Celia Sánchez

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Celia Sánchez Manduley
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Celia Sánchez Manduley
NombreCelia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley
Nacimiento9 de mayo de 1920
Media Luna, Oriente, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento11 de enero de 1980
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
Otros nombresNorma, Lilian, Carmen, Caridad, Aly[1]
CiudadaníaCubana
OcupaciónPolítica
Partido políticoPartido Comunista de Cuba
PadresManuel Sánchez Silveira
Acacia Manduley Alsina

Celia Sánchez Manduley, registrada con el nombre completo de Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley (Media Luna, 9 de mayo de 1920 - La Habana, 11 de enero de 1980). Fue una combatiente revolucionaria, política e investigadora cubana. Integró el Movimiento 26 de Julio durante la Guerra de Liberación Nacional de Cuba (1956-1958), desde donde organizó por orientaciones de Frank País la red clandestina de campesinos que fue vital para la supervivencia de la guerrilla dirigida por Fidel Castro que desembarcó por el sur de Oriente el 2 de diciembre de 1956 y que se convertiría posteriormente en el Ejército Rebelde.

Cumplió importantes misiones en el abastecimiento de la guerrilla y luego se convirtió en combatiente directa. Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 asumió importantes tareas y responsabilidades, siendo participante activa de los momentos más trascendentales de las primeras décadas del período revolucionario, años en los que se dedicó a recoger y organizar toda la información referente a la lucha guerrillera. Fue miembro del Partido Comunista de Cuba desde su creación hasta su fallecimiento. Por su labor es conocida como la flor autóctona de la Revolución[2].

Síntesis biográfica

Niñez y juventud

A los 12 años. Manzanillo, 1932.

Celia Sánchez Manduley nació en el Central Isabel, Pueblo Nuevo, Media Luna, Oriente, el 9 de mayo de 1920. Hija de Manuel Sánchez Silveira y Acacia Manduley Alsina.

El 16 de octubre de aquel año fue inscrita en el Registro Civil del juzgado Municipal de Vicana bajo el nombre de Celia Esther de los Desamparados, los mismos con los que sería bautizada el 22 de julio de 1922 en la parroquia de la Purísima Concepción de Manzanillo. Su tercer nombre fue escogido por haber nacido la niña al día siguiente de la fiesta religiosa de Nuestra Señora de los Desamparados.

Celia recibió una educación exenta de dogmatismos religiosos y de cualquier otra índole de convencionalismos y prejuicios en la que tuvo mucho que ver la personalidad del padre, hombre de ideas liberales avanzadas.

Comenzó la enseñanza primaria a los 7 años en una pequeña escuela privada donde enseñaban básicamente lenguaje y aritmética. Estudió en esta escuela hasta que se mudó para Manzanillo donde ingresó en cuarto grado en la escuela pública de Pueblo Nuevo. Paralelamente a la educación primaria y junto a su hermana Flavia, tomó clases de piano, durante unos tres años.

Con su padre, en algún rincón de la cayería de la ensenada de Mora, cerca de Pilón, 1954

Familia

La familia Sánchez Manduley representa un pilar invaluable de valores morales y de altruismo revolucionario. Los troncos fundacionales inculcaron en sus descendientes los más puros sentimientos humanos, la veneración a Martí e ideas liberales avanzadas. Como resultado se formaron jóvenes patriotas infatigables defensores de los humildes, no solamente Celia, heroína de la Revolución y alma guerrillera durante la lucha insurreccional; sino también Acacia y Griselda quienes trasladaban mensajes en la clandestinidad por todo el país y la joven Flavia Elba.

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Flavia Elba, fue la única de las hermanas que decidió seguir los pasos de su padre y convertirse en estomatóloga del pueblo, pero su mérito trasciende más allá de la profesión, pues dedicó no pocos años de su vida a la lucha clandestina previo al triunfo revolucionario junto a su esposo René Otazo, también estomatólogo. Manzanillera de cuna, debido a sus acciones progresistas se trasladó a Cienfuegos, provincia donde permaneció por seis años y se involucró con los jefes del Movimiento 26 de Julio de la región, con los cuales colaboraba.

En el año 1951, la Dra. Flavia y el Dr. Otazo se trasladan para la ciudad de Cienfuegos donde residieron hasta 1957. En ese período se produjo el ataque al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba en 1953. Las actividades revolucionarias de la Dra. Flavia contra la dictadura de Fulgencio Batista a raíz del artero golpe de estado del 10 de marzo de 1952 eran inseparables de las de su esposo. Ambos cónyuges estaban estrechamente vinculados también al M-26-7 en Cienfuegos a través de Rigoberto García Flores y Rafael Marín; así mismo, Flavia asistió a reuniones en la casa de Carmen Lavandero, mártir de la Revolución, donde aprendió a provocar pequeños incendios y alarmas mezclando pastillas de clorato y agua en un tubo de ensayo (colocó uno personalmente, en la retacera de la calle San Carlos).

Flavia también ofreció su casa para los contactos que se realizaban en esa ciudad preparando acciones contra la dictadura, uno de estos casos fue cuando Emilio Aragonés pasó a ser jefe del movimiento, por estar en prisión Rigoberto. Durante una de esas reuniones desarrolladas en su casa se les indicó prepararla como punto de retirada para la acción que se preparaba de tomar Cayo Loco, en mayo de 1957, lo cual constituyó el primer intento de la toma del Cayo. Respecto a lo cual Flavia Sánchez expresó:

Se planificó el primer intento de la toma del Cayo. Nos dieron todas las instrucciones. En mayo… pasa Emilio (Aragonés) por la casa… Entonces supimos que a la casa de Emilio había llegado Haydée Santamaría. Por la tarde René (Otazo), con Luisito (Bustamante) y María Isabel, fueron allá. Estaba Aldo Margolles ese día en casa de Emilio… al regreso es cuando me cuentan que se tirarán al otro día por la mañana… La botica de Rigoberto (García Flores) y la casa nuestra se prepararon. En mi casa había cocteles Molotov

Dicha preparación referida por Flavia incluyó la instalación de escaleras hacia patios vecinos. Sin embargo, este primer intento se suspendió al ser sorprendido por los policías una casa en Buena Vista, donde se ocultaban 35 compañeros. A pesar de la estrecha relación del matrimonio con la oposición cienfueguera, no eran muy conocidas sus acciones en la ciudad más que con sus allegados; esta situación estuvo condicionada puesto a la relación de Flavia con Celia, de manera que se hacía necesario pasaran desapercibidos.

En julio de 1957 la familia Otazo Sánchez viaja de vacaciones a Pilón, sin perder el contacto con Cienfuegos a través de Mariíta Suárez Solís; una vez culminadas las mismas emprendieron viaje de regreso el día 1ro. de septiembre, sin embargo, no pudieron arribar pues el trayecto estuvo dilatado debido a que tomaron preso al padre Manuel Sánchez y la familia no pudo moverse de Manzanillo hasta el día 4 de septiembre, fecha en que fue liberado. En el regreso en tren, conocieron en Santa Clara que en Cienfuegos se estaba llevando a cabo la sublevación popular del 5 de septiembre de los marinos y el pueblo cienfueguero, aplastada salvajemente por la aviación y el ejército de la dictadura; y que por tanto no los esperaba el chofer convenido previamente avisado. Por tanto, decidieron mantenerse en Santa Clara; luego continuaron para La Habana, donde permanecieron varios días hasta que el 11 de septiembre deciden regresar a su hogar en Cienfuegos, pero al llegar, los vecinos les alertaron de que la policía los estaba buscando para apresarlos. Ante esta situación regresaron de inmediato al mismo lugar en La Habana, donde permanecieron por 4 meses.

Trayectoria revolucionaria

Después del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, Celia se involucró con varias organizaciones de perfil insurreccional. Manuel Echevarría, fundador del Movimiento 26 de Julio le puso en contacto con Frank País y Celia quedó integrada al movimiento dirigido por Fidel Castro.

En el Movimiento 26 de Julio nunca ocupó cargos directivos, aunque asumió tareas relevantes. Con su nombre de guerra, Norma, devino figura fundamental en los días de los preparativos de la expedición del Granma y del inicio de la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.

Guerra de Liberación

Junto a Fidel Castro en la Sierra Maestra

Por orientaciones del Movimiento organizó una red de colaboradores campesinos en las cercanías de donde debía desembarcar la expedición dirigida por Fidel Castro que resultó fundamental para la continuidad de la lucha.

En los momentos más difíciles de la guerrilla dirigida por Fidel Castro, en febrero de 1957 marchó al encuentro de esta en compañía de Frank País, Faustino Pérez y otros miembros del de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio para coordinar el apoyo desde el llano, y guiar al periodista del New York Times, Herbert Matthews a la presencia de Fidel. La publicación de la entrevista que el periodista hiciera al líder de la guerrilla echaría por tierra la propagada batistiana basada en la supuesta muerte de Fidel[3]. A finales de abril volvería a subir a la Sierra guiando al periodista norteamericano Bob Taber, quien deseaba entrevistar a Fidel[4].

El 28 de mayo, como integrante del pelotón de la comandancia, combatió en El Uvero. Fue la primera mujer que ocupó la posición de soldado combatiente en las filas del Ejército Rebelde. Pocos días después de esa acción, Fidel la envió de nuevo al llano con importantes encomiendas. Esta resultó la etapa de mayor peligro, pues a la persecución contra ella se sumó la traición de un expedicionario del Granma, quien delató a muchos de los colaboradores del Movimiento.

Hasta mediados de 1957 Celia había utilizado, además de Norma, los seudónimos de Lilian, Carmen y Caridad. El 18 de julio de ese año, en un mensaje de Frank a la Sierra, apareció el nuevo nombre de guerra de Celia: Aly. Sin embargo, estaba tan enraizado el seudónimo de Norma, que le continuó llamando así en misivas posteriores. En una carta enviada por los guerrilleros de la Sierra Maestra a Frank País estos patentizaron el papel vital de Celia durante la guerra cuando escribieron:

En cuanto a la Sierra, cuando se escriba la historia de esta etapa revolucionaria, en la portada tendrán que aparecer dos nombres: David y Norma.

Celia tuvo un papel destacado en la creación, el 4 de septiembre de 1958, tras una reunión de siete horas entre Fidel y su Estado Mayor, del batallón femenino Mariana Grajales, que operaba en la zona de La Plata, Sierra Maestra, como apoyó a la retaguardia guerrillera. Este hecho demostró que las mujeres cubanas también podían ocupar posiciones de combatientes guerrilleras en los combates del Ejército Rebelde contra las fuerzas militares de la tiranía batistiana.

Junto a Juan Almeida durante el segundo combate de Pino del Agua, 16 de febrero de 1958.

Revolución en el poder

Con las integrantes del pelotón de las Marianas en una visita al periódico Granma, 23 de agosto de 1967.

Celia asumió importantes tareas y responsabilidades y fue participante activa de los momentos más trascendentales de la Revolución Cubana, de todas las actividades relevantes y las obras más significativas emprendidas después del triunfo del 1 de enero de 1959. Fue secretaria del Consejo de Estado, diputada al Parlamento, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y de la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas.

Durante la Guerra de Liberación Nacional se dedicó a recopilar toda la documentación de la lucha en la Sierra Maestra, posibilitando la creación de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado en 1964[5].

Como parte del pueblo, integrada a la zafra azucarera de 1966.

Muerte

Falleció el 11 de enero de 1980.

Referencias

Fuentes

  • Guevara de la Serna, Ernesto [1961]: Pasajes de la guerra revolucionaria (Cuba, 1956-1959). La Habana: Editorial Política, edición anotada, tercera edición, quinta reimpresión, 2004. ISBN-959-01-0400-2.
  • Documentos que se encuentran en el Depósito de Testimonios del Fondo Celia Sánchez, de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
  • Álvarez Tabío, Pedro: Celia, ensayo de una biografía.
  • Portuondo, Yolanda: La clandestinidad tuvo un nombre: David.
  • Pascual Sarmiento, Eloísa Esther: Celia, mariposa de la Sierra (multimedia).
  • Testimonios de Silvia, Flavia y Griselda Sánchez Manduley (1990), Berta Llópiz (1990), Manuel Echevarría (1990 y 2005), María Antonia Figueroa (1990 y 2000) y Micaela Riera (1990).
  • «Celia Sánchez», artículo publicado el 17 de diciembre de 2009 en la revista Bohemia (La Habana).
  • Celia autentica flor guerrillera, artículo publicado el 11 de enero de 2023 en la revista Bohemia