Benito Ezequiel Vieta

Benito Vieta
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NombreBenito Ezequiel Vieta Ferro
Nacimiento10 de abril de 1877
poblado de Calabazar,
municipio Boyeros,
provincia de La Habana,
capitanía de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimientodespués de 1951
ciudad de La Habana Bandera de Cuba

Benito Ezequiel Vieta Ferro (Calabazar, 10 de abril de 1877 - La Habana, hacia 1958) fue unos de los tantos dentistas cubanos que interrumpió sus estudios para incorporarse a la manigua redentora y después terminó su carrera.

Síntesis biográfica

Fue bautizado en la iglesia parroquial del Santo Cristo del Buen Viaje, en La Habana, el 7 de junio de 1877. Sus padres eran Cristina Ferro Hernández y Benito Vieta Moré, dentista como él, al igual que su abuelo Miguel R. Vieta, quien fue uno de los primeros en ejercer la profesión en Cuba, pues su título data de 1847.

Infancia y juventud

Cuando contaba con 5 años, su padre partió para Madrid, donde ejerció la profesión durante más de 10 años; por lo tanto, Benito Ezequiel pasó en esa ciudad una parte de la adolescencia; allí cursó hasta el 3er. año de bachillerato; en 1892 regresó a Cuba y perdió un año a causa de la epidemia existente en aquel entonces, el vómito negro (fiebre amarilla). Ingresó luego en el colegio La Gran Antilla, dirigido por don Enrique Gil, hombre dotado de ideas revolucionarias, que les eran inculcadas a sus discípulos.

Una vez concluida la segunda enseñanza, el padre lo envió a los Estados Unidos, donde tomó un curso de inglés; posteriormente regresó a Cuba y matriculó en el Colegio Dental de La Habana, del doctor Ignacio Rojas Quintana, para comenzar los estudios de Cirugía Dental, pero corría el año 1895, y el padre conocía las ideas de su hijo y no ignoraba su espíritu aventurero; por eso, lo envió al Colegio Dental de Pensilvania, para que continuara allí la carrera.

Luchas independentistas

Estando en 2.º año de su carrera, Benito Ezequiel abandonó los estudios y se incorporó a un grupo de hombres que fueron reclutados por la Junta Revolucionaria, siendo enviado a donde el general Roloff, con quien se entrevistó en Brooklyn (Nueva York); allí entabló amistad con Calixto García y su esposa Isabel Vélez, padres de los dentistas Carlos y Justo, que formaron parte del Ejército Libertador.

A mediados de febrero fue llevado con otros expedicionarios a un lanchón de carga, que los sacó de Nueva York, a pesar del mal tiempo que reinaba, en busca del vapor Laurada, que los conduciría a Bermuda, pero este no apareció en todo el día.

Al día siguiente apareció el barco que los conduciría a las proximidades de la isla San Salvador, a un cayo llamado Cat's Island, donde permanecieron de 10 a 12 días, sin saber que el Bermuda había sido detenido por las autoridades estadounidenses. Con el vapor Laureada, que presentaba dificultades técnicas, ya que solo avanzaba de 3 a 4 millas por hora y sus máquinas se paraban con mucha frecuencia, estos hombres se largaron a continuar la marcha hacia Cuba.

Por las dificultades del barco, su capitán, enfiló en dirección al puerto de Banes; colocó en la embarcación un cañón de dinamita, que sirvió para dar la desbandada a un grupo de soldados españoles que se acercaban al Laureada para inspeccionarlo.

El 21 de marzo de 1897 llegaron a un lugar conocido por Manopilón (estero de Jaruco), trayendo consigo la mayor expedición que llegó a Cuba con los malos tiempos. Pronto los mambises vinieron en su ayuda, y las fuerzas del teniente coronel Luis Martí y del comandante Mariño les prestaron el auxilio necesario para hacer más rápida y feliz la descarga.

El Laureada regresó a los Estados Unidos, después de permanecer poco más de 30 horas en el puerto, sin ser molestados por los españoles. En la expedición, además de Benito Ezequiel venían otros dos dentistas, Enrique Núñez y Charles Aguirre.

Después de la marcha del vapor, los españoles realizaron una acción combinada para tratar de apoderarse de la expedición, pero no consiguieron coger ni un solo cartucho.

Principales acciones

El 10 de abril de 1897, Benito Ezequiel cumplió 20 años; se encontraba en el caserío de Flores, cerca de Banes, donde los cubanos sostuvieron un combate, celebrando así su natalicio. Después pasó a la División del general Torres, Regimiento de Bruno Mariño, donde se desempeñó como ayudante del teniente coronel Manuel Rodríguez Fuentes, con el grado de subteniente, que lo obtuvo por su condición de bachiller.

Más tarde prestó sus servicios como dinamitero, y estuvo presente en la voladura de la locomotora del ferrocarril Jíbara Holguín; intervino en la toma y quema del pueblo de Santa Rosalía, que estaba ocupado prácticamente por los guerrilleros.

Participó en varios combates, pero enfermó de paludismo y quedó bajo el cuidado de la familia Escalante; en esos momentos ya era teniente; la familia mencionada logró salvarlo de una muerte segura. Curado, y bajo las órdenes de Carlos García Vélez, participó en la acción de Guabo, llegando a tomar el fortín, pero no el fuerte, donde los españoles obtuvieron la victoria.

Realizó misiones de comisión a Banes, Jiguaní, y otras localidades. Más tarde pasó a ser ayudante de Nicolás Yanes y, por último, fue designado ayudante de Carlos Hevia, quien era el inspector del ejército en la zona de Camagüey. El 8 de junio cruzó la trocha de Júcaro a Morón, con el general Menocal, conduciendo de este modo al ejército estadounidense, que se encontraba en el lado occidental de la trocha y que no entraba en batalla mientras no se viera bien alimentado.

Arribaba a Cárdenas cuando lo sorprendió el fin de las hostilidades; después llegó a Cabañas, provincia de Pinar del Río, y por último a Marianao, con Aurelio Hevia, quien actuaba como supervisor del 5to. Cuerpo. Fue ascendido al grado de capitán, por acuerdo de la Asamblea de Santa Cruz del Sur.

Etapas importantes de su vida

Decidió terminar la carrera de Cirugía Dental y el 10 de junio de 1899 pidió realizar el examen correspondiente en la Universidad de la Habana; aprobó los exámenes y se le otorgó el título el 8 de agosto del mismo año.

Ejerció la profesión en La Habana y en 1901 marchó a Madrid, pero le fueron cerradas las puertas por sus antecedentes revolucionarios, y tuvo que regresar a La Habana en 1902. Se incorporó a la Guardia Rural con el grado de soldado raso, hasta que Aurelio Hevia, Secretario de Estado, lo nombró canciller en la República de México; más tarde, fue canciller en Hong Kong y vicecónsul en Shangai. En 1912 regresó a Cuba.

Muerte

En 1915 inició el ejercicio de la profesión dental. Trabajó hasta 1951, en que se jubiló por padecer de osteoartritis deformante de las articulaciones interfalángicas de ambas manos.

La fuente desconoce la fecha de su muerte.

Fuentes