Corsarios y piratas en Baracoa

Corsarios y piratas en Baracoa.
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Ataques de corsarios y piratas en Baracoa

Corsarios y piratas en Baracoa: Cuando Baracoa dejó de ser capital de la isla en 1515, por orden del gobernador Diego Velázquez quien decidió trasladarla a Santiago de Cuba, la Villa Primada entró en una decadencia que duraría más de dos siglos. Período en el que fue centro de constantes ataques de corsarios y piratas que pululaban en todo el Caribe. Su cercanía a la famosa Isla Tortuga, su ubicación geográfica privilegiada a la entrada del Canal Viejo de Bahamas y su abandono por las autoridades españolas, la convirtieron en blanco propicio de las depredaciones.

Con unos pocos hombres venidos de España, la Ciudad Primada no tuvo las fuerzas necesarias para combatir la embestida, por lo que, según apuntó el historiador José Ignacio Castro Sanz: “no tardó en capitular con ellos al abrirles su embarcadero, y cambiarles en trueques sus víveres y ganado por telas y otros efectos. Convirtiéndose España en un imperio, (el Imperio español) que creció considerablemente con la incorporación del reino de Portugal y sus colonias en 1580. Aumentando de esta manera su poderío con respecto a otras potencias de Europa. Además mostraron su inconformidad con el comercio exclusivo que España realizaba con sus colonias por medio de la Casa de Contratación de Sevilla, trayendo como consecuencia el sostenimiento de constantes guerras entre España, Francia, Inglaterra y Holanda durante gran parte del siglo XVI, por lo que, viéndose impotentes de derrotar a España en el Viejo Continente, deciden golpearla donde es más débil: en el mar, precisamente por donde llegan a la metrópoli las cuantiosas riquezas extraídas de las tierras conquistadas, surgiendo de esta manera el corso y la piratería, por lo que el mundo insular del Caribe ha de transformarse en siniestro escenario de rapiña y pillaje, del crimen y la muerte.

Reseña histórica

En 1602, cuando el maestro de campo Don Pedro Valdés venía de España al Gobierno de La Habana, dando en su rumbo caza a los corsarios, arribó a Baracoa, donde fue cumplimentado por el padre carmelita y vicario del pueblo Fray Alonso de Guzmán, uno de los mayores rescatadores de herejes y enemigos que había en todas las Indias de acuerdo con la expresión textual del propio Valdés, recogida por el historiador español, Pezuela”.

En el siglo XVI, Baracoa fue tomada y saqueada en diversas ocasiones, a pesar de su pobreza, por constituir refugio especial, dadas las características de sus bahías de bolsa y su litoral, bien resguardados. En su libro Piratas en el archipiélago cubano, Antonio Núñez Jiménez (La Habana, 1923-1998) apuntó: “Igual que otras costas de Cuba y cayos sirvieron de acomodo tranquilo, y casi inviolable a los piratas que merodearon nuestras costas y cabos en acecho de los buques mercantes que navegaban indefensos”.

Baracoa, primera capital de la Isla, despojada de esta condición al fundarse en 1515, la villa de Santiago de Cuba y sede del obispado, queda oficialmente abandonada, a lo que se unen otros factores, como el atractivo que ejercían las restantes villas y la organización de expediciones dirigidas hacia tierras continentales más promisorias en riquezas de oro y plata que disminuyen la población y las particularidades de su geografía costera, donde abundan bahías, caletas, puertecillos y fondeaderos. Uno de los primeros ataques que se registra por parte de la historiografía a la villa de Baracoa ocurre el 17 de febrero de 1546 por piratas franceses, quienes robaron 1600 pesos oro, joyas y pequeñas partidas de oro encontradas en las moradas de los pocos vecinos, sin causar destrozos en las viviendas y en el ganado. Se supone que pertenecían a la escuadra del capitán Hallebarde, conocido por sus exitosos ataques a expensas de navíos españoles, y por la acción de apoderarse de una carabela venida de tierra firme dentro de la bahía de Santiago de Cuba. Poco tiempo después el corso experimentaría un ritmo ascendente como resultado de la guerra entre España e Inglaterra, causando gran prejuicio a las colonias hispanoamericanas.

En la centuria XVII continuaron las devastaciones y saqueos, pero la fecha más sobresaliente recogida por los historiadores locales fue el 1 de enero de 1652, cuando se vio la ciudad invadida por un grupo de piratas que robaron todo lo de valor que poseían sus mercaderes. Escogieron, como refugio, la Iglesia Parroquial, donde permanecieron 12 días, llevándose a su retirada, para emprender su viaje en el mar, los ornamentos y alhajas que poseía, sin respeto ni miramiento alguno a aquel recinto sagrado. Los vecinos, ante la presentación de los piratas, se vieron precisados a refugiarse en el campo, para no ser maltratados de obra y palabra”, subrayó Gabriel Pelayo Yero en el libro Baracoa, cuna de historia y tradición (1954).

El último acontecimiento pirático de la región baracoana sucedió el 27 de julio de 1807, cuando 300 corsarios ingleses trataron de ocupar la ciudad con un cañoneo simultáneo de dos navíos y el desembarco de un grupo numeroso por la playa de Miel.

Desde 1557 hasta 1577 las villas de Remedios, Trinidad y Baracoa tuvieron que pagar crecidos rescates para no ser destruidas, no obstante, piratas franceses asaltan esta última en 1563 ocasionando daños en la iglesia.

Advenimiento en siglos venideros

No siempre fueron sangrientas las relaciones entre los filibusteros y los vecinos de Cuba. No tardaron en establecerse simultáneamente con las luchas armadas entre ellos, relaciones pacíficas de comercio que, por estar prohibidas por las leyes de España, constituían actividades de contrabando. A finales del siglo XVI Baracoa se tipifica como un particular enclave de marginalidad y contrabando incontrolables, ambas situaciones van de la mano,los pobladores y autoridades locales han optado no solo por tolerarlo, sino por participar y servirse de este. El advenimiento del siglo XVII no condujo a un cambio favorable en la atención que la corona española dispensaba a esta jurisdicción, a pesar del establecimiento en la Isla de dos gobiernos en 1607. El siglo concluyó con un acuerdo que supuestamente decretaría el toque de muerte al filibusterismo. Como resultado de las guerras napoleónicas, Cuba hubo de sufrir los consiguientes ataques británicos. En 1799 Baracoa es ocupada durante horas por corsarios ingleses, así como desmanteladas sus pocas y malas defensas. El siglo XIX no sería más apacible para los vecinos de la Asunción de Baracoa, pues, debido a las estrechas relaciones entre España y Francia, continuaba la guerra contra Inglaterra. En esta guerra corsaria, Baracoa desempeñó un importante papel, dado que los franceses tenían una intensa actividad contra los buques ingleses en el Paso de los Vientos, y después de desvalijar a sus presas, se guarecían en la bahía. Los ingleses decidieron caer sobre la ciudad, presentándose frente a esta el 27 de julio de 1807, siendo derrotados al día siguiente por una fuerza que integraban las milicias, soldados españoles y emigrados franceses al mando del capitán José Repilado. Hasta los años 30 del presente siglo, la plaza de Baracoa fue objeto de planes de ataque y del asedio por parte de corsarios franceses que habían sido expulsados de esta y otras regiones del país como resultado de la invasión napoleónica a España en 1808 y de los corsarios insurgentes, surgidos del fragor de las luchas independentistas que se libraban en América Latina contra el dominio colonial español.

Importancia del corso y la piratería

Los ataques a Baracoa y restantes villas fundadas por los españoles, templó sus aceros en constantes combates, las hizo más aguerridas y las preparó para mayores empeños, que culminaron con las guerras de independencia. Contribuyó a fortalecer la unión entre diversas razas, (indios, blancos, negros y mulatos) en defensa de la tierra que los sustentaba contra un enemigo común. La piratería, abrió nuevas posibilidades de comercio a los productores criollos, rompiendo así el monopolio ejercido por la Casa de Contratación de Sevilla, propiedad de los reyes españoles. No menos importante fue el contacto de los criollos de Cuba con los hombres y las culturas de Inglaterra, Francia y Holanda, propiciado por los corsarios y piratas a lo largo de casi cuatro centurias.

Fuentes

  • Baracoa, más allá de La Farola: El museo Matachín. Disponible en: venceremos
  • Curbelo, Jorge Luis. BARACOA. La primera en el tiempo.Disponible en:revistasexcelencias
  • Hartmann Matos, Alejandro. Baracoa, dos siglos de piratas y corsarios. Disponible en: [1]