Arterioesclerosis

Arterioesclerosis
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Concepto:Procesos degenerativos y proliferativos de la pared arterial combinados con induración, pérdida de la elasticidad y reducción de la luz.

Arteriosclerosis. Pérdida de la elasticidad y grosor de las arterias, haciendo que la circulación de la sangre sea más dificultosa. Es un término general utilizado tanto en medicina humana y veterinaria.

Terminología

Los términos arteriosclerosis, arteriolosclerosis y aterosclerosis son similares tanto en escritura como en significado, aunque son, sin duda, diferentes. La arteriosclerosis es un término generalizado para cualquier endurecimiento con pérdida de la elasticidad de las arterias, la palabra viene el griego arterio, que significa «arteria» y sclerosis que significa «cicatríz, rigidez». La arteriolosclerosis se usa exclusivamente para el endurecimiento de las arteriolas o arterias de pequeño calibre. La aterosclerosis es un endurecimiento causado específicamente por placas de ateromas.

Historia

Se denomina a los procesos degenerativos y proliferativos de la pared arterial combinados con induración, pérdida de la elasticidad y reducción de la luz. Los procesos degenerativos primarios aparecen en la íntima y en la media. Estas lesiones son más frecuentes en animales viejos. Existe predilección por la Aorta abdominal, aunque pueden afectarse otros sitios. Las consecuencias son: Trombosis, Aneurismas y Ruptura con hemorragia.

MACRO, aparecen placas de variado tamaño, con ligero engrosamiento y plegamiento de la íntima, o elevaciones ovales o lineales de color blanquecino. La consistencia es firme, pero frágil. MICRO, la membrana elástica íntima muestra los cambios más característicos con contornos irregulares, duplicaciones parciales y fragmentaciones, hay proliferación de las Células musculares lisas de la capa media y transformeción colágena y presencia de tejido elástico. El Endotelio vascular no se afecta. Puede presentarse Metaplasia cartilaginosa.

Placas de Ateromas

La enfermedad arterosclerótica comienza en todos los individuos, sin tener en cuenta el lugar de origen, en los primeros 20 años de vida y de la misma manera. Inicialmente se desarrolla una pequeña placa muy benigna, la denominada estría grasa, que se puede encontrar en los primeros años de vida en las grandes y medianas arterias como la aorta y las coronarias. Estas estrías pueden desaparecer o evolucionar muy lentamente y originar la formación de las placas de ateroma.

Morfología

Presentan un núcleo central blando, grumoso y amarillento, formado por lípidos (colesterol y sus ésteres), cubierto por una capa fibrosa. Normalmente sólo se presentan ocupando una parte de la circunferencia de la pared arterial, en forma de parches, variables a lo largo del vaso. Inicialmente esparcidos, pero aumentan en número a medida que la enfermedad avanza.
En los casos avanzados, se observa un proceso de calcificación de las placas que aumenta el riesgo de cambio agudo en la placa:

  • Se puede producir la ruptura de la placa, su ulceración o erosión, que provoca la exposición de agentes trombogénicos y puede generar la aparición de un trombo y bloquear un vaso situado por delante de la zona de la placa, lo que produciría una carencia de aporte sanguíneo en la zona irrigada por la arteria correspondiente (isquemia), que puede ser mortal si el bloqueo tiene lugar en una arteria coronaria o en una arteria cerebral;
  • Se puede producir una hemorragia en el interior de la placa, por ruptura de los capilares existentes en su interior, que puede dar lugar a un hematoma y favorecer la ruptura de la placa.
  • La vasoconstricción de la zona afectada puede también favorecer la ruptura de la placa.
    Los procesos clave de la ateroesclerosis son el engrosamiento de la íntima y la acumulación de lípidos.
    Localización
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    Las placas de ateroma presentan una distribución característica, ya que se presentan fundamentalmente en las grandes arterias, en zonas de flujo sanguíneo turbulento, sobre todo:
  • La aorta abdominal, con mayor frecuencia que la aorta torácica;
  • Sobre todo en el orificio de origen (ostium) de las ramas arteriales mayores.
  • En orden descendiente (después de la aorta abdominal), los vasos afectados con más frecuencia son:o las arterias coronarias.o las carótidas internas.o los vasos del polígono de Willis, un conjunto de arterias que suministran sangre al cerebro.
  • Normalmente, los vasos de las extremidades superiores no están afectados, así como las arterias mesentéricas (superior e inferior) y las arterias renales (con excepción de sus ostia respectivos).
  • En el mismo individuo suelen coexistir varias lesiones en diferentes estadios de evolución.

Factores de riesgo

Esta enfermedad es la principal causa de muerte de los países occidentales, desarrollados o del primer mundo, es decir, Norteamérica, Europa y Australia, asociada a un estilo de vida poco saludable. Los factores de riesgo para el desarrollo de ateroesclerosis se pueden agrupar en dos categorías, según la posibilidad de actuar sobre ellos.

No modificables

  • Edad. La edad tiene una influencia dominante. Las tasas de fallecimiento por enfermedades isquémicas cardíacas (por ejemplo, infarto de miocardio) aumentan a lo largo de la vida, incluso a edad avanzada. La ateroesclerosis no es evidente normalmente hasta la mitad de la vida o después, cuando las lesiones arteriales provocan daños en los órganos. Entre los 40 y los 60 años la incidencia de infarto de miocardio se multiplica por cinco.
  • Hormonas sexuales. Las hormonas masculinas son aterogénicas, mientras que los estrógenos protegen de la ateroesclerosis, por eso en las mujeres la tasa de enfermedades relacionadas con ateroesclerosis aumenta después de la menopausia.
  • Antecedentes familiares y alteraciones genéticas. La predisposición familiar a ateroesclerosis y enfermedades isquémicas cardiacas está bien definida y es probablemente poligénica (es decir, intervienen varios genes). Normalmente, la propensión genética está asociada a otros factores de riesgo, como la hipertensión o la diabetes, y con menos frecuencia a alteraciones en el metabolismo de las lipoproteínas, que producen altos niveles lipídicos en sangre, como ocurre en la hipercolesterolemia familiar.

Modificables

  • Hiperlipidemia o aumento del nivel de lípidos en la sangre. Es el mayor factor de riesgo para la ateroesclerosis. La mayoría de las evidencias se refieren a la hipercolesterolemia, es decir, los niveles de colesterol en sangre. El principal componente del colesterol del suero asociado con un aumento del riesgo son las lipoproteínas de baja densidad o LDL, que tienen un papel fisiológico fundamental en el transporte de colesterol hacia los tejidos periféricos. Sin embargo, las lipoproteínas de alta densidad o HDL protegen de la ateroesclerosis, pues retiran el colesterol de los tejidos y los ateromas para llevarlo al hígado, donde se excreta con la bilis.

Por eso se denomina al HDL como "buen colesterol": cuanto más alto el nivel de HDL, menor es el riesgo, y viceversa para las LDL. El ejercicio y un consumo moderado de alcohol aumentan el nivel de HDL, mientras que la obesidad y el tabaquismo lo disminuyen. Una dieta rica en colesterol y ácidos grasos saturados (presentes en la yema de huevo, grasas animales y mantequilla) aumenta los niveles de LDL. A la inversa, una dieta baja en colesterol y baja en la relación entre ácidos grasos saturados e insaturados, provoca una reducción de los niveles de LDL. Es más, los ácidos grasos de tipo omega-3, abundantes en los aceites de pescado, son probablemente beneficiosos, mientras que grasas transaturadas producidas por hidrogenación artificial de aceites vegetales (utilizadas en productos horneados y margarinas) pueden afectar negativamente los niveles de colesterol. Las drogas denominadas estatinas disminuyen los niveles de colesterol circulante, al inhibir una enzima clave de la biosíntesis de colesterol en el hígado, la HMG-CoA reductasa.

  • Hipertensión arterial (HTA), uno de los principales factores de riesgo a cualquier edad, responsable por sí solo de un incremento del 60% de riesgo de enfermedad cardiovascular. La HTA es la causa principal de hipertrofia ventricular, relacionada con el fallo cardíaco. Hombres entre 45 y 62 años cuya presión arterial (Pa) está por encima de 169/95 mmHg tienen cinco veces más riesgo de accidente cardiovascular que aquellos con una Pa de 140/90 mmHg o menor. Tanto un aumento de la presión sistólica como de la diastólica son importantes en el incremento de riesgo. Un incremento de la Pa provoca fuerzas de cizallamiento que rompen el frágil endotelio que recubre la superficie interior de las arterias. Los tratamientos antihipertensivos reducen la incidencia de enfermedades relacionadas con la ateroesclerosis, como los derrames cerebrales y los accidentes cardiovasculares.
  • Tabaquismo. Las sustancias tóxicas que contiene el tabaco como la nicotina tienen un efecto tóxico directo sobre la pared de las arterias, provocando una respuesta inflamatoria. Fumar un paquete de cigarrillos o más al día dobla la tasa de fallecimiento por enfermedad cardiovascular. Dejar de fumar disminuye el riesgo de forma significativa.
  • Diabetes mellitus. La diabetes induce hipercolesterolemia, y un aumento de la predisposición a la ateroesclerosis. La incidencia de infarto de miocardio es el doble en los diabéticos, y se observa un aumento de 100 veces en la frecuencia de gangrena de las extremidades inferiores inducida por la ateroesclerosis.

Otros factores con efecto

  • Vida sedentaria, con poco ejercicio físico, ya que éste modifica muchos factores de riesgo, y en última instancia disminuye la respuesta inflamatoria en la pared de las arterias.
  • Estrés, asociado a un estilo de vida competitivo (personalidad "tipo A").
  • Obesidad, a menudo asociada con hipertensión, diabetes, hipertrigliceridemia y niveles bajos de HDL.
  • Infecciones por Chlamydia pneumoniae.

Principales síntomas

Los síntomas de la arteriosclerosis varían de acuerdo a las arterias involucradas. Signos de suministro inadecuado de sangre generalmente aparecen primero en las piernas. Puede haber entumecimiento y frío en los pies, y calambres y dolores en las piernas incluso luego de un poco de ejercicios, Adormecimiento y hormigueo de manos, pies y cara, debilidad, pesadez de las piernas, dolor al caminar, alteraciones en el habla, alteraciones en la visión, dificultad al tragar, dolor en el brazo izquierdo, falta de aire al realizar ejercicio físico, dificultades para orinar.

Si las arterias coronarias están involucradas, el paciente puede tener dolores agudos, característicos de la angina de pecho. Cuando las arterias que conducen al cerebro están involucradas, los vasos pueden estallar, causando hemorragias en los tejidos cerebrales. Un ataque cerebro vascular, con una parálisis parcial o completa en un lado del cuerpo, puede resultar si hay un bloqueo con un coágulo de sangre. También puede llevar a la pérdida de memoria y a un estado de confusión de la mente en ancianos. Si las arterias que conducen a los riñones están involucradas, el paciente puede sufrir de presión arterial alta y desórdenes en el hígado.

Signos de arterosclerosis

  • Tensión arterial alta.
  • Colesterol LDL y total elevado por encima de 200-250 mg/dl.
  • Valores de triglicéridos por encima de 150mg/dl.

Principales causas

  • Avanzada edad. Comienza generalmente a manifestarse a partir de los 50.
  • Alimentación inadecuada con exceso de grasas, azúcares y alimentos ricos en colesterol.
  • Alcoholismo y tabaquismo
  • Estrés.
  • Falta de ejercicio.
  • Obesidad.
  • Predisposición genética.

Tipos de Arteriosclerosis

  • Aterosclerosis, es la forma más frecuente de arteriosclerosis, caracterizada por un engrosamiento de la túnica íntima con placas que contienen macrófagos llenos de lípidos, grasas, principalmente el colesterol.
  • Arteriosclerosis obliterante, una forma de arteriosclerosis específica de las arterias de las extremidades inferiores, frecuente en adultos mayores de 55 años, caracterizada por fibrosis de las capas de las arterias con obliteración y estrechamiento considerable de la luz del vaso.
  • Esclerosis de Monckeberg, poco frecuente, vista especialmente en personas ancianas, y que afecta generalmente a las arterias de la glándula tiroides y del útero y rara vez se presenta estrechamiento de la luz arterial.
  • Arteriosclerosis hialina o nefrosclerosis, se refiere al engrosamiento de las paredes de las arterias por depósito de material hialino (La palabra hialino se deriva del griego hyalos, que significa vidrio), visto generalmente en pacientes con patologías renales y diabéticos.
  • Esclerosis de la vejez, en la que se observa naturalmente una remodelación de las grandes arterias a medida que aumenta la edad, caracterizada por rigidez arterial y que se asocia con hipertensión sistólica.

Para prevenir la arteriosclerosis

Los ejercicios aeróbicos, una via para evitar la arteriosclerosis

No podemos hacer nada para evitar el paso del tiempo, cambiar la carga genética ni el sexo, pero podemos influir en el desarrollo de la arteriosclerosis actuando sobre los factores de riesgo. Hábitos saludables para prevenir la arterosclerosis:

  • Actividad física. Ejercicio físico practicado con regularidad, tres sesiones semanales de 50-60 minutos, preferiblemente de tipo aeróbico como marcha, andar a paso rápido, bicicleta, correr, nadar... No es necesario que sea extenuante ni que nos fatigue, el ejercicio moderado ofrece magníficos resultados.
  • Dieta cardiosaludable. Aporte calórico correcto. Son muy recomendables los alimentos vegetales como legumbres, frutas, hortalizas, ricos en sustancias antioxidantes (vitaminas A, E, C,). El ácido fólico, presente en verduras de hoja verde, frutos secos o aceites vegetales, tiene un papel importante en la prevención, lo mismo que los ácidos grasos omega-3, que se encuentra en los pescados azules. También el té y el vino (consumido moderadamente) contienen antioxidantes tan potentes como las verduras y frutas. El aceite de oliva es preferible a otros tipos de aceite. Hay que disminuir el consumo de alimentos ricos en colesterol y grasas saturadas: huevos, leche entera, carnes grasas, embutidos, vísceras.
  • Controlar el estrés. El estrés tiene un efecto perjudicial en la arteriosclerosis. No es fácil en la sociedad actual evitar las situaciones de estrés, por ello se hace necesario combatir la tensión emocional mediante técnicas de relajación. Las hay de fácil realización y muy efectivas.
  • Combatir el exceso de peso. La obesidad se suele acompañar de hipertensión, aumento del colesterol y del ácido úrico, diabetes... En muchos casos reduciendo el peso se corrigen total o parcialmente estas anomalías. Por ello resulta tan importante mantener un peso corporal correcto.
  • Controlar la hipertensión arterial. En la mayoría de los casos la hipertensión es ligera y se puede controlar con hábitos higiénicos sanos: ejercicio, dieta, relajación... Sólo cuando las cifras son muy elevadas de forma permanente se puede necesitar tratamiento farmacológico.
  • Dejar de fumar. El tabaco que tiene un efecto muy pernicioso no sólo sobre la arteriosclerosis, sino también sobre otras enfermedades.

Tratamiento

No existe tratamiento médico alguno demostrado para la arteriosclerosis pese a ser el fármaco probablemente más buscado por la industria farmacéutica.

El tratamiento farmacológico (antihiperlipidémicos, antiagregantes o anticoagulantes) sirve para disminuir sus causas o sus consecuencias.

El tratamiento quirúrgico es muy resolutivo en la cardiopatía isquémica y también en otras localizaciones.

El tratamiento profiláctico consiste en evitar los factores predisponentes de la enfermedad y a las complicaciones de ésta: obesidad, hipertensión, sedentarismo, hiperglucemia, hipercolesterolemia, tabaquismo, etc.

Para ello lo ideal es practicar ejercicio suave, una dieta equilibrada como la mediterránea, baja en grasas, técnicas de relajación para evitar el estrés, dejar de fumar, etc.

Algunos consejos útiles

Unos de los remedios caseros más efectivos para la arteriosclerosis es la cáscara de limón. Refuerza el sistema arterial entero. La cáscara de un limón rallada puede ser añadida a sopas y estofados, o rociada sobre ensaladas. Para hacer una medicina, la cáscara de uno o dos limones debe ser cortada finamente, cubiertas con agua tibia y dejadas restar por cerca de doce horas. Una cucharadita de té de la misma puede ser ingerida cada tres horas, o inmediatamente antes o después de una comida.

El perejil es otro remedio efectivo para la arteriosclerosis. Contiene elementos que ayudan a mantener los vasos sanguíneos, particularmente los capilares, y el sistema arterial en una condición saludable. Puede ser ingerido como un té: una cucharadita de té de perejil seco debe ser hervida a fuego lento en una taza llena de agua por unos minutos. Esto puede ser ingerido dos a tres veces por día.

El jugo de remolacha, ingerido diariamente, ha sido encontrado valioso en la arteriosclerosis. Es un excelente solvente de depósitos inorgánicos de calcio. Los jugos de Zanahoria y espinacas son también benéficos si son ingeridos una vez al día. Estos jugos pueden ser ingeridos individualmente -500ml, o como una combinación. Cuando sean ingeridos como una combinación, deben ser en la siguiente proporción: zanahorias -300ml y espinaca -200ml para preparar 500ml de jugo.
La miel es considerada benéfica en el tratamiento de la arteriosclerosis. Es fácilmente digerida y asimilada. El paciente debe ingerir un vaso de agua con una cucharadita de té de miel y otra de jugo de limón en ella, antes de ir a dormir. También puede ingerirlo si se despierta a la noche.

La hierba psyllium husk, botánicamente conocida como Plantagoovata, ha sido encontrada valiosa en la arteriosclerosis. El aciete de las semillas de esta plata debe ser usado. Contiene 50% de ácido linoleico, una grada no saturada, y es, por lo tanto, útil en la prevención y tratamiento de esta enfermedad.

El fumar, si es habitual, debe ser detenido ya que constriñe las arterias y agrava la condición.

El paciente debe hacer abundante ejercicio en el exterior y aprender a tomarse con calma el estrés mental y las preocupaciones.

Fuentes