Ella (película)

(Redirigido desde «Ella»)


Ella
Información sobre la plantilla
Comedia, Romántica concernista | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Critica-her.jpg
Otro(s) nombre(s)Her
Estreno31 de enero de 2014
DirectorSpike Jonze
Dirección de FotografíaHoyte Van Hoytema
RepartoJoaquín Phoenix, Scarlett Johansson, Amy Adams
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos


Ella. Película estadounidense, producida en el 2013 por el realizador, Spike Jonze, con y guión original, escrito por el propio Jonze. La película trata sobre cómo Theodore Twombly, cuya profesión es escritor de cartas por encargo, se enamora de la voz que emite su sistema operativo con inteligencia artificial, una encantadora voz de mujer prestada por Scarlett Johansson en el papel de Samantha.

Sinopsis

Ella (Her) comienza mostrándonos a Theodore (Joaquin Phoenix), un hombre recientemente separado que está en medio del trámite de divorcio. Él además trabaja en un servicio retro futurista de escritura de cartas personales; escribe correspondencia bajo contrato destinadas a parejas, familiares y/ o amigos de un determinado cliente adecuándose al motivo: cumpleaños, fallecimientos familiares, separaciones, felicitaciones, etc.

En ese tiempo, un futuro para nada lejano, Theodore decide probar un nuevo Sistema Operativo que promete y asegura ser una entidad tan eficazmente intuitiva que podrá satisfacer las necesidades de cada usuario. Así, nuestro protagonista configura el sistema dándole una voz femenina y permitiéndole escoger un nombre. Ella es Samantha (Scarlett Johansson) quien, además de cubrir las necesidades de Phoenix, se anticipa a éstas, y al mismo tiempo, se va tornando sensible y divertida. Lo que inicialmente resulta en una relación profesional, con una muy eficiente asistente, se torna amistad y luego en "amor".

Además de Samantha, en el universo de este escritor hay varias mujeres: su ex esposa (Rooney Mara) a quien recuerda constantemente, su amiga Amy (Amy Adams) una realizadora audiovisual que está en una relación totalmente estancada, donde el amor sólo sabe ser unilateral; y una bella mujer a quien conoce en una cita a ciegas (Olivia Wilde) con quien concluye su velada porque ella malinterpreta sus intenciones, tal vez por miedo, tal vez por utilizar un mecanismo defensivo ante el posible amor.

Ficha Técnica

Guión: Spike Jonze


Dirección: Spike Jonze


Dirección de Fotografía: Hoyte Van Hoytema


Música Original: Arcade Fire

Intérpretes

  • Joaquin Phoenix interpretando a Theodore
  • Scarlett Johansson interpretando la voz de Samantha
  • Amy Adams
  • Chris Pratt interpretando a Rooney Mara

Premios

Premio Oscar al mejor guión original.

Criticas

Dicen que toda idea genial en algún momento fue considerada absurda. Y si alguien les hablara sobre una película en la que un hombre se enamora de la voz que emite su sistema operativo con inteligencia artificial, seguramente asumirían que se trata de la más reciente comedia de “alto concepto” de Adam Sandler y Kevin James. Sin embargo, en las diestras manos de Spike Jonze –un cineasta que ya una vez nos hizo creer en la improbable historia de un túnel que desemboca en la mente de John Malkovich– Ella (Her) no es nada menos que una obra de arte construida en perfecta sincronía con todas sus partes.

El guión muestra a un hombre deprimido, pero no una caricatura de la tristeza. Nunca lo vemos a obscuras, tirado en la esquina, con una botella en la mano solo y maldiciendo todo. Porque cuando uno se está divorciando es muy triste, pero igual tiene que ir a trabajar. El Theodore Twombly de Joaquin Phoenix es un adulto adaptado que sabe que la vida continúa. Es difícil, pero ¿qué más puede hacer? Así, tiene amigos, una vida normal y mantiene un buen trabajo escribiendo las cartas de amor y amistad que los habitantes de este futuro no muy lejano ya no tienen tiempo de hacer por sí mismos. Por supuesto, toda esta verdad en el personaje se debe, y está sustentada casi enteramente, en la interpretación de Joaquin Phoenix –sin duda, ya convertido en uno de los mejores intérpretes que tiene el cine norteamericano contemporáneo. Y la maestría en interpretaciones no se detiene ahí, pues tanto Scarlett Johansson, la voz del sistema operativo que le cambia la vida a Theodore, como Amy Adams y hasta Chris Pratt entregan actuaciones a la altura y con toda la sutileza que merece una de las mejores historias de "amor" en los últimos años.

De ahí, podríamos elogiar al departamento que prefieran: la calculada y estilizada fotografía de Hoyte Van Hoytema –quien ahora trabaja en la próxima de Chris Nolan, Interstellar–; el diseño de producción, que transformó a Shaghai en un Los Ángeles futurista donde los 20s han regresado; el primer guión original del director (nominado al Oscar) y, claro, la música de Arcade Fire –también postulada por la Academia...
Por Ivan Morales.
En su cuarto largometraje como director (primero concebido íntegramente por él y distinguido hace pocos días con el premio Oscar al mejor guión original), Spike Jonze construye una historia de amor poco convencional entre un hombre y un sistema operativo.
Por Diego Batlle.
Cualquier palabra que oficie como sinónimo de emotividad y de sensibilidad cuaja perfectamente en lo que respecta al carácter de este film. Her es más profunda de lo que se preveía que podía ser en su tráiler. Lógicamente, la interpretación majestuosa de Joaquin Phoenix (sobresaliente sea cual sea el rol que le toque) juega un papel importante a la hora de sumarle calidad y credibilidad a la proyección.

Con una temática distinta y rara, fiel al estilo del director, la historia nos remite a la vida de Theodore (Phoenix), un escritor de poemas, un tipo solitario y vacío a la percepción. Deprimido por su reciente separación, descubre un sistema operativo portador de un modelo de inteligencia muy peculiar, capaz de entusiasmar a cualquier usuario. Entonces Theodore comienza a entablar relación con la voz femenina que sale de dicho dispositivo, quien se hace llamar Samantha (Scarlett Johansson) y consigue poco a poco conquistar a nuestro protagonista. ¿Puede una persona enamorarse de un sistema operativo? Spike Jonze construye, desde lo improbable de la cuestión en sí, un relato que a pura conmoción y sentimiento colisiona de lleno contra la afectividad del espectador. Her cala hondo en el corazón gracias a la capacidad técnica de su director para sumergirnos en la aflicción de Theodore, un sujeto que desborda ternura y que no puede olvidar a la mujer con la que contrajo matrimonio: las analepsis (escenas retrospectivas que alteran la secuencia cronológica de la narración), delicadas, perfectas, retratan lo feliz que supo ser mientras estaba casado, en contraposición con lo angustiante que le significa recordar aquellos momentos.

Jonze explora y va incluso más allá del ya inutilizado Msn; traspasa el chat y todo tipo de vínculo que se forje a través de las tecnologías. Incursiona en el mundo de las novedosas comunicaciones añadiéndole el componente que le permita a una máquina también sentir y evolucionar en ese aspecto. Theodore simplemente se relaciona con una voz detrás de un aparato, pero el enlace es tan fuerte e intenso que no puede frenarlo. Los primeros planos a Phoenix lo hacen lucirse gracias al nivel de expresividad supremo que posee el actor de The Master. Su mirada perdida, soñadora, ilusionada, más el acompañamiento de una banda sonora siempre tenue hacen estragos y no sólo emocionan sino además inquietan, mortifican y movilizan.

Una película con un guión original, escrito por el propio Jonze. Difícil resulta encontrarle fallas o puntos que obren como elementos negativos. Una narración enternecedora que más allá de cimentarse desde una suposición incierta infunde frenesí y, sobre todo y por más complejo que pareciese, suena convincente. Una joya.
Por Alan Echeverría.
Theodore y Samantha se entienden. Ella lo acompaña como nadie, y es complicado afirmar que ella sea alguien, porque todo ocurre en un futuro muy cercano y Samantha es nada más y nada menos que un sistema operativo con una inteligencia artificial extraordinaria.

Hay que ver como ese punto de partida propio de una comedia disparatada (o porqué no de una película de Subiela) se vuelve verosímil. Theodore no responde al lugar común de personaje desesperado que muestra su patetismo sosteniendo una vergonzosa relación imaginaria. Y Samantha no tiene cuerpo pero si entidad, y una manera muy genuina de relacionarse. Encontrar el tono adecuado es el primero de los muchos aciertos de este hermoso filme.

Lo unipersonal no quita lo romántico. Theodore y Samantha van de paseo, por la playa o por donde fuera, aunque sean mucho menos que dos. A él se lo puede ver casi todo el tiempo, antes del amanecer, del atardecer y de la medianoche, a ella solo se la escucha (que sea la voz de Scarlett Johansson ayuda mucho).

En ese mundo cercano, un poco más avanzado, un poco más hipster también, y ciertamente bello (la fotografía y la música hacen la experiencia mucho más agradable) las relaciones entre personas y sistemas operativos son aceptadas (por lo menos por los amigos de Theodore). De hecho, en ese mundo, nada parece ser muy cuestionable o cuestionado. Tampoco el trabajo del propio Theodore que consiste en escribir cartas personales para otros dentro de una gran empresa que ofrece ese servicio. Con todo casi serenamente resuelto, solo queda perseguir el sabor del encuentro, y arriesgarse al dolor del desencuentro. Enamorarse es una locura socialmente aceptada, le dice una una amiga (de carne y hueso). Todos tienen mucho para decir. La tecnología no los ha deshumanizado, simplemente se ha vuelto algo más que se acepta...
por Fernando Herrera.

Fuentes