Arisaema ringens
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La Arisaema ringens también llamada ariasema praecox o ariasema sieboldii forma parte de la familia de las Araceae y es oriundo de Asia, Norteamérica y diversas regiones africanas. Se le conoce comúnmente como lirio cobra. La arisaema ringens es propia de zonas húmedas de Japón, China y Corea y aunque necesita de ambientes húmedos no es una planta de atenciones complejas y crecerá con vigor en un suelo suelto y fértil.
Sumario
Características
Es una planta tuberosa de índole perenne y baja altura, pero que destaca notablemente por sus enormes hojas y el estilo tan exótico de su floración.
Tallos y hojas
Los tubérculos producen tallos que portan un pequeño número de hojas de gran tamaño, trifoliadas, ovaladas o elípticas, brillantes y de color verde brillante. El nervio central de las hojas destaca y los secundarios se encuentran levemente hundidos y bordes algo picudos.
Flores
Las flores tienen una apariencia extraña aunque representativo del grupo, la forma de la espata asemeja la cabeza de una cobra, de ahí el popular nombre común. Cada flor de tamaño considerable disfruta de una espata de vistosas rayas gruesas de color verde y morado que cambia de intensidad con el tiempo, forma una capucha que cubre el interior donde se encuentra el espádice blanco amarillento.
Floración
La floración aparece entre finales de abril y mayo, consta de una flor por tubérculo que se alza desde el centro de unión de dos hojas. Las flores permanecen en buen estado mucho tiempo, siempre que se prolongue la climatología con temperaturas moderadas o poco calurosas.
Luz solar
Este lirio debe cultivarse en zonas semisoleadas o de sombra luminosa, nunca colocar a pleno sol.
Tipos de suelos
Requiere suelos húmedos, pero que gocen de un buen drenado para que no dañen los tubérculos, susceptibles de pudrición si se mantiene la tierra demasiado mojada durante periodos prolongados, aunque hay que tener en cuenta también que el suelo no debe secarse completamente.
Propagación de la planta
- La manera más sencilla de propagarla es tomando los nuevos brotes que surgen alrededor de la planta madre.
- Los tubérculos se deben plantar en el suelo a escasa profundidad, en una mezcla fértil y arenosa.
- Las semillas son otra opción apropiada pero mucho más compleja y con floraciones que pueden demorarse notablemente en el tiempo.