Dragón de Komodo

Dragón de Komodo
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El Dragón de Komodo, también llamado Varano de Komodo, es el reptil lagarto más grande del mundo.
Clasificación Científica
Nombre científicoVaranus Komodoensis
Reino:Animalia
Filo:Reptiles
Familia:Varadinae
Hábitat:Bosques, llanuras, sabana, zonas rocosas secas

Dragón de Komodo. También llamado monstruo de Komodo y varano de Komodo, es el lagarto de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de dos a tres metros y un peso de unos 70 kg. A consecuencia de su tamaño, son los superpredadores de los ecosistemas en los que viven. A pesar de que estos lagartos se alimentan principalmente de carroña, también cazan y tienden emboscadas a sus presas, que incluyen invertebrados, aves y mamíferos.

Evolución

Su desarrollo evolutivo comenzó con el género Varanus, que se originó en Asia hace aproximadamente 40 millones de años y emigró al continente australiano., extendiendo su distribución hasta el este de la isla de Timor.

Se cree que el dragón de Komodo se distinguió de sus antepasados australianos hace 4 millones de años. Sin embargo, pruebas de fósiles recientes en Queensland sugieren que evolucionó en Australia antes de extenderse a Indonesia.

La dramática bajada del nivel del mar durante el último período glaciar descubrió extensas zonas de la plataforma continental que el dragón de Komodo había colonizado, aislándolos en su ámbito actual de distribución cuando el nivel del mar subió de nuevo.

Descripción

Aunque los machos por lo general son de mayor tamaño, no hay diferencias morfológicas obvias entre los sexos. Los jóvenes son de color verde con zonas amarillas y negras y los adultos, con un tono opaco y uniforme, de color marrón a rojo grisáceo. Sus cuerpos robustos están uniformemente cubiertos de ásperas escamas.

Es el Lagarto de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de dos a tres metros y un peso de unos 70 kg. En la naturaleza, un adulto mide unos 2,5m y pesa de media unos 70 kg, aunque los especímenes en cautividad a menudo pesan más. El espécimen salvaje más grande que se ha verificado midió 3,13 metros de longitud y pesó 166 kg (incluida la comida sin digerir).

Su inusual tamaño se atribuía generalmente al gigantismo insular, ya que no hay otros animales carnívoros que puedan ocupar el nicho ecológico de las islas en las que viven. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que su gran tamaño se entiende mejor como un vestigio aislado de una antigua población de grandes varánidos que vivían en Indonesia y Australia, la mayor parte de los cuales, junto con otra megafauna, murió tras su contacto con los humanos modernos.

Tiene una cola fuerte y musculosa tan larga como su cuerpo, y aproximadamente 60 dientes serrados, que se cambian a menudo y que pueden medir hasta 2,5 centímetros de largo. Su saliva suele estar manchada de sangre, puesto que los dientes están casi cubiertos de tejido gingival que se daña de forma natural durante la masticación. Esto crea un cultivo ideal para las virulentas bacterias que viven en su boca. Tiene una lengua larga y amarilla, marcadamente bifurcada.

Alimentación

Los dragones de Komodo son Carnívoros. Aunque se alimentan fundamentalmente de carroña, también tienden emboscadas a presas vivas acercándose sigilosamente. Cuando una presa adecuada llega cerca de su lugar de emboscada, la ataca rápidamente lanzándose sobre el vientre o el cuello del animal. Es capaz de localizar sus presas utilizando su penetrante sentido del olfato, que puede detectar a un animal muerto o agonizante de una distancia de hasta 9,5 kilómetros.<

Se alimentan arrancando grandes trozos de carne de sus presas y tragándoselos enteros mientras sujetan el cadáver con las patas anteriores. En el caso de presas más pequeñas, de hasta el tamaño de una cabra, sus mandíbulas con articulaciones desencajables, cráneo flexible y estómago expandible, les permite tragarse las presas enteras.

La copiosa cantidad de saliva roja que producen contribuye a lubricar la comida, pero a pesar de ello tragársela continúa siendo un proceso largo (15-20 minutos para tragarse una cabra.

Después de ingerir hasta un 80% de su peso corporal en una comida, se arrastra hasta un lugar soleado para acelerar la digestión, puesto que la comida podría llegar a pudrirse y envenenar al dragón si permaneciera demasiado tiempo sin digerir. Debido a su lento metabolismo, los dragones grandes pueden sobrevivir con tan sólo doce comidas al año.

Sus excrementos son generalmente blancos, pues su estómago no puede digerir el calcio de los huesos de los animales que comen. Su dieta es muy variada, e incluye a otros reptiles (incluidos dragones de Komodo más pequeños), aves, roedores, serpientes, peces, cangrejos, caracoles y mamíferos como cabras, ciervos, jabalíes y hasta búfalos de agua. Los ejemplares jóvenes se alimentan de insectos, huevos, gecos y pequeños mamíferos.

Reproducción

Las hembras maduran sexualmente de media en torno a los 9 años y los machos en torno a los 10 y, aunque muchos mueren a causa de los depredadores cuando son todavía unas crías, si llegan a adultos pueden vivir unos 50 años. El apareamiento tiene lugar entre julio y agosto, y la puesta de huevos en septiembre, para evitar los calurosos meses de verano y permitir la posibilidad de un segundo acoplamiento.

Durante este periodo, los machos combaten por las hembras y por el territorio, luchando entre ellos levantándose sobre sus patas traseras, hasta que el perdedor queda sometido en el suelo. Los machos pueden vomitar o defecar mientras se preparan para la lucha.

El ganador del combate tocará con su larga lengua a la hembra para obtener información sobre su receptividad. Las hembras son hostiles y durante las primeras fases del cortejo sexual se resisten con las zarpas y los dientes, por lo que el macho tiene que inmovilizar completamente a la hembra durante el coito para evitar resultar herido.

Las demostraciones de cortejo del macho incluyen frotar el mentón sobre la hembra, fuertes arañazos en la espalda y lameduras. La copulación tiene lugar cuando el macho inserta uno de sus hemipenes en la cloaca de la hembra. Después del acoplamiento, algunos machos se quedan con la hembra durante unos días para impedir a otros machos aparearse con ella. Los dragones de Komodo pueden ser monógamos y formar vínculos de pareja, un comportamiento raro en los lagartos.

Historia

Los dragones de Komodo fueron conocidos por primera vez por los europeos en 1910, cuando llegaron rumores de un «cocodrilo terrestre» .Su descubrimiento se difundió de forma generalizada después de 1912, cuando Peter Ouwens, director del Museo Zoológico de Bogor (Java) publicó un documento sobre el tema tras recibir una fotografía y una piel enviadas por el teniente, así como dos ejemplares de un coleccionista.

El dragón de Komodo fue uno de los alicientes de una expedición a la isla de Komodo realizada por W. Douglas Burden en 1926. Tras volver con doce ejemplares preservados y dos vivos, esta expedición fue la inspiración de la película de 1933 King Kong. Burden fue quién acuñó el nombre común de la especie, «dragón de Komodo». Tres de aquellos ejemplares fueron disecados y todavía están expuestos en el Museo Americano de Historia Natural.

Peligro para los humanos

Aunque sean muy raros, hay constancia de ataques a humanos; el 4 de junio de 2007 un dragón de Komodo atacó a un niño de ocho años en la isla de Komodo; el muchacho murió poco después por la pérdida masiva de sangre a causa de las heridas recibidas.

Era el primer ataque fatal registrado en 33 años. Los nativos culparon del ataque a los ecologistas de fuera de la isla que prohibieran los sacrificios de cabras que se les ofrecían a los dragones, privándoles de una fuente de alimento con la que contaban, haciéndolos vagar por donde vivían los humanos en busca de comida.

Muchos naturales de la isla de Komodo tienen la creencia de que los dragones de Komodo son realmente la reencarnación de antiguos compañeros, por lo que deberían ser tratados con reverencia.

El 24 de marzo de 2009, dos dragones dieron muerte a un pescador en la isla de Komodo, que fue atacado cuando buscaba añones en el Parque Nacional de Komodo y lo abandonaron malherido sangrando por mordeduras en sus manos, cuerpo, piernas y cuello.

Conservación

El dragón de Komodo figura en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN clasificado como especie vulnerable. Hay aproximadamente entre 4.000 y 5.000 dragones de Komodo en estado salvaje. Las poblaciones están limitadas a las islas de Gili Motang (100), Gili Dasami (100), Rinca (1.300), Komodo (1.700) y Flores (quizás unos 2.000).

Sin embargo, existe la preocupación de que sólo podrían quedar unas 350 hembras reproductoras. En respuesta a esta preocupación, en 1980 se fundó el Parque Nacional de Komodo para proteger las poblaciones de dragones de Komodo en islas como Komodo, Rinca y Padar.

Posteriormente se fundaron las reservas de Wae Wuul y de Wolo Tado en la isla de Flores para contribuir en la conservación de estos grandes lagartos. Hay pruebas de que los dragones se están acostumbrando a la presencia de seres humanos, dado que los turistas los alimentan a menudo con cadáveres de animales en varios puntos de alimentación.

Cautiverio

Dragones de Komodo en Zoo de Toronto (Canadá). Cuando se crían en cautiverio, a menudo engordan, sobre todo en la cola, debido su alimentación regular.

Los dragones de Komodo siempre han sido grandes atracciones de los zoos, donde su tamaño y reputación de animales temibles los convierten en animales muy populares. Sin embargo, son bastante raros en los parques zoológicos, puesto que son vulnerables a infecciones y enfermedades parasitarias si se los captura en estado salvaje, y no se reproducen fácilmente.

En octubre de 2009, había 13 instituciones en Europa, 36 en Norteamérica, 1 en Singapur y 2 en Australia que contaban con dragones de Komodo.

El primer dragón de Komodo fue expuesto en 1934 en el Smithsonian National Zoological Park, en Washington D. C., pero sólo vivió durante dos años. Se realizaron más tentativas de exponerlos, pero la longevidad de estas criaturas era muy corta, con un promedio de cinco años en este Parque Zoológico Nacional. Finalmente, los estudios realizados por Walter Auffenberg, documentados en su libro The Behavioral Ecology of the Komodo Monitor (La ecología del comportamiento del varano de Komodo), permitieron unos cuidados y reproducción más exitosos de estos grandes lagartos en cautividad.

Se ha observado en dragones cautivos que muchos ejemplares presentan un comportamiento relativamente dócil después de poco tiempo en cautividad. Se conocen muchos casos en que los encargados del zoo han sacado a los animales de su recinto para relacionarlos con los visitantes, incluidos niños pequeños, sin mayores consecuencias.

También parece que los dragones son capaces de reconocer a seres humanos de forma individual. Ruston Hartdegen, del Zoo de Dallas, informó que sus dragones de Komodo reaccionaban de manera diferente si veían a su cuidador habitual, a uno de menos familiar, o a uno completamente desconocido.

La investigación con dragones de Komodo en cautividad también ha ofrecido pruebas de que toman parte en juegos. Uno de los estudios se refiere a un ejemplar que hacía mover una pala que había dejado su cuidador, aparentemente atraído por el sonido de la pala rascando contra la superficie rocosa. Una dragona joven del Smithsonian National Zoological Park de Washington D. C. cogía y sacudía varios objetos, como estatuas, latas de bebida, anillas de plástico y mantas.

También metía la cabeza dentro de cajas, zapatos y otros objetos. No confundía estos objetos con comida, puesto que sólo se los tragaba si estaban cubiertos con sangre de rata. Este juego social ha llevado a una sorprendente comparación con los juegos de los mamíferos. Otro caso documentado de juego en los dragones de Komodo viene de la Universidad de Tennessee, donde una joven dragona llamada Kraken interactuaba con anillas de plástico, un zapato, un cubo y una lata, dándoles golpes con el hocico y moviéndolos de un lado a otro con la boca. Trataba estos objetos de manera diferente que la comida, lo que llevó al investigador Gordon Burghardt a concluir que esto desmiente la visión de que el juego con objetos es un «comportamiento predador motivado por el alimento».

Kraken fue el primer dragón de Komodo nacido en cautividad fuera de Indonesia, el 13 de septiembre de 1992. Sin embargo, incluso dragones aparentemente dóciles pueden volverse agresivos de manera impredecible, especialmente cuando alguien desconocido invade su territorio. En junio de 2001, un dragón de Komodo hirió gravemente a Phil Bronstein (editor ejecutivo del San Francisco Chronicle) cuando accedió al interior de su recinto del Zoo de Los Ángeles, invitado por el cuidador del animal.

Bronstein recibió un mordisco en su pie desnudo, puesto que el cuidador le había dicho que se sacara los zapatos blancos que llevaba, que podrían haber excitado al dragón. Aunque consiguió escapar del animal, fue necesario volver a unirle quirúrgicamente varios tendones del pie.

Fuente