las tres anteriores). También en mayo-junio de 1993 Le Théâtre du Soleil presenta L’Inde, de Père en Fils, de Mère en Fille [La India, de Padre a Hijo, de Madre a Hija], puesta en escena de Rajeev Sethi, a partir de una idea de Ariane Mnouchkine, espectáculo interpretado por 32 artistas hindúes (narradores, músicos, bailarines, acróbatas y magos).

La Ville parjure ou le réveil des Erinyes [La ciudad perjura o el despertar de las Erinias], de Hélène Cixous, es llevada a escena por Mnouchkine en 1994-1995. Sigue en 1995-1996 Le Tartuffe [Tartufo], de Molière. En 1996-1997 se filma Au soleil même la nuit, película de Éric Darmon y Catherine Vilpoux, coordinada por Ariane Mnouchkine. Et Soudain des nuits d’éveil [Y de pronto noches en vilo] es la creación colectiva de 1997 coordinada por Hélène Cixous, con puesta en escena de Ariane Mnouchkine. Tout est bien qui finit bien [Está bien lo que bien acaba] (1998) marca el regreso de la compañía al universo de William Shakespeare; la puesta en escena es de Irina Brook (hija de Peter Brook), con artistas del equipo.

De 1999 es Tambours sur la digue, sous forme de pièce ancienne pour marionnettes jouée par des acteurs [Tambores en el dique, bajo la forma de antigua pieza para marionetas interpretada por actores], de Hélène Cixous, puesta en escena de Ariane Mnouchkine, La misma Mnouchkine realiza en 2002 un film de la puesta, incluido en Du Théâtre à l’Écran, 2005, colección de diez DVD producida por el Ministerio de Asuntos Extranjeros de Francia. Los dos trabajos más recientes de la compañía son Le Dernier Caravansérail (Odyssées) [El último caravanserrallo (Odiseas)] (2003), creación colectiva del Théâtre du Soleil, puesta en escena de Ariane Mnouchkine, que consta de dos partes: Le Fleuve Cruel [El río cruel] y Origines et Destins [Orígenes y destinos]; y el mencionado Les Éphémères [Los Efímeros] (2006). De 2007 data el video que recoge la experiencia pedagógica de Ariane Mnouchkine en Kabul: Un soleil à Kaboul.

Fuentes