El mito de Ubume

Ubume
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Personaje de Ficción
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Personaje representativo de una leyenda japonesa.
NombreEl mito de Ubume

El mito de Ubume. Representa una de las historias japonesas conocidas como leyendas de terror; fue encontrada en uno de los rollos antiguos en Japón.

Introducción

El Hyakkai-Zukan es un bestiario japones que fue creado durante el período Edo, también conocido con el nombre de época Tokugawa (1603–1867), en el que el artista Sawaki Suushi, discípulo del maestro Hanabusa Itcho (1702-1772), recogió en su obra el “Libro de los cien demonios” un compendio de monstruos y apariciones sobrenaturales.

Estas criaturas folclóricas japonesas son representadas como seres aterradores y humorísticos, y sirvieron como ejemplo e inspiración a otros autores en venideras generaciones. La obra de Sawaki Suushi se finalizó en 1737, y su riqueza cultural ha llegado hasta nuestros días mediante copias de otros autores.

En uno de los rollos encontramos la leyenda de las Ubume, un[Yōkai (fantasma o misteriosa aparición) que sale representado como una mujer afligida por la pena con un bebe en brazos mendigando a los transeúntes para que le den algún tipo de moneda para alimentar a su recién nacido. El espíritu errante desaparece al poco tiempo.

Leyenda de Ubume

En la antigüedad, los fenómenos que no se podían comprender se atribuían a insólitos sucesos sobrenaturales que ayudaban a los hombres a asimilar el entorno en el que vivían. La leyenda de las Ubume narra la trágica historia de las mujeres que morían durante el embarazo, parto o después de dar a luz. Tras perder la vida, el yōkai (fantasma) cambia su apariencia, convirtiéndose en una mujer con el cabello enmarañado, las ropas blancas algo raídas y con un aspecto en el rostro bucólico.

Existen diferentes narraciones que explican el mito del Ubume y su función en la tierra de los vivos. Algunas leyendas cuentan que si la madre muere con su hijo en el vientre materno, éste nace tras la muerte de ella y ambos recorren la tierra permanentemente mendigando, en el caso de su progenitora, una moneda para poder alimentarle.

En otra de las fábulas, el recién nacido es entregado de forma voluntaria por la madre a un transeúnte que le asegure que cuidará de su hijo. La persona responsable de la vida del niño poco a poco se va dando cuenta, con cada paso que da, de que el retoño pesa cada vez más y más, hasta que finalmente no puede con él y descubre que el niño se ha convertido en una pesada roca.

Algunos autores de la época narran en sus relatos que el Ubume solicita la ayuda de los viajeros para comprarles a sus hijos vivos comida y dulces. Ella les entrega una monedas que acabarán convirtiéndose en unas hojas secas cuando la persona acepte el encargo.

Folclore

Originalmente la palabra Ubume servía para describir a una especie acuática de peces pequeños del mar, y fue asimilado por la mitología japonesa como un fantasma errante de una mujer parturienta. Los eruditos creen que esta fábula tiene sus orígenes en la práctica de sacrificios humanos en los Hitobashira (pilares de los edificios), donde las personas eran enterradas con vida debajo o en los alrededores de las edificaciones como diques, puentes y castillos para que aplacaran con sus oraciones la ira de los dioses y así sus construcciones quedasen protegidas de ataques enemigos o de catástrofes naturales.

La leyenda cuenta de que una madre y su hijo sirvieron como sacrificio para mantener en pie los pilares de un nuevo puente que se había edificado. Dichos mitos se han mantenido con vida desde el siglo XII hasta nuestros días, cuya leyenda sigue siendo explotada en cuentos y novelas detectivescas.

El templo Shoshin'in

Hoy en día, las mujeres que desean concebir una vida en su vientre o desean tener un embarazo factible acuden a orar al Templo Shoshin'in para pedirle a los restos de la estatua allí erigida del Ubume que les ayude con sus oraciones. Una vez al año, en el mes de Julio, se celebra una gran fiesta en el que se reparten dulces para después ofrecérselos al espíritu de cuya figura sólo quedan la cabeza, el torso, y las manos. No posee ninguna parte inferior y se la viste con una indumentaria de color blanco.

Fuentes